Читать книгу Con tinta sangre del corazón - Gustavo Sainz - Страница 8

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1. El fin y el método

1. La primera oración de la novela sin más puntuación que comas y paréntesis, intenta que miremos todo a la vez, en lugar de por etapas. Convierte la narración temporal en un cuadro espacial. Los paréntesis muestran escenas que suceden al mismo tiempo y permiten crear la sensación de simultaneidad o instantaneidad. Nótese la omisión de verbos transitivos.

2. Se refiere a tres noticias que se conocieron al mismo tiempo: el secuestro de Carlos V y Fernando VII en Bayona por Napoleón; la abdicación de ambos, de la que Napoleón fue el árbitro; y el ascenso de José Bonaparte (“Pepe Botella”) al trono de España.

3. Gabriel de Yermo, con trescientos peninsulares, aprehende al virrey José de Iturrigaray. La Audiencia nombra virrey en funciones a Pedro Garibay. También son detenidos Francisco Primo de Verdad y Ramos, Juan Beye Cisneros, José Mariano Beristáin, el licenciado José Antonio del Cristo y fray Melchor de Talamantes. (Ernesto de la Torre, La Independencia de México, p. 169).

4. Desde su fundación en 1325 hasta la actualidad, la ciudad de México no ha sido un lugar sino un fenómeno. Antes de la Conquista española era el asiento de un Imperio azteca que se expandía con vigor, cuya población Charles Gibson estimó de 250 000 a 400 000 habitantes, y Jacques Soustelle de 560 000 a 700 000. Más recientemente, Jorge Hardoy redujo drásticamente la estimación a 165 000 individuos. Después de la Conquista, hubo un rápido descenso de población, y en la década de 1560 la cifra disminuyó a 75 000, pero la ciudad era aún una de las más grandes del mundo. En la época colonial causaba tal impresión por su tamaño y grandeza que en 1777 Juan de Vieira estimó incorrectamente su población y dijo que tenía “un millón de individuos”, y Antonio de Alcedo en 1788 le calculó 350 000 habitantes. La cifra real era menor, como el barón Alexander von Humboldt lo mostró en 1803, cuando en esa fecha realizó otro cómputo: 137 000 personas. Dijo que sólo había 2 500 blancos europeos (o gachupines, como les llamaban a los peninsulares); 65 000 criollos blancos (españoles nacidos en América); 33 000 indios; 26 500 mestizos; y 10 000 mulatos. (Timothy E. Anna, La caída del gobierno español en la ciudad de México, p. 23).

5. El cura del Sagrario de Valladolid, Francisco de la Concha, denuncia al asesor José Alonso Terán una conspiración contra el gobierno dirigida por José Mariano Michelena, José María García Obeso y fray Vicente de Santa María. (De la Torre, op. cit., p. 169).

6. La lucha nocturna de fuegos artificiales entre un perro y un toro son fiel imagen de sus correspondientes constelaciones.

7. Jaime E. Rodríguez ha demostrado la existencia de un liberalismo español e hispanoamericano nativo, vigoroso y persistente en la Independencia mexicana. (The Emergence of Spanish America, p. 42).

8. El arzobispo-virrey, Francisco Javier de Lizana, simpatizante del grupo criollo, entrega el poder a la Real Audiencia el 8 de mayo. El 30 de mayo publica Manuel Abad y Queipo una de sus famosas Representaciones que ponen de relieve los problemas socio-económicos de Nueva España. (De la Torre, op. cit., p. 169).

9. El personaje que desembarca es el nuevo virrey, Francisco Javier Venegas.

10. Joaquín Arias sorprende la conspiración independentis-ta poniendo en peligro a todos los implicados en ella, incluida doña Josefa Ortiz de Domínguez, esposa del corregidor de Querétaro.

11. Mulato que fue hecho prisionero por las fuerzas realistas en marzo de 1811. “Por ser aprehendido con un machete y una escarapela independentista y haber estado en la batalla o degüello de la Plaza de Zocoalco, pueblo del cantón de Sayula, hoy estado de Jalisco”, fue condenado a muerte y ejecutado. (Juan E. Hernández y Dávalos, Documentos para la historia de la Guerra de Independencia, p. 114).

12. Las voces y visiones no son arbitrarias. Van exponiendo los temas que se desarrollarán a lo largo del libro: nacimiento, copulación, muerte, política, economía, primeros auxilios, las artes. Escenas de guerra, crimen, revolución y encarcelamiento. Detalles sobre la agricultura y el cuidado de los caballos. La tentación del alcohol, los caballos rápidos y el juego. Quejas de abusos e injusticias. Canciones, albures, juegos de palabras, vestuarios y decoración de interiores. Prácticas de lucha y de puntería.

