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Оглавление1 El nombre completo se halla en un epígrafe recogido en W. DITTENBERGER, Orientis graeci inscriptiones selectae (Leipzig, 1903-5), núm. 709. Según cuenta el propio Elio Aristides, añadió a su nombre primitivo el de Teodoro porque, en efecto, consideraba que toda su vida estaba repleta de dones de Asclepio (L 53-4, 70 K). ‘Elio’ muestra que no era ciudadano romano de nacimiento. Probablemente adquirió la ciudadanía cuando (Aelius) Adriano visitó Misia, y por ello, y en su honor, como era costumbre, habría tomado el nombre de quien se la concedió; cf. U. VON WILAMOWITZ, «Der Rhetor Aristeides», Sitzungsberichte der Preussischen Akademie der Wissenschaften phil.-hist. Kl. 28 (1925), 334.
2 Sobre los Discursos sagrados cf. C. A. BEHR, Aelius Aristides and the Sacred Tales, Amsterdam, 1968, esp. págs. 108-11 y 116-30. Su objetivo era poner de manifiesto la eficaz solicitud que Asclepio tuvo por él a lo largo de su vida. Así pues, en principio no tiene una pretensión biográfica esta obra. Sin embargo, puesto que Elio Aristides entendía que el dios estaba en constante relación con él, los Discursos sagrados ofrecen un importantísimo número de noticias sobre su vida, aunque de forma un tanto desordenada, pues las consigna según las asocia con otras que narra. A pesar de lo dicho, para situar la obra en la tradición autobiográfica de la Antigüedad cf. G. MISCH, Geschichte der Autobiographie, Leipzig-Berlín, 1907, vol. I, págs. 302-13 (cf. F. W. LENZ, Gnomon, 42 (1970), 244). Véase también la excelente introducción que hace S. NICOSIA a la obra: ELIO ARISTIDE, Discorsi Sacri, Milán, 1984 (en lo sucesivo citado NICOSIA, Discorsi).
3 A. BOULANGER, Aelius Aristide et la sophistique dans la province d’Asie au IIe siècle de notre ère, París, 1968 (= 1923), págs. 450-8. La fama de la que gozó el rétor se puede seguir también a través de los escolios, prolegómenos e imitaciones que se hicieron de su obra; cf. F. W. LENZ, The Aristeides Prolegomena, Leiden, 1959 y Aristeidesstudien, Berlín, 1964.
4 Págs. 581-85. Sobre Filóstrato cf. G. W. BOWERSOCK, Greek Sophists in the Roman Empire, Oxford, 1969, págs. 1-16. Sobre la biografía de Elio Aristides que se ofrece en las Vidas de los sofistas (en lo sucesivo citada Vidas) cf. BEHR, Sacred Tales, pág. 142. En torno a la fiabilidad de las informaciones recogidas en la obra de Filóstrato cf. C. P. JONES, «The Reliability of Philostratus», en G. W. BOWERSOCK (ed.), Approaches to the Second Sophistic, University Park, Pennsylvania, 1974, págs. 11-16.
5 LENZ hizo una edición (págs. 110-72) y estudio de los Prolegomena, donde defendió como correctas una serie de noticias que después fueron rechazadas por BEHR (Sacred Tales, págs. 143-46). Cf. la respuesta de LENZ en Gnomon, 42 (1970), 245.
6 Vol. I, pág. 353 Adler. Cf. BEHR, Sacred Tales, págs. 146 sig.
7 El primero en señalar el interés de estas anotaciones, que se conocían desde la edición de DINDORF 63 años antes, fue W. SCHMID en «Die Lebensgeschichte des Rhetors Aristides», Rheinisches Museum, 48 (1893), 60 ss. Cf. pág. 83 de esta Introducción.
8 Para los epígrafes de Misia cf. L. ROBERT, Études Anatoliennes. Recherches sur les inscriptions grecques de l'Asie Mineure, Amsterdam, 1970 (= París, 1937), págs. 207-22. J. y L. ROBERT han publicado otro hallado en Mitilene (Bulletin de Correspondance Hellenique, 1970, 422, y 1971, 102). También quiere identificar C. P. JONES el nombre de Aristides en un altar del Atica («Three Foreigners in Attica», Phoenix, 32 (1978), 232-4).
9 La identificación-reconstrucción la realizó R. HERZOG en «Ein Asklepios Hymnus des Aristeides von Smyrna» (Sitzungsberichte der Preussischen Akademie der Wissenschaften, Phil.-hist. Kl., 23 (1934), 753-70) y ha sido aceptada generalmente. Incluso CHR. HABICHT, en Die Inschriften des Asklepieions (Altertümer von Pergamon VIII 3, Berlín, 1969, páginas 144 y sig.), la ha vuelto a editar con pocas variaciones con respecto a HERZOG y dando por buena la identificación entre el personaje del epígrafe y Elio Aristides. Las razones que aduce Behr para considerar dudosa la adscripción del epígrafe a Elio Aristides son: 1) que ha sido muy reconstruido por Herzog; 2) que el viaje a Bitinia mencionado en la inscripción no nos es conocido en la vida de E. Aristides; 3) que se descuidan las cantidades en la métrica, algo insólito en el sofista (Sacred Tales, pág. 52).
10 FILÓSTRATO, Vidas, pág. 581, y Suda, vol. I, pág. 353 ADLER, mencionan Hadrianos como lugar de nacimiento de Elio Aristides. W. M. RAMSAY (The Historical Geography of Asia Minor, Londres, 1890, págs. 157 y 457) sugirió Hadrianuteras o Hadrianos, pero inclinándose más por la primera opción. Esta preferencia se fundaba básicamente en el material epigráfico relacionado con Aristides hallado en la zona de Hadrianuteras, al que después se añadieron otros hallazgos, y en un texto que después fue corregido en la ed. de KEIL (XLIX 1 K). Aun así no descartaba la posibilidad de que hubiera que distinguir entre el lugar de nacimiento (Hadrianos) y el lugar donde tenía las propiedades (Hadrianuteras). Esta última posibilidad es la que BEHR tiene por buena (Sacred Tales, pág. 3).
11 Cf. D. MAGIE, Roman Rule in Asia Minor to the End of the Third Century after Christ, Nueva York, 1975 (= Princeton, 1950), págs. 616 s., 639, 1476 s., 1501; A. H. M. JONES, The Cities of the Eastern Roman Provinces, 2.a ed., Oxford, 1971, pág. 89.
