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ОглавлениеSALUD GRACIAS AL MASAJE
Con el masaje reflexológico activamos la energía vital y reforzamos las fuerzas que nos mantienen sanos.
Antes de empezar con el masaje
Información útil
En muchas culturas, el masaje de las zonas reflejas constituye uno de los métodos terapéuticos más ancestrales, que en los tiempos actuales no ha perdido ni un ápice de eficacia. El objetivo de este libro es mostrar sus bases teóricas y prácticas e invitar al lector a experimentar en sí mismo el tratamiento con este método suave dirigido tanto al cuerpo como al espíritu. Se exponen una gran cantidad de consejos prácticos y se dan instrucciones para realizar paso a paso los masajes.
Historia del masaje reflexológico
Como método de prevención natural de la salud, el masaje reflexológico de pies y manos se conoce desde hace mucho tiempo y se ha ido transmitiendo a muchas culturas. Hoy en día, no podemos afirmar con certeza cuál es el origen de este método terapéutico. Tanto en el Extremo Oriente como en la cultura de los incas y a través de los escritores romanos, se conocen descripciones que indican claramente la práctica de un masaje de las zonas reflejas. Es probable que este masaje sea tan antiguo como la acupresión o la acupuntura, ya que fuentes de la época del nacimiento de estos métodos terapéuticos hablan de determinadas prácticas que hacen pensar en el masaje reflexológico. En consecuencia, este tipo de masaje tendría una tradición de unos 6 000 años.
En el ámbito cultural europeo de la era moderna, las primeras fuentes datan del siglo XVI y se consideran precursoras de las bases científicas de la reflexoterapia. Sin embargo, con toda probabilidad, las verdaderas raíces del masaje de las zonas podales se sitúan en los indígenas americanos, que ya empezaron a trabajar muy pronto con las zonas de masaje.
MÁS QUE WELLNESS
El masaje de las zonas reflejas procura bienestar y contribuye suavemente a tener una mayor salud.
Tratamiento del dolor de los indios americanos
Desde tiempos remotos, muchas tribus indias ya conocían métodos terapéuticos en los que el tratamiento no se aplicaba directamente en el órgano enfermo, sino, por ejemplo, a través del masaje de los pies. Por lo tanto, hace mucho que les es familiar el concepto de las zonas reflejas, quizá sin que lo denominaran de este modo.
El médico estadounidense doctor W. H. Fitzgerald (1872-1942) estudió en profundidad el método antiálgico que se aplicaba en las tribus indias. Observó que, en caso de dolores corporales, las personas presionaban y masajeaban zonas que no coincidían con el concepto de los meridianos energéticos que se conocían de la acupuntura china. Cuando el dolor era más interno, se masajeaban más las caras internas de las manos y los pies. Si los dolores se situaban en regiones más externas, los indios se masajeaban más bien las caras externas de las manos y los pies. Les funcionaba, ya que los dolores desaparecían.
El masaje de los pies es un método curativo que los indios americanos emplean desde hace mucho tiempo.
Concepto de zonas como fundamento
El doctor Fitzgerald relacionó el conocimiento de los métodos de la medicina tradicional india con las experiencias y observaciones en su propia consulta. El médico también se había dado cuenta de que, al masajear determinados puntos o zonas en el cuerpo de sus pacientes, mejoraban las funciones orgánicas y se aliviaban los dolores, llegando incluso a hacerlos desaparecer. Esto ocurría independientemente de lo alejados que estos puntos o zonas estuvieran del órgano tratado.
En consecuencia, el doctor Fitzgerald desarrolló una sistemática, en la que dividió el masaje del organismo humano en diez zonas longitudinales: cinco a cada lado que iban desde la cabeza hasta los pies y desde los hombros hasta las puntas de los dedos. Todo lo que ocurre en una zona está en interrelación energética con los correspondientes órganos y las correspondientes regiones corporales.
En el año 1917 publicó un libro con el título Zone Therapy: relieving pain at home (Terapia zonal: aliviar los dolores en casa). En esta obra presentó su sistematización de las relaciones de acción orgánica a través de las zonas, y asentó las bases de la reflexoterapia que, con tanto éxito, se siguen practicando hoy en día.
Desarrollo y propagación del método
Otro médico estadounidense, el doctor J. S. Riley, siguió desarrollando las posibilidades terapéuticas del método. Riley también fue maestro de la enfermera Eunice Ingham, que, en su consulta, estudió este método en profundidad. Escribió dos libros que reflejan de forma impresionante el nivel que ya entonces tenía el trabajo en las zonas reflejas (véase «Bibliografía», página 125).
