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Prólogo

Por Débora Tajer (1)

Tengo el gran gusto de prologar el libro de una querida amiga y colega. Conozco a Graciela Reid desde hace casi veinte años, cuando me pidió reunirse conmigo porque le interesaba investigar. Quien se acercó a mí es una colega muy sensible e inteligente. Su interés por investigar en esos momentos los aspectos subjetivos de la vulnerabilidad coronaria fue pintándose de violeta, dada la línea de género que los proyectos que dirijo siempre han tenido.

De este modo ingresó al equipo de investigación de la Cátedra Introducción a los Estudios de Género de la Facultad de Psicología, donde hoy es coordinadora de trabajo de campo y codirectora de hecho del mismo. Luego ingresó al equipo de docencia y de diversas tareas de extensión que hemos realizado a lo largo de estos años. Tiendo a creer que casi siempre acontece que nos vamos quedando en aquellos lugares que de algún modo retoman o dan luz a intereses que consciente o inconscientemente teníamos desde lejanos momentos. Y, claramente, lo que hoy llamamos “ola verde” o “violeta” es una inquietud que interpeló a Graciela Reid toda su vida: el encuentro con el feminismo académico fue un flechazo que la hizo instalarse definitivamente en el lugar desde el cual siente, piensa, produce y atiende.

Graciela ha manifestado su vocación por el campo clínico; eso la llevó a hacer su formación sistemática en la Escuela de Psicoterapia para Graduados. Y, de forma simultánea, se fue formando en el diálogo entre psicoanálisis y género en los grupos de estudio y seminarios que llevo a cabo. Quiero destacar su participación tanto en el Seminario General que dicto como en los grupos para avanzadxs, uno sobre el texto El fin del dogma paterno, de Michel Tort, y el otro sobre Cuerpos que importan, de Judith Butler. Señalo que posee una muy sólida formación psicoanalítica y también en psicoanálisis y género, que se ve claramente expresada en este libro, fruto de su Tesis de Maestría en Psicoanálisis de la Escuela de Psicoterapia para Graduados. La suya fue la primera tesis en Psicoanálisis y Género defendida en esa institución, recibida y valorada con la mejor calificación, lo que generó que se la convocara para coordinar el Taller en este campo que oferta la Escuela. Sería muy auspicioso que esta línea de trabajo se convirtiera en fundacional y animase a otrxs colegas a realizar sus tesis desde esta perspectiva, para atravesar los más diversos aspectos y temas de la teoría y de la clínica en aras de contar con un psicoanálisis vital para los desafíos del siglo XXI.

Este libro habla de maternidades en plural. Del acompañamiento de una analista contemporánea a sus pacientes, en sus deseos o no deseos de maternar en un momento histórico en el que, afortunadamente, se empieza a “derretir” la soldadura entre ser mujer y el mandato de maternidad. Y donde, además, es factible comenzar a pensarse la maternidad no como tarea que suplirá de modo sublimatorio la carencia de algo. Se empieza a poder escuchar y desarmar la idea bloque de que tenemos hijxs solo para suplir lo que no somos ni seremos, para lograr empezar a escuchar y conceptualizar que también las mujeres contemporáneas (en este libro, analistas y analizantes) tenemos la posibilidad y el deseo de trascender la propia vida y la propia obra y dejar a otrxs vida y enseñanza.

Y, juntas, vamos haciendo “esas” cosas: formar gente, criar hijxs y acompañar como psicoanalistas con perspectiva de género a que nuestrxs analizantes vayan haciendo este camino o el que quieran hacer.

Hasta aquí la presentación profesional. Incluiré ahora algunas pinceladas que muestran cómo hemos ido entretejiendo este entramado de relación profesional y de amistad. Primero conocí a Graciela como colega. Me encontré con una mujer sensible e inteligente, que se había recibido mientras criaba a sus hijxs y que, sin ella saberlo, representaba lo que yo hubiera querido que hiciera mi mamá: utilizar su enorme inteligencia para desarrollar una trayectoria profesional propia y no solo para realizarse a través de lo proyectado en mi hermano y en mí. Por eso me dio mucha felicidad acompañar su proceso de inserción profesional. Luego la vida nos permitió reciprocar, al acompañarme ella muy amorosamente en mi propio camino al maternaje primerizo a los 45 años. Ambas, fuera de los modelos hegemónicos, a nuestros tiempos, creamos nuevos modos de amar y trabajar para las mujeres en las que devinimos. Y así se fueron tejiendo estas nuevas teorizaciones sobre las maternidades actuales postcaída (o, por lo menos, pérdida de legitimidad) del modelo mujer=madre.

También hemos viajado juntas a congresos en el extranjero en varias ocasiones. El fundacional fue a Cali, Colombia, con mi hija de entonces 20 meses. Me invitaron y yo iba a rechazar la propuesta. Graciela me dijo “Te acompaño”. Y fuimos las tres, con cochecito y todo. Yo presenté el tema que me habían solicitado, pero aprovechamos que íbamos juntas para llevar nuestra investigación. Y así lo hicimos, del único modo todavía posible que tenemos las mujeres de nuestra generación de viajar con chicxs pequeñxs: yendo con las amigas. Aún no hay maridos que acompañen esas apuestas, que, en el caso de las mujeres, todavía son aventuras. Como suele ser nuestro estilo, esto que digo no debe entenderse como denuncia, sino como lectura de relaciones de época. Y también es importante para balizar las estrategias que permitan sortear los innumerables techos de cristal que tenemos aún las mujeres en el campo profesional. Y, además, coherentes con nuestra tradición, pensamos esas estrategias teóricamente. En esta línea, lxs invito a leer los capítulos del libro que no formaban parte de la tesis original, pero que son necesarios para avizorar un futuro más promisorio: los varones en el diván, el sistema de cuidados, la interrupción voluntaria del embarazo y los desafíos clínicos y teóricos de cara al futuro.

