Читать книгу Voces al margen: mujeres en la filosofía, la cultura y el arte - Diana Erika Ibarra Soto - Страница 7

Оглавление

PRESENTACIÓN

Mucho se ha escrito sobre las luchas feministas, sobre qué es el feminismo y sobre los tipos de feminismos existentes. Los discursos proliferan y hemos deconstruido bastante las categorías típicas y no tan típicamente femeninas, las corporalidades, las identidades. Sin embargo, ello no ha logrado detener las inercias del pasado que han sido profundamente introyectadas en las culturas, que persisten en las estructuras de desigualdad y que acallan las voces de las mujeres, minusvaloran sus acciones, subordinan sus necesidades. Las voces de mujeres siguen siendo silenciadas en los distintos ámbitos de la ciencia y la cultura, siguen pareciendo escasas o insuficientes y no porque les haga falta potencia, razonabilidad o capacidades para resonar, sino por el peso de un yunque histórico y macizo que pesa sobre ellas. Aunque es verdad que hay varios discursos emergentes que comienzan a tener ecos en algunas sociedades actuales, la mayor parte de las voces femeninas siguen ausentes de sus entornos sociopolíticos y artísticos concretos. También las voces históricas continúan enterradas o son rescatadas a medias desde los encuadres masculinizantes que no dejan relucir la validez de su lado femenino, del tipo de presencia que han tenido.

El lado positivo de todo esto es que si hace años parecía impensable tomarse en serio estas discusiones y preguntarnos con toda frontalidad por mejores justificaciones para las sociedades que tenemos, para las cosas que creamos y hacemos, al menos hoy estamos ya situados en un lugar desde el que podemos cuestionarnos asuntos como: ¿por qué los asistentes de Google y Amazon tienen voces femeninas?, ¿por qué nadie repara ante la frase “los médicos y las enfermeras”?, ¿por qué las futbolistas mexicanas ganan hasta 10 veces menos que ellos?, ¿sirven las acciones afirmativas y las cuotas de género para emparejar el terreno de juego entre varones y mujeres?, ¿realmente podemos evitar los estereotipos de género?, etcétera, y también preguntarnos si son estas las preguntas correctas que debemos hacernos.

Un modo de continuar desmantelando lo que llamamos patriarcado y que produce espacios de inexistencia, de invisibilización, entre los que se cuentan las vidas de mujeres, las voces de mujeres, los pensamientos de mujeres, los escritos de mujeres, puede ser escribir libros como el que ahora presentamos. Representa también un modo de continuar por el camino de la esperanza y la reconstrucción social. Un esfuerzo colectivo de mujeres y varones que desde diferentes disciplinas reflexionan sobre la posibilidad de reinterpretar esto que llamamos femenino, lo que significa ser mujer.

Este proyecto inició a partir de la necesidad de pensar al feminismo de muchas formas, pero que lejos de simplemente enfatizar que el término es analógico y plural, advertía la imposibilidad de concebir un único modo de ser feminista o un sólo modo de ser mujer de cara a los años venideros. Si bien sabíamos que las demandas del feminismo neoliberal, del feminismo decolonial, del feminismo de la diversidad funcional, del feminismo marxista, del ecofeminismo, etcétera, son distintas, veíamos que coinciden también en una cosa fundamental: reconocer que la opresión de los varones hacia las mujeres en sus distintas formas y manifestaciones sigue, persiste, menoscaba y daña vidas humanas en todas las regiones del mundo. No sólo de mujeres, sino también de varones, de niñas y niños de variadas naciones, corporalidades, clases sociales, fenotipos y espacios de marginalización. Por supuesto no es ésta la única manifestación que tienen estas matrices de opresión y construcción de ausencias en los mundos actuales que vivimos, pero sí es una muy relevante que agrava cualquier condición vital cuando se entrecruza con los otros modos de construir desigualdades e injusticias.

Con este panorama nos parecía entonces indispensable estar dispuestos a escuchar y conceder atención a lo femenino. Dedicar serenidad en la escucha y buscar una mayor justicia durante este ejercicio para mostrar más voces femeninas en los discursos filosóficos, culturales, políticos y artísticos. Así, pensamos en exponer y analizar notables voces femeninas, denunciar algunas de sus problemáticas y tipos de violencia, revisar tópicos interesantes para la reflexión de lo femenino, así como exponer propuestas para ir cubriendo poco a poco esas ausencias de las que hablábamos y con ello participar de alguna manera en la construcción de los horizontes futuros. Voces que habían tendido a encontrarse al margen.

