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Capítulo 2 PRIORIDADES MAL PUESTAS: Distraídos por lo bueno mientras se pierde lo mejor

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10Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehováy para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos.

Esdras 7:10

ES FÁCIL DISTRAERSE. Por un instante que tomemos para hacer una llamada por el teléfono celular o corregir al niño puede llevarnos al desastre mientras conducimos. Las distracciones tienen una manera de desviar nuestro enfoque de lo que nos rodea.

Los beisbolistas conocen bien este principio. Tomen por ejemplo, el jugador de segunda base que está por hacer una doble jugada de rutina. La distracción momentánea del corredor que se acerca a segunda base hace que él quite su mirada de la bola y lo que iba a ser una simple doble jugada segunda base, para un corto, la primera base se convierte en un vergonzoso error en donde la pelota se le fue por en medio de las piernas.

Las distracciones hacen que perdamos el enfoque y juguemos mal el juego que está frente a nosotros. Esto es especialmente cierto si usted es un líder ministerial. Mediten en la historia de un pastor de los Bautista del Sur que una vez conocí. Él era estudiante de un curso doctoral en el Seminario Sureño en Louisville. La historia es verdadera, aunque el nombre de él ha sido cambiado.

UN CASO DE ESTUDIO EN PRIORIDADES MAL PUESTAS

El pastor Brian Hill tenía su día completamente planeado. Era miércoles, siempre era un día largo. Su día empezaría a las ocho, ya que tenía una cita para tomar café con un miembro del personal. Tendrían juntos un breve devocional seguido de una reunión con todo el personal, en donde se discutiría sobre los eventos por venir. A las nueve de esa mañana, él se iba a reunir con Mark el nuevo pastor de jóvenes. Mark estaba recién salido del seminario y necesitaba mucha orientación acerca de la vida del personal de la iglesia. El pastor Brian sentía que era su responsabilidad ser el mentor de Mark durante sus primeros días en el ministerio. A las diez, Lance, el ministro de adoración que trabaja a medio tiempo, supuestamente iba a llegar para repasar los planes para el servicio de adoración del domingo por la mañana. Brian esperaba estar mejor preparado para los planes del próximo servicio antes que Lance llegara, pero parecía que no iba a poder completar mucho su sermón debido a un inesperado funeral que tuvo que dirigir el martes.

La reunión del pastor Brian con Lance tardó más de lo que se esperaba. Lance le dijo que la tecladísta de la banda de adoración había renunciado. Parece que escuchó decir que uno de los ancianos pensaba que las habilidades de ella no eran muy buenas y que como resultado la calidad de la música era inferior. Lance le preguntó a Brian si él podría intervenir y que tratara de que el anciano se disculpara para que la tecladista regresara a su puesto en la banda de adoración. Ese problema definió para el pastor Brian el resto de la mañana ya que tuvo que hacer llamadas al anciano y a la tecladista. Brian se quitó un peso de encima cuando el anciano tomó responsabilidad por sus comentarios y se ofreció a llamar a la mujer y disculparse por sus comentarios ofensivos. Mientras el anciano estuvo de acuerdo con Brian de que los comentarios que él había hecho no fueron sabios, él le expresó la necesidad de hablar acerca de la calidad de la música en las futuras reuniones de ancianos. Él le dijo a Brian que creía de todas maneras que la música debería de mejorar “si es que esta iglesia quiere alcanzar ‘buscadores’.” Brian estuvo de acuerdo que llevaría el asunto a la reunión de ancianos, pero le pidió a este anciano que tratara de arreglar las cosas a corto plazo. Cuando Brian colgó el teléfono sintió que había esquivado una bala que podría haber hecho mucho daño.

Al medio día, Brian tenía una cita para almorzar con Pete, uno de los hombres que estaba tratando de reclutar para liderar el ministerio de grupos pequeños de la iglesia. Se deberían de reunir al medio día en un restaurante local, pero el hombre estaba atrasado por veinte minutos, una tardanza que Brian no se podía dar el lujo. El almuerzo duró poco más de una hora, y la decisión seguía incierta. El líder laico estaba indeciso de tomar un papel administrativo. Dijo que no quería estar empantanado llevando detalles y no poder liderar un grupo él mismo. Brain al menos quedó animado de que Pete oraría sobre tomar la posición y que le hablaría de su decisión después del servicio del domingo.

