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ОглавлениеHistoria
Como toda gran capital que se precie, el origen de París se debate entre la leyenda y la historia. No obstante, parece seguro que el núcleo primitivo de la ciudad se sitúa en la Île de la Citté, en la que hacia el año 100 a.C. se asienta la tribu de los parisii. Algo menos de 50 años después los romanos vencen a los parisii, convierten al poblado en Lutecia e inician una etapa de expansión, interrumpida por las invasiones germánicas y bárbaras. En el siglo V, Atila se dispone a arrasar la ciudad, por lo que los parisinos deciden abandonar sus casas. Cuenta la tradición que las oraciones de una joven de diecinueve años dotada de la gracia del Espíritu Santo y de nombre Genoveva, provocaron que finalmente los hunos bordearan la ciudad, dirigiéndose a Orleans. Desde entonces, Santa Genoveva es considerada patrona de París. Tras la conversión de Clodoveo al cristianismo, la conocida antaño como Civitas Parisiorum o simplemente Parii, se convierte en la capital del reino merovingio, condición que pierde durante la época carolingia.
Las arenas de Lutecia, reflejo del pasado romano de París.
La Sorbona
La construcción de un segundo recinto amurallado durante el reinado de Felipe Augusto (1180-1223) permite a París incorporar el cinturón de burgos construido en torno a la iglesia de Saint-Germain-des-Prés y del área comercial nacida en la orilla derecha del Sena. Con ello, la burguesía consolida su posición y la universidad comienza a ganar importancia, gracias, en buena parte, a los privilegios concedidos por el propio Felipe Augusto en 1208. En 1257 Robert Sorbon funda el colegio sobre el que se levantará la Universidad de la Sorbona. En 1357, Carlos V ordena construir un tercer recinto amurallado, lo que permite a París seguir creciendo, a pesar de que corren tiempos convulsos: la revolución de Étienne Marcel (1356), de los Maillotins (1382), la guerra entre las casas de Borgoña y Armagnac (1407) o la revuelta de Simon Caboche (1413) son prueba de una etapa, que se extiende durante los dos últimos siglos del medievo, de continuas luchas y revueltas. Durante el reinado de Luis XII (1498-1515) se levanta en las Tullerías un nuevo recinto fortificado, que se revela tan inútil como los anteriores. En 1622 se constituye el Arzobispado de París, ya que la importancia ganada por la ciudad no le había impedido seguir dependiendo de la diócesis de Sens.
El rey Sol
En 1643, con tan sólo cinco años, es coronado Luis XIV, el rey Sol, que ordena la destrucción de las murallas y la transformación de la ciudad según un plan ideado por Colbert: surgen así barrios nuevos, plazas, monumentos civiles y militares y jardines públicos al amparo de un modelo de urbanismo de inspiración eminentemente clásica. Luis XIV aúpa a Francia a una posición de privilegio en Europa al incrementar el territorio, el poder y la influencia francesas. Europa comienza a admirar a Francia y su cultura, gastronomía y estilo de vida; el francés se convierte en la lingua franca para toda la élite europea, incluso en la lejana Rusia de los Romanov. El rey Sol, además, convierte Versalles en un espectacular palacio real erigido sobre un antiguo refugio de caza construido por su padre.
Napoleón y la revolución
La hegemonía francesa lograda por Luis XIV no es sino multiplicada por Napoleón Bonaparte, general de origen corso, gran estratega militar y político, que desarrolla una espectacular carrera por el poder hasta su coronación como Emperador en 1804. Napoleón divide París en doce distritos y emprende nuevas reformas urbanísticas en una ciudad que previamente ha sido escenario de la Revolución Francesa, iniciada con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizada con el golpe de estado del propio Napoleón en 1799. En 1830 y 1848 París vuelve a ser escenario de diversos levantamientos revolucionarios.
Napoleón III, presidente de la República Francesa hasta 1852, año en que es proclamado emperador, lleva a cabo, de la mano del barón Haussmann, prefecto del Sena desde 1853, la transformación integral de la ciudad, dotándola de su grandiosa fisonomía actual. Haussmann modifica el trazado urbano construyendo grandes avenidas y anexionando las comunas suburbanas.
Las exposiciones de 1878, 1889 y 1900 contribuyen a esta transformación y modernización, como demuestra la apertura, el primer año del siglo XX, de la primera línea de ferrocarril suburbano. Además, la ciudad se convierte entre 1880 y 1940 en la capital cultural por antonomasia, inspiración de pintores, poetas, novelistas, dramaturgos, músicos, etc. Picasso, Modigliani, Debussy, Zola, Cocteau, Nijinski… son sólo algunos de los genios que pasean su arte por París durante la llamada Belle Époque y las décadas posteriores.
Mayo del 68
Tras la II Guerra Mundial y la ocupación alemana, París comienza un largo proceso de reconstrucción y crecimiento salpicado de acontecimientos clave en la historia de Europa, como la revuelta estudiantil de mayo del 68, iniciada como una pacífica protesta contra el sistema universitario pero que al final demuestra ser un levantamiento contra un sistema caduco, anclado en las ideas conservadoras heredadas de Charles de Gaulle. Hacia finales del siglo XX, la historia de la ciudad está unida a la del presidente François Mitterrand, impulsor de proyectos emblemáticos como la reforma del Louvre y la construcción de la Pirámide de Cristal, el Gran Arco de la Defensa, la Gran Biblioteca de Tobialcy, la Ópera de la Bastilla o el Instituto del Mundo Árabe.
Los primeros años del siglo XXI acogen como presidentes a Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy y François Hollande.
Tumbas de J. Paul Sartre y Simone de Beauvoir en el cementerio de Montparnasse.