Читать книгу Maternidades en tiempos de des(e)obediencias - Graciela Beatriz Reid - Страница 10

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Introducción

Las mujeres tenemos historia y hacemos historia. Sin embargo, nuestra participación y producción como colectivo político estuvo marginada e invisibilizada en el mundo entero por mucho tiempo, “confinada al silencio” afirma Perrot (2008, pp.17-22) en Mi historia de las mujeres. Un silencio que dejó señales. Por ello, recuperar las fuentes y la producción histórica de las mujeres, los linajes, las trayectorias, los legados y los cuerpos identitarios de la diferencia sexual es un ejercicio necesario para asumir lo que realizaron las pioneras y advertir que, más allá de las conquistas de derechos y de la construcción de poderes, las relaciones de dominio no están agotadas. De hecho, uno de los territorios de disputa contemporáneo se juega en el derecho a decidir sobre el cuerpo propio, encarnado en la politización de la maternidad y el derecho a la interrupción voluntaria y legal del embarazo. En toda sociedad, la diferencia de los sexos implica desigualdad; la democratización entre los géneros en nuestro país está lejos de ser alcanzada, pero cuenta con una alta eficacia de acción política de los diferentes colectivos de mujeres. Recuperando a las históricas, en la segunda edición de Maternidad y sexo Marie Langer (1993) vuelve críticamente sobre sus pasos y reflexiona sobre la omisión del aspecto social de la maternidad y de la lucha por el cambio por no saber en su momento cómo abordarlo desde el psicoanálisis. Tomando la herencia de nuestras maestras y con mucha tinta investida e invertida sobre el tema, escribir sobre mujeres en análisis desde la relación existente entre el mito de mujer=madre y la división sexual del trabajo implica dar cuenta de una subjetividad contemporánea que transita por el hilo firme de la des(e)obediencia. Deseo y desobediencia se implican en un movimiento de sentido para este trabajo. El deseo es contingente, imposible, es un querer fracasado. Y la desobediencia, ese sustantivo femenino, alude a la negativa de ejecutar o cumplir lo que dicta una autoridad en sus múltiples formatos de orden, norma, ley o persona. Si pensamos los devenires e imaginarios sobre el lugar de las mujeres en la historia y en las teorías psicoanalíticas en particular, ¿podemos rastrear las huellas de esa des(e)obediencia?

Freud rescata de la medicalización y del discurso biomédico hegemónico de la época a “las histéricas” de la Salpêtrière de Charcot. A partir de sus investigaciones, funda el corpus psicoanalítico que en sus inicios se sostiene en el estudio sobre la histeria. Un siglo más tarde nos preguntamos cómo ejerce hoy la escucha un/a analista. Los síntomas en Dora, ¿serían una respuesta des(e)obediente al lugar de objeto y goce designado por las/os adultos de su cercanía? Las corrientes psicoanalíticas con perspectiva de género llevaron adelante una lectura fecunda del caso, despojando a la histeria de sus ropajes de carácter universal y singularizado en la feminidad como enigma o continente negro. Tal es el caso del trabajo de Emilce Dio Bleichmar (1989) en El feminismo espontáneo de la histeria. Subjetivado el deseo, nos queda indagar sobre las subjetividades actuales en las posiciones subjetivante y objetivante, que buscan soltarse de las amarras de las asimetrías de poder. Des(e)obedientes del lugar otorgado socialmente como subalternas, emprenden la búsqueda de reconocimiento y libertad tanto de sus cuerpos gestantes como de su fuerza de trabajo.

Las historias de las mujeres sobre el deseo de hija/o como categoría a develar en los territorios deseantes actuales tienen como antecedente los importantes cambios que, desde la segunda mitad del siglo XX, produjeron la incorporación de las mujeres al mundo laboral, académico y político, poniendo en jaque el deseo de hija/o y la maternidad como único desenlace posible para el logro de la madurez y realización de las identidades femeninas. Desde el diálogo entre el psicoanálisis y los estudios de género, este libro se propone analizar las trayectorias y tensiones de un colectivo de mujeres con el fin de conciliar el ejercicio de la maternidad y el desarrollo profesional, dado que ambos comparten el ciclo vital de la treintena, donde se ubica el mayor grado de posibilidades de alcanzar con éxito ambos anhelos. En este sentido, ciertos interrogantes guiaron esta investigación: ¿qué lugar ocupa la maternidad en el proyecto vital de las mujeres? ¿Cuáles son los diversos modos de alcanzarla? ¿Cómo se constituyen las narrativas que sustentan esta elección? ¿Cuáles son los conflictos singulares que las mujeres enfrentan a la hora ejercer la maternidad y la profesión y cómo se articulan con la esfera pública y privada?

Para dar luz a la discusión actual acerca de los modos de constitución del deseo de hija/o en la subjetividad de las mujeres contemporáneas, el libro propone un recorrido de cinco capítulos. Como una caja de herramientas, los primeros tres proporcionan el aparato teórico para el trabajo clínico que se introduce en el capítulo cuarto.