Quiero recordar en este momento a Gilou García Reinoso y hacerle mi personal homenaje a quien me acompañó como analista en mi propio camino. En los primeros tiempos de crianza, ella me señalaba que yo debía cuidar a mi bebé, pero cuidándome a mí al mismo tiempo. Como dicen en los aviones: “Si viaja con niñxs, primero póngase la máscara usted y, luego, al niñx”. Bien lejos de la metáfora de la Madre Coraje y la Difunta Correa, aquella a la que encuentran muerta, pero amantando al niño, que la sobrevive. Retomo a Gilou, armando la genealogía de mujeres analistas en la que nos inscribimos –que innovan y ponen voz a lo innombrado– para decir que nuestras intervenciones clínicas y teóricas van en esa línea: promover lo necesario para la producción del psiquismo infantil en la crianza, pero no a costa del malestar en plus materno. La madre y el niñx. Nunca la madre o el niñx. Y nunca el/la niñx a costa de la madre.

En este sentido, este libro habla de acompañar mujeres en su deseo o no deseo de maternidad. Y también evidencia casos del costo (en el cuerpo y en el psiquismo) de llevar adelante embarazos que responden al deseo de otro y no al propio. Un caso en el cual hay una preeclampsia y mucho costo corporal y subjetivo por el uso de técnicas reproductivas, que fue leído en un primer momento como asociado a la intrusión de la intervención médica y pudo luego, con el tiempo y el trabajo, ser conceptualizado como lo que resultó ser: el costo de malestar en plus por llevar a cabo un tratamiento para lograr un embarazo no deseado. Uno que, posiblemente, sin acceso a NTR no hubiera acontecido, lo que nos enseña que, además de ver el impacto de las tecnologías, es necesario poder identificar finamente la presencia o ausencia del propio deseo de hijx en la mujer. Allí había deseo de estar en pareja, no de hijx. Y el hijx buscado era para sostener la pareja, que sí se deseaba sostener.

Esto abre todo un capítulo muy actual, que son los deseos de maternidad de “baja intensidad”. Mujeres que identifican y pueden expresar, si son escuchadas, que la maternidad es algo que puede o no acontecer en sus vidas. Un deseo entre otros deseos posibles. Esto nos enfrenta a la necesidad de abrir en los análisis la posibilidad de indagar cómo se usará o no la capacidad reproductiva en el lapso en que esta acontece. No como destino, sino como posibilidad. Un espacio para ver qué lugar tendrá o no esa potencia del cuerpo. Que pueda ser pensada. Y también la reflexión acerca de que en las mujeres actuales la etapa de mayor “fertilidad” laboral e intelectual coincide con la de mayor fertilidad reproductiva, lo que posiblemente redunde en que, si se quieren desarrollar ambos caminos, alguno de los dos no se dará posiblemente en el momento de mayor potencia y fertilidad. Y es importante que esto pueda ser pensado y elegido. También el hecho de que hoy en día todas y ninguna quieran ser madres. Esta es una reflexión que surgió cuando empezamos a trabajar el material de la tesis que hoy se presenta como libro. Todas lo quieren por el valor social que aún tiene la maternidad y, al mismo tiempo, ninguna lo desea, porque ha salido a la luz lo que me gusta denominar “el lado B” de la maternidad: el alto costo que tiene en la vida y trayectoria de las mujeres.

A modo de reflexión final, creo que un psicoanálisis pospatriarcal, posheteronormativo y poscolonial (que es necesario construir y a cuya tarea nos encontramos abocados desde hace años) debe poder revisitar muchos temas para traerlos a los desafíos contemporáneos de sus coordenadas actuales. En este caso, la maternidad como un deseo entre otros, como trabajo, como transformación del propio cuerpo. Como un intento de traspasar narcisismo para no morir inundada de amor propio, como nos aconsejaba Silvia Bleichmar. Y, como bien hace Graciela en este texto, retomando siempre a las pioneras como Marie Langer en Maternidad y sexo, para hacer con las ancestras y con las mujeres actuales genealogías en los dispositivos psicoanalíticos para desplegar deseos y pasiones potentes.

1. Trabaja como psicoanalista, docente e investigadora. Licenciada y doctora en Psicología (UBA), Magister en Ciencias Sociales y Salud (FLACSO/CEDES). Egresada Residencia en Psicología Clínica, Hospital Braulio Moyano (GCBA). Profesora Adjunta a cargo de la Cátedra Introducción a los Estudios de Género y Profesora Adjunta Regular Cátedra Salud Pública/Salud Mental II de la Facultad de Psicología (UBA). Investigadora Categoría I UBACyT. Directora de Investigación de Proyectos UBACyT en Salud, Subjetividad y Género desde 1998. Ha sido galardonada con la Cátedra Alicia Moreau 2019 en Psicoanálisis y Género en la Universidad París 7 Diderot. Cofundadora del Foro de Psicoanálisis y Género de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires (APBA) y miembro de su Comité Asesor.

Maternidades en tiempos de des(e)obediencias

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