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II
ОглавлениеTrece capítulos constituyen este libro de Relectura de la Guía de las Escuelas, todos con matices y sabores distintos para el lector que se acerque a ellos. He construido mi propio mapa de lectura y, en torno a él, haré una breve reseña de cada texto. Encuentro tres tipos de artículos que he denominado así: los de carácter crítico, los que hacen extrapolaciones constructivas en torno a un tema particular para la educación superior y los que plantean una propuesta alternativa a partir de algunas premisas lasallistas.
Dentro del primer grupo, hay tres capítulos. Uno de ellos es el texto del Dr. Pedro Nel Zapata Castañeda, titulado “Las escuelas cristianas de Juan Bautista de La Salle en el contexto pedagógico del siglo XVII”, el cual revisa los aportes de la Guía de las Escuelas y los compara con los de la Didacta Magna de Comenio que, junto con los del pedagogo alemán Wolfang Ratke y los de la escuela jesuítica, configuran, a juicio del autor, las bases de la pedagogía tradicional. El Dr. Zapata muestra las correspondencias entre unas y otras propuestas y los elementos que la propuesta lasallista no contempló. Todo esto permite entender el carácter pragmático de la pedagogía lasallista que constituyó “(…) en su momento todo un movimiento pedagógico que rompió con los esquemas educativos de finales del siglo XVI y comienzos del siglo XVII”.
Luego encontramos el artículo de la Dra. Mirta Yolima Gutiérrez Ríos, titulado “De la corrección o el castigo en la Guía de las Escuelas: ¿una pedagogía preventiva o represiva?”, donde se plantean las tensiones que genera la propuesta de una pedagogía del corazón, cual es la lasallista, con las prescripciones detalladas del castigo plasmadas en la Guía. La autora hace potentes estas tensiones al contextualizar este manual y al encontrar en él una visión humanitaria de las penas y castigos, que enriquece además con la visión del penalista italiano Cesar Beccaria. Al final de su escrito, plantea unos sugerentes interrogantes respecto a los sistemas correctivos contemporáneos: “(…) ¿qué nos hace competentes para sancionar? ¿En qué momento es oportuno sancionar a un estudiante? ¿Cuáles son los efectos que producen las sanciones verbales y reprobatorias que reciben nuestros estudiantes en la construcción de su propia subjetividad e intersubjetividad?”.
Para cerrar este primer grupo, podemos referir también el documento de la Dra. Mónica María del Valle Idárraga, “La Guía de las Escuelas … ¿pobres ayer vs. pobres hoy?”. La autora concibe a los pobres como los sujetos privilegiados de la acción de un escrito del carácter de la Guía y dilucida la presencia de ese espíritu en los documentos de inspiración de la Universidad de La Salle en el siglo XXI, inquiriendo cómo ser fiel a esas apuestas sociales y cómo responder a las demandas de las sociedades capitalistas contemporáneas a las instituciones de educación superior. Para ello, formula algunas preguntas interesantes que abren la discusión: “¿Cómo puede la Universidad mantener su ideal en medio de estos jalonamientos internacionales? ¿Cómo se amolda? ¿Qué gana en ese amoldamiento la gente del común? ¿Qué se pierde como proyecto?”.
En el segundo grupo, hay ocho capítulos. Para empezar, se encuentra el artículo de la experimentada profesora Patricia Moreno Fernández, titulado “Las rutinas y los hábitos para mantener el " orden " en las escuelas: una mirada a la Guía de las Escuelas Cristianas de Juan Bautista de La Salle”. En este texto se realiza un nuevo acercamiento a las condiciones de organización del aula que pueden favorecer el aprendizaje de los estudiantes universitarios del siglo XXI en torno a las prácticas de lectura, la corrección, el silencio y la voz en las clases, las tareas y los registros. Frente al tema del silencio, unas sugerentes palabras de la autora invitan a la lectura de su texto: “El silencio comunica también cuando se reconoce al otro. Silencio y voz, voces orquestadas como otro ritual en las aulas que da la conciencia de hablar-escuchar para darle sentido al saber que se construye”.