Eran casi las dos para cuando Brian regresó a su oficina. El había reservado de la 1 a las 3 para trabajar en su sermón. Después había planeado empezar a prepararse para la reunión de ancianos que era el miércoles después de la reunión de oración y estudio bíblico de los ancianos de la tercera edad. Esta iba a ser una reunión importantísima sobre el problema de presupuesto que la iglesia enfrenta desde la construcción del nuevo agregado. Costos imprevistos hicieron que el proyecto fuera más caro de lo estimado, así que habría que hacer un ajuste del presupuesto para poder mantener la iglesia “en negro”. Brian todavía debía revisar el material que le envió el director de la junta de ancianos y revisar los estados financieros del tesorero de la iglesia. Justo en el momento en que Brian iba a empezar la preparación del sermón, sonó el teléfono. Era el director de la junta de ancianos. Quería revisar con Brian los planes para la reunión y además quería preguntarle a Brian “si él había visto el material que él había dejado en su buzón.” Brian no le dijo que no había tenido oportunidad de verlo en detalle. En lugar de eso le dijo que “sí” los había visto. Cuarenta minutos después, la reunión por teléfono había terminado y Brian regresó a la preparación de su sermón. Pero ahora sólo podía pensar en la reunión, así que decidió revisar el material en detalle. Hasta ahí llegó la preparación del sermón. Tendrá que esperar hasta el martes.

Se había hecho bien tarde. Los ancianos estaban en desacuerdo de cómo se debían manejar de los asuntos financieros. Unos estaban increíblemente disgustados de que el comité pro construcción no hubiera hecho un cálculo más preciso del costo del proyecto. Otros pensaban que tener que asumir una mayor deuda aún era una opción inaceptable. Brian trató de persuadir a los ancianos de que era necesario ir a la congregación y pedir una ofrenda especial para ayudar a cubrir los costos. Mucha gente prometería ayudar aliviar la crisis. Un anciano con bastante poder discutía acerca de que la iglesia simplemente debería sacar una hipoteca mayor y tener fe que la colecta de cada mes cubriría ese gasto adicional. Finalmente, por medio de una decisión dividida y en contra de los deseos del pastor, los ancianos decidieron implementar un corte del 20 por ciento en las áreas de presupuesto discrecional. Brian regresó a casa frustrado porque sabía el desánimo que sería para toda la gente laica que trabajaba en muchos programas de la iglesia.

Eran las 11:38 PM cuando finalmente Brian puso la cabeza en la almohada. Pero el poder dormir llegó mucho después. Por treinta minutos estuvo acostado recapitulando el día a su esposa y compartiendo las tensiones de la reunión. Mientras hablaban, contempló hacer su currículo y enviarlo a otra iglesia. Él estaba desilusionado. Pensó que pasaría su tiempo desarrollando sermones, enseñando la Palabra de Dios, y equipando a laicos a hacer el trabajo del ministerio. Pero en vez de eso, su ministerio se parecía más al papel de un ejecutivo o administrador que el de un pastor-maestro.

Brian y su esposa decidieron mantenerse firmes. Después de todo, no es fácil mudar a una familia una vez que esta se ha adaptado, y de todas formas, otra iglesia no necesariamente sería diferente. Como una manera para sobrevivir, Brian decidió leer libros sobre administración y liderazgo. Asistió a un par de seminarios para reorganizar su idea del papel de pastor. Eventualmente, con el tiempo, tomó el papel de director ejecutivo de la iglesia y empezó a administrar la iglesia basado en conceptos que había aprendido en sus lecturas e investigaciones. Pero de alguna manera, muy dentro, sentía que había transigido en algo. Él estaba teniendo éxito como administrador de una iglesia pero fallaba como líder de Dios.

