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3- Mapa de Alaska.

II

Alaska1

Yupiit de la isla Saint Lawrence

La isla St. Lawrence (Sivuqaq en lengua nativa), situada en los 63º de latitud norte, se encuentra en el mar de Bering, a unos 320 km al sur del estrecho de Bering, y a unos 200 km al sudoeste de Nome (Alaska). El extremo noroeste de la isla está tan solo a 64 km de Rusia. Se cree que esta isla de 4.640,12 km², con una longitud de unos 150 kilómetros, es una parte del antiguo puente de tierra de Beringia que no llegó a sumergirse, y que unía Asia con América del Norte durante el Pleistoceno, lo cual favoreció la migración de grupos humanos, como ya hemos explicado anteriormente. El clima es ártico, no hay árboles y la vegetación del interior es de tundra ártica. La isla es el hogar de muchas aves y mamíferos marinos, principalmente debido a la influencia de la corriente de Anádyr, que es oceánica y fría y muy rica en nutrientes, la cual proviene de las aguas profundas del borde de la plataforma del mar de Bering. Además, al sur de la isla se encuentra una polynya permanente que se forma cuando los vientos predominantes del Norte y del Este golpean el hielo marino, alejándolo de la costa. Esta área de mar abierto alberga la mayor concentración mundial de aves eider de anteojos (Somateria fischeri), durante seis meses al año. Asimismo, esta polynya es un hábitat importante para los álcidos, algunas especies de gaviotas y aves marinas (Puffinus), morsas, ballenas boreales, diferentes tipos de foca y osos polares.

Las culturas prehistóricas e históricas de la isla muestran rasgos culturales parecidos con grupos de ambos lados del estrecho de Bering, aunque mantienen una mayor similitud con los Yupigyt de Asia. De hecho, aparte de la lengua, tienen bastantes diferencias con respecto al resto de grupos Iñupiat y Yupiit que podemos encontrar en Alaska, como por ejemplo: la existencia de clanes patrilineales; la ausencia de casas comunales para los hombres; diferencias en la construcción de las viviendas, la vestimenta, los estilos artísticos, y también en las características principales del sistema ceremonial que muestran fuertes similitudes con los Chukchis marítimos de la costa siberiana.

La isla fue poblada de forma intermitente hace unos dos mil años, y antes del primer contacto con el «hombre blanco» tenía una población de unas 1.500 personas. Vivían en asentamientos formados por pequeños grupos familiares relacionados de 20 a 200 individuos. Utilizaban las pieles de morsa para construir sus viviendas. En invierno cubrían con estas las casas semisubterráneas, generalmente hechas con bloques de turba colocados a veces sobre estructuras de madera flotante, huesos de ballenas o colmillos de morsa, formando normalmente una cúpula. Las casas, a diferencia de otros lugares de Alaska, eran circulares y solían presentar varios tamaños. Tenían un túnel de entrada subterráneo por debajo de la plataforma donde se habitaba. Esto se hacía para que el aire frío quedara atrapado en él. La tierra se usaba también como técnica de aislamiento. En verano se instalaban en sus tiendas hechas también de piel de morsa. Empleaban una lámpara de esteatita o de cerámica, alimentada con aceite de foca o de morsa, para dar luz y calor al hogar e igualmente para cocinar. El taladro de arco era una herramienta importante, usada para encender el fuego, perforando agujeros hechos en madera, hueso o marfil.

Los modelos tradicionales de subsistencia dependían de la estación y de la localización de los recursos, como era el caso de las ballenas, los mamíferos marinos (focas y morsas fueron los animales más importantes para este grupo Yup’ik), los pescados, los pájaros y las plantas. Cazaban básicamente en primavera y otoño, que eran las estaciones migratorias de los animales. Estos Yupiit presentaban una amplia variedad de instrumentos de caza y pesca, y otros artículos cuyo origen procede de varias etapas culturales que se dieron en la isla St. Lawrence y en la región del estrecho de Bering. Teniéndolo en cuenta, se ha podido determinar que los Yupiit integraron tecnologías de todas las zonas del estrecho de Bering en su forma de vida, modificando con el tiempo estas técnicas para crear herramientas y utensilios más acordes con sus necesidades.

Su cultura material tradicional contenía una variedad de herramientas de piedra, madera, hueso y marfil, hechas para cazar, curtir, tallar, perforar y afilar. En cuanto a los instrumentos de caza se refiere, tenían una gama sofisticada de cabezas de arpón, lanzas, sedales y flotadores de vejiga de foca que se utilizaban para cazar la ballena. Otros utensilios incluían tablas de raspado para atraer a las focas a los agujeros de respiración, arcos, flechas, lanzas, propulsores de lanzas, boleadoras para cazar pájaros, trampas, redes y ganchos para atrapar a los peces, etcétera.

Como medio de transporte, usaban el umiak o angyaq, un barco grande abierto de piel de morsa (hembra) de 4,5 a 8 m de largo (en otros lugares del Ártico, esta embarcación alcanzaba los 20 m de longitud), que podía transportar hasta quince personas y cargar con una tonelada de peso. Se empleaba para la caza de la ballena y la morsa, para viajar y para los intercambios comerciales o trueques. A veces, y como sucedía en otras zonas árticas, la embarcación podía usarse como cobijo temporal en tierra, dándole la vuelta y durmiendo bajo ella. No se sabe con certeza si llegaron también a navegar en kayak. La ropa tradicional estaba hecha de piel de caribú y también de morsa. La piel de foca se usó sobre todo para confeccionar la indumentaria impermeable. Las parkas (kuspuks/qiipaghaq) de las mujeres llevaban capucha, pero estos Yupiit, a diferencia de los grupos Iñupiat de Alaska y de los inuit orientales, no llevaban a sus bebés en ella. Al igual que los Yupigyt, tenían clanes patriarcales. Los Yupiit eran tanto endógamos como exógamos, ya que también se relacionaron con otros grupos inuit y con los Chukchis, con quienes establecieron uniones matrimoniales, comerciaron con pieles de caribú e incluso tuvieron enfrentamientos bélicos. Creían en la reencarnación y en la transformación del espíritu en otra vida, bien humana o animal. A los recién nacidos se les daba el nombre de los últimos fallecidos en la aldea (ritual epónimo). Los hombres solían tatuarse la cara con fines rituales.

El explorador danés Vitus Bering (1681-1741), al servicio de la Armada Imperial rusa, fue el primer occidental en llegar a la isla, el 10 de agosto de 1728 (día de San Lorenzo, de ahí el nombre de la isla). Hacia mediados del siglo XIX, se convirtió en un lugar estratégico de actividades comerciales entre balleneros estadounidenses, del norte del océano Pacífico y de los mares de Bering, Chukchi y Beaufort. Los barcos balleneros hacían escala en algunas poblaciones de la isla, para llenar los barriles de agua, para irse de juerga y para intercambiar marfil, barbas de ballena y ropa de piel (para abrigarse del intenso frío). A cambio, los nativos recibían armas de fuego, artículos para cazar ballenas, alcohol y enfermedades propias del «hombre blanco». Incluso a menudo, algunos miembros de la tripulación pasaban el invierno en la isla cazando ballenas, ayudados por los propios Yupiit. Luego, al llegar la primavera, los barcos regresaban para recogerlos.

Entre 1878 y 1879, las dos terceras partes de la población Yup’ik de la isla murieron a consecuencia del hambre (unos 1.000 de un total de 1.500). En 1894, se establecieron los primeros «no nativos», cuando el misionero presbiteriano Vene C. Gambell (1863-1898) llegó con su mujer para instalar un centro religioso en la población más grande de la isla, conocida como Sivuqaq (actualmente la ciudad de Gambell). Tras morir Gambell y su familia, en 1898 (el barco que los llevaba se perdió en el mar), empezaron a llegar misioneros, maestros y representantes del Gobierno de Estados Unidos. Uno de los personajes más importantes en aquel momento fue, sin duda, el Dr. E. O. Campbell, un médico misionero que estuvo más de diez años y que detalló en su diario los acontecimientos más relevantes durante su estancia en la isla. En sus escritos describió los conflictos con los chamanes por la conversión al presbiterianismo de la población autóctona y con los siberianos por comercializar con alcohol con los Yupiit. Igualmente, escribió acerca de los problemas con los principales capitanes de barcos nativos que no querían saber nada de sus interferencias con los ritos tradicionales de caza, con su aislamiento y con las decepciones por la falta de éxito.

En 1900, en el marco de un régimen general del Gobierno de Estados Unidos para restaurar la estabilidad de la economía indígena, fueron enviados 42 renos y varios pastores Saami para ayudar a los Yupiit a desarrollar y gestionar un nuevo recurso alimenticio en la isla. La cría de renos provocó que la manada aumentara hasta varios miles de ejemplares. Sin embargo, a mediados de los años 50, los renos habían desaparecido prácticamente como consecuencia directa de la pérdida de vegetación en la isla. A pesar de ello, a principios de los años 70, la manada aumentó de nuevo hasta los 800-1.000 animales.

En 1917, los Yupiit de la isla St. Lawrence usaron por primera vez las lanchas a motor para cazar, y diez años más tarde se creó el primer consejo de una comunidad de forma electiva.

Los años 20 fueron buenos tiempos para los isleños de St. Lawrence, ya que había una economía mixta en las actividades indígenas gracias a la captura de zorros árticos (Alopex lagapus), cuyas pieles se vendían hasta USD $60 la unidad. De hecho, algunos de los más exitosos cazadores podían ganar varios miles de dólares al año durante este tiempo cazando en solitario. Dichos ingresos incluso superaron los que habían obtenido en años anteriores, cuando los Yupiit tenían un comercio muy rentable con las barbas de ballena que vendían a los barcos que se acercaban a la isla. Sin embargo, este mercado estaba en declive desde principios del siglo XX, dejando a los nativos con solo la venta de pieles de zorro ártico como una importante fuente de ingresos efectivo que se completaba con la venta de objetos tallados de marfil. Pero el mercado de las pieles de zorro ártico también comenzó a desaparecer a finales de los años 30. Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial se convirtió en un comercio inseguro y siguió siéndolo después.