Otro texto en este grupo es el del profesor Rodolfo Alberto López, “Las virtudes del maestro según la Guía de las Escuelas ”. Este capítulo tiene un profundo aroma ético y espiritual; es un buen documento para trabajar en clases de ética profesional con maestros en formación y apela al mundo de las emociones con el propósito de generar conciencia acerca de qué se debe desaprender y aprender en la tarea de llegar a ser un buen profesor. El autor nos recuerda que el modelaje, la templanza, la humildad, la mansedumbre y la fe son pilares del maestro lasallista; sobre esta última afirma que es “(…) la certeza de que se [pueden] educar mejores seres humanos, no solo asistiendo a la escuela, leyendo en lengua vernácula y aprendiendo ciertos ademanes necesarios, sino por sobre todo viviendo el Evangelio”.
A su vez, el profesor Paulo Emilio Oviedo, en su artículo “Principios de la escritura en la escuela lasaliana que potencian la producción escrita en la Universidad”, desarrolla unas apasionantes reflexiones sobre el papel democratizador de la escritura en la escuela, la preocupación manifiesta de la Guía por desarrollar dicha capacidad en los estudiantes y los retos y posibilidades de la escritura en el ámbito universitario actual lleno de contradicciones, reclamos y exigencias que no siempre los docentes asumen con tono pedagógico. Afirma el profesor Oviedo:
(…) la Universidad es la llamada a lograr que los estudiantes lleguen a ser miembros de una comunidad académica y profesional discursiva particular. Como propulsora del conocimiento, ya sea formativa, informativa o creativa, esta institución debe aprovechar la escritura para consolidar sus avances.
Luego, podemos encontrar el artículo de la profesora Adriana Goyes Morán, “El seguimiento, una estrategia primordial en la propuesta de Juan Bautista de La Salle”. En este capítulo, la autora, con mucho tacto pedagógico, explicita las acciones pedagógicas derivadas del acompañamiento en torno a observar, registrar y retroalimentar. El texto teje, de manera clara y amena, los planteamientos de la Guía con aplicaciones al mundo universitario y se detiene con muy buenas apreciaciones en torno a una de las responsabilidades más olvidadas de los profesores, la de retroalimentar, que tiene que ver, en palabras de la autora,
(…) en primera instancia, con la relación que se establece frente al conocimiento ; en segunda instancia, con el sentido del trabajo académico: oferta y diversificación de las actividades, reconocimiento del saber-hacer que ya posee el estudiante y uso adecuado de herramientas e instrumentos para enfrentarse al nuevo conocimiento; y, en tercera instancia, con la relación pedagógica que se establece en el aula (…).
Enseguida, tenemos el sugerente capítulo de la Dra. Ruth Milena Páez Martínez, titulado “Entre el espacio sígnico y simbólico: a propósito de la Guía de las Escuelas ”. Este texto sumerge al lector en un apasionante recorrido semiótico por los objetos de la escuela que, a la luz de lo que se encuentra en la Guía, permite comprender el poderoso sentido de los rituales del tiempo y del espacio escolar atados a lo identitario, a la construcción de los vínculos. En verdad, me encontré con un novedoso abordaje de reflexión lasallista que cierra con una hermosa invitación de la autora:
(…) quizás hace falta darle a la escuela, como espacio físico que es, un carácter de casa (sabemos que no es la casa donde habitan quienes la conforman), en el sentido de un espacio externo que favorece la construcción del espacio interior o la casa interior que tanto los niños como los adultos necesitan para renovar la rutina escolar cada día. Habrá de considerarse un espacio geométrico de la escuela que posibilite las vivencias y experiencias de todos.
