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El primer movimiento influye en el último
El plan estratégico
Оглавление«¿Entre cuántos movimientos puedo elegir, según el promedio normal?» Semejante enfoque, por supuesto, lleva ya en sí mismo el germen de la inseguridad y el desconcierto, pues pierde de vista por completo la naturaleza esencial del juego: la estrategia. Es preciso disponer de un plan que abarque los conceptos de ataque y defensa para conseguir un propósito: poner en situación de mate al rey adversario mediante un proceso previsto y desarrollado de acuerdo con las pautas de juego que va planteando el adversario mientras desarrolla su propio esquema de actuación.
Por lo tanto, lo primero que debe hacerse es analizar las posibilidades que presenta nuestro juego para que el adversario pueda lograr sus objetivos. Luego hay que estudiar la forma de frustrar estos propósitos y elaborar, a partir del planteamiento inicial, la base de nuestro plan de ataque. Finalmente, hay que comprobar si ese plan es en realidad viable y si corresponde a un esquema de contrajuego válido que se adecue a las acciones del oponente, ya sea neutralizándolas o volviéndolas en su contra a base de inutilizar sus posiciones, clavar sus piezas o dispersarlas para hacer que nos abra vías de acceso.
En otras palabras, la primera virtud de un jugador de ajedrez radica en la capacidad para hacer que su juego armonice con el del adversario, haciéndolo fluir en la dirección más conveniente, ya que es así, justamente, como se evita el caos y se consigue llevar la iniciativa o desplegar la defensa más efectiva en el momento más conveniente.