Durante este período, muchos jóvenes de la isla tuvieron que servir en la Alaska Territorial Guard (ATG). Este componente de las fuerzas de Reserva Militar del Ejército de Estados Unidos se creó en 1942, en respuesta a los ataques al territorio estadounidense de Hawai’i y a la ocupación de algunas zonas de Alaska por parte de Japón durante la Segunda Guerra Mundial. La ATG supuso reunir por primera vez, en un esfuerzo conjunto, a diferentes miembros de los grupos étnicos de Alaska con el «hombre blanco»: Aleutianos, Atabascanos, Iñupiat, Haida, Tlingit, Tsimshian y Yupiit, entre otros. Asimismo, los nativos de St. Lawrence vivieron durante este período bélico bajo la constante amenaza de una posible invasión de las fuerzas japonesas. Al término de la guerra y tras la disolución de la ATG, el 31 de marzo de 1947, se construyó en 1952 una base aérea militar (Northeast Cape Air Force Station) y una estación meteorológica, en una zona donde tradicionalmente algunas familias Yupiit instalaban sus campamentos de caza desde hacía siglos.2 Además, muchos isleños que se unieron a la Alaska National Guard para defender la isla, hicieron más tarde lo propio con ambas instalaciones. Cuando en los años 70 se cerró la base aérea, muchas de estas familias empezaron a experimentar problemas de salud. Incluso hoy, bastantes de las personas que crecieron en la zona del cabo Nordeste tienen un mayor número de enfermedades (por ejemplo, cáncer), si se compara con otros lugares del estado de Alaska. Posiblemente ello sea debido a la exposición a los policloruros de bifenilo (PCB)3 existentes en aquella zona. En cualquier caso, la mayoría de las instalaciones fueron retiradas en un programa de limpieza que costó USD $10.5 millones en 2003. Se prevé que el área seguirá siendo supervisada en el futuro para evitar males mayores. Sin duda, todos estos hechos afectaron de forma negativa la evolución cultural de los Yupiit de St. Lawrence.

A mediados de los años 50, el modelo de desarrollo cultural se había ya establecido: profesores, misioneros y enfermeros de la salud pública seguían siendo los representantes «tradicionales» del mundo occidental, y cada vez más la isla tenía una mayor interdependencia respecto a la Alaska continental. La población nativa durante esta década era de alrededor de 600 habitantes.

También a mediados, pero de los años 70, una serie de cambios afectaron al desarrollo cultural de los nativos de la isla, que durante esa década ya eran cerca de 700 personas: el Estado y sus implicaciones en el Gobierno local; la aplicación de la Alaska Native Claims Settlement Act; controles más estrictos sobre la caza de animales marítimos y la venta de sus productos;4 el turismo y la industria, así como la dependencia de los puestos de trabajo de ingresos monetarios; una mejora en las infraestructuras de comunicación (ejemplificado en la instalación de un satélite de radio y televisión); la exploración de los recursos minerales; y la emigración de algunos Yupiit hacia el área continental de Alaska.

Debido a estos cambios, los nativos se encontraron ante tres estructuras gubernamentales locales separadas pero superpuestas en cada pueblo: el Consejo establecido en virtud de la Ley de Reorganización Indígena (Indian Reorganization Act),5 el Ayuntamiento, instaurado bajo la autoridad del estado de Alaska,6 y las Corporaciones comunitarias, creadas en virtud de la Ley de Reclamaciones de Alaska. Cuando la Alaska Native Claims Settlement Act (ANCSA)7 fue aprobada en 1971 por el presidente Richard M. Nixon (1913-1994), los Yupiit que habitaban en el sudoeste de Alaska establecieron las Corporaciones de la bahía de Bristol y Calista para gestionar y controlar su parte de la tierra y reclamar los beneficios de los asentamientos.8 Sin embargo, los residentes de las dos comunidades de la isla St. Lawrence (Gambell y Savoonga) optaron por no participar en el acuerdo monetario y en su lugar tomaron el título colectivamente de 1.136 millones de acres de tierra en la isla.

En 1978, cazadores de Gambell, Savoonga, Nome, Wales, Shishmaref y Diomede Menor crearon la Alaska Eskimo Walrus Commission. Actualmente, la población de Gambell, es una de las comunidades balleneras representadas en la Alaska Eskimo Whaling Commission (AEWC), un órgano de gestión de la vida salvaje. Esta comisión fue creada en 1977 como respuesta a una resolución aprobada ese mismo año por la International Whaling Commission (IWC)9 que prohibía la caza de ballenas boreales, incluyendo a los pueblos indígenas que las necesitaban para su propia subsistencia. La AEWC está compuesta por capitanes balleneros de cada una de las once poblaciones balleneras Iñupiat y Yupiit en Alaska (Gambell, Savoonga, Wales, Diomede Menor, Kivalina, Point Hope, Point Lay, Wainwright, Barrow, Nuiqsut y Kaktovik). En 1981, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (National Oceanic and Atmospheric Administration, NOAA), del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, delegó la autoridad para la gestión de los cazadores de ballenas inuit de Alaska en la AEWC. Los cazadores nativos, sin embargo, siguen estando sujetos a la máxima autoridad de la IWC y, por lo tanto, a las preocupaciones geopolíticas. Posteriormente, en 2002, Japón amenazó con retirar su apoyo a la caza de ballenas por parte de los nativos si no se le permitía reanudar la caza comercial de estos cetáceos. Se llegó a un acuerdo en el último momento, pero si el Gobierno de Tokio hubiera cumplido con su amenaza, probablemente la caza de ballenas por parte de los inuit habría estado prohibida durante cinco años, y a partir de 2003. Así pues, la AEWC alcanzó un acuerdo con la IWC para controlar la caza de estos cetáceos, y actualmente asiste a las reuniones de esta comisión internacional como miembro de la delegación americana, y en la que se establecen el número de cuotas de caza anuales.

Los Yupiit o Yupiget de la isla St. Lawrence son actualmente una sociedad creciente que todavía lleva un modo de vida tradicional basado en la caza. Son conocidos por su habilidad en la talla, sobre todo con materiales procedentes de los mamíferos marinos como el marfil de morsa y los huesos de ballena. Siguen subsistiendo de los recursos que les ofrecen la tierra y el mar. Sus vidas continúan desarrollándose alrededor de la ballena, la morsa, la foca y el pescado, con algún ingreso en efectivo por el excedente en las capturas. Todavía hoy siguen practicando el ritual de alimentar a los espíritus de los animales matados para que se regeneren y regresen para ser cazados de nuevo.

En la actualidad, la isla tiene una población de 1.430 personas, y la mayoría son Yupiit, aunque también hay unos 130 Yupigyt siberianos. Los dos pueblos principales de la isla son Gambell y Savoonga. Se calcula que unos 1.050 individuos hablan la lengua nativa Chaplinski (Yup’ik Central Siberiano).10

Iñupiat del estrecho de Bering

Este grupo Iñupiaq habita la región que se encuentra al norte del delta del río Yukón, entre la península de Seward (con excepción de la punta Nordeste), la costa oriental de Norton Sound hasta la población de Pastolik, incluyendo todas las islas colindantes y del estrecho de Bering (Diomede Menor, King y Sledge, entre otras). Iñupiat (o Inupiat) significa «auténtico» o «seres humanos especiales». Tenían una población de 1.820 a 2.000 individuos (según las fuentes) en la época del primer contacto europeo. Estaban divididos en veintidós grupos formados por pequeñas familias relacionadas entre sí, de 20 a 200 personas. Esta región cubierta por la tundra y azotada por un clima extremo se ha caracterizado siempre por tener una gran diversidad de recursos.

En invierno vivían en casas semisubterráneas hechas de turba y cubiertas a veces por pieles de morsa. Normalmente, la estructura solía ser de madera flotante, aunque en ocasiones también usaban huesos de ballena o colmillos de morsa. Las casas tenían una forma rectangular y el techo solía acabar en forma de cúpula. Estas viviendas acostumbraban a ser de 3,6 a 4,5 m de largo por 2,4 a 3 m de ancho y generalmente, albergaban entre ocho y doce personas. El acceso a la vivienda se realizaba a través de un largo corredor que estaba por debajo de la plataforma donde se dormía. Cuando llegaba el verano, muchas veces estas casas quedaban inundadas a consecuencia del deshielo, lo que obligaba a la gente a desplazarse a sus campamentos estivales y a vivir en sus tiendas de piel. Además tenían sus recintos comunales, que eran áreas de trabajo o zonas de reunión. En líneas generales todos los grupos inuit utilizaron este tipo de viviendas invernales destinadas a la comunidad. Estas construcciones servían, entre otras cosas, para reforzar los lazos familiares y comunales, y también para celebrar fiestas y reuniones. En este sentido, el edificio más representativo fue el kashim, qaygiq, qasgiq o qasgi (entre los Yupiit y los Cup’it del sudoeste de Alaska); kashim, qargi, qarigi o karigi (entre los Iñupiat del norte de Alaska); qaggi o qaggiq (entre los grupos inuit de Canadá) y qashe (entre los groenlandeses). Estos recintos podían tener una base circular (sobre todo en las áreas orientales) o bien rectangular (Alaska). Dependiendo de la estación, se emplearon diferentes materiales para construirlos: turba, tierra, nieve, costillas de ballena, madera flotante, pieles de foca, morsa o caribú. Estas construcciones ceremoniales tenían un uso social y religioso. Incluso a veces, se realizaban pasadizos secretos para la representación del propio chamán. Normalmente en estos edificios se desarrollaba la vida social de la comunidad y en ella se realizaban los juegos y bailes tradicionales, la danza del tambor, ceremonias de curación y religiosas.