Este método (reflexology) pasó de América a Inglaterra y luego al mundo germanoparlante. Hoy en día, muchos médicos, fisioterapeutas y naturópatas trabajan con reflexoterapia. Las posibilidades terapéuticas en diferentes trastornos (sobre todo, del aparato locomotor) se han ido ampliando enormemente y, en la actualidad, el masaje reflexológico, como método preventivo y terapéutico, forma parte esencial de los conceptos holísticos de la salud.
Reflejo del ser humano en los pies y en las manos
El masaje reflexológico parte del concepto de que la energía vital del cuerpo transcurre por determinadas vías, y de que a través de estas conexiones energéticas se puede influir en determinadas partes del cuerpo y en determinados órganos. En el ser humano sano, la energía vital fluye sin obstáculos por estas vías y alimenta por igual todas las regiones. La salud está en peligro cuando el flujo energético se ve congestionado o bloqueado durante mucho tiempo. El masaje reflexológico puede resolver estos bloqueos o congestiones y armonizar nuevamente el sistema energético. Podríamos decir que en los pies y las manos «trabajamos» en una imagen en miniatura del ser humano, y, a través de las conexiones energéticas, conseguimos un efecto tanto a nivel físico como espiritual. Pese a solo masajear los pies o las manos, el efecto se manifiesta en todo el cuerpo, en toda la persona.
PEQUEÑAS AREAS, GRANDES EFECTOS
Las pequeñas superficies de proyección de las zonas corporales y los órganos en manos y pies se denominan zonas reflejas. Se encuentran en:
>la planta de los pies y de las manos,
>el dorso de los pies y de las manos,
>las caras internas y externas de los pies y de las manos.
El masaje de estas zonas provoca determinadas reacciones en las correspondientes regiones corporales.
División del cuerpo en zonas longitudinales (verticales) y transversales (horizontales)
La división en zonas del doctor W. H. Fitzgerald sigue constituyendo en la actualidad una base importante en el masaje reflexológico. Es un patrón de orientación que nos ayuda a relacionar las regiones corporales con las correspondientes zonas en las manos y los pies.
La cuadrícula de las regiones reflejas con cinco zonas longitudinales y tres zonas transversales remeda el esquema de un mapa con sus longitudes y sus latitudes (véase el gráfico en la página 14). Mediante esta cuadrícula, resulta fácil adjudicar las diferentes zonas reflejas a los correspondientes segmentos y órganos del cuerpo. Las cinco zonas longitudinales de cada mitad del cuerpo transcurren desde la cabeza hasta los dedos de los pies y desde los hombros hasta los dedos de la mano. Para una mejor visibilidad, en la figura de arriba solo se representa la primera y la quinta zona de la mitad corporal derecha y la primera y la cuarta zona de la mitad corporal izquierda; las restantes zonas transcurren de forma correspondiente a través del cuerpo y del pie, respectivamente.
CORRESPONDENCIAS ENTRE EL CUERPO Y LOS PIES
Las zonas se disponen del siguiente modo: en la cuadrícula del cuerpo, el hombro derecho se sitúa en la quinta zona longitudinal (vertical) y en el límite entre la primera y la segunda transversal (horizontal). Por tanto, la zona refleja del hombro derecho se encontrará en la región de la articulación metatarsiana del dedo pequeño del pie derecho. Continuando con este mismo principio, el bazo y su zona refleja se encuentran en la cuarta zona longitudinal y la segunda transversal.
Las tres zonas transversales incluyen:
>Región de la cabeza y los hombros; la línea de separación transcurre a la altura del hombro (lo que, en el pie, se corresponde con la línea de la articulación metatarsofalángica y, en la mano, con la línea de la articulación metacarpofalángica).
>Región del tórax y del abdomen superior; la línea de separación transcurre por la región del arco costal inferior (lo que, en el pie, se corresponde con la inserción de los huesos metatarsianos y, en la mano, con la transición de los huesos metacarpianos a la región de la muñeca).
>Región de la cadera, el abdomen y la pelvis.
¿Cómo actúa el masaje reflexológico?
Siendo honestos, debemos reconocer que no lo sabemos con exactitud. Si bien hay una gran diversidad de planteamientos y resultados de investigación, todavía no se ha encontrado ninguna explicación definitiva. Esto no resulta sorprendente, ya que si pudiéramos explicar exactamente cómo funciona este masaje, es muy probable que también pudiéramos explicar cómo «funciona» la propia vida.
Intentos de explicación
En función del nivel de la investigación y de las experiencias personales, hay diferentes teorías explicativas. En principio, el masaje reflexológico, como método terapéutico tradicional, se basa en la experiencia. Independientemente de si podemos o no explicar sus efectos, sabemos que actúa. ¡Eso es lo importante!
«QUIEN CURA TIENE LA RAZÓN»
Este dicho demuestra que no siempre lo más importante es poder explicar un efecto curativo. Lo principal es que las personas puedan confirmar dicho efecto a través de la experiencia.