UN CASO DE ESTUDIO EN DEFINIR PRIORIDADES

Una vez, en los primeros días de la iglesia del primer siglo, los líderes-maestros de la congregación de Jerusalén estaban experimentando problemas similares a los que enfrentaba Brian Hill. Ellos también se estaban alejando de la enseñanza de la Palabra de Dios debido a las tareas que siempre demanda administrar la iglesia. Había surgido un problema en la joven iglesia, un problema político y de prejuicio. Intereses de fracción contra los asuntos de valor de necesidad humana. Aunque la iglesia empezó coma la epítome de la comunidad ideal (Hechos 4:32), no mucho tiempo después la comunidad estaba dividida. Los dos grupos que estaban en desacuerdo eran los judíos hebreos y los judíos griegos. Hechos 6:1-7 nos hace un recuento de lo acontecimientos.

1En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria. 2Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. 3Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. 4Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. 5Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; 6a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos.7Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.

¿Quiénes eran los hebreos judíos y los judíos griegos, y qué causó la división entre ellos? La desavenencia entre ellos era esencialmente cultural, lingüística, y de demarcación geográfica. Los judíos griegos, conocidos también por judíos helenísticos, hablaban griego y antes habían vivido en la dispensación fuera de Palestina. Sin embargo, en tiempos de paz cuando lo permitió el gobierno romano, se establecieron permanentemente en Jerusalén. En un sentido, eran parecidos a los judíos sionistas quienes, alrededor de principios del siglo veinte, comenzaron a regresar a su hogar, Palestina, o parecidos a los judíos ortodoxos de hoy quienes han emigrado hacia Israel en nuestros tiempos. De la misma manera, a estos judíos del primer siglo, que nacieron en el extranjero se les veía despectivamente por los judíos nacidos en Palestina; estos son, los judíos hebreos, porque tenían un idioma diferente, valores diferentes, y cultura diferente.

Los judíos hebreos se consideraban a sí mismos superiores a los judíos helenísticos. Porque habían nacido en Jerusalén y adoraban en las sinagogas en donde se hablaba arameo y hebreo. Veían a los judíos griegos como ciudadanos de segunda clase. Al estar separados uno del otro, los judíos griegos y los judíos hebreos tenían poca o ninguna comunicación con sus hermanos. Esta falta de comunicación entre los grupos también albergó un sentido profundo de amargura en ambos lados.

Mientras la iglesia en Jerusalén crecía (Hechos 6:1), tanto los judíos hebreos como lo judíos griegos llegaron a la iglesia en números cada vez mayores. Desafortunadamente, no es de sorprender que algunos de los prejuicios entre los dos grupos pasaran a la iglesia. La obra de Cristo en la vida de las personas es una obra que está siempre en proceso. Somos nuevas criaturas en un sentido legal (2 Corintios 5:17), nos falta mucho para llegar a ser como Cristo en la experiencia diaria. Los prejuicios que por tan largo tiempo y que tan profundamente se habían mantenido, es uno de esos pecados en donde el proceso de transformación parece demasiado lento. En la iglesia en Jerusalén, los judíos griegos sufrieron discriminación. Talvez el desaire no fue intencional, pero sin lugar a dudas fue real. Lucas hace implicación que los griegos era una minoría desatendida y que no estaban siendo bien servidos por la iglesia.

La crisis específica involucra el cuidado de las viudas judías griegas. Leemos que “eran desatendidas en la distribución diaria” (Hechos 6:1). Aparentemente, la iglesia había organizado la distribución de alimentos para los necesitados al ofrecer una ayuda diaria y a las viudas de la comunidad judía griega no se les cuidaban consistentemente. Esto creó una crisis que tenía el potencial de dividir la iglesia.

Esto no era un problema secundario. Aunque genuino, la ayuda era un problema superficial. El asunto verdadero era un conflicto entre las fracciones de la iglesia. Fuera lo que fuera, es importante notar como los apóstoles manejaron esta situación divisoria. Era tentador para ellos, estoy seguro, meterse en el asunto y tratar de tomar control del conflicto. Sabiamente, los maestros-líderes entendían que si ellos manejaban personalmente el conflicto de lo más seguro “dejemos la palabra de Dios” (6:2). En vez de eso, delegaron el asunto a otros.