Por otra parte, entre los Iñupiat existía el qalgi, que era la casa ceremonial tradicional o de los hombres. A diferencia del qasgi Yup’ik, los qalgit (en plural) no se utilizaban para dormir, sino que eran lugares donde los hombres solían congregarse, relacionarse, trabajar y explicar las conductas rituales. En las poblaciones tenían con frecuencia dos o más qalgit, cada uno asociado a una familia extensa. Si bien en realidad era una casa para los hombres, las mujeres y las jóvenes podían realizar frecuentes visitas, especialmente durante las noches. Los qalgit eran además los centros donde tradicionalmente se realizaban las fiestas del Mensajero y del Nalukataq;11 estas construcciones acabaron desapareciendo durante los años 60. En la década de los 80, algunas comunidades reconstruyeron los qalgit para convertirlos en centros y en lugares para la transmisión de los conocimientos indígenas.12

Asimismo, en todos estos recintos comunales se explicaban cuentos, leyendas e historias locales que siempre han tenido un carácter epistemológico para este pueblo. Mientras que el entretenimiento era probablemente el objetivo principal de la narración de cuentos, las historias tradicionales transmitían información histórica y cosmológica, y por lo tanto, eran una parte importante de la educación del niño inuit. Muchas historias tradicionales, y también contemporáneas, son relatos morales que sirven para reforzar los valores culturales, y como advertencia sobre los peligros que conlleva ignorar los consejos de los ancianos o vagar solo en medio de la tundra.

La economía de subsistencia de este grupo Iñupiaq se basaba principalmente en la migración de los animales y en los períodos estacionales que determinaban la disposición de los recursos. En las islas Diomedes y en la península de Seward los nativos llevaban un modo de subsistencia semejante a los habitantes de la isla St. Lawrence, por lo que cazaban sobre todo animales marinos siguiendo sus fases migratorias (ballenas, morsas y focas). Por el contrario, en el interior de la península de Seward, los Iñupiat cazaban el caribú mientras que los pobladores de Norton Sound se dedicaban a la caza de focas y a la pesca. El salmón, el bacalao, el halibut, el cangrejo y el arenque eran otros componentes de la dieta alimenticia de los Iñupiat del estrecho de Bering.

Tenían una rica cultura material formada por una amplia diversidad de utensilios de hueso, piedra, madera y marfil que usaban para curtir y tallar las pieles, afilar las herramientas y para armas de caza (arpones, lanzas, flotadores de piel de foca, ganchos, arcos, flechas, etcétera). Igualmente utilizaron el taladro de arco, y a pesar de la abundancia de madera flotante, preferían usar las lámparas de esteatita nutridas con aceite de foca o de morsa para calentarse, cocinar, tener luz y secar sus ropas.

Como otros grupos Iñupiat, la vestimenta tradicional se basaba en unos pantalones, calcetines, botas y parkas de piel (la más caliente era de caribú y la más impermeable de foca). Los mukluks, kamiks o kamiit13 eran las botas tradicionales inuit, hechas sobre todo de piel de foca o caribú (en algunos lugares del Ártico utilizaban un forro interior hecho con liebre ártica y usaban la piel de oso polar para la parte superior). Dentro de las botas, y entre las diferentes capas de piel, colocaban una especie de plantilla hecha con algún tipo de hierbas vegetales que permitían aislar los pies del frío suelo. Normalmente los kamiit se cosían con agujas hechas de hueso (tras el contacto con el «hombre blanco» pasaron a ser de acero), el hilo solía ser de tendón de caribú o narval y el dedal, de piel de foca barbuda.

La parka tradicional de la mujer tenía una capucha para llevar a su bebé. Esta prenda se denomina amaat, amaut, amauti o amangut (según qué grupos inuit). El estilo y la decoración de esta prenda variaban según las regiones. El amauti no solo representaba la comunidad inuit de donde procedía, sino que además, indicaba la edad y el estatus social de la mujer. Fue pensado para que las madres pudieran llevar a sus bebés en su misma parka, para así darles calor y protegerlos contra el viento y el frío. Solía estar hecho de piel de foca o caribú.14

También usaban (como el resto de grupos inuit) el anorak o anoraq, una prenda de vestir hecha básicamente de intestinos de animales, incluso con pieles de pescado. La función de esta vestimenta era de protección contra la lluvia. Las manoplas o pualuit solían ser muy impermeables y resistentes, y por lo tanto estaban hechas igualmente de piel de foca. Las muñecas podían estar decoradas con pieles de oso polar o zorro ártico.

Por otra parte, el sistema de capas de ropa, manteniendo la ventilación de las mismas para protegerse del frío, era y sigue siendo hoy, una práctica común entre todos los grupos inuit del Ártico. La vestimenta se diseñaba con el objetivo de capturar el aire caliente del cuerpo. Los estilos de ropa variaban de un grupo inuit a otro. Las prendas de vestir definían la edad del portador, el género, la ocupación, la localización geográfica y por lo tanto, identificaba al grupo cultural al que pertenecía la persona. Las diferencias regionales eran evidentes, no solamente en el diseño de la ropa, sino también en los materiales, tintes y las técnicas de la costura usadas. De este modo, los recursos existentes en cada zona condicionaban la disponibilidad del tipo de piel de animal utilizado.

Señalar también que los Iñupiat del estrecho de Bering usaban los kayaks y el umiak. Como era habitual entre el resto de grupos inuit que navegaban con ambas embarcaciones, las pieles debían cambiarse anualmente. Para asegurar la estanqueidad, estas eran bañadas en aceite y a menudo usaban la resina o gomas vegetales para reforzar la cubierta de los barcos. Asimismo, emplearon los trineos de perros: el que tenía forma de cesta se usaba para los viajes por el interior, y el trineo plano se utilizaba sobre todo para arrastrar los grandes barcos de piel a través del hielo, al igual que los trineos más pequeños.

Las aldeas se dividían según los patrones de los umiaat llamados umialiit (plural de umialik) y de sus respectivas tripulaciones y utilizaban el qalgi para reunirse y trabajar. El umialik también solía ser el líder del poblado, aunque no era un cargo hereditario.

Los Iñupiat de esta zona establecieron relaciones comerciales con otros nativos de Alaska y de Siberia (básicamente en verano, debido a las fuertes corrientes marinas de invierno). El intercambio de productos, basado en la reciprocidad, fortalecía las relaciones sociales de los individuos y permitía, además, tener acceso a productos tales como las pieles de reno y zorro, huesos de ballena y colmillos de morsa, todos ellos procedentes de Siberia. A pesar de esto, las pieles de castor y de nutria terrestre eran los bienes más preciados. La región del estrecho de Bering, por otra parte, era también una zona beligerante. Los conflictos bélicos entre familias, clanes, aldeas y nativos norteamericanos del interior eran frecuentes, de tal manera que se imponía la ley del más fuerte, y quienes abandonaban su área cultural de subsistencia podían ser asesinados. Este era el motivo principal por el cual los hombres no iban solos a cazar. Uno de los grupos más agresivos y peligrosos eran sin duda los Malemiut, que vivían en Norton Sound.

Los Iñupiat del estrecho de Bering creían en la reencarnación del espíritu en una vida humana o animal. Practicaban el ritual epónimo y el atiq o ateq, era el nombre o el alma del nombre. En la cosmología Iñupiaq los nombres estaban asociados con las almas de las personas, tanto vivas como muertas. El nacimiento de un niño representaba, y en muchos aspectos pasaba a ser, el sustituto de una persona recientemente fallecida. En otras palabras, la muerte y el nacimiento simbolizaban un reciclaje de las almas, y la reutilización de los nombres vinculados a las almas es una de las formas en la que los niños están inmersos en una red de relaciones sociales. Un niño a menudo se le conocía por el referente parentesco de su tocaya o tocayo.15

Además vivían en una delgada línea que separaba el mundo natural de la realidad espiritual. El frío y el hambre constituían un escenario donde las vidas humanas dependían de la vida que tomaban otros seres. Por este motivo, en la actualidad los programas educativos y las manifestaciones artísticas se han encaminado al mantenimiento de una estructura social y religiosa marcada por un modelo de subsistencia tradicional. De esta manera, la cultura material y la vida ceremonial se funden en la forma y función de los objetos producto de ambas realidades. En esta región se encuentran excelentes registros sobre una vida ancestral pasada que se ha mantenido viva a través de la tradición oral de personas nacidas sobre el 1800, antes de la llegada de las tecnologías modernas y de la fiebre del oro.

Aunque en realidad fue Semión Ivánovich Dezhniov (¿1605?-1672) el primer occidental en llegar en 1648 al estrecho de Bering, el nombre del lugar fue puesto en honor a Vitus Bering, quien lo «redescubrió» y lo cruzó en 1728. Unos años después, en 1741, este navegante danés «descubrió» Alaska. Por aquella época, los Iñupiat ya sabían de los europeos antes de su llegada gracias a los productos obtenidos del comercio con Siberia. En 1850, los balleneros empezaron a faenar por aguas del océano Ártico. Intercambiaron con los Iñupiat del estrecho de Bering y con los Taremiut (o Tareumiut) las barbas de ballena por lanzas, arpones, harina, galletas, armas de fuego, munición, tabaco, cerillas y bombas para cazar ballenas. Este contacto con los balleneros afectó a los nativos, introduciendo no solo productos nocivos como el alcohol, sino también enfermedades para las cuales no estaban inmunizados. La consecuencia de todo ello es que la población de ambos grupos disminuyó. A pesar de los intentos por controlar la venta de alcohol y armas, a partir de 1880 el proceso de aculturación fue avanzando entre la población indígena, y más después de la instalación de los primeros puestos comerciales balleneros en tierra. Como en 1900 se vivió el auge de la industria ballenera, se produjo una disminución alarmante del número de mamíferos marinos en la zona. Además el precio de las barbas de ballena utilizadas para fabricar los corsés de las damas europeas empezó a caer a partir de 1915. Posteriormente, en 1920 los balleneros desaparecieron de Alaska y los Iñupiat y los Tareumiut tuvieron que buscar otras actividades alternativas como la caza del zorro para vender sus pieles.

