Читать книгу Ana, ¿verdad? - Francisco Hinojosa - Страница 12
Оглавление–Pero, niña –le dijo una señora–, ¿cómo es posible que salgas a la calle sin tu resbalagua y sin tu paragotas?
–Es que... –trató de decir Ana, pero le castañeteaban tanto los dientes que no pudo continuar.
–Vamos, vamos –continuó la señora, y compartió con ella su impermeable y su paraguas–, en la cuadra1 siguiente está mi casa. Desde allí podrás llamar a tus papás para que pasen a recogerte. Salir a la calle sin resbalagua, con este clima, ¡qué locura!
Al llegar a la casa de la señora, el semblante de Ana cambió. El calor que emanaba de la chimenea hacía del lugar algo confortable y placentero. Todo se veía muy limpio: las paredes blanquísimas, la plata de las charolas2 brillante, la alfombra recién peinadita, los muebles sin una brizna de polvo.
Una niña y un niño jugaban sobre un tablero un juego que ella no conocía.
–¿Qué es eso?
–¿Qué es qué? –se sorprendió el niño.
–Eso que están jugando.
–No estamos jugando: estamos haciendo la tarea. Y además, ¿por qué no tienes tu resbalagua puesto?
–¿Qué es resbalagua?
–Pues qué va a ser: la ropa que uno se pone cuando sale a la nieve.
–Ah, quieres decir el impermeable –respondió Ana.
–¿Qué es impermeable?
–Pues la ropa que uno se pone cuando sale a la nieve o a la lluvia.
–¿Qué es lluvia? –preguntó la niña.
–Las gotas que caen del cielo cuando...
–Dirás el aguabaja.
Al escuchar todo eso la señora se acercó a Ana y la miró con extrañeza.
1 Una cuadra es una manzana, o sea, ese trozo de una ciudad rodeado de calles por los cuatro lados.
2 Bandejas.