13. Se refieren al Día de la Ascensión.

14. “La Conquista de México por Hernán Cortés y sus hues-tes parece que fue ayer. Tiene más actualidad, en cualquier momento, que los desaguisados de Pancho Villa. No parece que hayan sido a principios del siglo xvi, el asalto al gran Teocalli y la Noche Triste y la destrucción de Tenochtitlán, sino el año pasado, ayer mismo. Se habla de ello con el mismo encono con que pudo haberse hablado del mismo tema en tiempos de don Antonio de Mendoza. Este antagonismo es fatal porque todas las razas son orgullosas en extremo. Ninguna admite la derrota y la sumisión definitiva. Reconocen haber perdido una batalla, pero esperan la revancha, que puede tardar, pero vendrá sin remedio algún día en que los vencidos de ayer serán los vencedores. Ésta es precisamente la lepra de las guerras de independencia, lepra extranjera, mueras a los españoles. Bolívar les prometía la fuerza, fueran culpables o inocentes. Era un odiador profesional, encomendero del otro bando. Más tarde, reconoció que había arado en el agua”. (José Clemente Orozco, Autobiografía, p. 68).

15. Miguel Fernández Félix, quien más tarde adoptará el nombre de Guadalupe Victoria, se inscribe en el Colegio de San Ildefonso.

16. A Hidalgo le encantaba la oratoria.

17. Nótese la costumbre de proponer alternativas o de poner mayor énfasis en las tentativas de juicio o descripción, mediante el uso de quizá, o como si, para retardar la narración.

18. Se trataba de divulgar en la Nueva España el nuevo evangelio jacobino, y “los Caballeros Racionales” empezaron a verse a sí mismos como fundadores de la república ideal. (L. B. Simpson, Muchos Méxicos, p. 211).

19. Alusión al recorrido del carro solar por los signos del zodiaco: el Sol acaba de salir de Aries y entra en Tauro, sin que falte la alusión al rapto de Europa.

20. Don Miguel Domínguez encierra a su esposa en su casa por temor a que vaya a cometer una peligrosa indiscreción.

21. El marqués de Mancera en la instrucción que dejó a su sucesor el duque de Veraguas en 1663: “Plebe, la imperfección de su naturaleza, la sobra de mantenimientos, el ocio, la libertad y la embriaguez la precipita a toda suerte de relajación y vicio”. (México a través de los siglos, IV, p. 267).

22. La sexualidad está en todas partes, bien lo dicen Deleuze y Guattari: “en el modo como un burócrata acaricia sus dossiers, como un juez hace justicia, como un hombre de negocios hace correr el dinero, como la burguesía le da por el culo al proletariado, etc. No hay necesidad de pasar por metáforas, no más que la libido de pasar por metamorfosis. Hitler ponía en tensión a los fascistas. Las banderas, las naciones, los ejércitos, los bancos ponen en tensión a mucha gente”. (L’Anti-Oedipe. Capitalisme et schizophrénie, p. 303).

23. Apodo de Felipe Santiago, insurgente atrabancado y rijoso que comandaba a un pequeño grupo de alzados por algunos pueblos en los alrededores de México. Ya que era muy pequeño de estatura, fuerte y musculoso lo llamaban “el Aguacero”, es decir, un fuerte chaparrón.

24. Es descubierta la conspiración de Querétaro, en la que están implicados Hidalgo, Allende, Aldama, Abasolo, el corregidor Miguel Domínguez y su esposa, Josefa Ortiz.

25. Habitación del alcalde de la cárcel de Querétaro, Ignacio Pérez, hombre de confianza y uno de los conjurados indepen-dentistas, en la planta baja de la casa donde habitaba el corregidor con su esposa. Ella, sin salir de su casa-prisión, se las arregla para hablar con él de la delación hecha por Arias y le pide que vaya inmediatamente a San Miguel a poner sobre aviso a Hidalgo, Abasolo, Aldama y demás conjurados.