Por otra parte, a finales del siglo XIX se creó un plan que pretendía interferir en el modo de vida tradicional de los Iñupiat y Yupiit de Alaska. Este nuevo programa planteaba motivar la actividad del pastoreo, típica de los pueblos Chukchi y Saami, en unos nativos acostumbrados desde hacía milenios a la pesca y al nomadismo. Además implicaba un aprendizaje de casi cuatro años y una separación de la familia y de la comunidad durante largos períodos dedicados al pastoreo en la tundra y al cuidado de los rebaños. Así es como entre 1891 y 1892 fueron introducidos renos domesticados, procedentes de Rusia y de los países nórdicos europeos, en la zona del estrecho de Bering y del noroeste y sudoeste de Alaska. La idea fue del misionero presbiteriano Sheldon Jackson. En 1920, el pastoreo de renos llegó a su punto álgido disminuyendo más tarde, hasta que en 1929 dejó de resultar un buen negocio. Los renos se extinguieron o se mezclaron con los caribúes autóctonos de la región. Nome quedó como el último reducto de este pastoreo que ha perdurado hasta la actualidad.

En 1899 se encontró oro en Anvil Creek y poco después, en la primavera de 1900, llegaron a esta zona hasta diez mil exploradores y buscadores de oro de todo el mundo. Posteriormente fundaron la ciudad de Nome (1901) y al cabo de pocos años ya se habían extraído de las minas de la península de Seward más de USD $60 millones en oro (1911). Mientras tanto, la ciudad de Nome fue creciendo. Se construyeron elegantes edificios, escuelas, iglesias, bibliotecas, teatros, óperas y polideportivos, todo para satisfacer la vida de una nueva clase alta que se había enriquecido gracias al oro. Muchos Iñupiat, procedentes de la isla de King,16 llegaban a la ciudad e instalaban sus campamentos de verano en la playa para pescar. Luego, en invierno, regresaban a la isla. Tras los incendios de 1905 y 1934, y también a consecuencia de las tormentas, poco quedó de aquella ciudad enloquecida por la fiebre del oro de principios de siglo XX, aunque sus habitantes la fueron reconstruyendo.

En 1948, y como consecuencia de la Guerra Fría, se prohibió viajar a través de las fronteras internacionales de la Unión Soviética y de Estados Unidos. La consecuencia fue que se cortaron las relaciones entre la isla St. Lawrence y Ckukotka. Los Yupigyt de la isla Diomede Mayor (territorio soviético) fueron obligados a trasladarse a Naukan, siendo posteriormente absorbidos por la población local y quedando su lengua nativa prácticamente extinta en 1986. Por su parte, los Iñupiat que también habitaban en la isla fueron obligados a desplazarse a la isla Diomede Menor (territorio estadounidense).17

Nome, situada a casi 165 km al sur del Círculo Polar Ártico, es hoy día la comunidad más grande del estrecho de Bering. Su población ha disminuido hasta llegar a los casi cuatro mil habitantes que residen en la actualidad. Además, esta ciudad es hoy la meta final del Iditarod, célebre carrera de trineos de perros con salida en Anchorage, y que tiene un recorrido total de unos 1.800 kilómetros.

Nome está rodeada por diecisiete comunidades que van de los 123 a los 646 habitantes, de los que el 90% son indígenas. La región del estrecho de Bering tiene una población de nueve mil habitantes y casi la mitad son Iñupiat (4.140). Desde el 23 de junio de 1972, los nativos de esta área forman parte de la Bering Straits Native Corporation, una de las trece corporaciones regionales surgida a raíz de la aprobación de la Alaska Native Claims Settlement Act (ANCSA) de 1971.

Actualmente, la economía regional se basa principalmente en la explotación minera del oro y en el turismo. Por lo que respecta a los Iñupiat de esta zona, han continuado manteniendo su economía de subsistencia tradicional. Siguen siendo cazadores y recolectores, y dependen en gran medida de los recursos que les ofrecen la tierra y el mar. En primavera cazan la ballena y la morsa. Recogen huevos de distintas aves, bayas, raíces y diversas plantas. Esta actividad se continúa en verano, combinándola con la pesca y la captura de aves acuáticas que dura hasta otoño, estación dedicada básicamente a la caza del caribú y el alce americano. En invierno pescan el bacalao y capturan centollos en el mar. Cabe resaltar que la foca es el único animal que se caza durante todo el año.

Este grupo del estrecho de Bering sigue respetando la naturaleza, ya que es la única manera que tienen los inuit de continuar ligados a ella de una forma tradicional, y de este modo pueden seguir sintiéndose «gentes auténticas»; es decir, Iñupiat. Hablan un dialecto Inupiaq-Inupiatun del noroeste de Alaska y, en 1972, delegados Iñupiat votaron aceptar en la primera conferencia bilingüe una nueva ortografía para este dialecto, un paso muy importante para el mantenimiento de su lengua.

Iñupiat de Kotzebue Sound

Este grupo Iñupiaq habita en las costas del mar de Chukchi o Chukotka, al noroeste de Alaska. Su área cultural engloba Kotzebue Sound, entre el cabo Thompson al norte y el cabo Espenberg al sur, los ríos Noatak, Kobuk y Selawik y parte de Brooks Range y del norte de la península de Seward. Se trata de una región que presenta un clima ártico, con veranos cortos e inviernos largos y fríos. Aquí podemos encontrar áreas de tundra y zonas montañosas, además de comprender numerosos ríos que transcurren por esta zona. Es un territorio muy rico en recursos, donde hallamos desde ballenas, focas, morsas, salmones y bacalao hasta caribúes, osos (negros, pardos y blancos), zorros, lobos, linces, nutrias, etcétera. Las aves, sobre todo acuáticas, y las plantas comestibles forman también parte de la dieta tradicional de los Iñupiat de esta región. La población era de entre 3.675 y 4.000 habitantes en 1850, divididos a su vez en diez grupos tribales que habitaron en la zona desde principios del siglo XIX.

Cada una de estas «sociedades» estaba compuesta por varias familias extendidas, siendo relativamente autónomas y autosuficientes. El tamaño de estos grupos locales solía oscilar desde las familias conyugales compuestas por seis personas hasta las cien o más, aunque lo habitual fueran bandas formadas por veinte o treinta miembros. Los matrimonios solían ser endógamos, con una familia extendida, habiendo casos de poligamia y excepcionalmente de poliandria. La residencia era bilocal, es decir que la nueva pareja podía elegir vivir en el grupo doméstico del hombre o de la esposa. Cada familia tenía su umialik o «líder» y a menudo esta posición social incluía también al anatkuq o chamán.

En invierno habitaban en casas semisubterráneas hechas de turba con una estructura de madera (muy abundante en la zona). En ocasiones, podían también utilizar los huesos de ballena, la piel de caribú y la corteza de los árboles para reforzar y proteger la vivienda del frío. Estas casas rectangulares eran de unos cuatro m de largo por tres m de ancho y podían alojar hasta doce personas. Los Kivaliñigmiut se caracterizaron por construir unas viviendas invernales con una gran cúpula cubierta con cortezas delgadas de árboles jóvenes, turba, musgo y nieve. Las casas solían estar divididas en cuatro habitaciones con sus respectivas alcobas. La entrada, como sucedía con otros grupos Iñupiat, consistía en un túnel largo que estaba por debajo del nivel de la plataforma-dormitorio. Empleaban la lámpara de aceite en un soporte de cerámica, aunque a veces importaban la de esteatita. Algunos grupos como los Kuungmiut, Qikiqtagrungmiut, Napaaqtugmiut, Kivaliñigmiut y de forma ocasional los Pitagmiut, construían esporádicamente casas de nieve en el mar helado a finales de primavera. Asimismo construyeron el kashim para sus ceremonias y reuniones sociales.

En verano se instalaban en tiendas que podían tener forma de cúpula o cónica, similares a las que usaban los indígenas norteamericanos. Por norma general todos los grupos inuit usaron dos tipos de tiendas, aunque siempre se decantaron por una de ellas: tipi y tupiq (o tupik). Ambas solían estar hechas de piel de caribú, morsa o foca, con soportes de huesos de ballena, cornamentas o madera flotante, reforzados estos con huesos también de morsa y foca, según la disponibilidad de dichos materiales en cada área. Las mujeres eran las responsables de confeccionar el tipi, montarlo y desinstalarlo, como también sucedía en el caso del tupiq. Normalmente comenzaban a construir el tipi con doce palos largos colocados en vertical formando así un cono, atándolos luego juntos para tapar la tienda. Una vez que los postes eran asegurados, las mujeres cubrían la estructura con las pieles disponibles. Estas se mantenían en su lugar por medio de pesadas piedras colocadas en forma circular alrededor de la base. El umbral de un tipi debía estar orientado hacia el Este. En el centro de la tienda se hacía el fuego y el humo se escapaba a través del agujero del techo de la vivienda. El tipi era fácil de construir, manejable cuando la familia se desplazaba e ideal para las expediciones de caza.

El tupiq tenía unas características similares al tipi en cuanto a la funcionalidad, soportes, refuerzos y materiales usados se refiere. La gran diferencia residía en su estructura, ya que tenía una entrada rectangular y acababa en forma de ábside. La disposición interior tanto del tipi como del tupiq eran similares. Había un espacio para el dormitorio y otra área para el almacén, donde se colocaban la ropa, las herramientas y otros enseres. En ambos casos se encendía una pequeña fogata en la entrada de la tienda para evitar a los mosquitos.

Por otra parte, los Iñupiat de Kotzebue Sound tenían una gran variedad de herramientas, utensilios y armas de caza hechas de piedra, madera, hueso y marfil. Usaban también el taladro de arco, arpones, lanzas, flotadores de vejiga de foca, arcos y flechas, etcétera. Como medio de transporte tenían el umiak, el kayak y el trineo de perros. En algunas zonas como la región del río Kobuk usaban las raquetas de nieve. Las pieles de caribú eran utilizadas sobre todo en la vestimenta de invierno, mientras que la de piel de foca se usó más comúnmente en verano. Debido a las necesidades estacionales, a los animales disponibles en cada momento y a las diferencias regionales, este grupo se caracterizó por tener una amplia gama de prendas de vestir y con una diversidad considerable. Por ejemplo, los Nuataagmiut contaban con hasta quince tipos distintos de botas, cada una con su nombre que las caracterizaba, diferenciaba y definía.