Se hizo una propuesta y ambas partes la aprobaron. Se escogieron siete personas para supervisar la distribución de alimentos. El criterio para esta selección fue que los hombres fueran “llenos del Espíritu Santo y de sabiduría” (6:3). Se implementó el plan y fue un éxito. Es interesante notar que todos los siete nombres de estos nuevos diáconos eran griegos. Esto significaba que los nuevos diáconos eran respetados por ambos grupos, especialmente por aquellos que habían presentado la queja. ¿Cuáles fueron los resultados? El fruto fue seis por uno:

• Se cuidó a las viudas.

• La iglesia continuó unificada.

• Las personas llenas de Dios tuvieron autoridad de completar la obra.

• Se compartió el liderazgo.

• Los maestros-líderes tuvieron libertad de enseñar.

• La Palabra de Dios se diseminó.

RECAPTURANDO LA PRIORIDAD DE LA ENSEÑANZA

Los cambios en la vida de la iglesia contemporánea han creado una crisis en el liderazgo. No es una crisis que surge de la falta de líderes tanto como una crisis que resulta debido a líderes que están atascados en una rueda giratoria haciendo buenas cosas mientras fallan en las cosas más básicas. La demandas de la iglesia contemporánea y, en algunos casos, en una filosofía ministerial incorrecta, ha puesto al pastor en un papel de director ejecutivo y alejado del rol bíblico como pastor-maestro.

¿A qué costo? No se está alimentando a las ovejas. Están débiles y son presa fácil de los lobos que buscan para devorarlas. La iglesia están creciendo, se están construyendo edificios, pero el pueblo de Dios vive en ignorancia de la Palabra de Dios, y la batalla difícilmente librada a favor de la autoridad de las Escrituras parece estar en peligro de rendirse a otras autoridades. Y los mismos líderes están desilusionados o, peor aún, están engañados en cuanto a su papel. Si usted como líder contemporáneo quiere recobrar la prioridad de enseñar en el liderazgo de su ministerio, será necesario dos cosas de parte suya. La primera es una decisión; la segunda es volver a calibrar las prioridades de su ministerio alrededor de tres actividades básicas.

DECIDA HACER DE LA ENSEÑANZA SU PRIORIDAD

El papel de pastor conlleva la responsabilidad de alimentar al rebaño. Los líderes deben proveer el alimento espiritual y la protección al pueblo de Dios a través de la clara proclamación de la Palabra de Dios. “Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza,” esta fue la exhortación de Pablo para con su aprendiz Timoteo (I Timoteo 4:13). Claramente, en este pasaje la prioridad está en la comunicación de la Palabra de Dios como el foco principal del líder bíblico.

Pablo no exhortó a Timoteo “ocúpate en el desarrollo de un enunciado de misión, el plan estratégico, al liderazgo que lleve cambio o la administración de conflictos.” Por supuesto, nada tienen de malo estas tareas, pero no son las tareas más importantes para el líder bíblico. Son asuntos menores que la tarea de enseñar. Como lo pueden atestiguar la mayoría de los líderes cristianos, permanecer en la tarea principal de enseñar es algo desafiante cuando las demandas de dirigir a la iglesia se vuelven pragmáticas y algunas veces políticas. Muchos otros asuntosasuntos de necesidad – dejan la enseñanza rezagada en las esquinas del mundo del líder.

Jim es el pastor de una iglesia pequeña en el sur de Indiana cerca de Louisville, Kentucky. Conocí a Jim siendo estudiante del programa de doctorado Ph.D. que yo supervisaba en el Seminario Teológico de los Bautistas del Sur. Jim es un líder. Él no es un líder porque su iglesia es una de las cincuenta en su tamaño en la Convención Bautista del Sur. Jim es un líder no por su éxito, status, o reputación. Jim es un líder por su caminar con Dios y por su ministerio de enseñanza. A través de estos fundamentos básicos y perdurables de liderazgo, Jim está teniendo un impacto en las vidas de todos los que lo escuchan semana tras semana. Él no es perfecto, por supuesto, pero sus metas están bien enfocadas, Jim consistentemente busca ser un fiel siervo de Cristo a través de la enseñanza, la predicación, y del pastoreo del pueblo de Dios. Quizá su iglesia nunca sea una mega iglesia, pero su liderazgo es tan efectivo como el del pastor de la iglesia Bautista más grande de la zona. Eso es porque la meta de Jim es ser un maestro-líder. Jim está tratando de evitar caer en la trampa de la atractiva y engañosa mentalidad de pastor como Director Ejecutivo. Aunque hay mucho que aprender de los líderes corporativos del mundo, los líderes cristianos deben recobrar y redescubrir el papel bíblico del líder, ser un maestro fiel de la Palabra de Dios.