26. Sobrenombre de Trinidad Prado, originario de Lagos. Barretero en Guanajuato al iniciarse el movimiento independentista, fue aprehendido en Zacatecas en mayo de 1811, delatado por sus propios compañeros, acusado de haber tomado parte en los asesinatos de europeos en dicha ciudad el día que don Ignacio Allende entró allí. Además de acusarlo de sublevar a la plebe contra los extranjeros, “se le acusó también de haber seguido al ejército del cura Hidalgo cuando éste marchó a Valladolid, habiéndose encontrado en las batallas que dicho cura dio a las tropas realistas. Por todo esto ordenó el general don Félix Calleja que se le instruyera sumariamente, y aunque Prado negó esos cargos fue sentenciado a la pena capital por el mismo Calleja, sentencia que se ejecutó en Zacatecas el 13 de mayo de 1811, fusilando al reo por la espalda y colgando su cadáver de la horca, con un papel que se le puso en una mano y que indicaba la constancia de su delito”. (José María de Bustamante, Cuadro histórico, p. 14).

27. Una de las más activas fue el Club Literario y Social de Querétaro, dirigido por el oficial que mandaba la milicia local, el capitán Ignacio Allende.

28. Según Humboldt, de todas las ciudades de Europa en la primera década del siglo xix, sólo eran más grandes Londres, Du-blín, París y Madrid. Por ello, después de Madrid, la ciudad de México era la segunda en el Imperio español. “Sus más cercanas competidoras eran Nueva York (que tenía 96 000 habitantes en 1810), Lima (53 000 a fines de siglo), Filadelfia (53 000 en 1810) y Boston (33 000)”. (Humboldt, Ensayo político, p. 132. U. S. Census, 1810, Preston Moore, The cabildo in Peru under the Bourbons, p. 47). “La ciudad de México tenía 168 000 personas en 1811 y 150 000 en 1824, y claramente perdió población o, cuando mucho, fluctuó de 15 000 a 20 000 individuos”. (Timothy E. Anna, The Fall of the Royal Government in Mexico City, p. 37).

29. Según Mendieta y Torquemada, el sol queda inmóvil cuando aparece en el cielo. El arquero Cintli trata de flecharlo, con lo que provoca su furia y ordena la muerte de los dioses. Xólotl se encarga de la ejecución y luego se autosacrifica. En la leyenda de “Los soles” del Códice Chimalpopoca, el sol se detiene cuatro días en el cielo en Nahui Ollin y quien lo trata de flechar es Tlahuizcalpantecuhtli. Este temor de que el sol se detuviera, se debe a que tanto en el solsticio de verano como en el de invierno, el sol no parece moverse por algunos días. (Yolotl González Torres, El culto a los astros entre los mexicas, p. 62).

30. A sus cincuenta y siete años de vida sólo había alcanzado una moderada distinción. Había enseñado latín, teología y filosofía en el antiguo Colegio (1540) de San Nicolás, de Valladolid (hoy Morelia), del cual llegó a ser rector. El profesorado veía con malos ojos su enseñanza heterodoxa y su lectura de libros prohibidos, y en 1792 hubo de retirarse del colegio y aceptar la vicaría de Colima. (L. B. Simpson, op. cit., p. 212).

31. El canibalismo aparece en dos pinturas de Goya, un grabado de la serie Los desastres de la guerra y un estudio preparatorio de La balsa de Medusa, de Théodore Géricault. La gran pintura de Géricault alude a un episodio de la época en el que los tripulantes del barco Medusa —una nave que llevaba esclavos a las colonias— se comieron unos a otros. La obra funde la desesperación con la idea de rebelión contra la autoridad, sentimientos propios de los debates de la época sobre colonialismo.

32. El lugar de la muerte está relacionado con el norte y el interior de la tierra.

33. El segundo día de Venegas en la capital, Miguel Hidal-go, cura párroco del pequeño pueblo de Dolores en la intendencia de Guanajuato, pide que terminen para siempre los virreyes y lanza el grito de Dolores, grito que inicia la Guerra de Independencia.

34. “¿Si no hay rey de España no revierte su soberanía a nosotros? ¿Si no hay un gobierno imperial legítimo en España no somos ya, de hecho, independientes? O más bien ¿nuestra obligación es mantener a las colonias en reserva para el momento de la restauración de la monarquía española? ¿Debemos actuar en nombre de la Corona pero contra Napoleón? Los efectos de los ejemplos norteamericano y francés se añadieron a estas consideraciones inmediatas. ¿Podíamos nosotros también expulsar al poder colonial? ¿Podíamos sustituir a una monarquía con una república? ¿También nosotros podíamos ser naciones modernas, independientes, comerciando con todos, publicando, leyendo y hablando con libertad, liberados para siempre de la vigilancia de la Inquisición?” (Carlos Fuentes, El espejo enterrado, pp. 258-259).

