Читать книгу Inés - Fernando Solano - Страница 3
Prólogo
ОглавлениеNo sé exactamente cuántos litros de tinta se habrán derramado para explicar a la mujer, monja, cocinera, dramaturga, poeta, repostera, erudita. Lo que estoy seguro es de que son muchos quienes se han encargado de verter el líquido para aludir al emblemático personaje: Diego Calleja, Francisco Monterde, Gabriela Mistral, Amado Nervo, Octavio Paz, Alfonso Méndez Plancarte, Manuel Toussant, Raimundo Lidia, Josefina Muriel y toda una serie de estudiosos y no estudiosos de diversas latitudes, que brotan por cientos.
Por si fuera poco, contamos con innumerables antologías que está por demás citar, porque ocuparía este espacio para una lista que me provoca asfixia. Parece como si su Primer sueño siguiera interminable, atravesando la noche de la humanidad sin tener modo de detenerse. Hay textos alusivos a ella en muchos países, siguen estudiando al personaje, algunos con afán de encasillarlo en cierto modelo, otros con afán de describirla o entenderla.
Es inútil, es un pájaro libre, hay que mirarla y contagiarse de ella.
La figura de Juana de Asbaje y Ramírez de Santillana fue, es y será, sin duda, un tema oral, escrito, pintado, virtualizado, analizado, desnudado, vestido, compendiado, cocinado y todo eso, porque al menos todo eso y más es Sor Juana Inés de la Cruz. Tampoco sé exactamente cuál es la mejor opción para acercarse a la emblemática representante de las letras. Sor Juana es partícipe activa, la más representativa en el cierre del Siglo de Oro español, lo cierra desde la Nueva España, no desde la vieja España, lo hace con una destreza que deja pensativo hasta al más pintado.
Es evidente que, a pesar de tantos estudios, siguen las imprecisiones; sabemos poco de la época, el Siglo de Oro español duró mucho más de un siglo, hay sospechas de que la décima musa nació antes de la fecha que se conoce, mas su enemigo se disfrazaba de mujer para despistar, muchos de sus textos se perdieron. En fin, estamos inmersos en una turbulencia. Por eso este libro tiene un frescor inteligente, es una balsa que, sin hundirnos en el pantano de fechas y datos sin asidero, nos revela una parte emotiva, clara: la presencia de una mujer de entrega y astucia, incansable defensora de la palabra por encima de la furia descontrolada.
Transitando por los sinuosos caminos de las emociones, Fernando Solano nos lleva a pie por el corazón de la décima musa, de modo sutil nos invita a acercarnos, prende una mecha que permite ensamblar con la fuerza de las palabras, el chocolate, el manchamanteles y el amor.
David Estopier, febrero 2018