12 La larga discusión sobre el año en el que nació el rétor (Cf. BOULANGER, Aelius Aristides..., págs. 465 y sigs.) parece haberse zanjado con la interpretación por BEHR del horóscopo que sobre sí mismo ofrece Aristides (XLVII 31 K; XLVIII 16 K; L 57 s. K; LI 20 K). Cf. «Aelius Aristides’ Birth Date», American Journal of Philology, 90 (1969), 75-77.
13 El nombre lo dan FILÓSTRATO, Vidas, pág. 581, y Prolegomena, pág. 111 LENZ. La Suda (Vol. I, pág. 353 ADLER) dice que fue sacerdote y filósofo. Sobre sus recursos económicos y posible identificación cf. BEHR, Sacred Tales, pág. 4, n. 4, y pág. 7.
14 Prolegomena, pág. 111 LENZ.
15 FILÓSTRATO dice expresamente que ninguna otra ciudad hacía más sacrificios a las musas de la sofística (Vidas, pág. 613). Cf. BOWERSOCK, Greek Sophists, págs. 17-29. Para una descripción del ambiente cultural de Esmirna en la época de E. Aristides cf. C. J. CADOUX, Ancient Smyrna. A History of the City from the Earliest Times to 324 A. D., Oxford, 1938, págs. 247-284.
16 BEHR, Sacred Tales, págs. 41, 67, 69, 73, 97, 104. Cuando Elio Aristides hace una comparación para indicar solicitud o influencia benéfica recurre a la imagen de los tropheis; p. e., los romanos se han comportado con los griegos como «ayos» (XXVI 96 K), o la ciudad de Atenas ha desempeñado la función de un «ayo» para el resto de los hombres (I 1 L-B). Muy interesantes son las reflexiones de P. BROWN en torno a la preparación para que surjan «los hombres santos», derivada del hecho de que el padre no asumiera la función de trasmisor-preservador de las tradiciones, sino que tal ocupación quedara en manos de los «ayos» y la madre (Society and the Holy in Late Antiquity, Nueva York, 1982, pág. 149).
17 XLVII 27, 40, 66, 69, 72, 74, 76 K... Cf. el índice de nombres ofrecido en P. AELIUS ARISTIDES, The Complete Works, Vol. II: Orations XVII-LIII, traducido al inglés por CH. A. BEHR, Leiden, 1981.
18 XLVIII 44 K; LI 25 K. Cf. BEHR, Sacred Tales, págs. 97, 104, y G. MICHENAUD-J. DIERKENS, Les rêves dans les «Discours Sacrées» d’Aelius Aristides IIe siècle ap. J.-C. Essai d'analyse psychologique, publié à I’initiative et avec le concours de R. Crahay, Mons, 1972, páginas 14 y s.
19 WENNTZELL, «Alexandros» (95), en Paulys Realencyklopadie der classischen Altertumswissenschaft, I 2, Stuttgart, 1894, cols. 1455 y s.; BEHR, Sacred Tales, págs. 10 y s.
20 Vidas, pág. 581, cf. BEHR, Sacred Tales, pág. 12, n. 31.
21 Suda, vol. I, pág. 353 ADLER. Cf. BEHR, Sacred Tales, pág. 12, n. 30.
22 Suda, vol. I, pág. 353 ADLER; FILÓSTRATO, Vidas, pág. 581, quien no dice que fuera discípulo de Herodes, sino que estuvo en Atenas en su tiempo. Cf. BEHR, Sacred Tales, pág. 12 y s.; W. AMELING, Herodes Atticus. I. Biographie, Hildesheim-Zurich-Nueva York, 1983, págs. 128 y s.
23 La sabiduría de los egipcios aparece mencionada en varios pasajes de la obra de Elio Aristides (II 169 L-B; III 180 L-B; XXVI 73 K). Sobre el viaje, cf. BEHR, Sacred Tales, pág. 15, n. 44. Se trataba de una visita no infrecuente, cf. BOULANGER, Aelius Aristides, págs. 119 y sigs. El Discurso Egipcio (XXXVI K), fruto en buena medida de este viaje, lo escribió años después, en opinión de BEHR entre 147 y 149 (Sacred Tales, págs. 15-21 y 62 sig.).
24 H. HALFMANN, Die Senatoren aus dem östlichen Teil des Imperium Romanum bis zum Ende des 2. Jahrhunderts n. Chr., Gotinga, 1979, págs. 179 y sig. (n.° 100 a).
25 Sobre el impulso que recibió el culto de esta divinidad en tiempos de Adriano, sobre su capacidad de recibir poderes ajenos y fundirse con otros dioses, y sobre la forma sincrética en la que era venerada en Alejandría, cf. J. BEAUJEU, La religion romaine à l’apogée de l’empire, París, 1955, págs. 230 y sigs. Para el culto de Serapis en Esmirna, cf. CADOUX, Ancient Smyrna, pág. 214, y BEHR, Sacred Tales, págs. 21 y sig.
26 BEHR, Sacred Tales, pág. 21.
27 Menandro Rétor señalaba las muchas posibilidades establecidas por la preceptiva retórica al respecto (Menander Rhetor, Edición, traducción y comentarios por D. A. Russell y N. G. Wilson, Oxford, 1981, págs. 7-29).
28 A. D. NOCK, Conversion. The Old and the New in Religion from Alexander the Great to Augustine of Hippo, Oxford, 1933, págs. 83 y siguientes.
29 A. HÖFLER, Der Serapishymnus des Ailios Arisleides (Tübinger Beiträge zur Altertumswissenschaft 27), Tubinga, 1935; BEHR, Sacred Tales, págs. 21 y sig., 26, 73, 149; «Aelius Aristides and the Egyptian Gods», en Hommages a M. J. Vermaseren, vol. I, Leiden, 1978, págs. 13-24.
30 El año fue establecido por J. H. OLIVER en «The Ruling Power. A Study of the Roman Empire in the Second Century after Christ through the Roman Oration of Aelius Aristides», Transactions and Proceedings of American Philosophical Society, 43 (1953), 887; R. KLEIN, «Zur Datierung der Romrede des Aelius Aristides», Historia, 30 (1981), 337-39.
31 Desde un punto de vista general el tema ha sido bien desarrollado por F. MILLAR, The Emperor in the Roman World (31 B. C. A. D. 337), Londres, 1977, págs. 83 y sigs. Cf. también específicamente para los sofistas BOWERSOCK, Greek Sophists, págs. 43 y sigs. y passim. A través de la figura de Frontón hace E. CHAMPLIN interesantes consideraciones en Fronto and Antonine Rome, Cambridge (Mass.)-Londres, 1980, páginas. 29 y sigs. y passim.