35. Hidalgo no sabía que Fernando VII, “el Deseado”, era incapaz además de malvado.

36. La marquesa con sus cuatro pajes africanos es una clara referencia a Diana de Gales, quien según Simone Simmons, su curandera psíquica y confidente, era una adicta al teléfono, y llevaba consigo cuatro teléfonos celulares para estar en contacto con sus amigos con quienes mantenía conversaciones hasta de ocho horas de duración. Diana de Gales, al igual que la protagonista, dejóde llevar ropa interior para que no se le marcaran rayas cuando la fotografiaban. (Reuters, Londres, noviembre 1998).

37. La idea es de Lacan. Según él, “el amor consiste en dar algo que no se ha conseguido a alguien que no existe”. (Écrits, p. 75).

38. Descubrió su gusto y talento por la conspiración. Los derechos del hombre, el contrato social y todas las embriagantes doctrinas de la Revolución francesa penetraron en su mente, donde urdieron el hermoso tejido de una república ideal, perfecta, de la cual estuvieran excluidos los gachupines.

39. Sin importar qué tanto sospecharan los españoles de las milicias criollas, el virrey Venegas se enfrentó a la posible amenaza de un ataque indígena a la indefensa capital. En consecuencia creó una milicia en octubre. Pidió que se organizaran batallones de ciudadanos que se llamarían Batallones Patrióticos Distinguidos de Fernando VII, y estarían compuestos por la élite criolla y peninsular. A todos los hombres desde la edad de dieciséis años que no estuvieran ya enlistados en una unidad militar y que pudieran mantenerse y pagar sus uniformes, les ordenaron que acudieran a prestar servicio “voluntario”. (Anna, op. cit., p. 86).

40. En el Códice Mendocino, yoallan, el lugar, fue representado por medio de un círculo negro lleno de ojos, que significa la oscuridad y las estrellas.

41. El personaje muestra una colección de diferentes folletos donde se pide la defensa de la nación y la unión en torno a los principios del hispanismo: el monarca, la religión y el orden.

42. El 24 de septiembre, el obispo Abad y Queipo excomulga a Hidalgo y a otros jefes de la conspiración, incluso a Allende, a Aldama y a Mariano Abasolo. En octubre el obispo Lizana confirma las excomuniones.

43. El 13 de octubre la Inquisición publica un edicto en el que se afirma que a Hidalgo se le ha encontrado culpable de herejía y de apostasía.

44. Diálogo contra los rebeldes escrito por José Mariano Beristáin y Sousa.

45. En el siglo xvii había diez parroquias en la ciudad de México: cuatro para criollos y españoles y las demás para indios y castas. La principal era el Sagrario, en la segunda capilla a mano derecha de la Catedral. Santa Catarina, con su techo plano de viguería y una torre. En el atrio tenía un “humilladero”. La Santa Veracruz era también de alfarje de vigas pero con portada muy rica. San Miguel era por el estilo. Todas fueron rehechas en el siglo xviii, salvo San Miguel, que lo fue a fines del mismo siglo xvii. Las de los indios eran San José de los Naturales, en San Francisco; Tlatelolco; Santa María la Redonda, llamada así por su interesante presbiterio en forma ochavada, único en México, separado de la nave, que llevaba artesón. San Pablo el viejo, hoy oficinas del Hospital Juárez; San Sebastián y Santa Cruz Acatlán. (Francisco de la Maza, La ciudad de México en el siglo xvii, p. 58).

46. Los diputados electos a las Cortes de Cádiz publican exhortaciones contra los insurgentes.

47. Proclamas de los principales cultos marianos de la capital (de la Virgen de Guadalupe y la Virgen de los Remedios), para con-trarrestar el uso de la Virgen de Guadalupe como protectora de los rebeldes. (Hugh M. Hamill, “Early Psychological Warfare in the Hidalgo Revolt”, Hispanic American Historical Review, pp. 41, 42, 207).

48. Cita apenas alterada del comunicado del subcomandante Marcos correspondiente al 24 de febrero de 1998: Un periscopio invertido (o la memoria, una llave enterrada). El texto original es como sigue: “La ‘explosión de los mercados’ no va sola. Es acompañada por ‘la revolución tecnológica’ y por la consiguiente creación de las superautopistas de la comunicación. Por medio de una y a través de las otras, el espacio público es invadido por el mercado y sus referentes: compra, vende. Así que la política moderna se ejerce como ‘publicidad global’. El líder político es fabricado por la publicidad. Hombres grises y mediocres simulan estaturas de estadistas (como Ernesto Zedillo en México) gracias a técnicas publicitarias y teatrales. La ‘legalidad’ (que no la legitimidad) del gobernante depende cada vez más de la máquina publicitaria, tan caprichosa como el mercado al que sirve. Un escándalo bien manejado puede destrozar una carrera política o encumbrarla, incluso en tiempos alternantes (véase Clinton y el remis de “Deep Throath” montada en la Sala Oval de la Casa Blanca). Reducida la política a una cuestión de mercado, es decir, de intercambio de mercancías, el político debe manejar las técnicas publicitarias”.

