Читать книгу René Salamanca y el clasismo - Enrique Arrosagaray - Страница 7
ОглавлениеCapítulo 1
Una introducción necesaria
La provincia de Córdoba ha tenido, entre otras características, la de concentrar un alto porcentaje de la producción de automóviles del país. Arrancó con los vehículos producidos en Industrias Mecánicas del Estado (IME) y con los de la IKA (Industrias Kaiser Argentina). Luego y centralmente con la radicación de las empresas FIAT y Renault. La primera en el barrio de Ferreyra; la segunda asociándose con IKA, que estaba en el barrio de Santa Isabel; más adelante Renault se quedó con la propiedad de toda la empresa.
IME (también se llamó IAME y DINfIA), empresa estatal fundamental en la historia fabril de Córdoba y del país, además de autos y utilitarios, fabricó tractores, motos y motonetas, etcétera.
Es rara una familia cordobesa que no tenga un pariente o amigo que haya pasado por estas plantas. Queremos decir con esto, que haber trabajado en estas fábricas les ha dado a miles y miles, una orgullosa identidad.
“Producción fabril” indica “obreros” y “obreros” implica “luchas”. Esta es una ecuación verdadera, y la validez de esta ecuación hay que buscarla en la historia y en el presente. El eterno y obvio choque entre los intereses obreros y los intereses empresarios genera luchas. Es una ley del capitalismo.
Como los empresarios supieron esto desde siempre, trataron de impedir la organización obrera, y donde no pudieron, trataron de corromper dirigentes. Con algunos –no pocos– no precisaron demasiados esfuerzos. ¿Hace falta aclararlo?, ponerse el mameluco lo hace obrero, pero no necesariamente un luchador por los intereses de la clase obrera.
Dedicamos pocas líneas para describir la estructura agropecuaria de Córdoba; porque no hay que olvidar la matriz nefasta que tiene la Argentina, que tiñe no solo la producción nacional sino también la lucha política profunda: según el Censo1 de 1974, apenas el 4,2% de las explotaciones agropecuarias manejaban el 50% de las tierras aptas para la actividad. Punto. No hay mucho más que decir, hoy no debe ser muy distinto.
Muchos muchachos del interior de la provincia y de otras provincias se acercaron en los años 60 a Córdoba en busca de trabajo, como ocurre naturalmente cuando la producción en los campos se mecaniza y, al mismo tiempo, cuando las explotaciones agrícolas se concentran cada vez en menos manos. Así ocurrió y sigue ocurriendo en Argentina.
En conjunto, estas plantas deberían tener poco menos de 20.000 trabajadores. Era el más importante conjunto de trabajadores, vinculados por el tipo de producción, que existía en la provincia.
El gobierno del cordobés y radical Arturo Illia, asumido en 1963, estaba débil por sus propias convicciones y además por la acción de los más altos poderes económicos en el país, sobre todo imperialistas. El 28 de junio de 1966 lo derrocan y se instala una nueva dictadura, una clásica dictadura proyanqui.
Esta dictadura parecía muy decidida pero tenía fuertes contradicciones internas, sobre todo en el Ejército; y tenía definitivas contradicciones con los trabajadores y el pueblo en general, que se expresan rápidamente.
Entre otras expresiones antidictatoriales, nace la CGTA el 28 de marzo de 1968 en el llamado Congreso de la CGT “Amado Olmos”. El vandorismo, que dirigía la tradicional CGT, ya tenía algunas complicaciones dentro del movimiento obrero. Augusto Vandor, vestido de peronista, fue oficialista con Onganía. Si bien la CGT casi siempre tuvo y tiene un ala oficialista, sea el gobierno que sea, incluso en dictaduras, la cercanía de Vandor con la dictadura fue descarnada. Un comando llamado “Blajakis-Zalazar”2, le quitó la vida en su propia oficina en la UOM, poco después.
Conformaban el SMATA Seccional Córdoba los trabajadores de las siguientes fábricas: IKA-Renault y su matricería Perdriel, Grandes Motores Diesel (GMD, de FIAT), Transax (de Ford), Thompson Ramco e Ilasa. Además, trabajadores de pequeños talleres mecánicos y empleados y obreros de concesionarias de toda la provincia.
En este trabajo nos ocupamos sobre todo de las experiencias de lucha de los trabajadores de la IKA-Renault entre 1968 y 1976. Pero también buscamos y encontramos a trabajadores de otras plantas para que hablen de sus procesos de lucha particulares y su mirada sobre el proceso en IKA-Renault.
Mencionamos ahora algunos de los más importantes hechos, como mojones, del riquísimo proceso de lucha de los trabajadores de IKA-Renault y de su entorno, desde el Cordobazo hasta el golpe de Estado de 1976, que pretenden ser no más que eso: una apretada mención de los picos de luchas en tan interesante proceso. Lo hacemos porque los protagonistas de los capítulos de este libro en algunos casos solo los mencionan o solo hacen referencia a algún aspecto, o hablan de los detalles que ellos quieren profundizar. Y desde nuestra tarea, nos resultaría imposible contextualizar cada uno de los cientos de comentarios que nuestros entrevistados hacen.
