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CAPÍTULO 2 «LAS BASES HUMANÍSTICAS DE LA TERAPIA AKÁSHICA»
ОглавлениеAbreviaciones:
«T.Ak»= «Terapia Akáshica»
«ter. ak.»= «Terapeuta akáshico»
Registros= «Registros Akáshicos»
¿Qué es la teoría de las «Mamuschkas» en la Terapia Akáshica?
Desde que nacemos hasta que morimos, nuestro ser bioenergético fabrica a nuestro alrededor una capa nueva de energía, cada 72 horas. La sucesión de ellas hace suponer que el inconsciente colectivo creó este objeto decorativo llamado Mamuschka, (muñecas rusas insertadas unas en otras). A título de ejemplo, una persona de 50 años tiene aproximadamente 18.250 capas invisibles donde está escrita su historia, la negativa y la positiva, tal como si se tratara de fotografías negras o coloreadas que flotan alrededor de ella.
Cuando conduzcamos un análisis sobre un paciente, gracias a la máquina de acceso a los Registros Akáshicos, podremos percibir estas imágenes, no en el orden cronológico de su aparición, sino de un modo que será más provechoso para el tratamiento. El terapeuta pregunta, y la máquina elige la capa generadora del mayor trastorno, la que es oportuno y posible sanar, que es en general la del plano causal más alto.
A lo largo del tratamiento, las capas irán presentándose, según una lógica que corresponde a la de los Registros Akáshicos, muy diferente de la lógica humana.
¿Cómo utiliza los conocimientos de la Bioenergía?
Cada dato de la bioenergía es asociado a consecuencias simultáneas sobre el plano físico, mental y espiritual. Sabemos que ningún problema humano está aislad; por el contrario, toda enfermedad que suframos en cualquiera de los planos, genera un holograma en los otros dos. De aquí la necesidad de trabajar cada problema tres veces, con tres métodos diferentes, cada uno dedicado al plano físico, mental o espiritual. Sabemos que, si no erradicamos una enfermedad en los tres planos simultáneamente, los hologramas generarán una repetición de la enfermedad, pero con una mutación. Por ejemplo, una enfermedad del corazón puede luego transformarse en cáncer, por no haber eliminado los otros dos hologramas, el mental y el espiritual, asociados a la enfermedad cardíaca. El mecanismo de creación de los hologramas es conocido, y lo encontraremos expuesto más adelante.
El lector notará que la T. Ak no disocia lo que interviene en el cuerpo -sector reservado de la medicina- de lo que ocurre en el plano mental -caza protegida de la psicología- ni del plano espiritual -que desearían reservarse los representantes religiosos-. Los tres planos actúan simultáneamente en todos los aspectos de nuestra vida, lo que faltaba al investigador era un medio técnico para indagar en estos niveles, observar, cuantificar y deducir estrategias de resolución.
¿Cómo reinventa el análisis en el sector psicológico?
Para el Terapeuta, la psicología ES bioenergía. No considera que las palabras pueden representar la realidad de lo que pasa en el ser humano; cito el libro «Hipnotismo & Bioenergía»:
«Tenemos que emplear otros medios de comunicación. Por otra parte, ¿en qué medida una palabra representa una realidad energética? Según mis cálculos, uno dividido por tres millones quinientos mil (1/3.500.000); dicho en forma cabal, la palabra con la cual queremos representar una realidad tiene tres millones y medio menos de potencia que la misma realidad para nosotros; motivo por el cual nadie puede comprender el sufrimiento de otros, si no lo experimenta personalmente.»