32 AMELING, Herodes Atticus, págs. 82 y sig.
33 CHAMPLIN, Fronto, págs. 80 y sigs.
34 Sobre la rivalidad, un rasgo por otra parte típico entre los sofistas, cf. CHAMPLIN, Fronto, págs. 63 y sig. y 104 y sigs.; AMELING, Herodes Atticus, págs. 74 y sigs.
35 CHAMPLIN, Fronto, págs. 88 y sig.
36 Sobre el gramático Alejandro y Marco Aurelio cf. Meditaciones I 10 (The Meditations of the Emperor Marcus Aurelius, edición, traducción y comentarios por A. S. L. Farquharson, Oxford, 1968 (= 1944), vol. II, págs. 453 y sig.). Aristides menciona también la ayuda que recibió de Alejandro cuando estuvo enfermo en Roma (XXXII 39 K).
37 XLVIII 60-62, cf. BEHR, Sacred Tales, págs. 23 y sig.
38 XLVIII 63 s. K.
39 Hay discrepancias en torno a la fecha del discurso. Se aceptaba que había sido pronunciado por Elio Aristides con ocasión de esta visita a Roma, hasta que Behr propuso que el discurso habría sido pronunciado en otra visita a Roma realizada en torno al 155 (Sacred Tales, págs. 24, n. 6 y 88, n. 92); KLEIN, «Zur Datierung», 340 sigs., se inclina de nuevo hacia el año 143. Para una historia de las numerosas valoraciones que se han hecho del discurso cf. R. KLEIN, Die Romrede des Aelius Aristides, Darmstadt, 1981, págs. 160-172.
40 XXVI 44 ss. K.
41 A. D. MACRO, «The Cities of Asia Minor under the Roman Imperium», en H. TEMPORINI (ed.), Aufstieg und Niedergang der römischen Welt II 7, 2, Berlín-Nueva York, 1980, pág. 687.
42 E. L. BOWIE, «Greek and their Past in the Second Sophistic», Past and Present, 46 (1970), 3-41 (= M. I. FINLEY (ed.), Studies in Ancient Society, Londres, 1974, págs. 166-209).
43 La llama «Odisea» por lo accidentada que fue (XLVIII 65 ss. K).
44 BEHR, Sacred Tales, págs. 24 y sig.
45 BEHR, Sacred Tales, págs. 190 y sigs.
46 E. R. DODDS, Pagans and Christians in an Age of Anxiety, 2.a ed., Londres, 1968 (= Paganos y cristianos en una época de angustia. Algunos aspectos de la experiencia religiosa desde Marco Aurelio a Constantino, Madrid, 1975, págs. 61 y sigs.).
47 BEHR, Sacred Tales, págs. 190 y sigs.; D. DEL CORNO, «I sogni e la loro interpretazione nell’età dell’impero», Aufstieg und Niedergang II 16, 2 (1978), 1605-18; NICOSIA, Discorsi, págs. 38 y sigs.
48 DEL CORNO, «I Sogni...», págs. 107 sigs.
49 La enfermedad de Elio Aristides ha producido interés desde la Antigüedad. Galeno, que quizás lo conoció, dijo que era «consunción» (H. SCHRÖDER, Corpus medicorum graecorum, sup. I, 1934, pág. 99), los Prolegomena (pág. 112 LENZ) hablan de epilepsia y FILÓSTRATO, en Vidas, pág. 581, de una enfermedad nerviosa. Parece que hay que pensar en distintas enfermedades en las que se combinan problemas de carácter físico con otros psíquicos. La relación más completa de diagnósticos se ofrece en BEHR, Sacred Tales, págs. 162 y sigs., y MICHENAUD, Les rêves, págs. 99 y sigs. Sin embargo, la hipótesis de diagnóstico freudiano que ofrece esta última obra me produce cierto escepticismo: «ofrezco la hipótesis de que se trata del deseo —y del miedo— de una penetración homosexual anal» (pág. 99).
50 Sobre la hipocondria como un rasgo de la época cf. BOWERSOCK, Greek Sophists, págs. 69 y sigs.; L. POLVERINI, «Sull’epistolario di Frontone como fonte storica», en Seconda miscellanea greca e romana, Roma, 1968, págs. 427-59, esp. 446, n. 3. J. E. G. WHITEHORNE, en «Was Marcus Aurelius a Hypocondriac?», Latomus, 36 (1977), 413-21, exculpa a Marco Aurelio de la «acusación» de hipocondria.
51 Para fechar el período, cf. BEHR, Sacred Tales, págs. 43, n. 9, y 61, n. 1.
52 Sigo a CHR. HABICHT, Die Inschriften des Asklepieions, págs. 6-18.
53 HABICHT, Die Inschriften des Asklepieions, pág. 14; BEHR, Sacred Tales, págs. 32 y sigs.
54 Personal Religion among the Greeks, Berkeley-Los Ángeles, 1954, págs. 86 y sig.
55 S. NICOSIA, Elio Aristide nell’Asclepieio di Pergamo e la retorica recuperata (Università di Palermo, Istituto di filologia greca, quaderni 7), Palermo, 1979.
56 Es de resaltar que la mayoría de estos amigos, incluso cuando tienen un puesto importante en la administración romana, son de origen greco-oriental (BOWERSOCK, Greek Sophists, pág. 68): L. Claudio Pardalas (BEHR, Sacred Tales, pág. 48, n. 28; HALFMANN, Die Senatoren, página. 152); Sedato (HALFMANN, Die Senatoren, pág. 164, n.° 78); L. Cuspio Pactumeio Rufino (HALFMANN, Sie Senatoren, pág. 154, n.° 66); Quadratus, mencionado en tres ocasiones; según BEHR (Sacred Tales, págs. 57 y sigs.) hay que distinguir dos Quadrati, el de XLVII 22 K que sería Statius Quadratus y el de L 67, 71 K que sería C. Iulius Quadratus; en contra, viendo sólo en los tres pasajes a Statius Quadratus, BOWERSOCK (Greek Sophists, págs. 84 y sig.) y HALFMANN (Die Senatoren, páginas 154 y sig., n.° 67).
57 XLVIII 77 K y XLIX 44 K.
58 Hablo de prescripciones paradójicas, porque así eran entendidas también desde la óptica de la época. Su poder curativo radicaba en su procedencia divina que a su vez quedaba confirmada por el efecto benéfico del extraordinario remedio. Los ejemplos son abundantísimos y han sido sitematizados por BEHR en Sacred Tales, pág. 38.