Sobre el Cordobazo hay mucha bibliografía –tenemos nuestras preferencias–; en todos o casi todos los trabajos se coincide en que los trabajadores de la planta de IKA-Renault fueron la columna vertebral de aquella jornada. Sabemos que miles de trabajadores en todo el país estaban acumulando broncas contra la dictadura de Onganía; además de los estudiantes universitarios, quienes, en más de una ciudad, fueron protagonistas destacados en la lucha de calle, en las tomas de establecimientos y de sectores de ciudad; y en crear métodos de combate, de comunicación, etc., haciendo gala de una creatividad notable. Los estudiantes del Barrio Clínicas, histórico, fueron un ejemplo de capacidad de combate y de creación. Las luchas de los estudiantes universitarios de Corrientes y de la federación Universitaria del Noreste fueron valiosas para ir rompiendo el respeto a la dictadura... El pueblo de Rosario y del Gran Rosario, sus trabajadores y estudiantes, entre otros.
Algunos entrevistados mencionan la lucha del Chocón, en Neuquén: los trabajadores que estaban construyendo la central hidroeléctrica Chocón Cerros Colorados se declaran en huelga y toman las instalaciones desde fines de febrero hasta mediados de marzo de 1970, por reivindicaciones propias, sobre todo de seguridad, y por el derecho a tener delegados. Hay decenas de artículos y libros escritos por la importancia de este conflicto, que terminó con la derrota de los trabajadores, a pesar de su heroicidad. Por ello en muchos conflictos de la época, incluso en los de los mecánicos de Córdoba, aparecerá la consigna “Por un Chocón triunfante”.
Primera toma de Perdriel
El 11 de mayo de 1970 la empresa resuelve ejecutar algunos traslados de obreros de esa planta a la de Santa Isabel. Era muy probable que varios de esos obreros fueran elegidos como delegados, entre ellos Luna y Ávalos, y la empresa no los quería. Inmediatamente, ya sin esos obreros en la planta y por pura casualidad, el Sindicato llama a elecciones de delegados. Pero el fervor en la planta ya no era controlado por el Sindicato: los trabajadores, con un activo que se va formando en las ideas y las conductas del clasismo, hacen una asamblea al día siguiente, la propuesta es tomar la planta y se aprueba masivamente: la planta es tomada por los trabajadores, con directivos y supervisores adentro, como rehenes. Y por si esto fuera poco, rodean la planta con materiales combustibles, tanques de nafta, etc. Salen delegaciones de obreros de Perdriel a pedir solidaridad; Ilasa –donde casi todas son mujeres– es la primera que la brinda. Hay una asamblea general con más de 4000 trabajadores de Santa Isabel; el orador de Perdriel logra hablar –no era fácil– y consigue, por aclamación, el apoyo de los trabajadores de la “planta insignia”. Luego de casi dos días y medio de toma, la empresa anula los traslados.
Con el triunfo en la mano, los trabajadores de Perdriel hacen una asamblea, festejan y toman la decisión de hacer abandono de la planta, dejan la toma. ¿Qué es lo primero que hacen? “Salimos de la fábrica, abandonamos a las ocho de la noche y marchamos encolumnados hasta el centro y de ahí a las puertas de FIAT, a llevar nuestra solidaridad”3. Horas antes del triunfo en Perdriel, los obreros de FIAT habían tomado la fábrica porque no los dejaban elegir su conducción libremente. En ese momento nacía SiTraC-SiTraM. La toma de la planta de Perdriel es una de las acciones obreras más democráticas y enérgicas, resuelta y organizada por los trabajadores, haciendo funcionar su organización (delegados, cuerpo de delegados y asamblea) en toda esa época. Fueron casi tres días de democracia obrera y de poder ejercido dentro de la empresa y por sobre las autoridades de la empresa. Cualquier estudioso de las luchas obreras en el mundo, tiene acá una experiencia muy avanzada.
En las polémicas de la época, la violenta toma y defensa de Perdriel puso, en la práctica, un mojón entre dos corrientes: el pacifismo del reformismo (léase PC) y sus compañeros de ruta, por un lado; y el foquismo, en cualquiera de sus versiones, en pleno desarrollo, que le daba a la masa de trabajadores el rol de apoyo y adhesión.
FIAT
El 14 de mayo, decíamos, estallan los trabajadores de FIAT, sobre todo por una cuestión de democracia interna, y toman las plantas de Concord y de Materfer, en el barrio de Ferreyra. De este proceso, nacen el Sindicato de Trabajadores de Concord (SiTraC) y el Sindicato de Trabajadores de Materfer (SiTraM), sindicatos de empresa que desarrollarán, juntos, experiencias de democracia obrera muy importantes, con tremenda repercusión en todo el país. Hay que recordar acá, que tuvieron como asesor a un abogado, “el Kuky” Alfredo Curutchet, hombre del PRT4, quien dejó un gran recuerdo porque fue bastante más que el asesor letrado.