49. El gobierno declara la lealtad de la capital. “En estas áreas de máxima influencia realista, las clases bajas observaron con repulsión rayana en el pánico el avance de los insurgentes, como si fueran una ola de bárbaros que vinieran de más allá de la frontera chichimeca”. (Hugh M. Hamill, The Hidalgo Revolt, Prelude to Mexican Independence, p. 176).

50. Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama y Ma-riano Abasolo se levantan en armas en Dolores; de ahí pasan a San Miguel y, a su paso por Atotonilco, toman por estandarte una imagen de la Virgen de Guadalupe. (De la Torre, op. cit., p. 169).

51. Pocas referencias se hacen de este individuo en los partes de algunos jefes realistas, pero se sabe que llevaba grado de coronel y que expedicionó por varios pueblos de Michoacán y principalmente en el Estado de México. Se le perseguía con empeño, lo mismo que a Pedro Rojas, alias “El Negro”, porque éstos eran los que más se acercaban con su gente a las poblaciones inmediatas a México, y los que más quehacer daban a las tropas realistas. González fue al fin hecho prisionero en Alfajayucan, el 16 de agosto de 1815, y fusilado allí en unión del cabe-cilla Ramírez. (Carlos Amador, Noticias biográficas de insurgentes apodados, p. 73).

52. Venegas envía una fuerza de más de dos mil quinientos hombres bajo el mando de su amigo íntimo, el coronel Torcuato Trujillo, para impedir el ataque a la ciudad. (José María Luis Mora, México y sus revoluciones, I, p. 73).

53. Venegas le dice a Trujillo que “peligran trescientos años de dominio español”.

54. “Los españoles llegaron a odiar a la Virgen del Tepeyac hasta el punto de fusilar una de sus efigies y de profanar algunas otras”. (Serge Gruzinski, La Guerre des images, p. 318).

55. El coronel Calleja, comandante del Ejército del Centro, recibe en San Luis Potosí la orden de dirigirse a defender la capital.

56. Parodia de una de las primeras escenas de Perdita Durango, película española de Alex de la Iglesia. En la cinta las manos del santero ponen en marcha un disco de Pérez Prado. Con los ojos en blanco y la furia de cien chacales batiendo sus músculos, el oficiante entra en éxtasis y deja que el ritmo de los tambores africanos pauten el descuartizamiento del escuálido cadáver que yace en el suelo. Los miembros cortados caen en un caldero digno de Pedro Botero, pero que aquí está a cargo del mítico Screamin’ Jay Hawkins. En el arrebato, el santero se acerca a los fieles, elige a una chica dispuesta a vender su alma al diablo y, machete en mano, dibuja una cruz satánica en su espalda.

57. Proclama del cabildo recordándole a la población que la ciudad había jurado conservar el título que le había dado el soberano, de “la más leal”.

58. “El escobero pica con las puntas de los popotes a un distraído transeúnte; el sebero unta el rostro de un meditabundo poeta con su mercancía; el vendedor de asaduras sancochadas mancha el levitón de un almibarado petimetre; la chimolera unge con sus albóndigas o mondongo hirviendo; la mantilla airosa o la ajustada basquiña de una currutaca; el conductor de vigas, agobiado por el peso, derriba a un oidor de pelucón, gorguera y garnacha”. (Luis González Obregón, La vida en México en 1810, p. 9).

59. Venegas organiza la erección de barricadas en las calles de la ciudad y distribuye armas entre los ciudadanos.

60. Tzitzimine: figuras descarnadas de mujeres que habitaban en la oscuridad.

61. La conspiración pudo haber muerto entonces si Juan Aldama no hubiese corrido a galope los 80 kilómetros que separan Querétaro de Dolores para alertar a Hidalgo y a Allende.

62. Alusión a la obra de Francis Bacon, quien destrozaba los cuerpos representados en sus pinturas transformándolos en una masa monstruosa.