Como el resto de grupos Iñupiat, realizaban el ritual epónimo y creían en la reencarnación espiritual manifestada en animales y hombres. El respeto por las presas capturadas era fundamental para asegurarse una caza futura. Además, las mujeres, al igual que los hombres, debían complacer a los animales, tanto en la preparación de la caza como de las pieles, y de esta manera compartían una base cosmológica de subsistencia. Cuando los cazadores capturaban una ballena beluga ninguna mujer podía tocarla hasta que el marido le diera permiso.18

Igualmente cabe destacar la figura del líder espiritual Iñupiaq Maniilaq o Maniilauraq (¿1800?-¿1890?), pues se hace a menudo referencia a él como el «esquimal profeta». Nació en el área del río Kobuk, a principios del siglo XIX. Es conocido a través de la historia oral de los Iñupiat y es recordado como un gran viajero y maestro que predecía el futuro. Muchas de sus enseñanzas eran similares al Cristianismo y esto fue fundamental para la conversión de los Iñupiat a esta religión.

Los adornos corporales también fueron importantes entre algunos grupos inuit, sobre todo los que vivían en Alaska. Por ejemplo, los hombres Iñupiat de Kotzebue Sound solían llevar una especie de piercings alrededor de los labios como hacían también los Tareumiut. Entre los Cup’it de la isla Nunivak, tanto hombres como mujeres, utilizaban este tipo de adornos, mientras los Alutiit hacían lo propio colocándolos básicamente en la nariz y la barbilla. También las mujeres inuit, en líneas generales, acostumbraban a llevar pendientes y collares, al igual que era una costumbre extendida el uso de amuletos sagrados. Los materiales usados para estos adornos podían ser, en la mayoría de los casos, huesos de animales y abalorios.

Existía una cierta unidad entre todos los Iñupiat de la región, lo que fortalecía al grupo a través de la cooperación y la solidaridad, en cuanto a la economía de subsistencia (épocas de hambruna y penuria) y conflictos bélicos se refiere. Pero igualmente esta cohesión existía en el ámbito social y cultural, participando en ceremonias y festividades rituales como sucedía en la feria de verano de Sisualik (Seshalik, Sheshalik o Shesshlik), en la que durante dos semanas se reunían unos dos mil individuos (la mayor reunión de un grupo inuit) para comerciar, realizar competiciones atléticas y para celebrar y festejar juntos dicho evento. Cuando terminaba este encuentro cada grupo regresaba a su territorio. De esta forma se daba por finalizado el período de tregua impuesto para reunirse en esta feria comercial. A partir de ese momento, los conflictos bélicos podían producirse de nuevo entre los grupos tribales. Estas reglas se aplicaban incluso con los indígenas norteamericanos del interior, como es el caso de los Koyukon, contra quienes luchaban y también comerciaban.

En 1816 Otto von Kotzebue (1787-1846), un almirante alemán navegando para la Armada Imperial rusa, fue el primer europeo que contactó con los Iñupiat de la región de Kotzebue Sound. Entre 1850 y 1897 sobrevino un período nocivo para este grupo como consecuencia directa del contacto con barcos mercantes norteamericanos, sobre todo antes y durante la feria de Sheshalik. El resultado fue una mayor exposición a las enfermedades europeas, así como la adquisición de armas de fuego y alcohol. De hecho, los grupos Siilvingmiut, Akunigmiut y Kuuvaum Kangianigmiut fueron los únicos que continuaron ocupando su territorio tradicional, aunque su población disminuyó como consecuencia de las enfermedades y la migración a otros territorios. La mayoría de los Kangigmiut emigraron durante este período al sur, hacia Norton Sound, mientras el resto de grupos sufrió la Gran Hambruna de 1881-1883, que diezmó la población y muchos de los supervivientes emigraron hacia el Norte. Por ejemplo, los Nuataagmiut abandonaron su territorio en 1886, para marcharse a la costa, debido a la rápida disminución del número de caribúes en la zona.

Entre 1898 y 1899, se encontró oro en los ríos Kobuk y Noatak y posteriormente en la península de Seward, lo que alteró en gran medida el desarrollo cultural de los Iñupiat de la región, pues se vieron afectados todavía más con la llegada de los misioneros (Society of Friends) en 1897, que los agruparon en pequeños poblados. Algunos de estos se convirtieron en estaciones de suministro para la extracción del oro procedente del interior. Entre 1905 y 1915, se instalaron algunas misiones más y se construyeron escuelas en la región, y la domesticación de los renos suplantó las manadas de caribúes que estaban completamente extinguidas. Durante la Gran Depresión de los años 30, los Iñupiat fueron poco a poco dejando un estilo de vida seminómada para volverse sedentarios y vivir plenamente en las aldeas donde estaban instaladas las misiones y las escuelas. Los motivos fueron la disminución de los rebaños de renos, que ya no implicaban estar largos períodos alejados de las poblaciones, y el cese de la caza como práctica tradicional.

En esa misma década, las misiones cristianas se habían asentado definitivamente en la zona, y en 1934 Percy Ipalook (1906-1990) se convirtió en el primer Iñupiaq en ser ordenado misionero presbiteriano. Tiempo después, el reverendo Roy A. Ahmaogak (1895-1968), quien había sido ordenado sacerdote en 1946, tradujo a mediados de los años 60 (había empezado la labor en 1947) el Nuevo Testamento al idioma Inupiaq-Inupiatun.

En los años 40, los caribúes volvieron a la zona y crecieron en número durante los años 50. Los alces americanos se trasladaron a la región y también aumentaron el número de ejemplares. Esto permitió, junto al mantenimiento de la pesca y de la caza de mamíferos marinos, que los Iñupiat pudieran aprovechar todos estos recursos para su alimentación y sus vestimentas.

Igualmente, durante los años 40 la población nativa aumentó rápidamente, a pesar de tener una tasa de mortalidad muy elevada. En la siguiente década, el Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos consiguió hacer frente a las enfermedades infecciosas que afectaban a los Iñupiat, logrando con ello que la población creciera de una forma espectacular. Tras la Segunda Guerra Mundial muchos «no nativos» se desplazaron a la región de Kotzebue Sound, provocando con ello una explosión demográfica en algunas comunidades.

En los años 60 los nativos estaban distribuidos en diez poblaciones, siendo Kotzebue la ciudad más grande (durante este período se fundó Ambler, convirtiéndose igualmente en un asentamiento tradicional Iñupiaq). Los habitantes de la costa vivían en casas de madera calentadas con grasa de foca, madera a la deriva y sauces, mientras en el interior solo utilizaban la madera para calentarse. La luz la proporcionaban las lámparas de keroseno o las linternas de gasolina. Los Gobiernos locales eran escogidos por los consejos de cada aldea. Los nativos seguían viviendo de la caza y la pesca, con trabajos esporádicos remunerados principalmente fuera de la región de Kotzebue Sound. El idioma inglés empezó a competir con el Inupiaq para convertirse en la primera lengua de los nativos.

En 1966 se creó la Northwest Alaska Native Association (NANA), una organización que representaba a los nativos de la región de Kotzebue Sound y también del noroeste de Alaska, y que buscaba el reconocimiento de los derechos nativos en general y los derechos sobre la tierra en particular. El 7 de de junio de 1972, la NANA Regional Corporation Inc. pasó a ser una de las trece regiones19 corporativas sujetas a la Alaska Native Claims Settlement Act (ANCSA).20 Los habitantes de Point Hope que estaban afiliados a la NANA se unieron al Arctic Slope Regional Corporation (ASRC).21 Diez de las once corporaciones locales del área de Kotzebue Sound consideraron que eran demasiado pequeñas para operar de forma rentable por su cuenta, así que se unieron a la NANA Regional Corporation en 1976. Este no fue el caso de la Kikiktagruk Inupiat Corporation de Kotzebue, que consideró que era lo suficientemente grande para operar como entidad independiente. En 1972, la NANA se incorporó al estado de Alaska y su sede corporativa está en Kotzebue. Además la NANA Regional Corporation se dividió con la NANA originaria para convertirse en la Mauneluk Association (más tarde conocida como Maniilaq Association). Maniilaq es una corporación regional nativa sin fines de lucro y principal proveedor de los servicios de empleo, sanitarios y sociales en la región. La NANA Regional Corporation, la Maniilaq Association y el Northwest Arctic Borough (incorporado en 1986) son las fuerzas económicas, sociales y políticas más potentes en la región y en conjunto de toda Alaska.

Asimismo, en 1972 se sustituyó el sistema de enseñanza estatal en las escuelas por uno de regional y local más acorde con las necesidades nativas. Por ejemplo, en Kobuk, el pueblo más pequeño y remoto de la región, los estudiantes siguen desplazándose al instituto de Shungnak para continuar sus estudios.

La actual región de Kotzebue Sound, formada por once comunidades, conforman el distrito de Northwest Arctic Borough, en el que viven unas 6.900 personas (la mayor concentración Iñupiaq del Ártico), repartidas en las siguientes poblaciones: Ambler (309), Buckland (406), Deering (136), Kiana (388), Kivalina (377), Kobuk (109), Kotzebue (3.082), Noatak (428), Noorvik (634), Selawik (772) y Shungnak (256). Más del 80% de sus habitantes son inuit Iñupiat, aunque forman mayoría en las poblaciones pequeñas. Todas las comunidades disponen de electricidad, televisión y servicio telefónico. Unas cuatro mil personas hablan un dialecto del Inupiaq-Inupiatun del norte de Alaska22 y el inglés ha pasado a ser la primera lengua oficial de la mayoría de nativos. La política activista de este grupo, en su lucha por los derechos nativos, incluye en su programa el desarrollo de una educación bilingüe.

El área de Kotzebue Sound tiene actualmente cuatro parques naturales y un refugio de fauna nacional. Las bases de subsistencia tradicionales proporcionan a la población los recursos necesarios para sobrevivir: ballenas beluga y boreal, focas, caribúes, osos polares, alces, conejos, aves acuáticas, mariscos, pescados, arenques y salmón. Como complemento a su dieta tradicional recolectan también las bayas silvestres. Según las áreas, la obtención de estos recursos varía. En esta región, por ejemplo, todavía es posible ver a las mujeres Iñupiat pescando en el hielo.