Como ve, en el análisis final, los líderes cristianos lideran por medio de sus vidas como ejemplo y luego por sus enseñanzas. Los enunciados de la visión, los planes estratégicos, los modelos de propósitos todos tienen su lugar. Sin embargo, estos no son el asunto principal de liderazgo en el ministerio. Estas son herramientas secundarias comparadas con la vida y enseñanza del líder. Una vez que los líderes se olvidan que enseñar es el trabajo numero uno, disminuye su impacto eterno al aceptar un estándar que solamente es apreciado por los seres humanos y abandonan el estándar asignado por Dios.

VOLVER A CALIBRAR SU CORAZÓN PARA ENSEÑAR

¿Qué es lo que tiene cautivado tu corazón? ¿Recuerdas la película “Una Historia de Navidad? Trataba acerca de la historia de Ralphie y el deseo de su corazón. La trama se desarrolla en el medio oeste de los Estados Unidos en los cuarentas y hace un seguimiento de lo que hace Ralphie y de lo que sucede con su petición de un “rifle genuino marca Red Ryder Carbine que contiene además una brújula y un reloj de sol.” Ralphie les hace saber su tan ansiado deseo a su mamá, a su maestra, y hasta el Santa Claus del centro comercial. En un “magistral trabajo de comicidad sonsa,” las personas con autoridad en esta película le responden a Ralphie lo mismo: “Te vas a sacar un ojo.” Esa fue la advertencia, pero eso no desanimó el deseo de su corazón. Como Ralphie, el niñito en la película, ¿añora usted algo con todo su corazón y todo su ser?

Como líderes hay muchas cosas que nos halan el corazón. El deseo de hacer que un ministerio crezca, el añoro por reconocimiento, y el desarrollo de nuestra carrera lucha por la atención de nuestro corazón. Luego están las necesidades de muchos ministerios de ayuda a las personas que nos rodean. Estos también apelan por lo mejor de nuestro corazón de líder. Es tentador fijar nuestro corazón en estas u otras legítimas preocupaciones. Pero si vamos a liderar con el mayor impacto, debemos recalibrar nuestro corazón alrededor del ministerio de la enseñanza. Mi propuesta es simple. Debemos fijar nuestro corazón en la Palabra de Dios: estudiarla, practicarla, y enseñársela a otros.

Se nos hace introducción de Esdras en el capítulo siete de este pequeño libro del Antiguo Testamento que lleva su nombre. En la tradición judía, a Esdras se le considera el segundo Moisés. Moisés guió al pueblo fuera de la esclavitud y le dio al pueblo la ley del Señor. Esdras guió al pueblo fuera de la esclavitud y preservó la ley de Dios durante un tiempo de persecución y dispersión. Esdras fue un hombre de Dios, un sacerdote, usado por Dios en el regreso de los hijos de Israel a Jerusalén del cautiverio de Babilonia. Esdras fue llamado por Dios a dirigir al pueblo de Dios en la reconstrucción del templo y el reestablecimiento de la adoración en el templo en el año 458 antes de Cristo.

Una de las cosas más admirables de Esdras era que Dios bendijo su liderazgo debido a sus prioridades. Se nos dice tres veces, “la mano del Señor su Dios estaba sobre él.” Leemos esto acerca del profeta de Dios en el libro de Esdras.