63. Pronto creció dentro del gobierno la división surgida con anterioridad a la Independencia entre los partidarios existentes. Algunos españoles liberales, guiados por José María Fagoaga, deseaban una monarquía constitucional independiente con un Borbón en el trono, y aprobaron globalmente las reformas religiosas introducidas por las cortes de 1821. A esta posición se adherían criollos adinerados y educados, como Francisco Manuel Sánchez de Tagle y el conde de Heras. Un segundo grupo se oponía a las reformas religiosas al tiempo que apoyaba la Constitución Liberal. Un tercer grupo, que incluía a la mayoría de los que tenían títulos de nobleza o mayorazgos, apoyó simplemente a Iturbide y no se preocupó demasiado por estos problemas. (Lorenzo de Zavala, Ensayo histórico de las revoluciones de Méjico desde 1808 hasta 1830, vol. I, p. 128).

64. Las Casas escribió en su Apologética historia: “Consideramos bárbaros a aquellos que no tienen escritura o lengua culta. Pero la gente de las Indias podría tratarnos de barbarísimos puesto que no comprendemos ni su lengua ni su escritura”.

65. Supuesta frase emitida por el presidente Clinton frente a Mónica Lewinsky, al proponerle una relación not appropiate: ¿Impropia para qué? De todas maneras “no hay relación sexual”, decía Lacan.

66. Forma popular de adivinación utilizada en esa época. Consistía en descabezar una codorniz que arrojaban al suelo. La dirección hacia la que revoloteaba el cuerpo del ave en sus estertores indicaba la suerte. Si se dirigía hacia el norte, significaba mal agüero, llegada de enfermedades y muerte. Si iba al occidente, la suerte sería buena.

67. No sabían nada de los derechos del hombre, del contrato social ni de Fernando VII, pero sí entendían el ¡Mueran los gachupines!, la muerte, el botín y una gloriosa fiesta de sangre. (Simpson, op. cit., p. 213).

68. El 31 de octubre Hidalgo avanza con sus fuerzas hacia la villa de Cuajimalpa, a unos 27 kilómetros de la ciudad.

69. En la capital la gente se apresura a ocultar sus valores y fortificar sus casas.

70. “Un vecino ocioso u ocupado que transitara las calles antes del toque de queda, se vería expuesto a que el buen sereno, trepado en alta escalera, al encender los faroles del alumbrado le propinase un lustroso baño”. (González Obregón, op. cit.,p. 11).

71. El virrey pone tropas en la Calzada de la Piedad y en el Paseo de Bucareli: las dos principales entradas a la ciudad por el ca-mino de Toluca. Colocan cañones en Chapultepec y envían a la caballería a vigilar los movimientos del enemigo. (Luis Castillo Ledón, Hidalgo, la vida del héroe, pp. 2, 93).

72. Desagradable encuentro con el “carro nocturno”, barrica horizontal montada sobre un eje y dos ruedas, arrastrada por una mula dirigida por un conductor que a son de campana llamaba a quienes tuvieran que vaciar sus pestilencias en aquel espantoso coche, que iba escurriendo líquidos y esparciendo “a ciencia y paciencia”, las perfumadas heces y orines.

73. Ya que la imagen de la Virgen de los Remedios se encontraba en el camino por donde avanzarían los rebeldes, el virrey ordenó que la mudaran de su santuario a la catedral. También intentó trasladar la imagen de la Virgen de Guadalupe, pero los canónigos de la basílica no vieron razón para que la mudaran. Así, a la Virgen de los Remedios la asociaron con la defensa realista de la capital por un accidente de la geografía. (Anna, op. cit., p. 91).

74. Se trata del Rosario de Ánimas, cuyos cofrades acompañados del monótono tilín tilín de su campanilla, piden con voces plañideras que se recen un Padre Nuestro y un Ave María por el descanso eterno del alma de don Fulano de tal. (González Obregón, op. cit., p. 11).

75. El 13 de octubre el virrey Venegas acudió a rezar ante la estatua de la Virgen de los Remedios en la catedral y colocó el bastón de mando a sus pies. A la Virgen la proclamaron generalísima y capitana general del Ejército Realista, protectora y guía de las fuerzas militares españolas en México. La multitud histérica de emoción. (Hamill, op. cit., p. 73).

76. La noción de compromiso es poliédrica, ya que comprometerse, como dice el diccionario, tiene también el sentido de “ponerse en peligro, exponerse a un riesgo o a una sospecha”.

77. Se trata de músicos tarascos o huicholes, ya que sólo ellos no descansaban la concha de tortuga sobre el suelo en un rodete de zacate trenzado, como los mayas, sino que la llevaban en la mano izquierda, para poder golpearla al mismo tiempo que bailaban. Las baquetas eran de astas de ciervo.