Kotzebue es el centro económico de la región y solo aquí es donde se combinan las actividades propias del negocio privado con el modo de subsistencia tradicional. El consumo de alcohol es limitado según las ordenanzas locales. A excepción de Kotzebue, la venta y la importación de alcohol son ilegales en los pueblos que forman este distrito. En Kotzebue el alcohol puede ser importado, pero nunca vendido dentro de los límites de la ciudad. El servicio de transporte, la explotación petrolífera y la extracción de minerales son las principales actividades económicas de la región. El Gobierno del distrito municipal actual se formó en 1986. El pueblo de Kotzebue es un Gobierno Federal Tribal que representa a los Qikiktagrukmiut o Qikiqtagrungmiut (nativos originales del área noroeste de Alaska que viven en los alrededores de Kotzebue). Para este grupo Iñupiaq la tribu es una entidad soberana de Kotzebue y su organización funciona conforme a la Indian Reorganization Act (IRA) de 1934, enmendado por Alaska en 1936. Unos 2.500 nativos de diferentes tribus son miembros de la Kotzebue IRA, aunque la mayoría son familias originarias de Qikiktagruk (Kotzebue). Noatak no tiene ningún gobierno oficial, pero los ciudadanos y la Noatak IRA forman el consejo que toma las decisiones locales.

Por otra parte, cabe destacar el Iñupiat Ilitqusiat, un movimiento social y espiritual desarrollado en el norte de Alaska y que en 1981 se integró, gracias a Hensley, entre otros, a las nuevas instituciones de la NANA. Combina los valores tradicionales con los asociados al Cristianismo y también los compagina con aquellos procedentes de las historias asociadas al profeta Maniilaq. Dichos valores incluyen: conocimiento de la lengua nativa y del árbol genealógico, respeto por los «otros» y por la gente mayor, compartir y cooperar con el grupo, trabajar duro, evitar los conflictos, tener buen humor, responsabilidad ante la familia y el grupo tribal, amor por los niños, respeto por el medio de subsistencia de los cazadores y por la naturaleza, tener éxito como cazador además de demostrar habilidades domésticas, cumplir con el rol familiar y confianza en un poder espiritual superior. Estas son algunas de las reglas que les permiten a los Iñupiat continuar ligados a sus antepasados. Por lo tanto, cada Iñupiaq es responsable de la supervivencia del grupo y del mantenimiento de las tradiciones y valores culturales heredados a través de la familia.

Iñupiat de la costa norte de Alaska


Los Iñupiat de esta región viven en la costa norte de Alaska, entre Point Hope, en el mar de Chukchi, y la desembocadura del río Colville, en el litoral del océano Glacial Ártico. Esta área tiene un clima plenamente ártico y una geografía física marcada claramente por la tundra del interior y las aguas poco profundas de la costa. Es una zona con una amplia variedad de recursos tanto marinos (ballenas, morsas y focas) como terrestres (caribúes). En la segunda mitad del siglo XIX, cuando entraron en contacto con los europeos, tenían una población estimada entre 1.850 y 2.000 individuos. Las aldeas estaban formadas por familias extensas que, a pesar de no tener una organización social ni un líder natural, sentían que formaban parte de un grupo territorial con una identidad cultural común. Las relaciones se establecían entre las familias, el umialik y su tripulación dentro de una estratificación social simple.

Como el resto de grupos Iñupiat y Yupiit, vivían en invierno en casas semisubterráneas de piedra y turba, con una estructura hecha a base de colmillos de morsa, huesos de ballena o madera flotante. Asimismo, podían usar las pieles de caribú y de morsa y la corteza de los árboles junto con la tierra, para protegerse más del frío. Estas viviendas tenían un largo túnel de entrada subterráneo situado por debajo de la plataforma donde se habitaba. Las casas podían tener forma circular o rectangular y de diferentes tamaños según los grupos, clanes y familias que tuvieran que habitar en ellas. El habitáculo podía estar dividido en habitaciones o compartimentos. Se sabe que tenían casas comunales (kashim); usaban la lámpara de aceite animal, y las herramientas y utensilios de piedra, madera o hueso eran muy similares en forma y uso a las que tenían el resto de grupos Iñupiat de Alaska. Asimismo, empleaban el kayak, el umiak y el trineo de perros. Las creencias religiosas eran muy similares a los otros grupos Iñupiat al igual que la vestimenta, aunque cada uno tenía sus propios diseños regionales.

Cazaban la morsa en junio, el caribú en agosto, la foca en invierno y la ballena boreal cuando esta emigraba en primavera hacia el océano Glacial Ártico. A menudo, este cetáceo proporcionaba todo lo necesario (grasa y carne) para vivir durante un año sin problemas. La caza de la ballena y de la morsa implicaba un trabajo colectivo, y consecuentemente los Iñupiat tendían a instalarse en establecimientos permanentes que podían llegar incluso a los mil habitantes, aunque lo más habitual era entre 300 y 500 individuos. La caza del caribú en el interior, por el contrario, determinaba el nomadismo del grupo, que dependía de la presencia, abundancia y migración de este animal para su propia subsistencia.

Los Iñupiat de la región norte de Alaska se dividían en dos grupos básicos: los Tareumiut o Tagiugmiut («pueblo de mar») y los Nunamiut («pueblo de tierra»). Ambos tenían una economía de subsistencia diferente motivada por la diversidad de recursos que existían en las dos áreas culturales. Los Tareumiut vivían en numerosas aldeas repartidas a lo largo de la costa y en la desembocadura de los ríos. Los Nunamiut habitaban en el interior.23 Existía una importante relación comercial entre ambos grupos, ya que les permitía acceder a recursos no habituales en su medio natural. Así los Nunamiut, dedicados enteramente a la caza del caribú, intercambiaban sus pieles para hacer las indumentarias por el aceite de grasa animal (para alimentar sus lámparas) que les proporcionaban los Tareumiut. Este trueque comercial solía realizarse en otoño en las desembocaduras de los ríos procedentes del interior, como es el caso del Colville.

Dentro de las ceremonias tradicionales destaca la denominada Fiesta del Mensajero, Kivgiq o Kevgiq.24 Se practicaba en algunas áreas centrales de Alaska y entre los Yupiit y los Iñupiat, con las excepciones de la isla St. Lawrence y de las islas Diomedes. En este festejo, que se realizaba en invierno, las aldeas invitadas por el umialik competían para ver cuál era la que hacía más regalos. Se trataba de una ceremonia similar al Potlach,25 en la que el prestigio de cada pueblo o individuo estaba directamente relacionado con el nivel de derroche, e igualmente solía servir para el comercio entre socios y familiares, fruto de los enlaces matrimoniales, de los pueblos cercanos. En esta fiesta también se invertían, por ejemplo, las relaciones sociales normales entre hombre y mujer. Esto se hacía para demostrar a los espíritus de los animales que los cazadores estaban preparados para aceptarlos y recibirlos. Ese evento social y económico reforzaba el sentimiento de unidad cultural entre los participantes. En 1915, se celebró la última Fiesta del Mensajero. Ello se debió en parte a los esfuerzos de los misioneros por acabar con lo que consideraban como «prácticas paganas» y también debido a los enormes cambios sociales entre las comunidades Iñupiat y Yupiit. No fue hasta 1988 que volvió a realizarse un Kivgiq (participaron más de dos mil personas), con la intención de proporcionar a cada Iñupiaq una identidad cultural colectiva y mejorar el sentimiento de pertenencia a una etnia. Actualmente se celebra cada dos años y encarna la reapropiación del poder socio-económico de los Iñupiat, permitiéndoles seguir ligados a sus tradiciones ancestrales.26

Aparte de la Fiesta del Mensajero, había otra ceremonia Iñupiaq muy importante que también se celebraba en el qalgi y conocida como Nalukataq. Este festival duraba tres días y se efectuaba para conmemorar los éxitos en la captura de las ballenas. Por lo general, se realizaba en junio, es decir cuando terminaba la temporada de caza de estos cetáceos, y el festival era organizado por los capitanes balleneros que más éxito habían tenido y por sus esposas. El fin era honrar a las ballenas que habían sido capturadas. La celebración del Nalukataq variaba de una comunidad a otra, y de un año a otro, dependiendo, en parte, de la cantidad de ballenas capturadas y de las tripulaciones. La ceremonia no se llevaba a cabo si no se capturaban ballenas. Así, el primer umialik o capitán ballenero, recibía un especial reconocimiento.

En la actualidad, el Nalukataq comienza con un servicio en la iglesia, pero la mayor parte de la celebración tiene lugar frente a los qalgit de los capitanes con mayor éxito en la caza. Los umialiit que tenían la tripulación más exitosa colocaban una barrera contra el viento frente al qalgi y la comida, especialmente la carne de ballena, se servía a la comunidad durante la fiesta del Nalukataq. Igualmente se distribuían grandes cantidades de alimentos que también eran llevados a casa. Cabe destacar que durante el segundo día se distribuía uno de los manjares más apreciados por los Iñupiat, la aleta de la ballena. Las fiestas se podían realizar simultáneamente en uno o varios qalgit o alternarse entre ellos.

Asimismo se realizaban durante el Nalukataq juegos y bailes tradicionales. De hecho, el nombre del festival procede del «juego de la manta», práctica individual en el que las personas son lanzadas al aire y «capturadas» en una manta hecha de pieles de morsa o de foca barbuda. Los saltadores solían competir entre ellos para ver quién lo hacía mejor o era el más acrobático. A veces, el capitán que había tenido más éxito en la caza era el primero en saltar y se esperaba que al hacerlo lanzara algunos premios a la multitud allí reunida.27

Con la excepción de los pueblos que vivían alrededor del estrecho de Bering y que contactaron con los rusos a finales del siglo XVIII, el primer contacto europeo con los Iñupiat del noroeste de Alaska no fue hasta 1832, cuando el explorador británico Frederick William Beechey (1796-1856) llegó a sus tierras. Después de sucesivos contactos esporádicos con otros exploradores, en 1880 llegaron los balleneros europeos, y con ellos el intercambio comercial con el «hombre blanco». La presencia de estos balleneros afectó al desarrollo cultural de los Iñupiat, como sucedió en otros lugares del Ártico, y las enfermedades y el alcohol provocaron que la población disminuyera en determinadas zonas. Algunos Iñupiat, incluso del interior, fueron a la costa en busca de nuevas oportunidades. Los misioneros, que también habían llegado en 1880, tuvieron aquí más suerte que en el sudoeste de Alaska, sobre todo por el mayor sedentarismo de los nativos, los servicios médicos y la construcción de escuelas.