Como primera consecuencia, aunque en la T. Ak haya un gran respeto hacia los fundadores de la psicología moderna, la psiquiatría y las neurociencias, consideramos que, si la palabra no puede representar la realidad interna del ser humano, la palabra terapéutica tampoco podrá actuar sobre ella. Los lenguajes que podrían tener acceso a estas realidades internas son lenguajes de poder energético, tales como el sánscrito, donde ciertas palabras no solo representan el concepto, sino que actúan sobre el objeto energético propiamente dicho. El mejor ejemplo es la misma palabra Kundalini. Alguien que repitiera miles de veces: «Energía de Fuego que sube en mi columna vertebral» solo llegaría al aburrimiento, mientras que repetir la palabra Kundalini la misma cantidad de veces, sabiendo lo que significa, provocará una subida energética en forma segura, en la columna vertebral. El otro caso donde la palabra actuaría, siendo expresada en la lengua madre del paciente, sería pronunciándola después de provocar estados de consciencia diferentes en él; es el objeto de la carrera de post-grado «Tecnologías de la Consciencia». Mientras tanto, la T.Ak. utiliza multitud de medios de acción directa sobre las energías, en general a distancia.
¿Qué importancia atribuye a los sueños?
Contienen multitud de mensajes del ser bioenergético, mezclados con interpretaciones neuronales y disfraces del cuerpo diabólico. Lo que hace que solo podamos los analizarlos con nuestras máquinas de acceso a los Registros Akáshicos. En general un solo detalle de ellos importa, y contiene un mensaje revelador, una advertencia o una instrucción para decodificar. Esta forma de utilizarlos no niega la existencia de otras interpretaciones de ellos; en la homeopatía, los sueños presentan síntomas reveladores, y en psicoanálisis también.
¿Por qué motivo el análisis de la Terapia Akáshica empieza siempre por el sector ocultista, aunque el paciente manifieste no creer en su existencia?
Que el paciente crea o no, es un tema subjetivo independiente de la realidad misma de dichas energías. En la T.Ak, sería un error inadmisible desdeñar este sector; en efecto, hemos puesto en evidencia que un alto porcentaje de los problemas que manifiesta el paciente en el sector psicológico, psicosomático, médico y relacional, puede ser relacionado con infecciones provocadas por estas energías. Ellas se insertan en nuestra vida, simulando síntomas que engañan a los profesionales. En la organización educativa de la medicina tradicional o de la psicología moderna, por lo menos en occidente, no existe ningún lugar potencial para las energías desconocidas, excepto la honestidad de ciertos profesionales. Científicamente, el profesional universitario no está preparado para admitir que los síntomas que le fueron enseñados pueden tener un origen ajeno a las enfermedades conocidas. Es una carencia ególatra de la enseñanza occidental y una ofensa peligrosa que hacemos a las civilizaciones orientales, en pos de la integridad científica.
¿Por qué el análisis de la Terapia Akáshica se encamina obligatoriamente por el sector bioenergético?
El plano bioenergético pocas veces es causal de los problemas del paciente; más bien, es el vector de transmisión de las energías, llevándolas de un plano hacia el otro. Detectar dónde hay anomalías en el cuerpo bioenergético del paciente, es acertar dos golpes de una vez:
1. Tener una pista sobre el origen del problema y sus probables consecuencias;
2. Tener la oportunidad de bloquear dichas consecuencias, siendo el sector bioenergético el último eslabón de transformación; por ejemplo, de un problema psicológico en un problema somático.
¿Cómo se comporta el Terapeuta Akáshico, cuando se encuentra con un paciente Psicótico?
A menos de ser también psicólogo o psiquiatra, rehúsa atenderlo y lo deriva a los profesionales adecuados; sin embargo, puede ayudarlo, no a través de un contacto directo, sino a distancia, colaborando con un miembro de su familia o su terapeuta. Los medios energéticos de la T.Ak. le permiten este tipo de atención lejana.
¿Y al encontrarse con un paciente de una enfermedad declarada?
