Читать книгу Más allá del bien y del mal - Friedrich Nietzsche - Страница 13
9
Оглавление¿Queréis vivir «según la naturaleza»?. ¡Oh nobles estoicos, qué embuste de palabras! Imaginaos un ser co- mo la naturaleza, que es derrochadora sin medida, indiferente sin medida, que carece de intenciones y mi- ramientos, de piedad y justicia, que es feraz y estéril e incierta al mismo tiempo, imaginaos la indiferencia misma como poder - ¿cómo podríais vivir vosotros según esa indiferencia? Vivir - ¿no es cabalmente un querer-ser-distinto de esa naturaleza? ¿Vivir no es evaluar, preferir, ser injusto, ser limitado, querer-ser- diferente? Y suponiendo que vuestro imperativo «vivir según la naturaleza» signifique en el fondo lo mis- mo que «vivir según la vida» - ¿cómo podríais no vivir así? ¿Para qué convertir en un principio aquello que vosotros mismos sois y tenéis que ser? - En verdad, las cosas son completamente distintas: ¡mientras simu- láis leer embelesados el canon de vuestra ley en la naturaleza, lo que queréis es algo opuesto, vosotros ex- traños comediantes y engañadores de vosotros mismos! Vuestro orgullo quiere prescribir e incorporar a la naturaleza, incluso a la naturaleza, vuestra moral, vuestro ideal, vosotros exigís que ella sea naturaleza «se- gún la Estoa» y quisierais hacer que toda existencia existiese tan sólo a imagen vuestra - ¡cual una gigan- tesca y eterna glorificación y generalización del estoicismo! Pese a todo vuestro amor a la verdad, os coac- cionáis a vosotros mismos, sin embargo, durante tanto tiempo, tan obstinadamente, con tal fijeza hipnótica, a ver la naturaleza de un modo falso, es decir, de un modo estoico, que ya no sois capaces de verla de otro modo, - y cierta soberbia abismal acaba infundiéndoos incluso la insensata esperanza de que, porque voso- tros sepáis tiranizaros a vosotros mismos - estoicismo es tiranía de sí mismo -, también la naturaleza se deja tiranizar; ¿no es, en efecto, el estoico un fragmento de la naturaleza?... Pero ésta es una historia vieja, eter- na: lo que en aquel tiempo ocurrió con los estoicos sigue ocurriendo hoy tan pronto como una filosofía co- mienza a creer en sí misma. Siempre crea el mundo a su imagen, no puede actuar de otro modo; la filosofía es ese instinto tiránico mismo, la más espiritual voluntad de poder, de «crear el mundo», de ser causa prima [causa primera].