59 BEHR, Sacred Tales, págs. 46 y sig.
60 BEHR, Ibidem; NICOSIA, Discorsi, págs. 24 y sigs.
61 Al final de su vida, en un discurso en donde presenta un balance de aquello por lo que debe estarle agradecido a Asclepio (XLII K) la oratoria ocupa un lugar casi más destacado que la salud.
62 Cf. BEHR, Sacred Tales, págs. 106 y sig.
63 Con frecuencia compara la retórica con un culto mistérico y al rétor con un iniciado: XXVIII 110, 114 s., 135 K; XLI 2 K...
64 Por ejemplo, todos los himnos del XXXVII al XLI K dice Aristides que fueron inspirados a través del sueño. Cf. también L 24-29, 31, 39-42 K.
65 Las ejecuciones poético-musicales tenían un efecto curativo sobre él (L 22, 30, 38 K). NICOSIA, Discorsi, págs. 22 y 25.
66 BEHR, Sacred Tales, págs. 61 y sig.
67 CADOUX, Ancient Smyrna, págs. 254-63; BOWERSOCK, Greek Sophists, págs. 17-18, 22-23, 26, 45, 48-49, 56, 90 y sigs., 120-23; HALFMANN, Die Senatoren, págs. 162 y sig.
68 BOWERSOCK, Greek Sophists, págs. 44, 91.
69 La información sobre el tema la facilita el propio Aristides (L 71-99 K). Cf. BEHR, Sacred Tales, págs. 61 y sigs.; BOWERSOCK, Greek Sophists, págs. 36-40.
70 Si se acepta que era de Hadrianos y no de Hadrianuteras.
71 Para un repaso general de las instituciones y vida ciudadana en Asia Menor en la época de Elio Aristides cf. MAGIE, Roman Rule, páginas 639-658, y MACRO, «The Cities of Asia Minor», págs. 658-697.
72 PLUTARCO en sus Consejos políticos (Praecepta gerendae reipublicae) alude repetidas veces a las presiones que ejercía la plebe para que los más adinerados realizaran desembolsos (802 A, 820 B, 821 F, 823 D).
73 PLUTARCO, Consejos políticos 805 A; MACRO, «The Cities of Asia Minor», pág. 687.
74 Sobre las asiarquías y/o arciprestazgos de Asia cuyas características —identificación entre ambos títulos y su carácter provincial o ciudadano— han sido discutidas, cf. M. ROSSNER, «Asiarchen und Archiereis Asias», Studii Clasice, 16 (1974), 101-111.
75 El estudio prosopográfico de ROSSNER en «Asiarchen und Archiereis Asias», págs. 112-141, no hace sino ratificar este hecho ya señalado por A. STEIN en «Zur sozialen Stellung der provinzialen Oberpriester», Epitymbion H. Swoboda dargebracht, Reichenberg, 1927, pág. 302.
76 Entre los antepasados de los senadores de origen oriental en el siglo II aparece un buen número de asiarcas; cf. HALFMANN, Die Senatoren, pág. 34.
77 Sobre esta tendencia a escoger sofistas y rétores para el cargo cf. STEIN, «Zur sozialen Stellung», págs. 303-5.
78 Sobre esta procedencia social de los sofistas cf. BOWERSOCK, Greek Sophists, págs. 21-24. Véase no obstante E. L. BOWIE, «The Importance of Sophists» en C. J. WINKLER Y G. WILLIAMS (eds.), Later Greek Literature (Yale Classical Studies 27), Cambridge, 1982, págs. 54 y sig.
79 Sobre estas reuniones del koinon, como ocasiones en las que periódicamente se recrudecían las rivalidades entre ciudades cf. R. MERKELBACH, «Der Rangstreit der Städte Asiens und die Rede des Aelius Aristides über die Eintracht», Zeitschrift für Papyrologie und Epigraphik, 32 (1978), 287-96.
80 FILÓSTRATO, Vidas, págs. 536, 539 y sig.
81 Vide supra.
82 Por ejemplo LI 30-34 K. Mezcla, no obstante, en su rechazo a Asclepio a quien hace responsable de una serie de sueños que le indicaron en qué forma debía actuar.
83 Se tratará este aspecto del pensamiento político de Aristides más adelante.
84 Sobre las particularidades de estos cargos, cronología y demás detalles cf. BEHR, Sacred Tales, págs. 61-86.
85 Heliodoro, Pardalas y Rufino. También consiguió una carta imperial.
86 Cuenta su enfermedad y muerte en XLVII 69-77 K.
87 BOULANGER, Aelius Aristide, págs. 185-192; J. AMMAN, Die Zeusrede des Aelios Aristeides (Tübinger Beiträge zur Altertumswissenschaft, Heft 12), Tubinga, 1931; BEHR, Sacred Tales, págs. 72 y sig., 151 y sig.
88 O. WEINREICH se preguntaba, como una cuestión de método previa y especialmente importante para los himnos dedicados a dioses, qué es lo que había en ellos de expresión de creencias personales y qué de preceptiva retórica («Typisches und Individuelles in der Religiosität des Aelius Aristeides», Neue Jahrbücher für das klassische Altertum, 17 (1914), 601).
89 WEINREICH, «Typisches und Individuelles», págs. 601 y sigs.; BOULANGER, Aelius Aristide, págs. 182 y sigs.; BEHR, Sacred Tales, páginas 72 y sig.
90 Coincido con esta opinión de BEHR (Sacred Tales, págs. 151 y sig.) que se opone a toda una tendencia que desde H. BAUMGART (Aelius Aristides als Repräsentant der sophistischen Rhetorik des zweiten Jahrhunderts der Kaiserzeit, Leipzig, 1874, págs. 75-80) quería ver en el discurso conceptos panteístas e incluso monoteístas.
91 Algo semejante sugiere también el Zeus-Asclepio venerado en el templo construido por Rufino, el amigo de Aristides, dentro del Asclepion, cf. HABICHT, Die Inschriften des Asklepieions, págs. 11-14.
92 BOULANGER, Aelius Aristide, págs. 374-76; BEHR, Sacred Tales, páginas 73 sig.
93 Para la cronología de la obra cf. C. P. JONES, «Toward a Chronology of Plutarch’s Works», Journal of Roman Studies, 56 (1966), 72, que la sitúa entre el 96 y el 114.
