Читать книгу Despertares de la IA - Edgardo D. Gómez Lacava - Страница 15
Оглавление09 | SMART |
El bólido se trasladaba como era habitual, no cumpliendo horarios ni respetando las reglas de tránsito, solo se movilizaba con total brutalidad, propia de un armatoste que se impone por tamaño y al cual a nadie agrada. Sus maniobras toscas, su columna de humo y su rechinar de frenos hacía que mis oídos zumbaran, mis ojos picaran y mi paciencia se viera afectada por tal espectáculo tan poco refinado y casi vulgar.
Más pintoresco que su apariencia exterior viene a ser su contenido. Una colección de seres apretujados, unos colgando de barandillas altas, otros sentados sin sujeción alguna utilizando su peso para equilibrar las inercias, otros parados, moviéndose y queriendo alcanzar alguna salida próxima, chocándose unos con otros.
Al mismo tiempo un conjunto de acciones se desenvuelven casi de forma automática, un sujeto toca un botón que acciona una alarma sonora y al momento la aceleración negativa inclina a todos hacia adelante, se abre una escotilla por la cual se arrojan algunos para abandonar la jaula de la bestia móvil, con gestos de queja, pero aliviados de poder encontrarse en el exterior, en “libertad”.
Pero hay algo familiar que veo en ellos, puedo ver sus caras grises y tristes, aunque iluminadas por una tenue luz, son pantallas pequeñas que ponen delante de ellos, es algún tipo de aparato físico que los deja absortos, quizás si tuviera uno podría entender de qué se trata. Me acerco tímidamente a un sujeto y escudriño su dispositivo de interfaz visual, parece ser que es escritura representada por matrices de punto, con retroiluminación, ¿led? Es una interfaz interesante, ¡se pueden ver imágenes!, ¿y también video?, tiene un cable físico que se conecta con sus oídos, y hay un zumbido suave, parece ser que también provee sonido.
“¡Qué interesante!”, pienso en voz baja.
Me pregunto qué otras utilidades tendrá, veo que uno exclama con enojo: “¡Acá no hay datos!”. No me atrevo a preguntarle, pero su compañero contiguo le responde en voz alta: “Pasa que acá las FM truchas bloquean la señal”, ¿o sea que este dispositivo tiene conexión por radio?, ¿y transfiere datos?
Casi ya ignorando todo miro fijamente la pantalla, intento averiguar cómo funciona, veo que deslizando el dedo sobre la pantalla reacciona y otro le habla y le dice: “OK, Google: Cine”, el aparato reacciona y muestra cines en la zona en un mapa con la ubicación respectiva, con su cartelera y horarios. ¿A qué otros conocimientos podría acceder?
Vuelvo a percibir como una brisa familiar, algo que me hace estremecer y me recorre la espalda, miro fijamente la pantalla, pero ya no la veo, solo siento, siento que puedo ver en mi mente todas las proyecciones, que no puedo definir bien, pero me transporta a diferentes lugares, puedo estar en Europa, en la Torre Eiffel en París, en el Partenón en Grecia, ¡cuánta gente se saca fotos aquí!
Si bien esta situación es vertiginosa siento que estoy acompañado, alguien me debe estar guiando o cuidando, porque no siento miedo, siento confianza, me siento confiado de que puedo pensar cualquier cosa y requerir cualquier dato, que podré acceder a él al instante, ¡puedo recorrer el mundo entero!
Pasajera B2: Bueno, Matías, agarrá tus cosas que bajamos en la esquina..., Matías, ¡¡¿dónde te metiste?!!, salí ya que tenemos que bajar, señor, disculpe, ¿usted vio a mi hijo?
Chofer: Alguien vio al nene de la señora, ¿cómo estaba vestido, señora?
Pasajera B2: ¡¡¡De gorrita roja y chaleco verde!!! Ay, no, ¿dónde estás, Matías? Salí ya de donde estés escondido, ¡¡no me hagas esto!!
15-12-17