Primer aniversario del Cordobazo
Hubo un acto en Córdoba por ese primer aniversario, en el que hablaron Agustín Tosco y Elpidio Torres. Los delegados de Perdriel, que acababan de protagonizar una toma triunfante apenas dos semanas atrás, dudaron y no fueron oradores. Un poco dudaron ellos, y otro poco los presionaron para que no hablen, no eran de sus palos. Así lo reconoce y lo recuerda uno de aquellos delegados: “en parte no nos animamos y segundo, ellos no quisieron. Nosotros éramos en ese momento una corriente en desarrollo, representativa en el Cuerpo de Delegados, distinta de Torres y de Tosco y nos hacen las mil y una para que no podamos hablar”5.
Hay que recordar que en ese momento, desde marzo, Elpidio Torres era el secretario general de la CGT Regional. También en marzo se habían hecho elecciones en la seccional cordobesa del SMATA. Allí se presentaron dos listas: la verde y Celeste con Elpidio Torres a la cabeza obtuvo 3607, y la lista Azul 2393 votos6. Torres, entonces, tenía dos años de mandato por delante y tenía motivos para estar con el pecho henchido pero –siempre hay un pero– se irá mucho antes de terminar ese mandato, por el desprestigio que lo enlodará y deglutirá en pocos meses. Los obreros de Perdriel, con su impertinencia y su coraje le acababan de dar una estocada en la yugular. Y viene la llamada Huelga Grande, de la que hablaremos enseguida, y el proceso de radicalización de los trabajadores, que será algo así como un adoquinazo en la nuca de Torres y lo dejará ya sin margen de maniobras.
Tomas de fábricas de junio de 1970
Todas las plantas mecánicas de Córdoba son tomadas desde el mediodía del 2 de junio de 1970, como medida de lucha por un conjunto de reivindicaciones y también por el aniversario del Cordobazo. Había inicialmente un planteo de los trabajadores de Perdriel para tomar una medida de lucha de esta naturaleza desde hacía dos semanas atrás. Pero para el arranque de junio, el Sindicato y Elpidio Torres personalmente se ponen a la cabeza aunque, luego veremos, relativamente: el mismo Torres propone que se cree un Comité de Ocupación en Santa Isabel, sobre el que pretende que recaiga la responsabilidad de la medida. Con esta medida –la creación de un Comité de Ocupación en IKA-Renault y en cada una de las fábricas mecánicas–, que en apariencia es una medida democrática de Torres y que además incluye a los delegados de Perdriel, intenta, en nuestra opinión, desvincularse de los resultados que seguramente él ya conocía, pues los habría negociado con la empresa.
No logrará, sin embargo, desvincularse de los resultados. Todo lo contrario.
Cuando se desarrollaba el tercer día de toma, la represión actúa con una decisión que sorprende y desaloja en primer término la planta de Perdriel, y manda a la cárcel a numerosos obreros, entre ellos a los principales dirigentes, como Gerardo Luna y Agustín Funes. Ellos y otros estarán presos durante un mes.
lLa toma de la planta de IKA-Renault dura un día más. Hay tareas divisionistas, algunos se van, un núcleo más duro resiste y cuando la represión los desaloja, hay broncas, llantos e impotencia. Inmediatamente la patronal echa cientos de trabajadores, la cantidad exacta difiere según las fuentes. En los próximos capítulos, nuestros entrevistados dirán que son algo más de 1000 y que luego retoman 300 o 400 quedando el resto, 700 u 800, echados definitivamente. Por ejemplo Manuel Gómez, a quien podrán leer más adelante, es uno de los que queda afuera.
Entre los cientos que quedan afuera de la fábrica están muchas decenas de obreros que se venían transformando en un activo que se proponía ir mucho más allá de Torres. Alguien dirá que habían descabezado a los padres del Cordobazo.
Una publicación oficial o libro oficial del SMATA de Córdoba de 2006, dejará por escrito la intención de desvincular a Elpidio Torres de aquella derrota, describiendo aquel desenlace así:
Las Comisiones de Ocupación procedieron a evacuar cada una de las plantas a medida que las circunstancias así lo exigían, para evitar que se repitiera lo de la planta de matrices. La última en ser desalojada fue la planta de IKA-Renault. El día 6 a la hora 11:00, reunidos en asamblea frente al salón comedor y a sugerencia del Comité de Ocupación, avalado por el Cuerpo de Delegados, se resolvió desocupar las instalaciones, proseguir con la huelga y realizar una asamblea en el local sindical el día lunes 8 de junio a las 9:00 horas.7
Ese mismo día 8 de junio es desalojado de la presidencia el general Onganía. Sin comentarios. Así lo recuerda este libro oficial del SMATA: “Si el Cordobazo había herido de muerte a Onganía, las tomas de fábricas retiraron el cadáver”8.
Algunas páginas más adelante, la misma publicación oficialista informará que los despedidos en IKA-Renault fueron 487, de los cuales retomarán 221. Además, informa que el total de los trabajadores definitivamente despedidos en las otras plantas mecánicas fue de 110 trabajadores.9 Son cifras muy lejanas a las que han quedado en la memoria de los trabajadores en general y de los que entrevistamos en particular.