94 Cf. T. RENOIRTE, Les ‘Conseils politiques’ de Plutarque une lettre ouverte aux grecs a l’époque de Trajan, Lovaina, 1951; C. P. JONES, Plutarch and Rome, Oxford, 1971, págs. 110-130; G. J. D. AALDERS, Plutarch’s Political Thought, Amsterdam, 1982, págs. 54 y sigs.
95 Para la traducción de este pasaje cf. JONES, Plutarch, pág. 133.
96 «Maratón, Eurimedonte y Platea y cuantos ejemplos hacen hincharse y alborotarse vanamente al pueblo, queden para las escuelas de los sofistas.»
97 Sin embargo no todos los sofistas participaban de un mismo grado de afinidad con Roma. En ocasiones el gusto arcaizante del siglo II oculta añoranzas de tiempos mejores para Grecia; cf. BOWIE, «Greeks and their Past»; CHR. HABICHT, Pausanias und seine ‘Beschreibung Griechenlands’, Munich, 1985, págs. 118-141.
98 MAGIE, Roman Rule, págs. 569, 1427, y 631 y sig., 1491.
99 MAGIE, Roman Rule, págs. 632, 1492 y sig.
100 La obra presenta forma de carta. BOULANGER, Aelius Aristide, págs. 319-22; BEHR, Sacred Tales, págs. 10 y sigs., 76 y sig. La fecha de la obra tiene problemas.
101 BEHR, Sacred Tales, págs. 88 y sigs.
102 Véase la introducción al Panatenaico en este mismo volumen.
103 Para una puesta al día de estos sucesos cf. las aportaciones de A. BERTINELLI, M. L. CHAUMONT y J. WOLSKI en Aufstieg und Niedergang, II 9, 1 (1976), 3-45, 71-194; 195-214.
104 J. F. GILLIAN, en «The Plague under Marcus Aurelius», American Journal of Philology, 82 (1966), 225-51, pone coto a la retórica catastrofista con la que se han narrado las consecuencias de la peste.
105 Cuenta la aparición de la epidemia y su enfermedad en XLVIII 37-45 K. Una inclusión del tema de la peste en el reinado de Marco Aurelio puede verse en A. BIRLEY, Marcus Aurelius, Londres, 1966, páginas 202 y sigs. Sobre los síntomas e identificación de la enfermedad cf. BEHR, Sacred Tales, pág. 166, n. 13.
106 Cuenta el viaje y el éxito de este discurso, pronunciado en dos ocasiones, en LI 11-16 K. Es un panegírico al templo de Adriano en Cícico reconstruido tras un terremoto. La ocasión le permitió también hacer un homenaje a Marco Aurelio y Lucio Vero. BOULANGER, Aelius Aristide, págs. 343-6; BEHR, Sacred Tales, págs. 100-2; KLEIN, Die Romrede, pág. 86.
107 BOULANGER, Aelius Aristide, págs. 376-81; BEHR, Sacred Tales, págs. 104 y sig. Para un estudio de las razones que se aducían para estas rivalidades cf. R. MERKELBACH, «Der Rangstreit», 287-96. Hay abundante material epigráfico sobre el tema de las rivalidades estudiado magistralmente, para el caso de las ciudades bitinias Nicomedia y Nicea, por L. ROBERT, «La titulature de Nicée et de Nicomédie: la gloire et la haine», Harvard Studies in Classical Philology 81 (1977), 1-39.
108 Dión de Prusa se ocupó de la rivalidad entre ciudades griegas en varios de sus discursos; cf. D. KIENAST y H. CASTRITIUS, «Ein vernachlässigtes Zeugnis für die Reichspolitik Trajans: Die zweite tarsische Rede des Dion von Prusa», Historia, 20 (1971), 62-83; C. P. JONES, The Roman World of Dio Chrysostom, Cambridge (Mass.), 1978, págs. 76 y sigs.; P. DESIDERI, Dione di Prusa. Un intellettuale greco nell’impero romano, Mesina-Florencia, 1978, págs. 410 y sigs.
109 Estas rivalidades eran llamadas por los romanos hellenika hamartemata.
110 W. DITTENBERGER, Sylloge Inscriptionum graecarum, 3.a ed., Leipzig, 1915-24, n.° 849.
111 R. PACK, «Artemidorus and the Physiognomists», Transactions and Proceedings of the American Philological Association, 72 (1941), 321-34; BOWERSOCK, Greek Sophists, págs. 90 y sig.; HABICHT, Die Inschriften des Asklepieions, págs. 71 y sigs.
112 Especialmente importante en tiempos de los Severos.
113 BOWERSOCK, Greek Sophists, págs. 89-100.
114 BEHR, Sacred Tales, pág. 105, n. 34, sugiere a Ptolomeo de Naucratis.
115 Para la razón del título de la obra cf. FESTUGIÈRE, Personal Religion, pág. 88. BOULANGER, Aelius Aristide, págs. 169-72 y passim; BEHR, Sacred Tales, págs. 108-10 y passim; NICOSIA, Discorsi, págs. 33 y sigs. y passim.
116 Cf. D. J. GEAGAN, «Roman Athens: Some Aspects of Life and Culture I. 86 B. C.-A. D. 267», Aufstieg und Niedergang, II 7, 1 (1979), 402 y 432.
117 BOULANGER, Aelius Aristide, págs. 329-32; BEHR, Sacred Tales, pág. 110. Este último autor es partidario de atribuirle a Aristides algún grado de iniciación en los misterios eleusinos.
118 BIRLEY, Marcus Aurelius, págs. 262 y sigs.; BEHR, Sacred, Tales, pág. 111.
119 Sex. Quintilio Valerio Máximo y Sex. Quintilio Condiano fueron comites de M. Aurelio en este viaje por oriente; cf. HALFMANN, Die Senatoren, pág. 163, núm. 75 y 76.
120 R. PACK, «TWO Sophists and Two Emperors», Classical Philology, 42 (1947), 17 s.; BEHR, Sacred Tales, pág. 111.
121 En opinión de J. SPIESS no se debe hablar de «levantamiento», sino de lucha por la sucesión de M. Aurelio, al que se creía muerto (Avidius Cassius und der Aufstand des Jahres 175, Diss., Munich, 1975).
122 Según Casio Dión el levantamiento duró tres meses y 6 días (LXXI 27, 32, pág. 268). SPIESS cree que es un error del historiador y que debe reducirse a dos meses (Avidius Cassius, págs. 63-8).
