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Procesos inestables: aprendizaje y convivencia Una aproximación al proyecto Bitácoras de Color

Pilar Flores - Roberto Vega

En el marco del II Encuentro de Arte, Educación, Interculturalidad (2018) de la Carrera de Artes Visuales (CAV)-PUCE, se realizó la exposición Bitácora de Color de la artista y docente Pilar Flores. Esta exposición fue solamente una de las dimensiones del proyecto del mismo nombre1, planteado por Flores, otras dimensiones son: el cultivo de jardines urbanos, las experiencias de estudiantes y docente en el aula de la clase de Pintura y Teoría del Color de la CAV, bitácoras artísticas, el Taller de Exploraciones Cromáticas que se desarrolló en el marco de la exposición, diálogos sostenidos a lo largo del tiempo entre lxs autores del presente ensayo que se transformaron en textos, piezas de video y audio2 que reflexionan sobre los cruces entre la práctica artística y la práctica docente, y posteriormente, la configuración del libro inédito El Color como Pensamiento. El trabajo en conjunto de estas instancias, evidencia las relaciones que se activan a lo largo del proyecto. El objetivo de este ensayo es acercarnos a la exposición Bitácora de Color en sus diferentes niveles y, sobre todo, preguntarnos sobre las relaciones que se activan en los procesos de creación artística, tanto de la docente, como de lxs estudiantes y otrxs participantes del proyecto.

Como se ha dicho, el proyecto Bitácoras de Color se desarrolla en diferentes dimensiones; una de ellas es el jardín urbano3. El jardín urbano es un oasis en medio del ruido, es un sistema complejo de convivencia entre diferentes especies animales y vegetales como mariposas, achiras, pájaros, moras, abejas, tupirosas, lagartijas, granadillas, higos, maywas, entre otras; es el hábitat de varias plantas comestibles, medicinales y ornamentales4 (fig. 1 y fig. 2). En el jardín las plantas crecen apoyadas unas en las otras y sus semillas se esparcen gracias a los pájaros y a los insectos que se alimentan de ellas, su progreso depende de las relaciones y de los intercambios que se dan entre las especies que lo habitan; se trata de un sistema vivo y en constante cambio. Un jardín es una metáfora importante para los procesos pedagógicos, porque las relaciones que se establecen dentro de él, nos permiten visualizar los intercambios que se dan en el aula, tales como: el encuentro entre diferentes, el apoyo mutuo, y el crecimiento a través del intercambio, en constante relación con el contexto. Tal como plantea Alison Gopnick en su libro The gardener and the carpenter (El jardinero y el carpintero, 2016) un jardín nos hace pensar, al menos, en dos estilos de educación: aquel que permite el crecimiento a través de los intercambios y aquel que modela para un resultado específico. El educador-jardinero crea un ecosistema favorable para estos intercambios, desde los que surgen crecimientos impredecibles, estimulan la resiliencia y una mejor respuesta a los cambios permanentes de las condiciones del contexto. El educador-carpintero no trabaja a partir de las singularidades, más bien se enfoca en dar una forma que responde a un modelo específico.

El aula de clase es otra de las dimensiones en las que se desarrolla el proyecto Bitácoras de Color. Igual que un jardín urbano, un aula de clase es una comunidad diversa, donde el/la profesor/a propone estrategias para acercarse al objeto de estudio, las que sirven de activadores para que cada estudiante experimente a partir de su propia historia, de sus búsquedas, de sus maneras de mirar y de elegir. En este contexto, el aprendizaje desde la convivencia es primordial y el intercambio es uno de sus componentes principales, tal como lo anotamos antes.




Fig. 1 y Fig. 2. Jardín urbano en el techo del taller de Pilar Flores, La Gasca, Quito. Fotografías Pilar Flores.

En este proyecto el trabajo en el aula se configura como un espacio de encuentros en el que es necesario cuestionarse ¿qué sentido tiene esta experiencia compartida? Esta pregunta es una reflexión sobre la razón de ser de la educación y cómo ésta se conecta con las vivencias, los deseos y los anhelos, tanto de docentes como de estudiantes. Es vital que el grupo, y en especial el/la docente, esté abierto a comprender que hay varias maneras de afrontar el aprendizaje, siempre influenciado por las variaciones constantes del medio, sus fuerzas, conflictos y tensiones. Si la organización de la clase no considera la diversidad de intereses y las distintas maneras de aproximarse al conocimiento, corre el riesgo de dejar fuera a una parte del grupo, lo que implica que la dinámica no acoge la diversidad propia de toda comunidad.

