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CONCEPTO DE CAMBIO
ОглавлениеAunque una gran parte de las categorías y conceptos que usamos habitualmente los damos por supuestos en la vida social, sin embargo, en realidad, son construidos socialmente y experimentan una génesis social y, por tanto, tales límites varían en el tiempo y en el espacio.
Beraín (2004, p. 14).
El cambio, como toda construcción social, obedece a cruces y lógicas particulares que le dan un significado. Es decir, una situación que quiere ser modificada es denominada y esperada con diferentes nombres dependiendo de quien la nomine. En el presente capítulo se pretende conceptualizar el cambio en cuanto fenómeno de la naturaleza y de la sociedad; también profundizar en el hecho que este término es una construcción social y como tal puede entenderse de diversas formas (cambio, seudocambio), también señalar la diferencia entre objetividad y subjetividad en este, y, por último, vincular el cambio a los incesantes deseos de los grupos sociales, especialmente, desde el poder, por imponer significados y ajustar la realidad a sus intereses.
El cambio es inherente a la vida. La vida es movimiento, mutación, transformación. Por esta razón el cambio es concomitante también a la condición humana. El hombre se modifica como ser biológico y en tanto ser social; como organismo vivo, el ser humano renueva sus células y sus tejidos, su cuerpo se adapta a las más variadas circunstancias y condiciones; solo deja de cambiar cuando muere, y aún así, cambia su condición y altera su estado. Ya desde los orígenes de la filosofía occidental, el cambio fue defendido por Heráclito de Éfeso (siglo VI a. C.), para quien el acontecer del mundo se consideraba un flujo permanente. Para este filósofo todo estaba en movimiento, en su decir,
no es posible descender dos veces al mismo río, tocar dos veces una sustancia mortal en mismo estado, sino que por el ímpetu y la velocidad de los cambios se dispersa y nuevamente se reúne; y viene y desaparece (citado en Tejedor, 1989, p. 24).
Este pensador presocrático defendía la eterna movilidad, que se fundamentaba en la estructura contradictoria de toda realidad, con lo cual no hizo sino llevar al extremo la doctrina jónica de los opuestos.
La contradicción, la discordia, el movimiento, el cambio están en la estructura de toda realidad. Por ello, en tanto ser social, el ser humano se modifica permanentemente gracias a los intercambios con los otros y con el entorno. Cuando es niño, el ser humano incorpora rápidamente los códigos simbólicos y las convenciones que le permiten entender y desenvolverse en la sociedad que habita; se hace a las representaciones mentales que le posibilitan ubicarse y posicionarse frente al mundo como ser único y particular; inventa, propone y crea esquemas que no solo lo cambien a él, sino que probablemente alteren la manera de ser y de pensar a los otros.