Tras la caída comercial de la industria ballenera en 1920, y después de dedicarse durante un tiempo al comercio de pieles de zorro que también decayó a partir del crack bursátil del 29 (esta actividad proporcionó a algunos nativos hasta USD $8.000 anuales), los Tareumiut tuvieron que regresar a su modo de vida tradicional. Además, anteriormente, en 1892, se introdujeron renos en la zona y en 1948 se habían reducido en número de una forma considerable hasta desaparecer, debido a que se mezclaron con los caribúes y a las enfermedades que contrajeron.

Por otra parte, el 27 de febrero de 1923, unas 37.000 millas cuadradas del área del Arctic Slope fueron designadas como Naval Petroleum Reserve # 4 por la U.S. Navy y por el Departamento del Interior de Estados Unidos. En 1945, contratistas de la U.S. Navy perforaron el primer pozo de petróleo en la Naval Petroleum Reserve # 4. El desarrollo de la Naval Petroleum Reserve Production Act (NPRPA)28 durante la Segunda Guerra Mundial, provocó que una ciudad como Barrow creciera a expensas de otras poblaciones de la costa. Las oportunidades de empleo aumentaron por los yacimientos de petróleo y gas, lo que motivó el desarrollo de una economía monetaria total.

En 1957, la U.S. Atomic Energy Commission (AEC) presentó el Project Chariot: un plan para enterrar y detonar una serie de dispositivos nucleares. Un año después, esta misma comisión propuso la creación de un puerto artificial de aguas profundas en el cabo Thompson (North Slope) para futuros envíos de minerales, carbón y otros recursos no renovables que se creía existían en la región. Nadie consultó a los Iñupiat de la zona acerca de este proyecto y solo se enteraron cuando visitaron el área en 1959. De hecho, no fue hasta el año siguiente que la AEC informó oficialmente a los Iñupiat que vivían en el norte de Alaska de sus planes, negando además que pudieran tener efectos nocivos para la salud y dañar el medioambiente.

Ya en 1961, el Departamento de Salud de Point Hope escribió al presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy (1917-1963), su oposición al Project Chariot. Igualmente, científicos de la Universidad de Alaska (University of Alaska Fairbanks), así como grupos pacifistas y ecologistas, se opusieron a este proyecto. Ese mismo año, los Iñupiat y los Yupiit de Alaska se reunieron en una conferencia en Barrow como un primer paso para unir esfuerzos en el desarrollo de una política que representara la voz de ambos pueblos y defendiera sus intereses. Y aunque los Iñupiat consiguieron que el Project Chariot fuera finalmente abandonado, en 1962, el Departamento de Energía de los Estados Unidos siguió adelante con las pruebas secretas para trazar el movimiento de residuos radiactivos en las aguas subterráneas. Sin saber lo que estaba sucediendo, los Iñupiat de Point Hope continuaron viajando, cazando, y utilizando los recursos de la región contaminada. En septiembre de 1992, los Iñupiat de Point Hope supieron que en 1962 la AEC había enterrado material radiactivo en el cabo Thompson como parte de un proyecto de investigación. El objetivo era simular la lluvia radioactiva para determinar si esta podía contaminar las aguas subterráneas. Muchos residentes de Point Hope siguen creyendo que el aumento anómalo de casos de cánceres entre la población se debe a esos treinta años que estuvieron expuestos a los residuos radioactivos sin saberlo.

Entre 1961 y 1968, se produjeron numerosas manifestaciones de protesta de los nativos de Alaska a la Secretaria del Interior de los Estados Unidos que pedían un trato más justo en la selección de las tierras del nuevo estado de la Unión. En este sentido, uno de los incidentes más llamativos fue el que se conoció como Duck-In,29 un acto civil de desobediencia organizado por los Iñupiat de Barrow, y que se produjo en la primavera de 1961, después de que varios Iñupiat fueran arrestados por cazar patos eider fuera de temporada. Después de este suceso, más cazadores Iñupiat dispararon a los patos y los llevaron ante las autoridades que controlaban la caza en la zona, con sus declaraciones escritas para tal efecto. Igualmente, los Iñupiat presentaron una petición, dirigida al presidente John F. Kennedy, exigiendo cambiar las normativas que regulaban la vida salvaje con el fin de no interferir en la caza como medio de subsistencia tradicional. Consecuentemente, todos los cargos fueron retirados y no hubo más intentos para hacer cumplir el Tratado de Aves Migratorias (Migratory Birdy Treaty), que era contrario a la caza del pato como medio de subsistencia en Alaska. El incidente fue uno entre muchos que se convirtieron en los precursores de la resolución de las reclamaciones de tierras en Alaska.30

También en 1961 se fundó la Iñupiat Paitot (patrimonio de los pueblos), una organización política creada como respuesta a la amenaza de desaparición del medio de vida nativo, motivada por la explotación de los recursos que había en la zona. Estaba formada por representantes de las regiones Iñupiat de North Slope y del mar de Chukchi. Dos años más tarde, se unió en confederación con la Alaska Native Brotherhood y el Tanana Chiefs. Esta asociación fue la precursora de la Alaska Federation of Natives (AFN), creada el 18 de octubre de 1966. Dicha organización estatal, social y política de los pueblos indígenas de Alaska quería hacer frente a la creciente preocupación por la reclamación territorial de los nativos, sobre todo a raíz del descubrimiento de reservas petrolíferas y de gas natural en la bahía Prudhoe (océano Glacial Ártico), que junto a la construcción de un enorme gasoducto y oleoducto y a una fuerte inversión económica, supondría una violación de los derechos territoriales que tenían los nativos para poder llevar a cabo sus tradicionales actividades de subsistencia.

Por otra parte, el 15 de enero de 1966 se creó en Barrow la Arctic Slope Native Association (ASNA), precursora de la Arctic Slope Regional Corporation (ASRC). Posteriormente, en agosto de 1971, se fundó la Iñupiat Community of the Arctic Slope (ICAS), una entidad gubernamental tribal de North Slope, organizada a través de la Indian Reorganization Act (IRA) y dirigida a los Iñupiat que consideraban insuficientes las disposiciones de la Alaska Native Claims Settlement Act (ANCSA). Un año después fue creado el North Slope Borough (NSB): a este municipio, que cubre unos 143.000 km2, se le añadieron ocho aldeas Iñupiat.

El NSB es un ejemplo de Gobierno municipal, con privilegios estatales, aceptado por sus fundadores para permitir el control Iñupiaq sobre una amplia gama de actividades municipales tradicionales: ordenación territorial, educación, servicios sociales, desarrollo económico, seguridad pública y planificación del uso del suelo. Además tiene otros organismos relacionados con la gestión de la vida silvestre y la preservación del patrimonio cultural Iñupiaq. En líneas generales, esto es lo que ha sucedido hasta ahora, pero como la población del municipio y en especial de su ciudad más grande, Barrow, se ha vuelto más étnicamente mixta, los Iñupiat no han sido capaces de controlar todas las decisiones del Gobierno local. Una de las cuestiones más polémicas ha sido la venta de alcohol, ya que la mayoría de los «no nativos» desean un acceso más fácil y la mayoría de los Iñupiat quieren establecer restricciones. En Barrow, que su población es casi 50% «no nativa», se ha dado la circunstancia que la ciudad ha cambiado varias veces de «mojado» a «seco» y luego a «húmedo»: es decir, el alcohol puede ser importado para el uso personal, pero nunca para la venta local.31

Dentro del ámbito educativo y en el desarrollo de la lengua Inupiaq-Inupiatun, cabe señalar que el 1 de octubre de 1962 se imprimió la primera edición del periódico Tundra Times, gracias a su editor y fundador Iñupiaq Howard Rock o Weyahok (1911-1976), convirtiéndose en el primer diario nativo de Alaska, aunque en 1997 dejó de publicarse. Asimismo, en otoño de 1974 la Universidad Iñupiaq abrió sus puertas y en 1976 empezó la educación bilingüe en las escuelas de esta región.

En la actualidad de las nueve comunidades que hay en la zona, seis son aldeas Iñupiat cuya economía de subsistencia es marítima y condicionada, además, por la migración estacional de los animales marinos y por las condiciones del hielo y el mar. A pesar de ello, se les ha restringido la caza de la ballena boreal,32 la morsa, algunas clases de foca, el caribú y los pájaros migratorios. El reciente aumento de la población (3.370 Iñupiat en el año 2000) ha provocado una mayor presión sobre los recursos. Añadir que se ha generado una competencia desigual entre la pesca deportiva del «hombre blanco» y la pesca tradicional y necesaria del Iñupiaq.

Por otra parte, la explotación indiscriminada en el norte de Alaska de algunos recursos (gas y petróleo) está alterando la migración de los animales terrestres y marinos, además de provocar el desplazamiento de los nativos a las zonas menos afectadas, pero también menos ricas. Igualmente, cabe señalar que en 1977 entró en funcionamiento el sistema de oleoducto Trans-Alaska (TAPS), que va desde la bahía Prudhoe hasta Valdez, cruzando de norte a sur el estado de Alaska.