El primer capítulo, “Hacia un diálogo interdisciplinar”, inaugura la intersección paradigmática del texto entre psicoanálisis y feminismos. A su vez, se introducen los tres modelos de subjetivación del género femenino y masculino propuestos por Meler (1994): el modelo tradicional, el modelo transicional y el modelo innovador. Luego ampliados por Tajer (2009), conforman los operadores teóricos para el análisis de los casos clínicos y nos permiten pensar las diferentes composiciones deseantes y las prácticas subjetivas de las mujeres, desde las estructuras más tradicionales aún vigentes hasta aquellas profundamente innovadoras.

El segundo capítulo, “Psicoanálisis y estudios de género”, constituye una revisión del legado freudiano desde los aportes y variaciones que sostienen sus tensiones. Los estudios de género en diálogo con los avances conceptuales del psicoanálisis conforman un campo de gran importancia, que permite analizar los mecanismos de producción de subjetividad que cada período sociohistórico imprime a los destinos pulsionales, así como también visibilizar cómo sobre las diferencias biológicas se configuran los roles para cada género, se fundan las relaciones de poder, se moldean los deseos (conscientes e inconscientes) que impactan en los cuerpos sexuados y se significan identidades genéricas que no son fijas ni determinadas.

Las/os psicoanalistas no escapamos a nuestro horizonte de época y, por esta razón, las subjetividades actuales, las nuevas configuraciones familiares por fuera del modelo heteronormativo y los modelos procreacionales exigen revisar críticamente los postulados que le dan sustento a nuestra disciplina. En este sentido, el capítulo indaga sobre el paradigma de la diferencia sexual anatómica, para abordar que dicha diferencia no se reduce al sexo anatómico, pero se sirve de ella para otorgar lugares diferentes en las inscripciones de la psicosexualidad humana. La concepción biologicista de un modelo único de sexo (el masculino) como organizador del psiquismo y de la cultura persiste en el imaginario conceptual de algunas corrientes. Para el psicoanálisis lacaniano estructuralista, la determinación sexual y del deseo está en el inconsciente; lo “femenino” o lo “masculino” no corresponden al referente biológico (Lamas, 2000). Es necesario preguntarse entonces cómo es que la hegemonía fálica de la ley simbólica recae en la figura del padre. La interdicción se convierte en prohibición universal identificable en el complejo de Edipo ejercida en el nombre del padre y recayendo sobre la figura materna, reproduciendo el binarismo heterosexual a los efectos discursivos y simbólicos de la significación fálica en la constitución de la psicosexualidad. En tiempos de subjetividades que rompen con el paradigma de la modernidad, pensar los cambios epocales es pensar la posibilidad de un cambio histórico de la ley simbólica a partir del carácter contemporáneo de los imaginarios y significantes que la constituyen.

Con el fin de dar cuenta de las tensiones que las mujeres enfrentan a la hora de realizarse en el mundo público y al mismo tiempo desarrollar los ideales de maternidad vigentes, el tercer capítulo, “Biopolítica: cuerpos en pugna”, pone el foco en el cuerpo femenino como un cuerpo disputado, atravesado por diversos mecanismos de sujeción y normalización que lo definen en contraposición a un otro masculino. La batalla histórica contra la anatomía como destino en la división sexual del trabajo (y, por qué no, de la división sexual del deseo) evidencia que las inequidades genéricas ponen un techo al desarrollo y la participación de las mujeres en el mercado laboral. Mujer=madre, mujer-cuidadora, concentra la responsabilidad sobre los trabajos no remunerados del mundo privado como las tareas domésticas, de crianza y cuidado. Y el espacio público le ofrece un salario depreciado respecto del de su colega varón.

A su vez, el escenario actual nos presenta nuevos modelos de familia, de convivencia y de contratos entre pares asociados a los recientes marcos jurídicos transformados (1) que los contemplan. Simultáneamente, los avances en los métodos de fertilización asistida ofrecen novedosas y diversas formas de programar, alcanzar y vivenciar los embarazos de mujeres (y personas gestantes que no serán analizadas en este recorrido) que deciden tener hijas/os solas o en pareja. Las prácticas de vientres subrogados y los embarazos solidarios (2) también brindan y modifican los escenarios deseantes y relacionales. Estas modalidades innovadoras permiten alcanzar el deseo de hija/o más allá de la heteronormatividad de dominio gestada al calor del sistema patriarcal. Indagaremos sobre el umbral de lo biológico en las subjetividades femeninas, aquella zona fronteriza donde lo social se inscribe en el cuerpo de las mujeres a partir de las intervenciones tecnológicas.

El recorrido teórico nos lleva al capítulo cuarto, que constituye el corazón del libro. “Trabajo clínico. Aportes e implicancias de una práctica psicoanalítica pospatriarcal” recoge el análisis de cinco casos clínicos de mujeres heterosexuales de entre 25 y 40 años, pertenecientes a la clase media y media alta urbana de la Ciudad de Buenos Aires, que cuentan con educación universitaria y participan del trabajo remunerado. Una particularidad importante del grupo abordado es su grado de conciencia y predisposición al cambio. Estas mujeres, que se acercaron a mi consultorio entre los años 2002 y 2007, se interrogan acerca de qué significa y qué representación tiene la maternidad para ellas. Son mujeres que se analizan y que se presentan abiertas y con mayores posibilidades deseantes para decidir que las que tuvieron las generaciones que las precedieron, sin estar exentas de enfrentar nuevas problemáticas propias del malestar inexorable de vivir en la cultura.