Huelga Grande
Tras el desalojo de la planta de Santa Isabel, los trabajadores van a la huelga y reclaman la reincorporación de los cientos de despedidos, centralmente.
Nuestros entrevistados, en las próximas páginas, hablarán más de una vez sobre distintos aspectos de la Huelga Grande. Coinciden, sobre todo, en lo valioso de la decisión de tantos miles de trabajadores y en que tanto la patronal como el Sindicato, es decir Elpidio Torres, aprovecharon esta situación para sacar de la fábrica a muchos trabajadores que comenzaban a cuestionar a fondo a Torres. A lo largo de tantos días de huelga –un mes– comenzaba a olfatearse y a definirse como traición la actitud del legendario Elpidio.
Ya habían pasado más de veinte días en huelga cuando, según el citado libro SMATA… 50 años de lucha, aparece algo similar a una actitud gremial solidaria: “En la última semana de junio, el Plenario Nacional de Secretarios Generales reunido en la Capital federal, dispuso un paro general en todo el país en apoyo a los mecánicos cordobeses y en demanda, especialmente, en el tema de despidos, que ya sumaban 800”10.
Actitud solidaria tardía, más parecida a ser cómplice del desgaste al que apostó la empresa y Torres, que a una actitud sincera. Qué se podía esperar desde Buenos Aires; también para el SMATA nacional era bueno limpiar la fábrica de zurdos, tal como llamaban a cualquier opositor al que no podían comprar. Además, percibimos que en este libro oficial ni siquiera cuidaron un detalle que no es un detalle: en algunos párrafos hablan de 800 despidos, en otros, de 400.
El desenlace de la Huelga Grande, histórica, es balanceado por el libro oficial de José Campellone, poniendo en los trabajadores la decisión de terminar la huelga. Lo dice así: “... Luego de 34 días de lucha, los compañeros, ante la angustia económica, debieron declinar, y desacatando la resolución de la asamblea que ellos mismos habían votado, volvieron al trabajo”11. No habla, claro, de la persistente tarea divisionista de las autoridades del gremio, y menos aún habla de la Iguana Ferrari y su rol de romper la huelga juntando obreros en Alta Gracia e ingresándolos en la planta en micros. Ya lo contarán nuestros entrevistados.
Aramburu, en simultáneo
Es útil recordar que el 29 de mayo de 1970 un comando secuestra en su casa al general retirado Pedro Eugenio Aramburu, ex dictador y fusilador; lo mantiene capturado un puñado de días hasta que un comunicado informa que Aramburu “fue ajusticiado” y que su cuerpo está en una estancia en la localidad de Timote, provincia de Buenos Aires. Era el 2 de junio de 1970. Hace así su presentación, en esta coyuntura, la organización Montoneros.
Mucho se ha investigado y escrito sobre este hecho, sin demasiadas coincidencias. Lo objetivo es que la organización Montoneros tuvo un crecimiento notable en poco tiempo, incluso tuvo una presencia destacada de sus militantes en varias fábricas mecánicas, aunque según nos cuentan, nunca la tuvo en IKA-Renault ni en otras plantas mecánicas cordobesas.
Elpidio Torres se va
En marzo de 1971 renuncia Elpidio Torres, muy desprestigiado y seguramente con alguna promesa-acuerdo político con los sectores político-militares de la época, ya que en esos días el general Alejandro Agustín Lanusse asume la presidencia. Lo hace el 26 de marzo, desalojando a Levingston, fugaz presidente. A Torres lo reemplaza Mario Bagué, que era su adjunto. Y para secretario adjunto de Bagué asume el primer vocal: Ademar Quinteros.
SiTraC-SiTraM
Los trabajadores de las plantas de FIAT en el barrio de Ferreyra, que fabricaban coches (Concord) y materiales ferroviarios (Materfer), crearon, luego de mucha lucha, sindicatos muy representativos de sus bases, a los que definieron como clasistas. Eran sindicatos de planta y, hasta ese momento, sus dirigentes estaban más cerca de la patronal que de los intereses y necesidades de los obreros. La conformación de estas nuevas direcciones, surgidas de los trabajadores, fue una experiencia muy valiosa que selló una orientación política más definida cuando aparece un programa que elaboraron con mucho detalle. Este programa se aprueba y aparece públicamente en mayo de 1971. Fue una conmoción para el movimiento obrero porque fue un programa revolucionario y el SiTraC y el SiTraM se transformaron en un faro para todos los trabajadores del país, en un momento que la lucha contra la dictadura seguía creciendo. El Programa del SiTraC-SiTraM termina con una consigna: “Ni golpe ni elección: revolución”. La dictadura los puso en la mira y en octubre los disolvió.
Tal vez ayudó a la posibilidad de su disolución que sus dirigentes, en un proceso de meses, se distanciaron un poco del conjunto de los trabajadores. Gregorio Flores, uno de sus dirigentes más importantes, lo menciona como “ese ultraizquierdismo que hemos reconocido...”12.