Asimismo en esta región encontramos problemas de otra índole: la técnica de depósitos de las aguas residuales son inexistentes excepto en la bahía Prudhoe, y en algunas instalaciones militares y públicas de las comunidades más grandes; las aguas residuales y los contenedores de basura, que se vacían infrecuentemente, están creando unas condiciones antihigiénicas perjudiciales para la salud de la comunidad; el sistema eléctrico de generadores extendido en la mayoría de las comunidades es poco fiable; los métodos de distribución del gas, donde existen, están mal diseñados y con un mantenimiento precario; y el transporte por carretera es bastante deficiente, siendo el medio aéreo el más utilizado en la región.

Esta situación tan dolorosa y lamentable para los Iñupiat de la costa norte de Alaska se manifiesta en dos claros ejemplos (Kaktovik y Barrow), que como ya sucedió con la mayoría de grupos inuit del Ártico en la década de los 50, reflejan una pérdida de identidad cultural de su población nativa, acentuada incluso por un complejo de inferioridad y un aumento de la desesperanza. Marginados socialmente y abandonados a su suerte en las ciudades, tras haber dejado sus pueblos natales, los inuit se vieron abocados a una dependencia gubernamental fomentada por los subsidios (casi el 50% de la población nativa). Aunque en líneas generales el racismo disminuyó a partir de los años 40 (en 1949, se abolieron todas las leyes segregacionistas), los nativos no dejaron de ser simples marionetas en manos del «hombre blanco». Ciertamente se había mejorado mucho desde que, en 1889, el Alaska Development Planning Committee (Comité para el Desarrollo y Planificación de Alaska) dictaminara que los indígenas debían abandonar sus costumbres tradicionales para aprender las del «hombre blanco».33 Pero no fue hasta la década de los 60 que los pueblos de Alaska fueron tomando conciencia de una realidad en constante cambio evolutivo, la cual implicaba una reacción ante las desigualdades sociales y económicas. Esto motivó el desarrollo de un movimiento autóctono que luchó por la igualdad entre el «no nativo» y el indígena, y por su derecho ancestral sobre sus tierras. Por esta razón, como ya hemos visto, se creó la Alaska Federation of Natives (AFN). Y a pesar de que se ha avanzado mucho, en cuanto a los derechos nativos se refiere, no todas las poblaciones han logrado un mismo desarrollo, y algunas de estas parecen todavía estar estancadas en los años 50, como son los casos de Kaktovik y Barrow.

Kaktovik es una aldea nativa de unas 140 personas, situada en una isla costera al este del mar de Beaufort. Comenzó como un pueblo tradicional Tareumiut, que comerciaba con los aldeanos de Nigalik al oeste, y con los inuit de la costa este de Canadá. La economía del pueblo ahora depende del North Slope Borough (NSB), del Departamento Municipal de Servicios (DMS), de la DEW Line station (respecto al transporte), del empleo corporativo de la aldea, así como también de la subsistencia tradicional. Kaktovik ha sido y continúa siendo, una de las comunidades más pobres del Ártico. Su población nativa se ve afectada por las leyes y las restricciones en la caza, por la competencia con la práctica de la pesca deportiva del exterior, y por el coste de los alimentos y el equipamiento. En la mayor parte de la isla hay residencias privadas. Las aguas residuales no son tratadas adecuadamente. El sistema eléctrico, a través de generadores, es inadecuado y prácticamente el único medio de transporte regular es el avión, lo que encarece los costes de las mercancías.34

La población de Barrow (4.683 habitantes, 57,19% Iñupiat) es un asentamiento de varios grupos Tareumiut, que estuvieron dispersados a lo largo de la costa, y que siguieron las rutas comerciales abiertas por comerciantes europeos y norteamericanos, y también por los balleneros. Las condiciones de las viviendas aquí son las más pobres de la región. Las estructuras de las casas, azotadas por el clima extremo, apenas consiguen mantenerse en pie. No hay conductos de agua y los baños y fregaderos escasean. No hay parques y muy pocas zonas de recreo. Además, las aplicaciones importantes en el uso de la tierra en Barrow incluyen un plan para ser llevado a las aldeas nativas, gracias a las limitaciones de la propiedad de los terrenos condicionada por el crecimiento de la comunidad y también a la Alaska Native Claims Settlement Act.

Este acuerdo, conocido como ANCSA, empezó a gestarse cuando, en 1965, algunos inuit de Alaska, al igual que otros nativos de este Estado, publicaron una serie de artículos en el Tundra Times y en los que se pedía una aceptación por parte del Gobierno Federal estadounidense a sus demandas territoriales. Entre 1967 y 1971, se realizaron varias propuestas de reclamaciones territoriales de los nativos de Alaska que finalmente desembocaron en la aprobación, el 18 de diciembre de 1971, de esta Ley sobre los Derechos Territoriales de los Nativos de Alaska, y que supuso se eliminaran todos los derechos sobre la tierra que los indígenas habían tenido hasta entonces. A cambio, estos recibieron unos honorarios a título de: posesión del 11% del territorio de Alaska (44 millones de acres, unos 180,000 km2) y una compensación económica en efectivo de USD $962.5 millones. Actualmente, la tierra y el dinero en efectivo son controlados por trece corporaciones regionales (igual a las trece Asociaciones Nativas que presionaron por las reclamaciones de la tierra) y por más de doscientas cooperativas locales. Estas son las cooperativas beneficiarias que funcionan conforme a la ley corporativa. Además, dieron a todos los nativos su parte económica a través de la corporación regional y de las cooperativas locales. Los derechos sobre la superficie son concedidos en entidades locales y en corporaciones regionales, pero solo estas últimas tienen derechos de subsuelo. No dieron a los indígenas derechos preferenciales sobre la tierra (como cazar, pescar y la explotación mineral), según dicta esta ley: una diferencia sustancial respecto al Acuerdo sobre las Reclamaciones de los Territorios Canadienses del Noroeste. En siete de estas trece corporaciones regionales están representados los inuit (Arctic Slope, Bering Straits, NANA, Calista, Bristol Bay, Koniag y Chugach).

Así pues, estas corporaciones regionales debían: recibir dinero e invertirlo en las cooperativas locales y en la reintegración de los individuos; supervisar la creación de las entidades locales; administrar la propiedad de la superficie de la tierra y del subsuelo, y encargarse de invertir parte del dinero en actividades rentables con el fin de obtener beneficios. Además, se estableció que el 70% de los beneficios obtenidos por las corporaciones regionales en la extracción de productos del subsuelo tenía que ser repartido de un modo proporcional al número de individuos y a la riqueza de los recursos. Este acuerdo era válido para aquellos que tuvieran como mínimo ¼ parte de sangre nativa y que estuvieran vivos en el momento del acuerdo. Los individuos que nacieran posteriormente estarían exentos de dicho tratado.35

El 22 de junio de 1972, la Arctic Slope Regional Corporation (ASRC), a la que pertenecen los Iñupiat de la costa norte, se incorporó como corporación regional del estado de Alaska, y por lo tanto quedaron sujetos los indígenas a los derechos aceptados a través de la ANCSA.

Actualmente, hay señales inequívocas que indican que el pasado todavía sigue vivo entre los Iñupiat de la costa norte. Continúan hablando un dialecto Inupiaq-Inupiatun del norte de Alaska. Los perros rivalizan ahora con la moto de nieve. Han desaparecido algunos elementos tribales tradicionales, tales como el intercambio de esposas, el chamanismo, la importancia del kashim y la visión del mundo ancestral. Sin embargo, los lazos de parentesco todavía permanecen. En este sentido, el papel que cumple la familia extensa bilateral es vital; no solo porque ya era importante en el pasado, sino que también sigue siéndolo en el presente, algo que es fundamental para el futuro de este grupo.


Iñupiat del interior norte de Alaska

Los Nunamiut36 son los habitantes Iñupiat del interior norte de Alaska. A pesar de que se tiene muy poca información de este grupo, al menos se sabe que vivían en tres áreas ecológicas bien diferenciadas: en las altas laderas norteñas de Brooks Range, que llegan a alcanzar los 3.000 m de altura y están situadas al norte de la línea donde crecen los árboles; en las colinas más septentrionales, donde las montañas apenas llegan a los mil metros de cota; y en un llano de tundra, repleto de ríos y lagos adyacentes de Brooks Range, que limita con el océano Glacial Ártico. Esta zona tiene un clima muy extremo, con inviernos largos y severos y temperaturas bajo cero durante buena parte del año (en invierno se pueden alcanzar los –60º C). Sobre el 15 de noviembre empieza la oscuridad ártica y durante 72 días la noche se eterniza en los cielos de esta región. En verano, tras el deshielo, los llanos se convierten en pantanos infestados de mosquitos.

Cuando llegaron los primeros comerciantes europeos, a principios del siglo XIX, había unos 1.050 individuos divididos en cuatro grupos regionales: los habitantes de las zonas de Anaktuvuk Pass, río Colville, ríos Meade e Ikpikpuk y río Utukok. Cada uno de estos grupos tenía su propio dialecto Iñupiaq, y sus ciclos anuales eran ligeramente diferentes los unos de los otros, aunque la mayoría de las familias pasaban el otoño y el invierno en el interior, y el verano, en la costa.37

En cuanto a unidades sociales y utilización territorial se refiere, este grupo Iñupiaq del interior de Alaska estaba formado, hacia 1850, por varias sociedades distintas caracterizadas por altos niveles de endogamia, una identificación territorial sobre todo en otoño (y por lo general, en invierno) y un ciclo estacional distintivo. Estos Iñupiat se dividían en varias bandas y el número de personas que las componía dependió de la densidad de la población y de la disponibilidad de los recursos en cada una de las áreas. Entre seis y doce familias formaban una banda. Tenían un «líder» que podía ser el umialik o una persona «rica». La base de su estructura social era la familia nuclear y aparte estaba el grupo de parentesco afín o bilateral. Estas tribus incluían a los parientes consanguíneos, maternales y paternales (y adoptados) que se extendían hasta la tercera generación. Los que estaban fuera de este nivel, y a pesar de que podían pertenecer al mismo árbol genealógico de uno de sus componentes familiares, eran considerados «extranjeros». Las relaciones exogámicas eran una unidad social sumamente importante, ya que implicaban una obligación mutua de ayuda frente a las amenazas exteriores y en situaciones de hambre y penuria.

Los Inuit

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