Читать книгу Pensamiento y Economía en Libertad - Fernando Méndez Ibisate - Страница 4

Diversos amigos, compañeros y colegas hemos considerado honesto, y querido, rendir un merecidísimo homenaje al profesor Dr. Carlos Rodríguez Braun, tanto por su vida, generosidad y entrega al mundo académico como por los diversos frutos, enseñanzas, escritos, obras o conferencias, que ha aportado.

Su capacidad incansable de trabajo, su pasión por la investigación, la búsqueda del conocimiento y la verdad, la enseñanza o transmisión de conocimientos e ideas, su divulgación y tantas otras labores asociadas a la academia y la ciencia, no han sido –en su apreciación– un mérito, pues declara disfrutar con lo que hace, algo que no es común. Sin embargo, y no menos importante, también celebramos la forma en cómo el profesor Rodríguez Braun ha llevado –y lleva– a cabo todas esas tareas: casi como una misión o encargo, en lo que para él resulta, como diría Karl Popper, una Búsqueda sin término. Y es que, como propuso Popper en sus obras La lógica de la investigación científica y Conjeturas y refutaciones, la “conversación” existente en el proceso de formulación racional de hipótesis, su crítica o la formulación de hipótesis alternativas, y la falsación o refutación de las que se demuestran inválidas, –que difícilmente lo es de forma definitiva o categórica–, forma parte del quehacer y los principios con los que el profesor Rodríguez Braun (en adelante Carlos) ha desarrollado siempre su labor académica con constancia, maestría y, ante todo, con elegancia; la elegancia propia de quien aplica el proceso descrito única y exclusivamente a las ideas, jamás a las personas que las formularon.

Ese método que, como Carlos, compañeros y colegas de la antigua cátedra de Historia de las Doctrinas Económicas de la Universidad Complutense de Madrid, aprendimos de las enseñanzas del que muchos consideramos nuestro maestro, el profesor Pedro Schwartz, se iniciaron, en el caso del profesor Rodríguez Braun, a principios de 1977 cuando, gracias a una beca de una fundación suiza, relacionada con un proyecto de la Cruz Roja para refugiados y que le gestionó y consiguió su buen amigo Eduardo Amadeo, vino a España para estudiar su doctorado y escribir su tesis, que leyó en 1984 y publicó en forma de libro en 1989, en Alianza Editorial, sobre la cuestión colonial en tres corrientes de pensamiento diferentes representadas por tres autores: el liberalismo de Adam Smith; el utilitarismo de Jeremy Bentham y el marxismo de Karl Marx. A lo largo de esta investigación nos descubre que “nadie es perfecto” y que todos ellos adolecieron de veleidades imperialistas o, al menos, colonialistas, a pesar de la idea contraria que generalmente se asigna a los tres al respecto, especialmente en los casos del liberalismo y del marxismo, y contrariamente al actual alarde anticolonialista de la progresía de izquierdas (de hecho, Lenin defendió manifiestamente el imperialismo, que consideraba “una fase superior” del capitalismo)1.