Le doy entonces, la misma respuesta. Si el ter. ak. no es médico, no se permitirá interferir con el tratamiento, aconsejar ni desaconsejar, opinar sobre el diagnóstico, por el contrario: no empleará ninguna terminología médica, sino que hablará en términos energéticos, empezara la consulta en forma ética, recordando al paciente que no es médico, ni psicólogo, ni sacerdote, y que no debe utilizar sus opiniones o diagnósticos para interrumpir o modificar el tratamiento que los profesionales le ha prescrito. Debe esperar del Terapeuta un punto de vista distinto, un enfoque que los otros profesionales no pueden brindarle (energías, vida pasada, contaminaciones ocultistas, trastornos de los 18 cuerpos, percepción parapsíquicas, etc.), y debe agregarlos a los medios de tratamiento tradicional, nunca sustituirlos.
¿Qué tratamiento no médico ofrece la Terapia Akáshica a un paciente enfermo?
Después de formular las reservas éticas indicadas anteriormente, la T.Ak actuará solamente en los campos energéticos del paciente, y, además: a distancia. Cualquiera sea la enfermedad del paciente, tiene una causa muy alejada del padecimiento declarado, cuyo tratamiento sintomatológico pertenece a la medicina. El Terapeuta trabajará sobre esta causa.
En segunda instancia, toda enfermedad corporal está ligada a un gran desequilibrio bioenergético que solo puede exagerar las consecuencias nocivas e impedir la recuperación. El debilitamiento del terreno biológico paralelo a un debilitamiento de la bioenergía del paciente: el Terapeuta actuará sobre este terreno, levantando rápidamente las defensas energéticas con los 25.000 medios de los cuales dispone.
En tercera instancia, el Terapeuta tratará los dos hologramas que acompañan la enfermedad en el plano mental y espiritual, bloqueando la ruta a una recidiva con mutaciones.
El uso de la «Tecnoconciencia del Sueño», postgrado donde se enseña a recrear un ambiente nocturno propicio a la recuperación, es solo una agrupación de técnicas de la T rápidamente el orden en el cuerpo neuronal.
¿Qué es el psicoanálisis Akáshico?
Es otra forma de practicar una indagación global en un paciente. Es un método gráfico donde se trata de trazar un organigrama. En el centro, los bloques neuróticos que trastornan al paciente en el momento presente son los componentes de su malestar. Luego, se determinan cuántas cadenas causales son generadoras de tales problemas. El concepto de «cadenas causales» es importante en la T.Ak. Por una parte, damos este nombre a una sucesión de acontecimientos, internos o externos, que empezaron en vidas pasadas, ocurrieron tal vez en la vida intrauterina o acaso durante los 72 primeros meses de la vida, y continuaron hasta hoy. La T.Ak. puso en evidencia que cada eslabón de estas cadenas termina conteniendo en nuestra memoria un holograma de todos los otros, de tal modo que cuando ayudemos al paciente a erradicarlas, tendremos que erradicar todos y cada uno de sus componentes, porque de lo contrario la cadena continuaría de funcionando por automatismo, aunque la mayor parte de sus componentes hubieran sido desactivados. En la parte baja del gráfico, veremos aparecer todas las consecuencias de la parte superior.
Lo más extraño de este Psicoanálisis Akáshico, es que el paciente debe quedar silencioso, no debe hablar más que para confirmar o informar que recuerda tal acontecimiento o es consciente de tal consecuencia. El Terapeuta debe descubrir cada uno de los componentes gracias a su máquina de indagación de los Registros Akáshicos; en este sentido, confirmamos que en ellos está registrada la historia de la persona, y la repetición sin fin de acontecimientos propios del género humano. En efecto, en Registros, todo está hecho de algoritmos potenciales que se ponen en marcha o no en una persona, en función de los estímulos que recibe.
¿Qué significa el concepto de «patrón de normalidad»?
Consideramos que cada persona ha desarrollado un sistema de auto compensaciones, un conjunto de reglas reactivas a las agresiones del mundo exterior, y una forma de adaptarse a las influencias cosmotelúricas que modificaron su «consciencia»; por ese motivo rechazamos el concepto global de normalidad absoluta y de patología, considerando que solo existen normalidades relativas. Descartamos los casos de alienación, que no tratamos, si no tenemos formación psiquiátrica.