Este proyecto fluyó también con la convicción de que las injusticias, las violencias sufridas por mujeres resultaban fácilmente detectables. Las omisiones, los arquetipos que producían efectos contraproducentes en las vidas de las mujeres, los estereotipos y la distribución de roles según sistemas opresores anquilosados, vimos que se decantan casi naturalmente a denuncias muy claras y consensuadas. Sin embargo, el beneplácito sobre los caminos positivos, los rumbos futuros, la construcción de nuevos modelos o ideales de lo femenino, nos ha venido requiriendo de una mayor amplitud de la imaginación creativa. Así, también nos abrimos a reflexionar mucho sobre la necesaria apertura hacia la diversidad de rutas, de roles, de proyectos libres en el camino de la construcción de la justicia para la mujeres. De manera que estas páginas quieren ser también una invitación para discutir sobre si resulta necesario construir nuevos modelos, deconstruir arquetipos quizá ya obsoletos y dañinos, así como fijar nuevos paradigmas que perseguir. Incluimos aquí voces plurales que abonan a la reflexión en este sentido y nos ayudan a ir ensayando respuestas para cuestionamientos varios, como ¿qué significa entonces ser mujer en el siglo xxi?, ¿cuáles son los ideales que debemos perseguir si es que debiéramos perseguir alguno?, ¿qué sentido habrá que darles a nuestras vidas femeninas, qué caminos elegir, qué profesiones, qué posiciones políticas?, ¿cuál es exactamente nuestra diferencia respecto a los otros seres humanos con los que compartimos la existencia actual?, ¿el ser mujer (o sentirse mujer) no habría de ser tan relevante?, y seguir preguntándonos si estamos haciendo buenas preguntas o estaremos equivocando el rumbo al cuestionarnos acerca de lo femenino.

El contenido de este libro presenta un recorrido panorámico por tópicos relevantes para la reflexión sobre lo femenino. Nuestro primer apartado, que responde a la parte filosófica, tiene interrogantes clave. Roberto Rivadeneyra nos interpela desde los textos clásicos griegos y nos responde por qué Platón pudo conceder la igualdad entre mujeres y varones en una época que contradecía teórica y fácticamente una propuesta de este tipo. Por su parte, Diana Ibarra se pregunta ¿qué daño ha hecho el mito del amor romántico a las mujeres de la historia, a las mujeres de hoy? Víctor Isolino nos presenta la interesante propuesta de Jane Jacobs con la intención de arrojar luces sobre el porqué las ciudades en las que vivimos habrían de considerar un diseño distinto, más femenino, más incluyente y menos opresor para las mujeres.

En su capítulo sobre la importante filósofa María Zambrano, Darío Camacho y Rogelio Laguna contribuyen a la reflexión sobre la existencia de emociones comúnmente consideradas femeninas y el papel que desempeñan en la educación de varones y mujeres. La especialista en Edith Stein, Paulina Monjaraz, nos brinda un profundo análisis sobre lo que podría significar tener un alma femenina hasta, quizás, incluso llegar a preguntarnos de la mano de la filósofa, ¿si es esto así o el alma debe entenderse al margen del sexo y del género? La reflexión que, desde la filosofía política, hace a continuación Regina Luévano abona a la discusión sobre cómo influye la distinción entre lo público y lo privado en la construcción de identidades y vidas femeninas, en la consideración de la idea de familia. Cierra el apartado un texto de Sandra Anchondo y Claudia García Parada sobre el papel que tiene la vulnerabilidad y el cuidado en el mundo de hoy. Un mundo en el que la dependencia incomoda y se priorizan la independencia, la fortaleza y la inmunidad, atributos considerados, en general, propios de los sujetos masculinos; todo esto a partir del pensamiento de la filósofa Eva Kittay.

