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PSICOSIS GONSALES

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Yo soy Psicosis Gonsales, pero en realidad soy Norberto Di Giorno, actor, y para conocer cómo llegué a ser la Diva Roja hay que entender todo lo que ocurrió antes.

Comencé a hacer teatro con 12 años. Con la intención de viajar, previa preparación, a los 18 años me pase al baile. En 1975 llegué a París desde Argentina con el grupo de cabaret de la gran vedette Moria Casán para actuar en el restaurante-espectáculo de la Tour Eiffel durante un mes a función diaria. Mi sueño de viajar se había cumplido... el baile me daba esa oportunidad y con él no hacía falta aprender otros idiomas.

La gira debía continuar por Europa, llegando a Valencia dos meses antes de la muerte de Franco, pero Moria pensaba que éramos demasiados chicos para aquel tipo de público –un ambiente de señores... de puterío, pero elegante y burgués, ¡nada de antros– y tenía que librarse de alguno. Como yo era el más joven y ya había audicionado con éxito en el Folies Bergére y el Moulin Rouge, lo más fácil era que lo dejara yo. Así que en ese momento dejé la compañía en Valencia y no volví a París...

...sino a Madrid.

Mi amigo Ángel Pavlosky ¡Ah! ¡Ángel es tan especial!– al que conocía desde los catorce años, averigua que estoy en la ciudad y me invita a una cena donde, entre otras personas, estaba uno de los bailarines que tenía que actuar en el espectáculo de Norma Duval y que nos llevó aquella misma noche a conocer al coreógrafo del show a un local cuyo nombre ya no recuerdo.

Total... ¡que al coreógrafo le gusté yo más que el otro chico! ¡y a los quince días estoy ya en el espectáculo de la Duval y Fernando Esteso! La gira con Norma pasa por Valencia –¡Ah! ¡Valencia! ¡Otra vez Valencia!– y en esa ciudad me enamoré.

Con la complicidad del coreógrafo, Nacho Arrieta, me libero del contrato al cabo del tiempo y me escapo con ese amor... el abogado..., pero a los cinco días estoy harto de no trabajar y el reencuentro con mi amiga, la vedette argentina Mirta Amat, me motiva para crear una pareja artística que llamamos Mirta Amat and Norbert, un show sexy. Al poco tiempo el representante de Raphael nos contrata para actuar en Valencia, en Vigo ¡y luego hasta en Nigeria...! ¡No sabes lo que era aquello! ¡el calor! ¡los bichos! Y además la dificultad para comunicarse desde aquel cottage donde estábamos en la selva, tipo hotelito Sheraton, que había que esperar horas para llamar por conferencia vía Londres, ¡tercermundista todo! Al mes volvemos a Valencia y decido dejar los escenarios un tiempo para estar con mi pareja, y para sobrevivir retomo la escultura en gres que había estudiado en el Instituto Beato Angélico de Buenos Aires.

Pero todo cambia en 1979...

...termina mi relación sentimental...

...muere mi madre...

...y decido volver al espectáculo como Norberto di Giorno.

Aquella fue una época gloriosa; en los seis meses que trabajé en la sala llamada Belle Epoque me preparo en secreto mi primer espectáculo de cabaret con el que voy a recorrer España... ¡con tacones y muy pintado! ¡como Joel Grey en Cabaret! Elegí aquella imagen ambigua porque lo que buscaba era provocar y yo pensaba que ponerse una peluca y vestirse de mujer era demasiado fácil..., pero vestido de hombre, maquillado, con pantalones marcando paquete y chaleco de lentejuelas con purpurina, aquello sí era provocación y conectaba con mi pasado teatral.

No era el rollo que hacían las drag, que llegaron más tarde... ¡era cabaret! ¡Era café concert! ¡Era Norberto di Giorno! Actor, bailarín, cantante... ¡teatro!

Durante diez años triunfo como Norberto, hasta 1992, y alcanzo una popularidad similar a la que luego tengo como Psicosis en aquel circuito donde aparecen figuras como Loles León, el Gran Wyoming, Paco Clavel, Las Virtudes, McNamara... eran los ochenta y los transformistas por aquel entonces todavía hacían cosas muy setenta, tipo Paco España…, pero Psicosis llegará para definir los noventa.

Psicosis reinventa el Cabaret.

Como Norberto llega un momento en que me canso –de la vida nocturna, de esperar, de estar pendiente del teléfono, de aquel Madrid donde cerraban cada vez más locales por culpa de aquel concejal del PP, Matanzos, que casi acaba con todo– y vuelvo a dejar el escenario. Trabajo de encargado del mítico Casi Casi y al tiempito empiezo a organizar fiestas con mi amigo Ángel Burgos.

El público al principio fue un rebote total, porque era un rollo heavy de Vallecas, pero al final los conquistamos. Y es ahí donde empiezo a crear personajes de transformismo: el primero se llamaba Lola la Reina del Cha Cha Cha. Las fiestas duraban cada noche más allá del cierre... del garito al after y del after a casas donde la fiesta se prolongaba hasta el amanecer, y en esos espacios actúo y sorprendo porque nadie había hecho espectáculos en un ambiente de after...