6Éste Esdras subió de Babilonia. Era escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová Dios de Israel había dado; y le concedió el rey todo lo que pidió, porque la mano de Jehová su Dios estaba sobre Esdras. 9Porque el día primero del primer mes fue el principio de la partida de Babilonia, y al primero del mes quinto llegó a Jerusalén, estando con él la buena mano de Dios. 27Bendito Jehová Dios de nuestros padres, que puso tal cosa en el corazón del rey, para honrar la casa de Jehová que está en Jerusalén, 28e inclinó hacia mí su misericordia delante del rey y de sus consejeros, y de todos los príncipes poderosos del rey. Y yo, fortalecido por la mano de mi Dios sobre mí, reuní a los principales de Israel para que subiesen conmigo. Esdras 7:6, 9, 27-28 (énfasis agregado).

La mano de Dios sobre Esdras era hecha manifiesta por las maravillosas cosas que eran hechas a través de él, cosas que solamente Dios podría hacer. Póngase a pensar —Dios había movido el corazón de un rey pagano quien le permitió a Esdras viajar a Jerusalén a reestablecer la adoración en el templo, y traer de regreso a Jerusalén la riqueza que se le había quitado al templo. Esdras estaba seguro que era la mano de Dios la que estaba en todos estos eventos. Dios se estaba mostrando así mismo a través del ministerio de Esdras, porque no solamente su viaje fue autorizado por el rey Artajerjes sino que también este lo financió. Lo que nadie hubiera podido predecir, ¡Dios lo hizo! Esdras reconocía que Dios estaba en medio de todo esto y que Dios lo hizo a través de él.

¿No cree usted que sería una maravilla que usted pudiera estar seguro que la mano de Dios estará sobre su ministerio? ¿No sería emocionante ver a Dios trabajando a través de usted, haciendo una obra que solamente Dios podría hacer? Imagínese que usted, así como Esdras, pudiera decir con certeza que “la mano de mi Dios estaba sobre mí.” Pero esto saca una pregunta a relucir. ¿Qué hizo Esdras que provocó que la mano de Dios estuviera sobre él? ¿Qué fue lo que Dios honró en la vida de Esdras y su ministerio que hizo que Dios lo bendijera tanto? Esdras nos lo dice en los versículos nueve y diez.

9Porque el día primero del primer mes fue el principio de la partida de Babilonia, y al primero del mes quinto llegó a Jerusalén, estando con él la buena mano de Dios. 10Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos. (7:9-10, énfasis añadido).

¿Por qué la mano de Dios estaba sobre Esdras? La buena mano de su Dios estaba sobre Esdras porque “había preparado su corazón” en la ley del Señor, la Palabra de Dios. La palabra “preparar” significa también “dedicarse o consagrarse a uno mismo a algo.” Tiene la idea de “fijar el curso” en el mar o escoger una meta o camino. Significa “calibrar” o “recalibrar” o “afinar” un instrumento. Note tres aspectos de este compromiso de corazón.

ESDRAS PROPUSO EN SU CORAZÓN ESTUDIAR LA PALABRA DE DIOS. Como estudiante de las Escrituras, él había propuesto en su corazón ganar por medio del conocimiento de la Palabra de Dios. A pesar de que vivió en una cultura opuesta al Dios de las Escrituras, Esdras fue reconocido como un estudioso de las Escrituras. Esdras reconocía que la Palabra de Dios es como un mapa para la vida. Traza un curso para nosotros que ordena la vida y guía el ministerio. Esdras entendió que las Escrituras proveen la sabiduría que necesitamos para el diario vivir y el fundamento teológico que requerimos para pensar claramente sobre asuntos de la vida, ideas, y afirmaciones verdaderas. La Biblia es nuestro mapa. Nuestra guía, nuestra norma para todo asunto de fe y práctica. Los reformistas usaron la frase Sola Scriptura – solamente las Escrituras – para describir este papel de la Biblia. Es nuestra medida, nuestra luz, y nuestro estándar en esta oscuridad presente. Es nuestro criterio seguro por el cual podemos juzgar las afirmaciones verdaderas y contribuciones verdaderas de las otras fuentes. La Biblia no es la única fuente de donde se puede sacar la verdad, pero es la única fuente pura en contra de donde las afirmaciones de la verdad pueden ser juzgadas.