Aparición del Mrs
El Movimiento de Recuperación Sindical (MRS) es el nombre que adquiere la inquietud de algunos trabajadores de IKA-Renault para ir ganando terreno en lo sindical; inicialmente, coordinar algo del activo y algunos delegados, y conformar una fuerza para enfrentar al oficialismo.
Si hubiera que fechar este origen habría que marcarlo por septiembre u octubre de 1971. La iniciativa estuvo en manos de algunos integrantes de la Agrupación 1° de Mayo, agrupación que había nacido en Dinfia y que se había extendido con fuerza en Perdriel, en sus recientes experiencias de tomas de planta. En Santa Isabel comenzaba a tener alguna fuerza. Algunos de los obreros que entrevistamos, formaron parte de aquel primer grupo de la Agrupación 1° de Mayo en IKA-Renault.
Como rápidamente aparece una convocatoria a elecciones generales en el SMATA provincial, el MRS se ocupará prontamente de conformar no solo este Movimiento sino una lista electoral. Lo lograrán en tiempo y forma y se presentarán con el color Marrón.
Tal vez tenga razón la Mona Delgado –se podrá comprobar en detalle en las páginas inmediatas–, cuando dice que esto fue posible porque hubo una fuerte alianza entre el Peronismo de Base (PB) y el Partido Comunista Revolucionario (PCR), dentro de la fábrica.
Elecciones sindicales de 1972
Se realizan los días 26, 27 y 28 de abril de 1972.
“Un desconocido, que apenas si tenía los dos años de antigüedad para ser candidato que requiere el estatuto, lo derrotó”13. El desconocido es René Salamanca y tiene razón el libro oficial, apenas tenía la antigüedad estatutaria para pretender el cargo. También era muy joven con sus treinta y monedas. Pero acumulaba más de diez años husmeando por la ciudad capital, calle por calle, taller por taller y así aprendió que los trabajadores de IKA-Renault definían en el movimiento obrero cordobés. También venía husmeando en la política. Nuestro entrevistado Polo Valdez nos contará algunas cosas más adelante acerca de su vinculación con el Partido Justicialista, también Mario Bober lo ubicará, en un capítulo cercano, con alguna relación con la fuerza de Ángel “el vasco” Bengoechea y sobre todo con la Agrupación Felipe Vallese. Es decir que aunque el libro oficial afirme con certeza que apenas tenía la antigüedad requerida por el estatuto, sí tenía cinco veces más antigüedad en la curiosidad política, algo menos en la pelea sindical y bastante menos en su pertenencia al Partido Comunista Revolucionario cordobés. Es decir, era un obrero mecánico más o menos novato, pero en lo demás no era ningún novato. Para 1972 tenía más de diez años de casado y un hijo, por lo tanto sabía lo peliagudo y necesario que era tener un sueldo digno.
En esta elección, la Lista Marrón que encabezó un desconocido, obtuvo 3089 votos, apenas 285 más que la lista oficialista, la que tenía todo el aparato gremial en sus manos, además de apoyo implícito del establishment local.
Lista nacional opositora a José Rodríguez
Cuando en 1974 se estaba logrando la conformación de una lista nacional opositora a José Rodríguez, lista que partía, esencialmente, de una alianza para este objetivo entre las fuerzas obreras mecánicas dirigidas por el PCR –principalmente desde Córdoba– y por la JTP Montoneros14 –desde Buenos Aires–, esta fracasó porque apenas un rato antes del cierre de la presentación de la documentación ante la Junta Electoral, aquel 7 de abril, la JTP Montoneros informó no tener los miles de avales que había dicho tener.
La delegación de obreros cordobeses de la Lista Marrón que estaba en Buenos Aires con toda la documentación que ellos traían, junto a sus abogados y apoderados, sintieron una de las más grandes traiciones de sus vidas.
No se ha escrito mucho al respecto pero hay algún texto que se puede consultar.15 Sin embargo lo valioso para Rodríguez es que se le esfumó un problema, sin costo. Por lo menos sin costo público, ya que no sabemos qué habrá negociado. Así lo recordó él mismo, diez años después:
En el 74 hubo un intento de lista opositora que tuvo su base en Córdoba, con el secretario general René Salamanca junto con algunos sectores de Buenos Aires identificados con grupos como la JTP. Pero esta lista no prosperó, iniciaron las gestiones ante la Comisión Electoral, pero después, cuando llegó el momento de la presentación de listas, no habían tenido acuerdo entre ellos, no tenían la lista formada. No hubo ninguna impugnación, ni ninguna actitud para que la lista fuera prohibida o no pudiera participar, sino que realmente no habían podido organizar lo que correspondía: ni los candidatos, ni las formas, ni el número de apoyo necesario para llegar a ser lista nacional. 16
El mismo fascículo, pero en el cuerpo central del texto –no en el texto entrecomillado perteneciente a Rodríguez– dice al respecto:
Hubo un intento de conformación de una lista opositora con base en la seccional cordobesa y en algunas empresas de Buenos Aires, pero no se llegó a concretar porque la lista Celeste de Buenos Aires no consiguió reunir los elementos a los que se había comprometido para adjuntarlos a la Lista Marrón cordobesa.17
En las negociaciones entre la Lista Marrón y la lista Celeste, los primeros cedieron el color; es decir, la lista nacional resultante de la alianza, llevaría el nombre de lista Celeste.
