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J. MARIO: EL NADAÍSMO A LA LUZ DE LAS EXPLOSIONES
ОглавлениеEste gran joven es un predestinado al dulce nombre de Jesús. Cristiano por la gracia de Jesús Nazareno. Vino al mundo por la gracia de don Jesús Arbeláez, sastre. Y ahora es el benemérito director de la Galería La Nacional, gracias a ese mecenas de la cultura caleña, don Jesús Ordóñez, quien ha fundado dos librerías “nacionales”, únicas en su género en Suramérica. Jotica, como tiernamente le dicen los nadaístas, fue codirector del Festival de Vanguardia, que tuvo su sede en la galería que dirige. La noche de su conferencia atestó el sótano, los pasillos, los rincones de la inmensa librería. Su voz insurrecta tronó por un parlante hasta las estrellas del cielo raso sobre el parque Caicedo.
Ni sí… ni no... “El nadaísmo nació en medio de una sociedad que, si no había muerto, apestaba. Apestaba a cachuchas sudadas de regimiento; apestaba a factorías que lanzaban por sus chimeneas el alma de los obreros; apestaba al pésimo aliento de sus discursos; apestaba al incienso de las alabanzas pagadas; apestaba a las más sucias maquinaciones políticas; apestaba a cultura de universidad, a literatura rosa, a genocidios, a miseria, a torturas, a explosiones, a plebiscitos, a pactos, ¡apestaba a peste!”.
“Entonces un grupo de jóvenes dejó su Coca-Cola a medio tomar para gritar: ¡Basta!… Basta de trampas, de suciedades, de asesinatos, de cultura sanforizada, de academismo sagrado, Jesucristo tenía más madera de Dios que la Cruz, no nos vengan con fusiles para servir a la patria. Napoleón era un enano, la cultura no es dos más dos cuatro, ni Cristóbal Colón descubrió a América, ni el átomo se parte en dos de la tristeza, ni las cataratas del Niágara son una maravilla, ni Cuba capital La Habana, ni H2O es la fórmula del agua tibia, ni Colombia es una tierra de ‘leones’. ¡Ni sí… ni no!”.