Читать книгу Hola, Princess - Gloria Candioti - Страница 13

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El día en que la cambiaron de categoría, Paula llegó a su casa contentísima. Adriana estaba mirando televisión mientras cocinaba. Paula le dio un beso y la abrazó.

—¿Qué pasó, Pau? Estás muy contenta.

—No sabés, ma. En la agencia me subieron de nivel.

Adriana sin dejar de batir y bajando el volumen del televisor, miró a su hija.

—Y eso, ¿qué quiere decir?

—Voy a entrenar como modelo de la agencia. Voy a tener posibilidades de hacer desfiles, publicidades o sesiones de fotos para las casas de modas. ¡Es genial!

—Esa no era la idea cuando te anotaste en el curso.

—Bueno, se dio y está bueno.

—Lo hablaremos con tu padre esta noche. No queremos que dejes el secundario.

—No voy a dejar el cole, ma, vos tranquila.

Adriana no siguió la conversación, como hacía siempre frente a la seguridad de su hija. Roberto armó un escándalo cuando Paula le anunció que la habían seleccionado para el plantel de modelos y la amenazó con sacarla de ese curso.

—Total no lo pago más, vas a ver como esa agencia se olvida de vos.

Paula gritó y mucho. Dijo que no la comprendían, que no querían verla feliz, que siempre le tiraban abajo sus proyectos. No hubo manera de que entrara en razones, de que era por su bien, que no era momento para ser modelo y meterse en ese ambiente. Lloró y lloró hasta que Adriana y Roberto aflojaron. Eso sí, pusieron condiciones: no dejar el colegio, ni llevarse materias, no dejar de encontrarse con la familia ni la pavada de dejar de comer para estar flaca. Y si llegara a tener un desfile, Roberto y Adriana irían con ella, que ni se le ocurriera a Paula que la iban a dejar sola en ese ambiente. Esa gente sabría que tenía padres que la cuidaban.

—Tu hermano me mostró las fotos de modelos en Internet y son un palo porque no comen. Ellos tampoco están de acuerdo.

—¡Que no se metan en mi vida! Solo les importo cuando tengo que ir a cuidar a los nenes.

—No seas injusta, Paula, tus hermanos te quieren. Vos sos la que te alejás de ellos.

—Bueno, tengo muchas cosas que hacer –así daba por terminadas las discusiones con sus padres.

—Lo que sea, pero ellos son más grandes que vos y tienen las cosas más claras. Si empezás con eso de no comer se acaba todo. ¿Está claro?

Paula dijo que sí a todas las condiciones. No tenía otra opción si quería seguir adelante con la agencia.

Después de esa discusión, no tenía más remedio que levantar las notas en el colegio antes de que llegara el boletín de calificaciones. Por suerte, su amigo Guille siempre la ayudaba.

Hola, Princess

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