Por otro lado, la apertura en el aula permite al grupo entrar en un espacio versátil, de flexibilidad, de acogida, de exploración y creatividad que, idealmente, se expandirá mucho más allá del aula y fortalecerá su capacidad de acoger lo diferente, de enfrentar la incertidumbre, de resolver problemas y adaptarse al cambio. La inestabilidad que supone el proceso propuesto —a la que se puede llamar inmanencia (Canclini, 2013)— es también, una característica del proceso creativo en la práctica artística. En el aula, esta inestabilidad se convierte en un espacio abierto a la posibilidad de seguir descubriendo, lo que implica una relación circular entre estudiante y objeto de estudio. Una de las consecuencias que se espera de estas circunstancias de intercambio es un auto-reconocimiento del sujeto, de su mirada y de sus preguntas; concepto que está relacionado con la idea de Humberto Maturana (2004) que implica que “todo lo dicho es dicho por un observador” (p. 17) y que, consideramos, es un elemento fundamental para la educación en artes.

En este proceso es necesario considerar que la experiencia compartida en el aula, es posible sólo cuando docentes y estudiantes, vigilantes de sus procesos, se formulan preguntas que provocan un seguimiento atento a las decisiones tomadas. Lxs estudiantes, autónomamente, responden a la inestabilidad del proceso con estrategias de aprendizaje y de acción que guiarán sus búsquedas posteriores.

En la clase de Pintura y Teoría del Color5 (Carrera de Artes Visuales-PUCE) se proponen ejercicios que tienen como objetivo promover estos intercambios y esta apertura. Se trata de ejercicios que se enfocan en el estudio de obras pictóricas (entendidas como expresiones de procesos de pensamiento) de distintos tiempos y geografías, y que han sido un aporte al campo del arte. Este estudio permite relacionar obra y contexto desde distintas perspectivas, lo que lleva a una mirada abarcadora que, en la posterior exploración personal de cada estudiante, lxs conecta con su propia expresión y lxs dota de herramientas para buscar su voz; es decir, pone en contacto al pasado investigado con una conciencia del lugar presente de la mirada (fig.3). Con el mismo objetivo, en el aula se analiza el aporte del contexto cultural local y de sus pueblos originarios. Para estos ejercicios se toma como punto de partida el pensamiento de García Canclini (2013, p.22) quien anota que el arte atraviesa todos los espacios donde se desenvuelve el ser humano y que tal vez, su tarea primordial, sea su modo singular de mirar.



Fig. 3. Relaciones sobre la mesa, estudios de color (a partir de un problema planteado por Albers, 2010) realizados por lxs estudiantes: Doménica Polo y Carlos Ándres López. Exposición Bitácora de Color, 2018. Fotografías Christian Jácome.

Dentro de la conceptualización del proyecto se plantea una mirada transversal entre las dimensiones espacial, temporal y procesual, una mirada que se configura a través de la relación de imágenes de la historia del arte y del contexto cercano, y de la producción de imágenes que se generan desde este autoreconocimiento mencionado anteriormente. Este concepto de imagen que nace de la mirada transversal está relacionado con la imagen de la que habla Didi-Huberman. Este autor diferencia entre una imagen que toma el poder –a la que llama cliché– y una imagen potente; carga a la segunda de una posibilidad expansiva, que queda en la historia como referente y que interpela continuamente al observador, “¿a qué tipo de conocimiento puede dar lugar la imagen? (...) ¿Qué tipo de contribución al conocimiento histórico es capaz de aportar este conocimiento por la imagen?” (Didi-Huberman, 2016).

En el aula, entendemos a la imagen como una posibilidad para construir conocimiento a través de exploraciones personales siempre en diálogo y en relación. Para esto, durante la clase, se plantean ejercicios en los que se despliegan numerosas imágenes heterogéneas, que vienen de tiempos y lugares diversos; se buscan relaciones entre imágenes que aporten a las preguntas de investigación que se han formulado con anterioridad (fig. 4 y fig. 5). Las preguntas ayudan a entrar en los intersticios de la investigación y llevan a nuevas relaciones que se evidencian en los esquemas gráficos propuestos por cada estudiante. Las relaciones son creadas desde la mirada individual y están cambiando permanentemente al enfrentarse a la mirada del colectivo. La manera de habitar el riesgo del cambio constante y la inestabilidad del proceso es imaginando montajes posibles, entendiendo al montaje como la intención de organizar, seleccionar, interpretar, cuestionar e interpelar imágenes distintas.