Determinamos los patrones de normalidad de cada persona, y podemos conocer el porcentaje real de derivación de este patrón que tiene un individuo en su comportamiento, seguros de que estas derivaciones son fuente de sufrimientos personales y ajenos.
¿Cómo estudia el aspecto de las relaciones humanas, en la vida del paciente?
En primer lugar, utilizamos el concepto de «óvulo bioenergético», es decir la suma de relaciones a la vez consanguíneas y afectivas que une a una persona con su familia. En este óvulo, las energías circulan 40 veces más rápida e intensamente que fuera de él. Encontramos muchas veces la fuente de los problemas de un individuo en contaminaciones inconscientes de origen familiar.
En una segunda instancia analizamos la intensidad y longitud de radiación de los chakras del paciente. La intensidad da un dato de depresión bioenergética en la parte psicológica relacionada con el chakra analizado (por ejemplo, tener un 15% en el chakra del corazón, indica sufrimiento y frustración afectiva, o egoísmo; por el contrario 180% indica una sensibilidad exagerada a los afectos, que fácilmente deriva en invasión, castración, etc.). La longitud de radiación nos informa sobre la capacidad de interrelación de una persona con las demás. Tener 30 centímetros de radiación en el chakra del corazón será característica de alguien que sufre de soledad y de incapacidad para relacionarse afectivamente; por el contrario, un chakra de varios metros caracteriza una persona atractiva en el plano sentimental.
En tercera instancia , analizamos las interferencias ocultistas, cuya presencia puede destruir fácilmente una pareja, desequilibrar una familia y provocar una inmersión del individuo en la más profunda angustia de la soledad.
Por último, medimos la interferencia del cuerpo diabólico en la relación humana. La mayoría de las relaciones trastornadas fueron interferidas por la lucha entre el cuerpo diabólico y el angélico de uno y sus congéneres. Por ejemplo, una persona «buena» (es decir en la cual predomina el cuerpo angelical), provocará violentas reacciones en el cuerpo diabólico de los colegas de trabajo, que se sentirán amenazados. Inversamente, una persona «mala», al ingresar en una congregación o un grupo de personas cuyo cuerpo angelical está muy desarrollado, podrá indisponerlos en un primer tiempo, sentirse rechazada probablemente, pero tal vez termine armonizándose con los cuerpos angelicales de su grupo.
Consideramos que todas las relaciones humanas tienen un trasfondo de lucha entre los dos cuerpos evocados, pero no hay ninguna consideración religiosa en este enfoque sino de polaridad.
¿Y qué papel les atribuye a las emociones humanas?
En primer lugar, las decodificamos desde el cuerpo diabólico de los involucrados; por ejemplo, la ira combinada con la falta de confianza en sí mismo, amalgamados e impulsados por el cuerpo diabólico, dan nacimiento a «los celos», cuya intensidad no pocas veces condujo a dramas pasionales.
En una segunda etapa, recordamos que mientras las neurociencias las consideran desde el enfoque bioquímicos y neurofisiológicos, el ter. ak., no solo integra estos datos, sino que le agrega la dimensión bioenergética, sin la cual las emociones son incomprensibles; también agregará la dimensión ocultista, porque cualquiera de nosotros podría ser interferido por esas energías negativas tan fáciles de manejar y difíciles de detectar y contrarrestar.
Cómo última pregunta, ¿por qué motivo se presenta esta dualidad entre “hombres espejos” y “hombres luz”?
Es una forma de auto juzgarse que enseña la T.Ak. a sus pacientes, seguidores y profesionales. Es un incentivo a interrogarse sobre la cualidad de nuestro posicionamiento frente a la humanidad y a la colectividad más pequeña en la cual nos desempeñamos... aunque sea el grupo familiar solamente.