123 SPIESS, Avidius Cassius, págs. 21-30.
124 SPIESS, Ibidem.
125 FILÓSTRATO, Vidas, pág. 563; cf. AMELING, Herodes Atticus, páginas 152 y sig.
126 HALFMANN, Die Senatoren, págs. 179 y sig., núm. 100 a.
127 SPIESS, Avidius Cassius, págs. 59-63.
128 Sobre la cronología y carácter de las distintas obras de Aristides relacionadas con este terremoto cf. BOULANGER, Aelius Aristides, páginas 325-29 y 387-89; BEHR, Sacred Tales, págs. 112-14; KLEIN, Die Romrede, págs. 89 y sig.
129 BEHR, Sacred Tales, pág. 114.
130 La Suda (Vol. I, pág. 353 ADLER) dice que Aristides murió durante el reinado de Cómodo; por otra parte tampoco hay datos sobre Aristides después del 180.
1 Aelius Aristides..., págs. 156-161. Son los siguientes: I. Discursos Sagrados; II. Obras de polémica y discusión; III. Declamaciones de escuela; IV. Discursos poéticos, y V. Discursos políticos.
2 B. P. REARDON, Courants littéraires grecs des IIe et IIIe siècles après J. C. (Annales littéraires de l’Université de Nantes, 3), París, 1971, páginas 125-126.
3 Die Romrede..., págs. 104-107.
4 Cf. la edición moderna Menander Rhetor, con traducción y comentario por D. A. RUSSELL y N. G. WILSON, Oxford, 1981. Por ella citaremos los pasajes de Menandro el Retórico.
5 Léase a H. I. MARROU, Historia de la educación en la antigüedad, Buenos Aires, 1965, págs. 182-251.
6 El tratamiento más completo puede leerse en B. SCHOULER, La tradition hellenique chez Libanios, París, Les Belles Lettres, 1984, páginas 51-138. Resumen en W. KROLL, «Rhetorik», en Paulys Realencyclopädie der classichen Altertumswissenschaft, Supplementband VII, Stuttgart, 1940, cols. 1118-1119.
7 Cf. REARDON, Courants littéraires..., págs. 104-114.
8 Léase a D. A. RUSSELL, Greek Declamation, Cambridge, 1983, páginas 16-17.
9 Estudio de conjunto en G. KENNEDY, «The Sophists as Declaimers», en Approaches to the Second Sophistic, editado por G. W. BOWERSOCK, University Park, Pennsylvania, 1974, págs. 17-22.
10 Cf. REARDON, Courants littéraires..., págs. 107-109.
11 Se titula Perì politeías; léase a P. GRAINDOR, Un milliardaire antique. Hérode Atticus et sa famille, El Cairo, 1930, págs. 161 y sigs.
12 Fálaris I y II, El tiranicida y El desheredado.
13 Cf. BOULANGER, Aelius Aristide..., págs. 271-299.
14 Léase la excelente monografía de L. PERNOT, Les «Discours Siciliens» d’Aelius Aristide (Or. 5-6): Étude littéraire et paléographique. Édition et traduction (Monographs in Classical Studies), Nueva York, Arno Press, 1981.
15 Aelius Aristide..., pág. 282.
16 Courants littéraires..., pág. 105. Es muy conocida la comparación que establece Reardon entre las declamaciones de los sofistas y el jazz en págs. 111-114.
17 Una diferencia fundamental entre las declamaciones griegas y latinas de época imperial estriba en la preferencia que tenían los sofistas griegos por los temas históricos, porque con ello reafirmaban el valor cultural del helenismo; cf. KENNEDY, «The Sophists as Daclaimers»..., pág. 20, y RUSSELL, Greek Declamation, págs. 106-128.
18 Cf. J. E. HARRY, «On the Authorship of the Leptinean Orations attributed to Aristides», American Journal of Philology 15 (1894), 66-73 y BOULANGER, Aelius Aristide..., págs. 291-292.
19 Léase a RUSSELL-WILSON, Menander Rhetor, pág. 295.
20 RUSSELL, Greek Declamation, pág. 78.
21 BOULANGER, Aelius Aristide..., pág. 293.
22 Cf. J. BOMPAIRE, Lucien écrivain. Imitation et création, París, 1958, págs. 286 y sigs. Serían: Hipias o El baño, Dioniso, Heracles, Acerca del ámbar o Los Cisnes, El sueño o El gallo, Dipsades, Heródoto, Zeuxis y Harmonides.
23 Fecha de BEHR, The Complete Works..., pág. 388.
24 Cf. BEHR, Sacred Tales..., págs. 95-96 y nota 6.
25 Véase BOMPAIRE, Lucien écrivain..., pág. 357.
26 Análisis en BOULANGER, Aelius Aristide..., págs. 210-270; REARDON, Courants littéraires..., págs. 149-154; y D. SOHLBERG, «Aelius Aristides und Diogenes von Babylon. Zur Geschichte des rednerischen Ideals», Museum Helveticum 29 (1972), 177-200 y 256-277.
27 Léase la introducción al Discurso II en págs. 255 ss.
28 Las críticas seguirían un siglo después, como se colige por el Contra Aristides del filósofo neoplatónico Porfirio; cf. BEHR, «Citations...», págs. 186-199.
29 El ataque no es nuevo; cf. TÁCITO, Diálogos de los Oradores, XIX y XXX; PETRONIO, Saliricón, I; SEXTO EMPÍRICO, Contra los rétores QUINTILIANO, V 12, 17 SS.
30 Argumentación en BOULANGER, Aelius Aristide..., págs. 239-249.
31 Sobre el genus demonstrativum, todavía es valiosa la monografía de T. C. BURGESS, Epideictic Literature (Studies in Classical Philology, 3), Ann Arbor, 1984 (= 1902), págs. 89-261. Cf. también KROLL, «Rhetorik», cols. 1128-1135; J. MARTIN, Antike Rhetorik. Technik und Methode, Munich, 1974, págs. 177-210; y un útil resumen en RUSSELL-WILSON, Menander Rhetor, págs. Xl-XXXIV.
32 Cf. G. KENNEDY, The Art of Persuasion in Greece, Princeton, 1963, págs. 167-203.
33 Cf. BOWERSOCK (ed.), Approaches..., págs. 30-34, y G. KENNEDY, The Art of Rhetoric in the Roman World, Princeton, 1972, págs. 553-613. En español es útil el resumen de J. GARCÍA BLANCO, «Literatura griega imperial», en Actualización científica en Filología Griega, editada por A. MARTÍNEZ DÍEZ, Universidad Complutense de Madrid, 1984, páginas 583-588.