Fig. 4. Relaciones sobre la mesa, estudios de color realizados por lxs estudiantes: Miroslava Zumárraga, Andrés Vallejo, Gabriel Zapata y Juan Tobón; junto a obras de Van Gogh, Utawa Hiroshige, y bitácoras artísticas. Fotografías Christian Jácome.


Fig. 5. Relaciones sobre la mesa, estudios de color realizados por lxs estudiantes Lida Salgado, Nicole Summer, Patricio Albán y Nataly Olivos. Fotografías Christian Jácome.

Para el montaje de la exposición Bitácora de color (fig.6, fig. 7 y fig. 8) se acude a una mesa como recurso central que ayuda a enfocar unas posibles relaciones en el sistema de imágenes elegidas. Esta mesa es un objeto conceptual que se presenta a partir de la diferencia que establece Didi-Huberman entre table (mesa en inglés/montaje) y tableau (cuadro en francés/pintura colgada en la pared) y que se activa en el juego de las combinaciones posibles. El ejercicio consiste en encontrar diversas conexiones en las imágenes, en un constante vínculo entre la mirada y la duda. En este proceso la mirada se traslada, relaciona y cuestiona, a la vez que genera nuevas imágenes. Por otro lado, la duda interpela constantemente la mirada. Lxs estudiantes potencian el intercambio con su creatividad. Igual que en el jardín donde las plantas dependen de los intercambios para crecer, en el aula los cuestionamientos colectivos influyen en los individuales; en la exposición, el entrelazamiento de imágenes expande la capacidad de interrogarse e invita a la creación de nuevas conexiones.

La exposición Bitácora de color implicó relaciones diversas que se desarrollaron en varios niveles conceptuales; entre otros se puede contar el espacio arquitectónico transformado, el texto curatorial, los mapas de navegación de la mesa y sus imágenes, los textos y gráficos de las bitácoras, los nombres de lxs estudiantes participantes, los créditos de las personas que hicieron posible la muestra, las formas de habitar las salas de exhibición aledañas y el sonido circular de un cuenco tibetano que acompañaba la visita a la muestra. Asimismo, las conversaciones con el público y sus reflexiones se convirtieron en parte de la obra a lo largo de la exposición. La manera de habitar este sistema y articular estos niveles fue a través de preguntas generadoras y creadoras de sentido: ¿Qué he visto mientras caminaba? ¿Con qué imágenes cuento mi historia? ¿Cómo cambia mi mirada durante el viaje? ¿Encuentro correspondencia poética con las imágenes que exploro? ¿Está el sentido de las imágenes dentro de ellas mismas? … entre otras.




Fig. 6 a 8. Vistas de la exposición Bitácora de Color. Centro Cultural PUCE, Octubre 2018. Fotografías Christian Jácome.

Como parte de la exposición se llevó a cabo el Taller de Exploraciones Cromáticas6 con el acompañamiento de Arteducarte y el equipo Con-sentidos (Gabriel Barreto, Pilar Flores, María Dolores Ortiz, Blanca Rivadeneira, Christian Tapia y María Consuelo Tohme).7 El taller fue una propuesta transdisciplinar y sistémica, que tomó lo vivencial como una metodología de percepción del tiempo, del espacio y del/la Otrx de una manera integradora. Después de cerca de cuatro horas de exploración en la penumbra, lxs participantes descubrieron una espléndida mesa de abundantes frutas, que provocó un nuevo encuentro con el color. El proceso creativo da sentido a los pequeños detalles de la cotidianidad y el reconocerlos otorga una nueva dimensión a la mirada en el presente (fig. 9 a 15).









Fig. 9 a 15. Taller de Exploraciones Cromáticas. Centro Cultural PUCE, Quito. 22 de Octubre de 2018. Fotografías Daniela Merino.

En el diseño del montaje, se pensó la exposición Bitácora de Color como una cinta de moebius, un cuerpo geométrico que carece de derecho y revés, en el que no se diferencian sus lados superior e inferior, externo e interno, y una de sus características es la inestabilidad. Es un espacio donde habitan los sistemas de relaciones, las dimensiones espacial, temporal y procesual. A través de la imagen de la cinta de moebius se pueden reconocer: las relaciones entre los distintos niveles del sistema presentes en la totalidad del proyecto, el flujo de los elementos, la fuerza del encuentro de tales elementos, la puesta en escena en el espacio arquitectónico donde se emplazó la exhibición y la vivencia colectiva del tiempo en los talleres y visitas guiadas.

