Читать книгу Con tinta sangre del corazón - Gustavo Sainz - Страница 7

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…y luego la empresa eternamente memorable porque el anciano sólo quería libertad para los esclavos porque el rayo —sitiado entre dos águilas— sólo quería el mejor arreglo y felicidad interior porque sólo fueron dos cabezas paseadas entre la burla de la tropa y expuestas en una lanza roja: canas teñidas, y el rostro de cuero con las sienes apretadas, amortajadas por el puño blanco desde la primera espada porque las castas se hallaban inflamadas por derecho y porque eran tributarios y se hallaban en el mayor abatimiento y degradación y el favor de las leyes les aprovechaba poco y han de dividirse las tierras realengas (no son mis palabras, es mi hambre de corazón) porque veis este anciano respetable, es mi padre, y la patria es primero, porque las victorias no son de las cabezas paseadas en una lanza, porque las victorias son de las cabezas de laurel y del que las cortes del imperio designaren y de los primeros hombres del imperio por sus destinos, por sus fortunas, representación y concepto y el producto total del diezmo eclesiástico y mil quinientas noventa y tres fincas de regulares del sexo femenino y bienes raíces de las obras pías y limosnas y obvenciones anuales que reciben los regulares de ambos sexos y primicias que se pagan en mil doscientos cuatro curatos y el valor material de la colegiata de Guadalupe incluso los retablos, pinturas, campanas, ornamentos,mármoles y todos los adornos y los vasos ciriales cruces blandones incensarios y el valor de las alhajas en pedrería perlas oro y plata en los expresados templos porque ya es la noche de mayo de mil ochocientos veintidós y Doña Nicolasita se ha convertido en Princesa y los demás en ujieres de palacio y gentileshombres de cámara con ejercicio porque el anciano sólo quería libertad para los esclavos y las tierras para las comunidades de los naturales (no son mis palabras, es mi hambre de corazón)

Carlos Fuentes, La región más transparente

Compruebo con una suerte de agridulce

melancolía que todas las cosas del mundo

me llevan a una cita o a un libro.

Jorge Luis Borges, “Las islas del tigre”, Atlas

Con tinta sangre del corazón

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