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Introducción a la lectura
ОглавлениеQuisiera advertir a los lectores cuál ha sido mi intención para decidirme a escribir este libro. Ante todo, escribir sobre las múltiples huellas que he dejado en mi camino a través de los medios psiquiátricos y psicoanalíticos. He querido hacer una pausa para «dejarme decir» a través de dichas huellas.
Quisiera, pues, que estas líneas me ayuden a escuchar mis decires de otra forma.
No tengo ninguna intención de que mis huellas dejen huella en los demás.
Las huellas que dejan nuestros pies a lo largo de nuestro recorrido están ahí, para ser «leídas» por nosotros mismos, aunque no podemos evitar que nuestras huellas, hechas de decires y caminos diversos, puedan, a su vez, despertar significantes en otros lectores.
Los significantes, como sabemos, pueden hacer cualquier cosa. No están ahí para seguir nuestras intenciones en lo que concierne a la transmisión.
No es fácil que todo saber se transmita y, menos aún, el que concierne a la clínica psiquiátrica, a no ser que aceptemos ese saber que consiste en construir continuamente caminos recorridos y puentes diversos. Ese saber que podrá así facilitar el encuentro, los intercambios e incluso transferencias que podrían facilitar, a su vez, la aparición de nuevos materiales que podrían dar origen a otro saber sobre el sujeto.
Que el lector, al leer estas líneas, abandone toda posición pasiva y de espera hacia el saber del otro.
Yo no quiero transmitir lo que no tengo.
En nuestra profesión no existe el seguro a todo riesgo. Ni para evitar ni para resolver toda la problemática que rodea la locura humana.
Quiero hablar de las huellas que mi experiencia ha dejado en mí, con todas las dificultades y complejidades que están ligadas estructuralmente a lo que concierne y rodea al ser humano y su locura.
Quisiera también, al mismo tiempo, interrogarme y que nos interroguemos si, a pesar de la situación social y la crisis que padecemos actualmente, otra terapéutica que no sea sólo la que se ocupa de una rentabilidad y seguridad inmediata es posible en las instituciones psiquiátricas, y si el sujeto enfermo puede aún tener un cierto poder sobre su sufrimiento y sobre sus síntomas, a través de su propio lenguaje y de su propia palabra.
Así lo creo, y espero que este pequeño rayo de luz pueda filtrarse en el texto que presento.