ENCONTRAR LAS ZONAS REFLEJAS
>El pie derecho (mano derecha) representa la mitad corporal derecha, mientras que el pie izquierdo (mano izquierda) representa la mitad izquierda.
>Las zonas reflejas se solapan igual que los órganos (por ejemplo, corazón y lóbulo pulmonar posterior).
>Los órganos pares (como los riñones y los pulmones) están representados en ambos pies (y ambas manos); los órganos unitarios tienen su zona refleja en un pie (mano), en función de si se encuentran en la mitad derecha o izquierda del organismo.
>Los órganos en el centro del cuerpo (por ejemplo, esófago, columna vertebral, vejiga) tienen su zona refleja en la cara interna de los pies y las manos.
>Las zonas reflejas de numerosos órganos se encuentran en la planta del pie y en la palma de la mano, mientras que las zonas reflejas de la musculatura se encuentran en el dorso de los pies o de las manos.
Conexiones entre las zonas y el organismo
La base de este modelo de explicación es una conexión (no científicamente demostrada) entre las zonas tratadas en los pies o en las manos y lo que ocurre en general en el organismo. Este tipo de conexiones también se conoce de las enseñanzas energéticas de la filosofía de la medicina china; allí se habla de «meridianos» (vías energéticas) que transcurren por todo el cuerpo y se incluyen en distintos sistemas terapéuticos.
Muchos otros métodos terapéuticos y formas de masajes, como el masaje del tejido conectivo y la terapia neural, se basan en las relaciones reflejas entre las diferentes zonas reflejas y los correspondientes órganos con sus funciones. En determinadas regiones del cuerpo, se encuentra la imagen de los procesos orgánicos o del estado general del cuerpo, por ejemplo, en la piel, en la oreja o en los ojos. Se conoce el concepto de las zonas de Head, que reciben su nombre por un médico inglés que reconoció que determinados segmentos cutáneos tienen relaciones reflejas con las funciones corporales y orgánicas. Por lo tanto, el masaje de reflexología podal y manual solo es una más de las diferentes formas del tratamiento de las zonas reflejas. Todos estos métodos se engloban dentro de la denominada medicina complementaria.
TODO EL CUERPO EN LOS OJOS
Los ojos también representan todo el ser humano. La imagen reflexológica en los ojos constituye el fundamento de la iridología.
Otras teorías
Durante mucho tiempo se creía que el efecto podría explicarse con la función de los arcos reflejos neuronales. Estos arcos reflejos dan de igual modo una respuesta involuntaria a un estímulo sensible. Dado que en los pies hay más de 70 000 terminales nerviosas, sería plausible que el masaje de estas zonas estimulara las funciones corporales relacionadas con ellas. Sin embargo, esta teoría no se ha impuesto. Eunice Ingham describió las maniobras de masaje como si con el pulgar fuéramos a triturar cristales de azúcar en la mano. A partir de esta idea, muchos terapeutas han explicado durante mucho tiempo el efecto con la teoría de depósitos cristalinos. Según esta teoría, con el masaje se provoca que los depósitos, como los cristales de ácido úrico o las obstrucciones en las terminales nerviosas, se rompan y desaparezcan. Sin embargo, esta visión también ha quedado obsoleta y ha sido rebatida igual que la teoría anterior. No obstante, muchos terapeutas siguen explicando de esta manera simplificada el masaje reflexológico a sus pacientes.
Mejora del riego sanguíneo de los órganos
Sin embargo, las relaciones de los efectos son mucho más profundas de lo que inicialmente pudiera pensarse. Con el masaje reflexológico se consigue mejorar el riego sanguíneo y regenerar los órganos. En lo mental y emocional, los efectos agradables, que el paciente agradece tanto, son la relajación, el equilibrio y el bienestar; de por sí todo ello ya constituye un requisito importante para el proceso curativo. Sin embargo, hasta la fecha no sabemos por qué ocurre así. No existe ningún modelo sencillo de explicación. El masaje reflexológico consiste en el manejo cuidadoso de las energías vitales, y lo que en realidad ocurre es tan inexplicable como la propia vida. Por lo tanto, ¡disfrutémoslo y dejemos que actúe!
ACTÚA EN DIFERENTES NIVELES
Mediante los impulsos del masaje en las zonas reflexológicas, influimos tanto en el plano mental y emocional como en el plano físico.
Llegar a la relajación
La experiencia muestra que un masaje suave y delicado de las zonas reflejas puede disolver los bloqueos o las contracturas, así como procurar relajación.
Aquí también podemos situar la gran importancia que el masaje reflexológico puede tener para la salud en el futuro. Cada uno de nosotros podemos resolver de forma eficaz y sencilla las faltas de armonía o los bloqueos mediante la activación de nuestras propias energías para que la energía vital pueda desplegar libremente y sin obstáculos su acción natural de conservación de la salud.