34 Cf. GARCÍA BLANCO, «Literatura griega imperial», págs. 588-590.
35 BURGESS, Epideictic Literature, pág. 120; MARROU, Historia de la educación..., págs. 243-4; H. LAUSBERG, Manual de retórica literaria, Madrid, 1966, vol. I, págs. 216-221.
36 Menandro Rétor, 331.15-332.32 RUSSELL-WILSON (eds.).
37 Cf. BURGESS, Epideictic Literature, págs. 166-180.
38 Para Apuleyo puede consultarse el libro de J. G. GRIFFITHS, Apuleios of Madauros, The Isis-Book (Metamorphoses XI), Leiden, 1975, págs. 114-123. Más tarde destacan en la composición de himnos Juliano (Discursos VIII y XI) y Libanio (Discurso V).
39 Léase a A. HARDIE, Statius and the Silvae. Poets, Patrons and Epideixis in the Greco-Roman World (ARCA, Classical and Medieval Texts, Papers and Monographs, 9), Liverpool, Francis Cairns, 1983, página 93.
40 Puede leerse una enumeración de los himnos en prosa griegos y latinos en BURGESS, Epideictic Literature, págs. 175 y sigs.
41 De consulta obligada es E. NORDEN, Agnosias Theos: Untersuchungen zur Formengeschichte religiöser Rede, Stuttgart, 1956 (= 1913), páginas 143 y sigs.; cf. REARDON, Courants littéraires..., pág. 145.
42 Sobre ellos, cf. BOULANGER, Aelius Aristide..., págs. 311-315.
43 Véase J. AMMAN, Die Zeusrede des Aelios Aristeides, Tubinga, 1931.
44 Cf. Menandro Rétor, 368.1-377.30 RUSSELL-WILSON y el comentario en págs. 271-272. Pertenecen a este tipo el Discurso III de Dion de Prusa, el I de Juliano, el LIX de Libanio y II-IV de Temistio.
45 Discusión en BEHR, The complete Works..., págs. 399-400; hay que añadir la respuesta de JONES, «The eis Basilea again», Classical Quarterly 31 (1981), 224-225.
46 Menandro Rétor, 377.31-388.16 RUSSELL-WILSON, con comentario en págs. 282-283. El Discurso XIII de LIBANIO pertenece a este tipo. Para poesía, cf. F. CAIRNS, Generic Composition in Greek and Roman Poetry, Edimburgo, 1972, pág. 21.
47 BEHR, Sacred Tales, págs. 91-92 y The Complete Works..., páginas 356 y 361-362.
48 Cf. BEHR, The Complete Works..., pág. 389.
49 Menandro Rétor, 412.2-413.4 con notas de RUSSELL-WILSON; BURGES, Epideictic Literature, págs. 142-146; CAIRNS, Generic Composition..., págs. 165-169.
50 Discusión en BEHR, Sacred Tales, pág. 57, y The Complete Works..., pág. 389.
51 Menandro Rétor, 418.5-422.4 con el comentario y bibliografía de RUSSELL-WILSON. Cf. también A. RAMÍREZ DE VERGER, «La consolatio en Frontón: en torno al De nepote amisso», Faventia 5 (1983), 65-78.
52 El mismo Aristides cambia los títulos de discursos que responden a una misma composición genérica. Realmente, es muy difícil establecer una diferencia clara entre el epitaphios, el paramythetikós lógos y la monodia. Se pueden observar diferencias de matices, dado que el primero destaca por la parte encomiástica, el segundo por la consolatio, y la tercera por la lamentatio, aunque los tópicos pueden aparecer indistintamente en los tres; cf. BURGESS, Epideictic Literature, págs. 146-157 y RUSSELL-WILSON, Menander Rhetor, págs. 325 y 331-332.
53 Ejemplos en A. RAMÍREZ DE VERGER, «Parodia de un lamento ritual en Maximiano (El. V 87-104)», Habis 15 (1984), 152-153; para una visión de conjunto, cf. M. ALEXIOU, The Ritual Lament in Greek Tradition, Cambridge, 1974. La teoría en Menandro Rétor, 434.10-437.4, con nota de RUSSELL-WILSON en pág. 347.
54 Cf. BEHR, The Complete Works..., pág. 363.
55 Cf. Menandro Rétor, 344.15-359.15, con nota de RUSSELL-WILSON en pág. 245.
56 Véase la introducción al Panatenaico en págs. 105 y sigs. del presente volumen.
57 Cf. R. KLEIN, Die Romrede des Aelius Aristides, Darmstadt, 1981 (introducción) y 1983 (texto, traducción y comentario). Para la datación, cf. BEHR, The Complete Works..., pág. 373.
58 Párrafos 20-31; Cf. BOULANGER, Aelius Aristide..., págs. 346-347.
59 Aelius Aristide..., pág. 372.
60 Cf. BEHR, The Complete Works..., pág. 371.
61 Cf. BEHR, The Complete Works..., pág. 425. Muy valioso me parece el libro de S. NICOSIA, Elio Aristide. Discorsi Sacri, Milán, 1984; tiene una buena introducción (págs. 9-53), una traducción italiana y abundantes notas.
62 Léase, por ejemplo, a A. J. FESTUGIÈRE, Roman Religion..., páginas 85-104.
63 Como HOMERO, Odisea IV 4.
64 Cf. REARDON, Courants littéraires..., pág. 240; BEHR, The Complete Works..., págs. 402-403.
65 SACRED TALES, pág. 52; léase la nota 9 en págs. 9-10.
* L-B = Lenz, en Behr; B = edición de Behr; K = edición de Keil; D = edición de Dindorf. No se incluye en la sinopsis la obra perdida Contra los danzantes ni el Himno a Asclepio en poesía.
** Los títulos en latín pertenecen a la traducción latina de Canter, Basilea. 1566.
1 Sobre el aticismo léase un estado de la cuestión en P. DESIDERI, Dione di Prusa. Un intellettuale greco nell’impero romano, Mesina-Florencia, 1978, Appendice I: «Atticismo, Asianismo, Seconda Sofistica e politica culturale di Dione», págs. 524-536. Léanse también las discusiones de TH. GOELZER y G. W. BOWERSOCK en Le classicisme à Rome aux Iers siècles avant el après J. C. (Entretiens sur l’Antiquité Classique; XXV), Ginebra, 1979, págs. 1-75.
2 Der Atticismus in seinen Hauptvertretern, Hildesheim, 1964 (= Stuttgart, 1887-1896), t. II, pág. 244. Cf. BOULANGER, Aelius Aristide..., págs. 395-396.