Muchos de nosotros deberíamos tomar consciencia de que nos comportamos como si el cuerpo estuviera recubierto con mercurio (este metal líquido funciona como un espejo), es decir que reflejamos a los demás. Los demás opinan de formas diversas, pero los hombres espejos se limitan a elegir entre opiniones, en lugar de formular las suyas. Los demás están deprimidos, ellos se deprimen; van a una fiesta y se contaminan de la alegría del ambiente. Aprenden ideas, conceptos, y los reiteran, tal vez serán excelentes profesores o alumnos... pero solo reflejan. Las publicidades promueven un nuevo complemento alimenticio... aceptan esta sugestión hipnótica, y van a comprarlo; de repente toman consciencia de que lo necesitan... han reflejado la publicidad, entrando en los mercados cautivos.
La T.Ak. pone especial énfasis en el «libre albedrío» del individuo, no por motivos religiosos, (cada Terapeuta tiene o no la suya, pero la T.Ak. no entra en consideraciones religiosas sino solo técnicas), sino porque en todos los aspectos, el libre albedrío es el mejor síntoma de salud mental y espiritual que puede presentar un individuo.
Si entramos en un movimiento que nos hace perder nuestro libre albedrío, hemos entrado en una secta o una agrupación de poder que solo sirve a sus dirigentes, pero no a cada individuo.
Precisamente, un gran argumento de todas estas agrupaciones, es generada por el sentimiento de entrar en «un grupo de pertenencia», derivado metafórico de «familia adoptiva». Toda persona que crea que su felicidad depende de otras personas, puede considerarse como un «hombre espejo».
Por el contrario, cuando hemos descubierto que nuestra felicidad depende de la Paz Interior que hemos conseguido, y que nadie puede brindárnosla, sino que resultará de un trabajo personal, disciplinado y metódico; cuando descubrimos que nosotros tenemos que dar felicidad a los demás, sin esperanza de retorno; cuando aprendemos a pensar por nosotros mismos, obligándonos a salir del campo del hipnotismo social, y tomando decisiones atípicas de ser necesario, hasta teniendo el valor de aceptar el rechazo y el oprobio de nuestro ex grupo de pertenencia, no es que entremos en un nuevo grupo (los rebeldes, contestatarios, revolucionarios, libres pensadores, etc...) sino que por fin «pensamos», es decir hemos reencontrado nuestro libre albedrío. Desde ese momento, si estamos bien firmes en nuestra posición, bien asentados en nuestra paz interior... empezamos a emitir luz porque hemos roto este espejo que nos cubría la piel, por fin dejamos de reflejar a los demás y, en ciertos aspectos, seremos el referente de los demás.
En todo hombre espejo existe un hombre luz. El trabajo del ter. ak. es revelarlo, ayudar a cada ser a tomar consciencia de su alto valor genuino, de la verdadera igualdad que existe entre todos los hombres... cuando comparamos los poderes implícitos que transporta el ser bioenergético.
El grito de la revolución francesa de 1789: «libertad, igualdad, fraternidad», nunca dejó de sonar a nuestros oídos de filósofos y espiritualistas. Pero hay que reconocer objetivamente que la sociedad actual nos deja como única oportunidad de igualdad, la de los seres bioenergéticos; entre ellos, la de la libertad, de la reconquista del libre albedrío, y de la de fraternidad, la toma de consciencia que hace todo hombre luz. Bioenergéticamente hablando, ningún ser está aislado de los demás del planeta. Vivimos todos en un óvulo bioenergético donde lo que afecta a cada grupo, etnia, país -por insignificante que pueda ser- afecta a la humanidad toda.
La T.Ak. nos ofrece esta alternativa: «¿preferimos cómodamente continuar siendo un hombre espejo... o queremos reivindicar nuestro derecho a despertar el hombre luz que duerme en todos nosotros?»