Dos días después, el 9 de abril, la Lista Marrón distribuyó un comunicado resumiendo los hechos ocurridos en esos días, para que todos los trabajadores estuvieran informados. Este comunicado se distribuyó en las plantas mecánicas de Córdoba y también en las de Capital federal y Gran Buenos Aires.
Rodríguez no tuvo oposición, cabalgó tranquilo. Salvo en Córdoba, en donde menos de 400 obreros votaron a nivel nacional por José Rodríguez. Inmediatamente, la Marrón volvió a ganar a nivel provincial, ahora con más del 50% de los votos.
Más crisis, golpe y elecciones
Terminado un primer período de la Lista Marrón en la conducción, se realizan elecciones para renovar autoridades el 8, 9 y 10 de mayo de 1974.
El país del año 74 no era el mismo del 72. No había una dictadura en declive sino que el presidente era Juan Domingo Perón desde octubre de 1973, tras tantos años de ser prohibido y difamado. Su esposa, Estela Martínez de Perón, Isabelita, era la vicepresidenta. Pocos gobiernos constitucionales tuvieron tanto apoyo popular expresado en las urnas; pero se debilitaba por las disputas y el desangre con que las grandes potencias de la época –y sus aliados y quintacolumnas internos– sometían a nuestra patria.
Antes de que Perón ganara las elecciones del 23 de septiembre del 73, Cámpora y Solano Lima eran gobierno desde la salida que Lanusse pudo elegir, con las elecciones del 11 de marzo. Tras casi siete años de dictadura se respiraba primavera, aunque era otoño cuando asumió el gobierno justicialista, aquel 25 de Mayo: cientos de miles de ciudadanos en las calles, un desfile militar que no pudo terminar, liberación de varios cientos de presos políticos por la noche desde la cárcel de Devoto… ¡Sí, se respiraba primavera!
Salamanca –y su partido– habían hecho pública su postura, su sugerencia, de votar en blanco. Todos los obreros mecánicos conocieron su opinión en Santa Isabel, también en las otras plantas. Quienes querían desprestigiarlo, sobre todo desde el aparato de la burocracia sindical cordobesa y desde algún sector de izquierda, usaron este argumento para corroer su prestigio, aspirando a deteriorarlo definitivamente para las elecciones del 74. También, claro, hubo críticas honestas.
En Córdoba, en esos días de elecciones en el SMATA, era gobernador Duilio Brunello, en calidad de interventor.
Los hombres que habían ganado las elecciones del 73 eran Ricardo Obregón Cano y Atilio López, por el Justicialismo, y un golpe de Estado los derrocó el 27 de febrero de 1974. A este episodio se lo llamó inmediatamente el Navarrazo, porque el coronel Antonio Navarro, que estaba a cargo de la policía, fue quien encabezó la asonada, a punta de pistolas e itacas. Esta burla a la soberanía del pueblo cordobés no sobresaltó al Poder Ejecutivo Nacional, quien simplemente, a los días, mandó un interventor, Duilio Brunello, que era un hombre de mucha confianza del ministro de Economía José Ber Gelbard. Los otros poderes de Córdoba tampoco se sobresaltaron, en páginas próximas algo nos dirá sobre esto un integrante clave del legislativo: Polo Valdez, hombre del corazón del Justicialismo local. Su amigo Mario Dante Agodino se hizo cargo del Ejecutivo los primeros días y el 2 de marzo llegó Brunello. Seis meses después, el 7 de septiembre, Brunello será historia y se hace cargo de la provincia para ejecutar las persecuciones más duras, Raúl Oscar Lacabanne, que se decía peronista. Salvo Luciano Benjamín Menéndez, Lacabanne es el mayor responsable de tanto castigo al cuerpo del pueblo cordobés.
Pocos días después de hacerse cargo Lacabanne, asesinan bárbaramente en Buenos Aires a Atilio López, reciente derrocado vicegobernador, hombre peronista, de izquierda.
En medio de este proceso, que se agravaba día a día –no es una frase hecha–, se hacen nuevas elecciones en el SMATA cordobés. El PC y algunos de sus compañeros de ruta se apartan de la Lista Marrón y forman su propia lista, la Naranja, que sin duda le restaría votos a la Marrón. La encabezó el Negro Olmos, delegado de Pintura. Se presenta también la lista Gris encabezada por Givilaro, un empleado de Perdriel. Esta lista pretendía acaudillar a los tradicionales obreros peronistas que por lustros se habían encolumnado con el histórico Elpidio Torres.