Para este recorrido fue necesario introducir desde qué lugar y bajo qué concepciones se puede llevar adelante una práctica psicoanalítica pospatriarcal. Para ello es fundamental pensar el entrecruzamiento de la metapsicología psicoanalítica y los aportes que brindan los estudios de género, sosteniendo que es posible renovar los parámetros que construyen los conceptos de la psicopatología y la práctica psicoanalítica, de forma tal que se puedan tener en cuenta las modalidades de funcionamiento y las complejidades que entre ellas se producen.

En tiempos de múltiples y profundas transformaciones es sumamente importante poner en caución las teorías preexistentes acerca del deseo y devenir de las maternidades, ya que es probable que, bajo una mirada no renovada, las prácticas novedosas o inéditas se identifiquen como patológicas a priori, en lugar de ser pensadas como nuevos contextos y modos de sentir y vivir las maternidades, desligadas hoy de todo fundamento biologicista, haciendo su aparición el sujeto mujer deseante descentrada de la verdad de nominación de un que-hacer en el discurso social y científico. La experiencia clínica psicoanalítica nos expone y exige sostener una ética que haga foco en lo singular, lo original de cada caso, a partir del ejercicio de una escucha sostenida, flotante y abierta a detectar en las nuevas prácticas las modalidades en las que se presentan los deseos, conflictos, malestares y estrategias de cumplimiento en las analizantes, en su posición de sujetos que se fugan de los encadenamientos significantes que exigen el trabajo de reconocerse en un vacío que mueve la consistencia imaginaria de aquello que es propio de la vacilación del yo. La pregunta por el deseo se funda en la atemporalidad de lo inconsciente y las condiciones de posibilidad lo pueden hacer posible.

Finalmente, y con la convicción de que “Otra realidad es posible”, el capítulo quinto expone la necesidad de continuar produciendo los cambios políticos y simbólicos que acompañen los devenires deseantes del siglo XXI. Ante la constitución política de los cuerpos, nos preguntamos cómo imaginar y llevar adelante nuevos dominios de autonomía y de subjetivación que deslegitimen la violencia de género y proyecten caminos emancipadores para las generaciones actuales y las venideras. De esta manera, analizamos el nuevo rol de las masculinidades en este giro contemporáneo donde rigen el amor líquido (Bauman, 2007) y la fluidez vincular. A su vez, la politización de las tareas de cuidado nos permite visibilizar la división sexual del trabajo para el sostenimiento de un sistema capitalista y patriarcal. Se trata entonces de la búsqueda de la articulación de un ejercicio subjetivo innovador que mitigue el sufrimiento humano conjuntamente con la implementación de políticas de Estado que persigan la equidad social. Finalmente, y como consecuencia del arduo y también jubiloso camino hacia la ampliación de derechos, reivindicamos la lucha feminista por la autonomía de los cuerpos gestantes a partir del abordaje de la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) y las implicancias que conlleva en la salud psicofísica de las mujeres la actual práctica clandestina.

Las transformaciones sociales y de las subjetividades nos obligan a revisar los conceptos teóricos que están en la base de la práctica clínica y de la técnica, con el fin de dar cuenta del malestar actual de las/os sujetos frente a las posiciones deseantes, los modelos y objetos de deseo que la cultura propone o reprime y los puntos de fuga o subversiones que las/os sujetos transitan, alcanzando nuevas composiciones y significaciones de las prácticas sociales.

Este libro busca dar una discusión ética donde las/os psicoanalistas podamos pensar una práctica pospatriarcal y salir de la ilusión binaria, jerarquizante y esencialista de dos posiciones deseantes en el camino de la sexuación, considerada la única y saludable a la que se debe aspirar. Un ejercicio profesional crítico que contribuya a atenuar el malestar sin estigmatizar, encasillar o categorizar las nuevas formas deseantes traza mapas dinámicos que colaboran en la reflexión de la heterogeneidad posible en la construcción de subjetividades y del sujetx psíquico contemporáneo.

1. Las leyes de Matrimonio igualitario (Ley Nº 26618/2010), Identidad de género (Ley N°26743/2012) y Fertilización asistida (Ley Nº 26862/2013) ampliaron el marco de derechos y han hecho visibles prácticas que, aunque no todas son novedosas, muchas de ellas han dado lugar a una multiplicidad de innovaciones en los modos de procrear y de nacer de niñas/os y en el marco filiatorio ampliado en estas últimas décadas.

2. Los embarazos solidarios son prácticas en las que una mujer subroga su vientre para que otras/os tengan un/a hijo/a biológicamente propio o por donación de óvulos y/o esperma. En esta práctica de vientres subrogados no media un interés económico (como suele acontecer en las prácticas de “alquiler” de vientres o subrogación comercial) que implica una elucidación crítica específica.

Maternidades en tiempos de des(e)obediencias

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