3 Datos en BOULANGER, Aelius Aristide..., págs. 400-410; cf. J. ALSINA, Luciano. Obras I, Madrid, 1981, págs. 41-44.
4 Cf. BOULANGER, Aelius Aristide..., págs. 410-411.
5 Como hizo VAN GRONINGEN en «General Literary Tendencies in the Second Century A. D.», Mnemosyne 18 (1965), 41 ss. Fue decisivo en el cambio de valoración el trabajo de E. L. BOWIE, «Greeks and their Past in the Second Sophistic», Past and Present 46 (1970), 1-41 ( = Studies in Ancient Society, ed. M. I. Finley, Londres, 1974, págs. 166-209, con traducción española: Estudios sobre Historia Antigua, Madrid, Akal, 1981, págs. 185-231).
6 En «Greeks and their Past...», pág. 37 (= pág. 226 de la deficiente traducción española). Lo mismo piensa G. ANDERSON, «Lucian: a sophist’s sophist», Yale Classical Studies 27 (1982), 78-79.
7 Cf. A. RAMÍREZ DE VERGER, «La consolatio en Frontón...», páginas 77-78. Añádase B. BALDWIN, «Literature and Society in the Later Roman Empire», en Literary and Artistic Patronage in Ancient Rome, ed. Barbara K. Gold, Austin, 1982, págs. 72-73.
8 Cf. REARDON, Courants littéraires..., pág. 336; y L. CALLEBAT, «La prose d’Apulée dans le Magia», Wiener Studien 18 N. S. (1984), 151.
9 Der Atticismus..., págs. 253-313; y BOULANGER, Aelius Aristides..., págs. 413-427.
10 Aelius Aristide..., págs. 429-435.
11 Cf. E. NORDEN, Die antike Kunstprosa, Stuttgart, 1958 (= Leipzig, 1898), t. I, págs. 15-29, 63-71, 113-121 y 351-391. Sobre Isócrates y Aristides, cf. H. M. HUBBELL, The Influence of Isocrates on Cicero, Dionysius and Aristides, Tesis, Yale, New Haven, págs. 54-64.
12 Léanse, por ejemplo, las páginas 123-124 de Courants littéraires.
13 Cf. G. KENNEDY, Greek Rhetoric under Christian Emperors, Chapel Hill, 1983.
14 Cf. BOULANGER, Aelius Aristide..., págs. 20-57.
15 FILÓSTRATO, Vida de los Sofistas, II 589; traducción de M.a Concepción Giner.
16 En Magic and Rhetoric in Ancient Greece, Cambridge (Mass.) Londres, 1975, págs. 79-85; cf. A. RAMÍREZ DE VERGER, «La fabula de somno de Frontón» en Religión, superstición y magia en el mundo romano, Cádiz, 1985, págs. 66-68.
17 Vida de los Sofistas, I 492; traducción de M.a Concepción Giner.
18 Sobre la influencia de los sofistas, léase a E. L. BOWIE, «The importance of Sophists», Yale Classical Studies 27 (1982), 29-57.
19 J. DE ROMILLY, Magic and Rhetoric..., pág. 83.
1 En Aelii Aristidis Smyrnaei quae supersunt omnia, ed. Bruno Keil, vol. II: Orationes XVII-LIII, Berlín, 1958 (= 1898). Su introducción, en páginas III-XXXVIII, representa el primer estudio sobre la transmisión del texto de Aristides.
2 Dejó al morir el original del texto de los Discursos I y V-XVI, incluidos en la edición de BEHR.
3 P. Aelii Aristidis Opera quae exstant omnia volumen primum Orationes I-XVI complectens. Orationes I et V-XVI edidit Fridericus Waltharius LENZ. Praefationem conscripsit et Orationes II, III, IV edidit Carolus Allison BEHR, Leiden, 1976-1980. La obra está dividida en cuatro fascículos: 1. Praefatio et Oratio I; 2. Orationes II et III (partim); 3. Orationes III (continuatur), IV-VIII; 4. Orationes IX-XVI, addenda et corrigenda.
4 Págs. X-LVI de su edición.
5 En Les «Discours Siciliens...», págs. 437-440.
6 Léase la nota 7 de esta introducción.
7 Así BEHR, Aristidis opera omnia..., pág. LXX.
8 Aristides ex recensione Guilielmi Dindorfii, Leipzig, 1829 (= Hildesheim, 1964), vol. III, págs. 1-757. Cf. F. W. LENZ, The Aristeides Prolegomena, Mnemosyne Supplement V, 1959, y Aristidesstudien, Berlín, 1964, págs. 1-99.
9 Cf. su artículo «Un Papyrus du Panathenaïque d’Aelius Aristides: P. Ant. III 144», Chronique d’Egypte 50 (1975), 197-201; y BEHR, Aristidis opera omnia..., pág. 815.
10 «A Papyrus of Aristides’ Panathenaikos», Zeitschrift für Papyrologie und Epigraphik 2 (1968), 171-175.
11 Editado por J. W. B. BARNS y H. ZILLIACUS, The Antinoopolis Papyri, Part III, no. 182, Londres, 1968; cf. F. W. LENZ, «Zu den neuen Aristeides Papyri», Philologus 113 (1969), 301-306.
12 Cf. BEHR, Aristidis opera omnia..., pág. LVII.
13 Discusión y stemmata codicum en BEHR, Aristidis opera omnia..., págs. LXXIV-XCVII.
14 Los números arábigos entre paréntesis corresponden a la numeración de BEHR, Aristidis opera omnia..., págs. X-LVI, donde pueden leerse las descripciones respectivas. Añádase la aportación de L. PERNOT, Les «Discours Siciliens...», págs. 159-202, con la importante reseña de M. TSEVAT, «Du nouveau sur Aelius Aristide», Revue de Philologie 58 (1984), 275-284.
15 Amplia discusión en BEHR, Aristides opera omnia..., páginas LXXIV-CVII.
16 Datos en BEHR, Aristidis opera omnia..., págs. XCVIII-CXVI.
17 En sus Animadversiones in Graecos Auctores volumen tertium, quo Thucydides, Herodotus et Aristides pertractantur, Leipzig, 1761.
18 Scholia in Aelii Aristidis Sophistae Orationes Panathenaicum et Platonicas, Frankfurt, 1826.
19 The Complete Works, 2 vols., Leiden, 1981-1986.
20 Cf., p. e., las recientes monografías de L. Pernot, R. Klein o S. Nicosia, ya citadas.