Las elecciones se hacen los días 8, 9 y 10 de mayo. La Lista Marrón obtiene 4027 votos, es decir el 52,6% de los votos. La lista Gris logró 2770 votos y la Naranja obtuvo 793. Nuestros entrevistados, en las próximas páginas, contarán numerosos detalles de esta puja. Harán referencia entre otras cosas, al centenar de obreros que hicieron entrar a la planta en las semanas previas a las elecciones, para que hagan campaña a full por la Gris y en contra de la Marrón.
El resultado, como dijimos, fue un triunfo espectacular de la Lista Marrón: 1000 obreros más habían pasado a confiar en esta. Por eso, desde Buenos Aires el SMATA, es decir José Rodríguez, no reconocerá el triunfo del clasismo, inventará argumentos y en pocas semanas terminará expulsando a los integrantes de la flamante Comisión Directiva del Sindicato, por lo tanto, legalmente, deja acéfala la Seccional. ¿Cuál es el paso inmediato, entonces, porque los Estatutos se lo imponen?: intervenir la Seccional Córdoba del SMATA. Como no la puede controlar, la interviene. En realidad actúa en el mismo sentido que la persecución que desata el Navarrazo: desde Buenos Aires, desconocimiento de este segundo triunfo electoral de la Lista Marrón; y de parte de las nuevas autoridades de Córdoba, orden de captura para todos los integrantes de la Comisión Directiva de la Seccional.
Entre mayo (segundo triunfo de la Lista Marrón) y agosto (expulsión de los integrantes de la Comisión Directiva) de 1974, hay cuatro meses de incertidumbre y de lucha de los mecánicos de Córdoba para que desde Buenos Aires la conducción del SMATA reconociera el triunfo de la Lista Marrón en la Seccional, ya reconocida por las otras listas cordobesas.
En medio de este período, el 1° de julio muere el presidente Perón, hecho que produce una enorme conmoción también entre los mecánicos provinciales, y asume la vicepresidenta, su esposa, Isabel Martínez de Perón. Por supuesto que el fallecimiento de un líder de la magnitud de Perón, alteró todas las pujas que estaban en tensión. Para los poderosos intereses en juego, no era lo mismo Perón en la presidencia, que Isabel. Objetivamente no era lo mismo, pero los poderosos de siempre usaron esa diferencia para ahondarla desde todo punto de vista y para apostar a su renuncia. Y si la renuncia no aparecía, apostarían a derrocarla. Muy pronto comenzaron los planes golpistas, que eran más de uno. El que tuvo como mascarón de proa al brigadier Capellini (18 de diciembre de 1975, apenas cinco días antes del intento del ERP18 de tomar un Depósito de Arsenales en Monte Chingolo), pretendía las renuncias de Fautario a la jefatura de la fuerza, y de Isabel Martínez a la presidencia; fracasó porque la mayoría de las Fuerzas Armadas ya estaba embarcada en otro proyecto golpista. Tres meses y medio después, el de Videla triunfó.
Hay otra teoría, perfectamente posible, que dice que lo empujaron a Capellini para que genere el descabezamiento del brigadier Fautario, quien estaba al frente de la fuerza Aérea, pues Fautario quería defender la constitucionalidad.
Dijimos que en agosto, el día 8 exactamente, en Buenos Aires se resuelve la expulsión del gremio de la Comisión Directiva cordobesa del SMATA y la hacen pública.
Al día siguiente una asamblea de los obreros mecánicos cordobeses rechaza la medida. Y al otro día, el 10 de agosto, hay reunión del Cuerpo de Delegados y tratan la resolución del SMATA nacional: deciden plebiscitar en las bases, sección por sección, la resolución que venía desde Buenos Aires. Lo que surge de cada sección de cada fábrica es el apoyo a la Comisión Directiva local.
No hace falta decir que a José Rodríguez eso no le importó nada. Lo que menos le interesaba era la opinión democrática de la masa de obreros mecánicos cordobeses.
Luego de tensiones indecibles, José Rodríguez y sus aliados políticos en el país y en la provincia, logran que el 26 de agosto de 1974, el juez Hairabedian emita la orden para el desalojo de la sede sindical. No les fue fácil a la delegación que Rodríguez envió, pero finalmente tomaron con la policía la sede sindical de la calle 27 de Abril.
La Comisión Directiva que había ganado las elecciones siguió reuniéndose pues los trabajadores la reconocían como tal, a pesar de que, primero, su triunfo no era reconocido por el SMATA nacional, y luego, a pesar de la expulsión del gremio en agosto. Sus dirigentes participaron en más de una reunión y en más de una asamblea, incluso el propio René Salamanca, a pesar de estar con orden de captura.
Uno de los primeros apresados será el secretario adjunto Roque Romero, él nos lo contará. Salamanca pasó a vivir en la clandestinidad, aunque nunca dejó de vivir en Córdoba. En el capítulo que le dedicamos a él, mencionamos algunos de esos domicilios, ya que nos ocupamos de buscarlos con mucha paciencia. Incluso el último, esa planta alta en la calle Leonardo Da Vinci, en donde fue secuestrado en la noche del golpe de Videla.