El proyecto Bitácoras de Color abordado en sus distintas dimensiones (los jardines urbanos, el aula de clases, la exposición, los talleres, las bitácoras, los diálogos, los textos, los videos, el libro) propone al color como un símbolo de diversidad. El proyecto y las articulaciones que activa, implican un sistema que, como un jardín, se sostiene en la relación de los distintos elementos que lo habitan. Los intercambios que se dan en el jardín nos permiten comprender que tanto el aula como el proceso creativo pueden ser configurados como espacios flexibles, inestables, diversos, que se adaptan mejor al cambio debido a que crecen en el respeto de la singularidad y la fuerza de las conexiones que los constituyen.

Bibliografía

Albers, J. (2010). Interacción del color. Madrid: Alianza Editorial, S. A.

Didi-Huberman, G. (2016). Imágenes pese a todo. Barcelona: PAIDÓS.

García Canclini, N. (2013). La sociedad sin relato. Madrid: Katz Editores.

Gopnik, A. (2019). “The Evolutionary Power of Children and Teenagers”. Traducción realizada por los autores del presente texto a la entrevista realizada a Alison Gopnick por Krista Tippett en On Being. Recuperada de https://onbeing.org/programs/alison-gopnik-the-evolutionary-power-of-children-and-teenagers/ , el 26 de abril de 2020.

Gopnik, A. (2016). Conferencia de presentación del libro The gardener and the carpenter https://www.youtube.com/watch?v=xURCmzmQG8s

Video: La noche de la filosofía: La imagen potente - Canal Encuentro

https://www.youtube.com/watch?v=6uvGhCgupq0

Video: Pensadores Contemporáneos en síntesis. Entrevista de Gerardo de la Fuente a Didi Hubermann, en México: https://www.youtube.com/watch?v=m4hLqgrxXdg.https://www.macba.cat/uploads/20080408/Georges_Didi_Huberman_Cuando_las_imagenes_tocan_lo_real.pdf

Maturana, H. (2004) Del ser al hacer. Chile: J.C. Saéz editor.

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1 El proyecto se denomina Bitácoras de Color y la exposición Bitácora de Color.

2 Aprendizajes para la convivencia (2020) https://www.youtube.com/watch?v=NafqkWCB1WU

3 Se han realizado cinco jardines: un jardín en el techo de un taller en La Gasca (Quito), dos jardines de lluvia en la escuela de El Buen Pastor y en el Centro de Arte Contemporáneo (Quito) y dos jardines de plantas nativas como parte de las instalaciones de la Carrera de Artes Visuales en la PUCE.

4 Todas las especies vegetales nombradas, son plantas originarias de los Andes, con excepción de los higos que son originarios del sur de Europa y del Cercano Oriente.

5 La clase de Pintura y Teoría del Color es una asignatura que se imparte en el Nivel 1 de la Carrera de Artes Visuales de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, en Quito.

6 El Taller de Exploraciones Cromáticas https://www.youtube.com/watch?v=H4L16oDo1_o se realizó tres veces, la primera dentro del marco de la exposición Bitacora de Color (22 de octubre 2018), la segunda (12 de marzo 2019) y tercera (29 de agosto 2019) como parte de la clase de Pintura y Teoría del Color, CAV-PUCE.

7 ARTEDUCARTE es un proyecto de educación artística independiente privado, sin fines de lucro, creado en el año 2000 que se dedica a estimular la creatividad y expresión de niños y niñas de escuelas primarias desfavorecidas en el Ecuador a través de procesos artísticos, los cuales fomentan su capacidad de aprendizaje, autoestima y valores. Recuperado de http://arteducarte.com/nosotros/ el 23 de diciembre de 2018.

El proyecto Con-sentidos, nace de búsquedas internas dentro de Arteducarte, y que han ratificado el deseo de trabajar de forma integral con la comunidad de aprendizaje, a través de sesiones de formación continua. Los integrantes del equipo Con-sentidos (en el 2018) son: Gabriel Barreto, Pilar Flores, María Dolores Ortiz, Blanca Rivadeneira, Christian Tapia y María Consuelo Tohme.

Arte, Educación, Interculturalidad: Reflexiones desde la práctica artística y docente

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