78. Cita del poema de Hugo Gutiérrez Vega, Quejas prejubilatorias, cuya estrofa completa es:


Me duelen muchas cosas

“el corazón y el sombrero”

“lo que pudo haber sido y no fue”

los ninguneos…

especialmente el autoninguneo

practicado de forma casi psiquiátrica

en el diván de mis duermevelas

de las seis de la mañana,

bajo este nuevo desasosiego

que debía importarme un carajo.


79. Lévi-Strauss es quien da su formulación más tajante: “El bárbaro”, leemos en su conferencia de la unesco, “es en primer lugar el hombre que cree en la barbarie”.

80. Si alguien excursionaba después de la queda, podría ser víctima de un robo, de un asesinato o caer en garras de la ronda. (González Obregón, op. cit., p. 11).

81. Reunido el Ejército Insurgente en Celaya, proclaman a Hidalgo capitán general, a Allende, teniente general, y a Aldama, mariscal. (De la Torre, op. cit., p. 169).

82. Al fin de la primera semana, Hidalgo y Allende se hallaron mandando una muchedumbre de cincuenta mil hombres.

83. La constelación del Colotlizayac, cuya etimología parece indicar alacrán en la cara, se encuentra incluida dentro del círculo de perpetua visibilidad, en la cara del Ozomatli, formada por la estilización inseparable de la nariz, ojos y espirales.

84. Para Marx, en efecto, no existe la naturaleza ni en el hombre ni en la naturaleza. El mal o el sufrimiento no son componentes de la condición humana, las cosas no son cosas, el mal, el sufrimiento y las cosas son hechos sociales.

85. Se encontraba preso en la cárcel de Guanajuato antes de que estallara la insurrección, acusado de haber dado muerte en riña a Guadalupe Torres, alias “el Pinole”, y por haber cometido otros graves delitos. Cuando el cura Hidalgo entró allí logró salir de la prisión, pero pasado ese hecho y vuelto Guanajuato a poder de los realistas, lo denunció la mujer del capitán don Ángel de la Riva, que cuando ocurrieron los asesinatos de Granaditas, él había sido uno de los cómplices y autor de por lo menos tres muertes. Por sólo esta declaración y sin ningún proceso, ordenó el general Calleja que se le aplicara la pena de muerte, la que se ejecutó el 15 de diciembre de 1810 en Guanajuato. (Bustamante, Campañas de Calleja, p. 32).

86.“La sociedad estaba dirigida por personas de mente estrecha y carentes de curiosidad, hombres de negocios codiciosos, grandes hacendados obtusos, obispos, políticos que podían citar a Horacio pero que jamás habían oído hablar del álgebra. La ciencia se consideraba una actividad apenas honorable y la creencia religiosa era obligatoria. El tradicionalismo, la estupidez, el esnobismo, el patriotismo, la superstición y el amor por la guerra parecían situarse en el mismo bando”. (George Orwell, The Collected Essays, Journalism and Letters, vol. 2, p. 113).

87. “Cuando somos, la muerte no es, cuando la muerte es, ya no somos”, Epicuro subraya el extraño encuentro en el cual lo que define íntimamente al hombre como mortal queda fuera de él. El acontecimiento es inconcebible y, por tanto, nos lo imaginamos, y muy pronto se revela inimaginable. “En realidad es que nos es absolutamente imposible imaginarnos nuestra propia muerte, y todas las veces que lo intentamos nos damos cuenta de que asistimos a ella como espectadores… En el fondo, nadie cree en su propia muerte”. (Freud citado por Ernest Becker, La lucha contra el mal, p. 75).

88. En Acámbaro, Hidalgo es nombrado generalísimo. El obispo de Guadalajara, Juan Ruiz de Cabañas, excomulga a Hidal-go, Allende, Aldama, Abasolo y a quienes los ayuden. (De la Torre, op. cit., p. 170).

89. Ignacio Allende, soldado experimentado, tenía todo el derecho a que lo eligieran jefe militar de la insurrección, pero no había contado ni con Hidalgo ni con los indios. Era una contienda religiosa, y su jefe tenía que ser un sacerdote, así que Allende fue rechazado en San Miguel el Grande (que ahora irónicamente se llama San Miguel de Allende), e Hidalgo fue nombrado generalísimo, pese a su absoluta ignorancia de las más rudimentarias nociones del arte militar. (Simpson, op. cit., p. 213).