Debemos decir acá, aunque estará contado más adelante, que desde mediados del 74 hasta el golpe del 76 hubo una constante denuncia desde la Lista Marrón de los preparativos de un golpe de Estado que se venía, lo que constituyó una verdadera lucha antigolpista. Creemos que fue una denuncia bastante en solitario pero que permitió hacer lazos firmes con la más profunda masa de trabajadores peronistas.
Durante un año, Lacabanne trata de destruir todo lo que tuviera que ver con las organizaciones obreras y populares. En septiembre de 1975 se hace cargo de la provincia el general Luciano Benjamín Menéndez, quien hará todo lo necesario, sin ahorrar sangre, para que nadie levante un dedo, cuando seis meses más adelante se produzca el golpe de Estado.
Sin embargo, hubo más de un dedo levantado.
José Rodríguez aportó su cuota contra la democracia obrera, combatiendo y finalmente interviniendo la Seccional Córdoba del SMATA. Con el diario del lunes se entiende mejor su aporte: la propia FITIM19 no tuvo más remedio que separar a José Rodríguez del cargo de vicepresidente, debiendo ceder a las acusaciones que pesaron sobre él desde muchos años antes, vinculándolo a la represión sobre los obreros mecánicos de la planta de Mercedes Benz, en Buenos Aires, de parte de la dictadura de Videla. Esta es la síntesis: José Rodríguez siempre estuvo mucho más cerca de las patronales automotrices y de los gobiernos anticonstitucionales, que de los obreros que decía representar.
Contemporáneas y actuales definiciones de “burócratas” o de “los gordos” u otras más agraviantes, referidas a las tradicionales conducciones sindicales, son insuficientes. La verdad es que son, esencialmente, la voz y las manos de las patronales, en el movimiento obrero.
Del marco internacional casi nada diremos porque lejos está de ser objeto de este trabajo.
La guerra de resistencia de los vietnamitas estaba en pleno desarrollo durante el primer lustro de los 70, culminando en 1975 con la derrota y huída del ejército estadounidense y de sus hombres de la famosa CIA.
El Mayo francés y la Primavera de Praga, ambos en 1968, sacudían el corazón de Europa, sorprendiendo incluso a los políticos más experimentados, sobre todo a los marxistas.
La Revolución Cultural Proletaria China finalizaba su experiencia triunfante, pero Mao moriría enseguida y una increíble crisis política llevaría al cambio de clase en el timón durante ese proceso.
El triunfo de la Unidad Popular en Chile en 1970 abrió esperanzas y también confusiones. Poco antes, el asesinato del Che Guevara en Bolivia generaba una ola popular e internacional de repudio y al mismo tiempo, una ola de nuevas adhesiones a su legado. Legado con diversas interpretaciones.
Y en la Argentina también estaban sobre la mesa esas diversas interpretaciones sobre el legado del Che.
1 Censo Nacional Agropecuario de 1974. Nuestra cita es global. Para ver este dato con mucho más detalle, se puede consultar el Censo en cualquiera de los grandes Archivos de nuestro país.
2 Domingo Blajakis y Juan Zalazar vivían en Avellaneda –uno en Gerli, el otro en Wilde– y fueron asesinados por vandor y su patota el 13 de mayo de 1966 en la Confitería la Real. Ambos formaban parte de Acción Revolucionaria Peronista (ARP), que dirigía John William Cooke. Este hecho está reconstruido claramente en el libro ¿Quién mató a Rosendo? de Rodolfo Walsh.
3 Ludueña, N. [seudónimo de Gerardo Luna]: “Elementos sobre la experiencia de lucha de los trabajadores mecánicos de Córdoba”, en Revista Teoría y Política N° 21, Buenos Aires, junio-septiembre, 1978, p. 38.
4 Partido Revolucionario de los Trabajadores.
5 Ludueña, N., ob. cit., p. 41.
6 Campellone, José; Arriola, Marisabel: SMATA Seccional Córdoba, 50 años de vida, 50 años de lucha, Córdoba: MEL Editor, 2006, p. 139.
7 Campellone, José.; Arriola, Marisabel, ob. cit., p. 141.
8 ídem, p. 141.
9 ídem, p. 143
10 ídem, p. 142.
11 ídem
12 Flores, Gregorio: “El Salamanca que yo conocí”, en Revista Sudestada, N° 13, Buenos Aires, enero, 2017, p. 49.
13 Campellone, José.; Arriola, Marisabel, ob. cit., p. 148.
14 Juventud Trabajadora Peronista Montoneros.
15 Arrosagaray, Enrique: “Salamanca”, en Hechos y Protagonistas de las Luchas Obreras Argentinas, Editorial Experiencia, Buenos Aires, fascículo N° 1, año 1, enero de 1984, pp. 15-16.
16 S/A: “José Rodríguez, Secretario General del SMATA”, en Hechos y Protagonistas de las Luchas Obreras Argentinas, Editorial Experiencia, Buenos Aires, fascículo N° 5, año 1, mayo de 1984, p. 17.
17 ídem, p. 16.
18 Ejército Revolucionario del Pueblo.
19 Federación Internacional de Trabajadores de las Industrias Metalúrgicas.