Entonces, ¿por qué, si la Biblia puede dar una dirección y una guía tan clara, fallamos al no estudiarla? Muchos cristianos – me aventuro a decir la mayor parte de los cristianos – rara vez estudia la Biblia. La Biblia tiene el poder de iluminarnos hasta conformar nuestra mente y voluntad a la de Dios. También tiene el poder de iluminarnos a seguir esa verdad. Pero a menudo fallamos leerla y rara vez nos comprometemos de corazón estudiarla. ¿Por qué? El problema, como yo lo veo, es que la Biblia hace más que iluminarnos a la voluntad de Dios y de equiparnos a hacer la voluntad de Dios al concedernos sabiduría y guía. También expone el pecado en nuestra vida, y ese hecho puede alejarnos de la Palabra de Dios. Pero no Esdras. Esdras propuso en su corazón estudiar la segura Palabra de Dios.

ESDRAS PROPUSO EN SU CORAZÓN PRACTICAR LA PALABRA DE DIOS. Esdras determinó que él sería un hacedor de la Palabra, no simplemente un oidor. Diferente a los escribas y fariseos del tiempo de Jesús, Esdras estaba preocupado por vivir en realidad lo que él había estudiado en las Escrituras. Esdras entendió que el estudio de la Palabra de Dios tiende a revelar las necesidades de nuestra vida y la oscuridad de nuestro corazón. Estos son tiempos donde la luz de la Palabra debe alumbrar en los rincones de nuestra vida y llamarnos al cambio. Esdras estaba dispuesto a hacer los cambios que la Palabra de Dios requería.

Como pastor joven en una iglesia localizada en las montañas de Colorado, me di cuenta que parte de mis responsabilidades como pastor incluía el cuidado de la casa pastoral que la iglesia proveía. La casa era una casa de montaña pequeña que requería bastante mantenimiento frecuente. El problema más recurrente era el sistema de agua que no era nada confiable. La casa fue construida sobre una vieja mina. El agua era bombeada desde la mina a un tanque de captación localizado bajo una puerta en el piso del closet que estaba en la sala. En más de una ocasión, mi tarea era bajar a un “sótano”, un lugar sucio y que sólo se podía andar arrastrado o a gatas, para poder reparar la bomba. Cada vez que ocurría ese desperfecto, me aventuraba en ese oscuro y reducido espacio con una linterna y herramientas. Nunca disfruté esa tarea. Más allá que el hecho de la bomba descompuesta era una molestia, yo tenía una fobia a las arañas y el sótano era el lugar ideal para encontrarse con esos animalejos.

Un día cuando la bomba se descompuso talvez por la sexta vez desde que nos mudamos, finalmente tuve una idea brillante. Decidí que sería sabio poner una bombilla eléctrica en el sótano para hacer la reparación y que fuera un poco más fácil, ya que si tenía que hacer esa reparación cada dos semanas, mejor sería tener luz para hacer el trabajo. Así que tome la linterna, apunté la luz a varios lados del sótano en busca de un lugar apropiado para colgar la bombilla eléctrica. Mientras movía la linterna, algo me llamó la atención. Era una bola de telarañas. Algo colgaba del techo, casi totalmente cubierto por las telarañas. Despacio quité las telarañas y descubrí lo que estaba escondido – ¡una bombilla eléctrica! Aparentemente mi predecesor tuvo la misma idea. Halé el cordón y todo el lugar se iluminó. Estaba turbado al darme cuenta que estaba rodeado de arañas. Cientos de ellas. Bueno, hice lo que cualquier persona sabia haría en tal situación: Apagué la luz, terminé de reparar la bomba, y salí rápidamente del sótano.

Así como la luz iluminó el sótano de nuestra casa de montaña, descubriendo las telarañas y arañas, también así lo hacen las Escrituras, cuando se estudia fielmente, ilumina el sótano de nuestras vidas. Y muy a menudo, simplemente escogemos apagar la luz en vez de limpiar el sótano. Una de las funciones de la Biblia es sacar a la luz el pecado que hay en nuestras vidas. Al ser expuesto el pecado surge la clara necesidad de cambiar. Esdras propuso en su corazón poner en práctica la Palabra de Dios. Dejando que ella moldee su vida. Él no estaba dispuesto a ser como el hombre en Santiago 1:22-25.

22Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. 23Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. 25Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.

A través de los años, al ver los estudiantes entrar al servicio de Cristo, algunos han tenido éxito y otros han fallado. Sucede muy a menudo, la falla no fue por falta de habilidad, sino por falta de aplicar o poner en práctica la Palabra de Dios a sus propias vidas. Algunas veces esa falta de práctica trajo una falta moral. Otras veces, fue simplemente una falta de credibilidad tan necesaria para ministrar la Palabra efectivamente. La credibilidad viene al vivir lo que estudiamos. Usted nunca será perfecto, pero debe honesta y fervientemente luchar por vivir la Palabra que usted estudia. La mano de Dios estaba sobre Esdras porque propuso en su corazón estudiar la Palabra de Dios y ponerla en práctica. Había otro aspecto más en este compromiso a las Escrituras que era fundamental para el deseo de su corazón.

ESDRAS PROPUSO EN SU CORAZÓN ENSEÑAR LA PALABRA DE DIOS. Él entendió un principio importante relacionado con la bendición de Dios – la bendición de Dios fluye de un corazón encaminado al ministerio. Esdras añoraba enseñar la Palabra de Dios al pueblo de Dios. Fue ese deseo la clave que la mano de Dios estuviera sobre la vida de Esdras. No fue suficiente que él estudiara y que además pusiera en práctica la Palabra de Dios. El siervo de Dios debe enseñarla. Comunicarles a otros las Escrituras es parte de la responsabilidad del creyente.

Me puedo imaginar lo que usted podría estar pensando a esta coyuntura. Usted estará pensando, No tengo el talento para enseñar. Quizá no seamos tan talentosos en comunicarles la Palabra de Dios a otros, pero se espera de nosotros que pasemos lo que estudiamos de alguna manera. El no tener el don de la enseñanza no nos libra de la responsabilidad de enseñarles a los demás así como tampoco el no tener el don de la hospitalidad nos libra de ser hospitalarios. O no tener el don de dar, no nos libra de dar. O no tener el don de la fe, no nos libra de ejercitar la fe. Me entienden. Enseñar es parte de la Gran Comisión, y es esencial para una vida bendecida por Dios.

No todo líder enseñará públicamente la Palabra de Dios. Quizá usted enseñe a un pequeño grupo o uno a uno. Talvez lo haga en su casa con sus hijos o en la iglesia con los hijos de otros. Cualquiera que sea el contexto donde se enseñe, la mano de Dios está sobre aquellos que desean comunicar su Palabra fielmente. Es la manera principal que usa Dios para liderar a su pueblo.

Enseñar la Palabra de Dios es un compromiso que Dios honrará en su ministerio. Él bendecirá su Palabra. Su ministerio de enseñanza puede usar cualquier número de formas. Como lo manda Deuteronomio 6, usted debe estar enseñando la Palabra en todas las experiencias comunes de la vida. De cualquier forma, en cualquier contexto, nosotros los que lideramos debemos proponer nuestro corazón a la enseñanza de la Palabra de Dios. Haga del ministerio de la enseñanza de la Palabra una prioridad ya sea que usted lidere en una clase o discipule adolescentes; ya sea desde el púlpito o en una sesión de consejería, mantenga en mente que usted tiene que ser una persona del Libro. Proponga su corazón para ser una persona que comunica la Palabra de Dios como parte central en su caminar con Dios.

La Palabra de Dios era el centro del corazón de Esdras, y Dios bendijo ese compromiso. Su mano estaba sobre la vida de Esdras. El líder cuyo corazón esté entregado al ministerio de la enseñanza verá resultados. Resultados que se miden no por tamaño o presupuesto o crecimiento de la iglesia, pero por resultados que se pueden ver en la vida de las personas y en la madurez de los seguidores de Cristo. En el momento que nuestro corazón está correctamente puesto en el estudio diligente de la Palabra, cuando nuestro corazón está puesto en enseñar a otros esa Palabra que cambia vidas, veremos la mano de Dios sobre nosotros, y Dios hará lo que nunca nos imaginaríamos – porque Su mano estará sobre nosotros.

Gran líder gran maestro

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