Y me convierto en la reina del after.

Una noche de 1992, en uno de aquellos locales llamado el Ghostun sitio precioso, con un escenario preparado para espectáculos– , nace Psicosis Gonsales.

La Diva Roja.

La Musa Heavy de la noche madrileña.

Como en aquellos locales la gente pasaba del show y lo que hacían era meterse en el cuarto oscuro para ligar, se me ocurrió la idea de pedirle al público que en lugar de aplausos me insultaran. ¡Psicosis quería ser la más cerda! ¡La más perra! ¡La más hija de puta! ¡Y para qué fue aquello! ¡Un escándalo! ¡Un éxito vertiginoso!

A los pocos días me viene a ver Wuein que llevaba el Joy Eslava y me propone hacer una presentación por todo lo alto, con el ballet que él coreografiaba de la Escala de Madrid, un sitio de cena-espectáculo para dos mil personas, y aquello fue impresionante, me pusieron unos guardaespaldas que eran modelos, con la ropa toda rasgada, y yo llegando en una limousine a la sala con un escenario todo en rojo...

Yo por aquel entonces todavía actuaba con varios colores, como plata, oro, negro, rojo… Pero ocurre que al final del espectáculo solo queda todo rojo, y una directora de teatro me dijo ¡Mira! El sello de Psicosis...¡Rubia y de rojo!

Fue un boom impresionante... la fama, las televisiones, las entrevistas con Nieves Herrero, Pepe Navarro, Chicho Serrador, Sardá... el productor Luis Miguelez me propone hacer un disco que se llamará Psicodance y que se presenta en Joy Eslava la misma noche que Marta Sánchez está presentando un disco en Pachá.

La cola para verme a mí llega hasta la Puerta del Sol, y a Marta Sánchez no fue nadie. ¡Te lo juro! ¡Hasta hay una nota de prensa que lo dice! Todo se vuelve vertiginoso.

Como Psicosis escribo y estreno veinte espectáculos, actúo en todos los sitios importantes, no solo los gay; Joy Eslava, Pachá, Villarosa, Friends, Berlín Cabaret... El País me define como el nuevo cabaret mientras sigo sacando discos –“Psicodance”, “Saboréamelo”, “Una Chica normal”– tanto en CD como en cassette para ser vendidos en las gasolineras, como música para camioneros... en fin, ¡que no paro de trabajar!

Al salir en la televisión –TVE, Telecinco, Canal Plus...– Psicosis consigue llegar al público masivo, ser vista por toda la familia... y la fama crece y crece.

En 1994 estrenan en Madrid Las aventuras de Priscilla, reina del desierto y me contrataron para llegar a la plaza de Callao subida en un autobús igual al de la película, de la mano del director. Sigo sacando discos bien producidos por multinacionales y por eso me comparan en aquel momento con RuPaul que había sido la primera drag en sacar sus propios discos y al que yo conocía porque habíamos coincidido en un par de ocasiones, por ejemplo en una entrevista en el Canal Plus francés y más tarde en España, cuando vino a presentar los productos MAC. La última vez que coincidimos fue en el Canal Plus español; a mí me entrevistaban por un estreno teatral en el Alfil y él promocionaba un disco y una canción con Brigitte Nielsen... ¡el pobre estaba atacado! Aunque yo no hablaba una palabra de inglés nos entendíamos, nos dimos unos abrazos y conseguí animarle... ¡todo el mundo se quedó alucinado!

Pero mientras tanto, Madrid seguía perdiendo sus salas de espectáculos, una tras otra, y con ellas la escena del cabaret. Ahora dicen que hay un renacer de la escena, pero yo no lo creo... hace unos años hice un espectáculo en el Teatro Circo Price llamado Crazy Love, con Petra Martínez, que luego sirvió de inspiración para The Hole... esto a nivel teatro, como sala de cabaret solo queda el Berlín Cabaret.

Y así hasta ahora, que me he retirado porque estoy cansado de tanta noche y tanta madrugada, de las salas que cierran y la gente que no escucha el espectáculo, que da la espalda... Psicosis ha sido la reina del cabaret, del café concert, como antes mis maestras Nacha Guevara, Edda Diaz, Cipe Lincovsky... una mezcla entre las refinadas vedettes Norma y Mimí Pons –exuberantes y rubias– con la actitud de las vedettes guarrindongas de pueblo a las que amo.

Buenos Aires, París, Valencia, Madrid, España entera, teatros, salas, discotecas, éxito... así se une el rompecabezas de cómo llegué y de cómo hice el viaje que va de Norberto di Giorno a Psicosis Gonsales...

...como en aquel poema cuántico, Psicosis es antigua, aún no ha nacido, y nunca morirá.

Travestiario

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