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3.4 Dispositivos faringo-esófago-traqueales

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La intubación endotraqueal (IE) es una técnica compleja que debe ser realizada por personal experimentado y dotado de los medios adecuados. Como alternativa a esta técnica se han desarrollado dispositivos faringo-esófago-traqueales con el fin de lograr de forma más simple y sencilla el aislamiento de la vía aérea y la ventilación artificial.

Estos dispositivos se diferencian de la IE en que su colocación se realiza sin necesidad de visualizar de forma directa la laringe, con una técnica en principio más simple. Sin embargo, ninguno de estos dispositivos ha mostrado una eficacia similar a la de la IE para lograr el aislamiento de la vía aérea.

Obturador esofágico

La colocación del obturador esofágico se utiliza como alternativa en caso de imposibilidad para realizar una intubación endotraqueal.

Consiste en introducir, con la cabeza del paciente ligeramente flexionada y con tracción de la mandíbula y la lengua hacia delante, un tubo largo de unos 37 cm en el esófago hasta que la mascarilla de la que va provisto en su extremo proximal selle la boca y la nariz. A continuación, procederemos a inflar el balón del extremo del tubo para sellar el esófago y se conecta a la bolsa de ventilación.

El obturador esofágico presenta un elevado riesgo de producir roturas esofágicas, instauración traqueal inadvertida, ventilación insuficiente por un sellado inefectivo de la mascarilla, distención gástrica y problemas de regurgitación, sobre todo, al retirar el tubo. Además la oxigenación y ventilación que se consiguen con este sistema son claramente inferiores a las alcanzadas con la IET, por lo que actualmente no está recomendada su utilización.


Vía aérea esofagogástrica

Es un dispositivo, similar al obturador esofágico, que se diseñó como variante de este para intentar minimizar las posibilidades de distensión gástrica y regurgitación que se presentaban con el obturador esofágico, aunque actualmente está en claro desuso.

Su extremo distal abierto puede conectarse a un equipo de succión que permite vaciar el estómago. Tanto este dispositivo como el obturador esofágico están contraindicados en menores de 16 años.

Vía aérea faringotraqueal (combitubo)

El combitubo es un dispositivo que permite asegurar de forma rápida, segura y efectiva la ventilación pulmonar en situaciones en las que es necesario establecer una vía aérea rápidamente. Consiste en un tubo con dos luces de igual tamaño. La luz esofágica presenta un extremo distal cerrado, un extremo proximal abierto y perforaciones a nivel faríngeo. Por su parte, el orificio traqueal tiene ambos extremos abiertos. A diferencia del obturador esofágico, en lugar de una mascarilla facial está provisto de un gran balón inflable proximal que, al ser hinchado, intenta sellar la hipofaringe.

El combitubo se coloca a ciegas, sin necesidad de utilizar el laringoscopio, y se puede colocar en esófago o en tráquea. Una vez colocado, se procederá a ventilar por una de las luces exteriores auscultando al enfermo y se continuará ventilando al paciente por aquella luz por la que se consiga un correcto inflado pulmonar.



Nota

No requiere de la hiperextensión del cuello para su inserción, lo que lo hace estar especialmente indicado para asegurar la vía aérea en pacientes traumatizados.

Tubo combinado esofagotraqueal

Se trata de un dispositivo estructural. Funcionalmente es similar a la vía aérea faringrotraqueal, aunque con algunas modificaciones en cuanto al diseño del balón esofágico y la adición de una puerta para aspiración gástrica inmediata.

Mascarilla laríngea

La mascarilla laríngea (ML) es un dispositivo comercializado en 1988, formado por un tubo que en su extremo proximal es similar al tubo endotraqueal, pero que en su parte distal consta de un manguito neumático de forma anatómica que se alojará englobando la glotis, comunicándola con el exterior y aislándola de la hipofaringe.

La ML se puede introducir a ciegas, sin necesidad de utilizar el laringoscopio. Para su inserción, el paciente debería colocarse preferiblemente en decúbito supino con el cuello ligeramente flexionado, aunque también puede colocarse sin necesidad de movilizar el cuello del paciente ni alinearlo, lo que hace a este dispositivo especialmente útil ante pacientes en los que se sospeche daño cervical y que se encuentren en espacios restringidos y de difícil acceso que harían imposible una intubación endotraqueal.


Nota

La posibilidad de que existan complicaciones con la ML es menor que con el tubo endotraqueal.

Técnica

Los pasos que deben seguirse para el correcto desarrollo de esta técnica son los siguientes:

1 Asegurar la ventilación del paciente mientras preparamos el material.

2 Seleccionar la ML de tamaño adecuado. Los números del 3 al 5 son los más utilizados en adultos de tamaño medio (la 3 para adultos de baja talla, la número 4 para adultos de talla media y la 5 para los adultos de mayor talla).

3 Lubricar la mascarilla con gel en la cara opuesta a los orificios de ventilación.

4 Introducir la ML cogiéndola como un lápiz a ciegas por la boca del paciente, con la parte que contiene los orificios de ventilación mirando hacia la lengua y la opuesta deslizándose por el paladar hasta que haga tope.

5 Una vez colocada la ML se procederá a inflar el neumotaponamiento con una cantidad de aire predeterminada (20 a 40 ml para los números 3 a 5).

6 Comprobar la correcta ubicación de la ML y la correcta ventilación auscultando al paciente. La existencia de una pequeña fuga de aire es aceptable ya que el sellado no siempre es completo.

7 Fijar el tubo y conectar el extremo proximal a un sistema de ventilación.


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