En este abordaje interdisciplinario de esta obra no podían faltar capítulos dedicados a mujeres de nuestra historia, como es el caso de las virreinas, las mujeres de Nueva España, sus místicas, poetas y filósofas. Daniela Pastor inicia este apartado presentándonos valiosísimas notas sobre el quehacer político de las virreinas novohispanas, lastimosamente invisibilizadas por la historia. Le sigue un texto de Alma Guadalupe Corona sobre dos miradas femeninas en Nueva España, a través de los ojos de Joana de Irazoki y Catharina de San Joan. Virginia Aspe se une a las reflexiones sobre este periodo con un texto sobre sor Juana Inés de la Cruz en el que le atribuye un papel relevante en la conformación de la identidad mexicana. En la siguiente parte de esta sección encontramos reflexiones sobre la cultura contemporánea en las que abordamos problemáticas sobre los estereotipos y valores femeninos. En este sentido, Emilio Maus —desde el derecho y la reflexión sociopolítica— denuncia la cosificación y la violencia ejercida sobre las mujeres a través de diversos mecanismos de objetivación y mercantilización de sus cuerpos.

Desde otra perspectiva, reflexionando también sobre las corporalidades, presentamos un potente texto filosófico sobre el estigma y la vergüenza en relación con los cuerpos a cargo de Ana Isabel García Gómez. Para cerrar el apartado incluimos la participación de Teresa Nicolás, quien analiza, desde una metodología propia, la influencia de personajes femeninos de series de televisión en la formación axiológica de universitarios, principalmente en temas laborales.

En la última parte del libro reconocemos la presencia de lo femenino en el arte a través de un panorámico pero ilustrador recorrido por las representaciones de la mujer en México que nos presentan Luis González y Sandra Anchondo. A continuación, Fabiola Saúl Gavito nos entrega una lectura novedosa sobre las mujeres de la Odisea ayudándose del concepto de hospitalidad para su planteamiento. Le sigue el texto de Alejandrina Lincoln, quien nos conduce por el camino de la recuperación de la voz de la mujer a través de un viaje por la historia de la ópera que va desde las ausencias, pasando por la usurpación de lo femenino de los castrati, hasta la gran Violetta Valéry, de Verdi. En su análisis, también de algunas piezas de ópera, Alfonso Ortega Mantecón aborda el arquetipo de la mujer fatal a través de las ideas de expiación, libertad y poder. No podía faltar un capítulo para el análisis crítico de la cinematografía mexicana. Rocío González lo realiza mediante el estudio de los estereotipos y arquetipos en los melodramas femeninos del cine mexicano basando su reflexión en un cortometraje de remontaje. Cerramos el libro con la participación especial de Karla Paniagua, quien consciente de que la violencia es un fenómeno complejo, presente de formas muy diversas en nuestras sociedades, reseña películas con alto grado de violencia, cuidadosamente seleccionadas, para señalar este fenómeno que también se ejerce por parte de las mujeres y hacia las mujeres.

Con el conjunto de textos que ahora presentamos esperamos contribuir a la construcción de nuevos escenarios de escucha, que pongan atención a las expresiones politonales provenientes de las voces femeninas, sus demandas, sus problemáticas, sus propuestas y sus contribuciones. El concierto plural de estas voces al margen trasciende la búsqueda de un feminismo unificado. De modo que nos reconocemos sencillamente como participantes de este coro abiertamente polifónico, que se va construyendo en nuestro país y refiere a realidades, tanto locales como globales, que nos resulten útiles para este complejo proceso participativo. Frente al problema eterno de cómo hacer encajar lo plural en la unidad y de tratar de homogeneizar las diferencias, optamos por dar generosa cabida a la diversidad.

Nuestra contribución busca unirse a este gran reto actual, al esfuerzo de este coro por marcar una nueva ruta, que compense, que abra, que posibilite nuevos horizontes de lo femenino. Estaremos satisfechos si podemos ayudar a integrar estas voces marginalizadas e impulsar este esfuerzo por disminuir el distanciamiento entre las posturas feministas y abrazar una diversidad de voces abiertas e irreductibles, compuestas a su vez por muchas otras voces, que avancen juntas en la superación de las negaciones que los patrones establecidos imponen todavía a las mujeres. Deseamos que este primer volumen de Voces al margen: mujeres en la filosofía, la cultura y el arte vaya abriendo espacios más acordes a los deseos de las nuevas generaciones de mujeres, a las nuevas maneras de ocupar los espacios públicos y de definir lo privado, de comprender la vida y de ejercer la justicia. Ojalá contribuya también a reconocer que las mujeres siempre han estado allí, nunca han estado ausentes.

Los coordinadores

Voces al margen: mujeres en la filosofía, la cultura y el arte

Подняться наверх