También en este grupo se puede incluir el artículo “Los procesos de inclusión y formación docente desde el referente de la Guía de las Escuelas ”, escrito por la profesora Olga Lucía Bejarano Bejarano, experta en temas de inclusión. Lo expuesto en estas páginas es un interesante referente para la tarea de la Universidad de La Salle, indicada por el PID 2015-2020, respecto al desarrollo conceptual e implementación de pedagogías inclusivas en el mundo de la educación superior. La relectura lasallista que hace la profesora Bejarano señala grandes retos que
(…) pueden ser traducidos en las prácticas pedagógicas. Estos son resignificados en el contexto de la Guía de las Escuelas , excusa para nuevas construcciones y aportes para consolidar concepciones, cambiar actitudes y apostarle a lo posible que, a veces, parece utópico.
Por su parte, el profesor Jairo Alberto Galindo, en la línea que ha venido construyendo sobre educación y nuevas tecnologías, presenta el texto “Una mirada a la Guía de las Escuelas para la nueva evangelización desde el uso de tecnologías”. Se trata de una lectura humanizadora del uso de la tecnología que es posible rastrear desde las escuelas lasallistas del siglo XVII y cuyo propósito es favorecer las condiciones del aprendizaje: “¿Qué capítulos tendría esa nueva Guía? ¿Qué indicaciones nos daría para tomar la tableta, para usar el tablero inteligente, para organizar audiovisualmente un material escolar?”, interpela el profesor Galindo.
Por último, está el artículo de uno de los expertos lasallistas que escribe en este libro, el profesor Luis Evelio Castillo Pulido, quien retoma uno de sus temas de reflexión bajo el título de “El acompañamiento del maestro en la Guía de las Escuelas ”. Desde el ser del maestro, el profesor Castillo muestra las características de un acompañamiento que implica guiar, aconsejar, cuidar, vigilar y corregir. Subraya el carácter mediador del educador y su condición profundamente vocacionada, rasgo esencial del educador lasallista y concluye afirmando: “(…) más que el cumplimiento de una función, el carácter del maestro lasallano dependerá, en primer lugar, de su ser, sentir y actuar que, en mucho, se derivan del modelo de Cristo Jesús, de quien han recibido su ministerio”.
Para finalizar, en el tercer grupo de artículos podemos reunir dos textos magistrales. El primero es el del Dr. José Luis Meza Rueda, quien ya nos tiene acostumbrados a sus agudos análisis, a sus valiosos y citados aportes, y a su escritura amena y directa. Esta vez abre el libro con su escrito “La formación de los maestros noveles en la Guía de las Escuelas: lectura reflexiva de una preocupación de ayer y de hoy”. En él, hace un recorrido histórico por la formación inicial de los maestros para detenerse en el aporte de Juan Bautista de La Salle y develar matices que se encuentran en la Guía y que deberían iluminar las prácticas contemporáneas hacia auténticos programas de acompañamiento de profesores novatos. El texto cierra con la presentación personal de una práctica pedagógica que el Dr. Meza ha venido implementando, junto a otros colegas del Departamento de Formación Lasallista, en el Laboratorio Lasallista de la Maestría en Docencia, el cual se constituye en un auténtico espacio de formación docente desde la reflexividad. Todos estos elementos aportados por el autor nos permiten terminar la lectura con la sensación de que tenemos lasallismo para rato.
El segundo es el capítulo que cierra el libro, de autoría del maestro Fernando Vásquez Rodríguez y que lleva por título “Contrapunteo con Juan Bautista de La Salle —una relectura a la Guía de las Escuelas —”. Como en todos sus textos, el maestro Vásquez despliega su talento escritural y muestra a la vez profundidad y estilo didáctico. Enseña con lo que dice y como lo dice. En los últimos años, ha afinado la escritura de los textos cortos y profundos, como lo enseñó en uno de sus últimos libros: Pensar en aforismos. Este contrapunto con Juan Bautista de La Salle es una lectura para degustar, para sentir, para compartir. Y también, sin lugar a dudas, una invitación a escribir, como lo expresa el autor:
(…) se escribe también con el cuerpo y al cuerpo hay que educarlo, afinarlo en sus gestos, corregirlo en sus hábitos. Qué bueno sería para nuestra profesión docente seguir el consejo dado en la Guía de las Escuelas a los alumnos: “escribir al menos dos páginas diarias, una por la mañana y otra por la tarde”.