Читать книгу ¿Dónde están mis orgasmos? - Francis Aurò - Страница 8
ОглавлениеCapítulo 1
¿¡Perdona!?
—Te has corrido dos veces… —dijo mientras mostraba su amplia sonrisa perfecta, orgulloso del trabajo realizado.
Me limité a sonreír, sin más. Había sido una buena partida, sí…
Pero… creo que no me he corrido…
Vamos, diría que no me he corrido en la vida…
En aquel momento mi cabeza estaba más pendiente de ver cómo acababa la noche y de si volveríamos a quedar, que de lo que me acababa de decir.
Pero a la mañana siguiente empecé a pensar:
¿Qué ha pasado para que diga que me he corrido? Y lo más misterioso: ¿cómo puede ser que él se entere de que me he corrido y yo no?
Estaba flipando.
Aquel comentario marcaría un punto de inflexión y me haría empezar a pensar de otra manera en mi placer sexual…
Nunca antes había hablado de orgasmos con mis amantes; ni de los suyos, que eran evidentes, ni de los míos…
Es que yo creo que no me corrido nunca…
El “creo” ya daba muchas pistas de que, efectivamente, no me había corrido.
Recordaba haber leído en una revista femenina “Basta ya de fingir orgasmos”.
¿Estoy fingiendo mis orgasmos? ¡Pero si no sé si los tengo!
A mí me gusta el sexo, me excito, siento que mi excitación sube pero… No hay más… El juego termina cuando el tío se corre… GAME OVER, ¿no?
No había subidón con traca final ni tampoco me había planteado que lo tuviera que haber. Yo me lo pasaba bien… a mi manera, haciéndolo como sabía.
Claro que había leído sobre el placer de la mujer, sobre orgasmos, porque de alguna manera sentía que me faltaba algo, pero no llegaba a integrar lo que leía, y como tampoco me parecía tan trascendental en mi vida, le daba, más bien, poca importancia.
Así que, a pesar de que había intentado aprender alguna cosa al respecto, al final siempre acababa haciendo sexo de la misma manera de siempre… Que era, básicamente, como había visto en las pelis… Aquellas en las que salían dos rombos… Tremendo referente el mío.
Suponía, por lo que había visto, que lo normal era una secuencia del tipo besos, desnudo, el hombre le toca-come las tetas a ella, ella gime, el hombre hunde su cara en la entrepierna de ella (esto no en muchas pelis), ella gime y acto seguido él introduce su pene en la vagina y empieza a empujar, cada vez con más fuerza a lo que ella responde gimiendo también cada vez con más fuerza hasta que ambos parece que culminan su placer y se abrazan. Y todo esto en menos de cinco minutos.
Cinco minutos, siendo generosa.
Yo no era como “ellos”. No había un éxtasis final con eyaculación culminando ese placer.
Pero nosotras no tenemos eso, ¿verdad? ¿O sí? ¡Yo qué sé!
Algo más había aprendido con los cómics porno que mi primo tenía en casa de los abuelos. En uno de estos vi por primera vez cómo una lengua tocaba una vulva. El chico, con cuidado, levantaba la falda de la chica (que no llevaba ropa interior). Tenía la lengua bien estirada mientras sus manos aguantaban la falda levantada; la chica envuelta de placer al sentir la punta de esa lengua tocar su vulva…
Y a mí me encantaba notar la lengua de mi amante en mi vulva, pero no pasaba nada “diferente” después de unos cuantos lametazos… Con lengua o sin ella acababa sintiendo más-de-lo-mismo-de-siempre.
Ahora, de repente, tras aquel comentario, sentía que efectivamente me estaba perdiendo algo…
¿Por qué ellos siempre se corren y yo no?
¿Qué hago mal? ¿Algo está mal en mí? He leído alguna cosa sobre orgasmos femeninos… O sea: los tenemos… ¿O son ciencia ficción?
¿O quizás son los hombres con los que he estado los que hacen algo mal?
¿Y qué es lo que hacen mal?
¿Qué falla? ¿Qué me estoy perdiendo?
¿¿Dónde están mis orgasmos?