90. Seler escribió que los mexicas creían que las estrellas fugaces eran las almas de los muertos. (“Das Weltbild der Mexikaner”, Gesammelte Abhandlungen zur Amerikanischen Sprach und Alterthumskunde, p. 54).

91. Lo único que se sabe de esta mujer es lo que consta en el siguiente documento: “Haz.da de la Goleta y Diz.re 29-810 a las 11 de la mañana.- S.or Gral.-D.n Antonio Sánchez, oficial de Sillería en la Haz.da de Queréndaro, que ha servido al Rey 20 a.s, acaba de llegar a ésta y declara lo sig.te y aún está pronto a jurarlo: el As.or de la dha. Haz.da de Queréndaro, despachó ayer mañana a José Ricardo, sirviente suyo, al pueblo de Zinapécuaro, en busca de pan; regresó con el pan a las 11 1/2 de la mañana, y dijo el tal Ricardo, que estando él allí, llegó a Zinapécuaro un posta despachado por La Barragana, jefa de innumerables indios que trae consigo, y vino diciendo que ayer noche mismo, venía ella con su indiada a campar en Zinapécuaro; que se le dispusiese carne y maíz, y nada más. Que no tuviesen miedo, que no venían sino a derrotar al ejército de V. S. Esto declara el referido Sánchez, que acompañado del mayordomo de esta Haz.da pasa a presentarse a V. S. para hacer la misma declaración, y yo no quiero dejar de comunicarle esta noticia, sea o no sea cierta.-Dios gue. a V. S. m.s-S.or Gral.-B. L. M. de V. S. su at.o serv.r y Capellán.- Fr. Antonio del Espíritu Santo.-S.or Gral. D.n José de la Cruz”. (O. de G. de Realistas. Cruz, José de la; T 3, Es. 228, Archivo General de la Nación).

92. La ciudad de México estaba muy cerca de cumplir la promesa de su conquistador, Cortés, de convertir su capital en “la ciudad más noble y populosa del mundo ocupado”. Según la frase evocadora de Doris Ladd, “era un lugar de palacios”. Había más de cien iglesias y capillas, veintitrés monasterios, quince conventos, doce hospitales, varias escuelas secundarias complejas y antiguas (algunas en seria decadencia en 1810), un amplio sistema de mercados y graneros, una Academia de Artes, la Escuela de Minería más avanzada del mundo, una de las universidades más grandes de América y un Jardín Botánico. Sus edificios públicos eran im-presionantes, como su gran catedral, el Palacio Virreinal, el Palacio Municipal, la Casa de Moneda, la Inquisición, la Universidad, la aduana. Unos cuantos visitantes extranjeros que conocieron la ciudad justamente antes de la Independencia o después de ésta atestiguaron libremente su tamaño y belleza. Humboldt, Poinsett y madame Calderón dejaron constancia de su asombro y se maravillaron ante las siete calzadas de la ciudad, sus dos acueductos, sus calles amplias y bien iluminadas, sus bulevares y sus mercados, y los vestigios del antiguo sistema azteca de canales que aún se uti-lizaban a fines de la época colonial. Los visitantes españoles se sentían impulsados a hacer hipérboles en sus descripciones. Alce-do la calificó de “la más bella, grande y suntuosa ciudad de toda la monarquía española”. Juan de Vieira no pudo resistir la tentación de llamarla “esta nueva Babilonia”. (Anna, op. cit., pp. 26-27).

93. El cristianismo y Juan de Patmos en primer lugar, fundaron un tipo de hombre nuevo, un tipo de pensador que todavía perdura en la actualidad, que conoce un reino nuevo: la oveja carnívora, la oveja que muerde y que grita “socorro, ¿qué os he hecho?, si era por vuestro bien y por nuestra causa común”. (Gilles Deleuze, Critique et clinique, p. 58).

94. Entra Hidalgo en Toluca y en el Monte de las Cruces vence a Trujillo, colocándose a un paso de la ciudad de México.

95. La ciudad de México le rindió un gran tributo a los defensores del Monte de las Cruces. A Antonio Bringas, un oficial realista que murió en la batalla, por órdenes del virrey lo sepultaron en una espléndida ceremonia pública. La mayor parte de los soldados que participaron en la batalla pertenecían al Regimiento de las Tres Villas, y a éste le concedieron el honor de usar como grito de batalla el lema “Monte de las Cruces”. La ciudad de Veracruz acuñó una medalla de honor de los defensores, y la ciudad de México al año siguiente celebró solemnemente el primer ani-versario de la batalla. Por su conducta ejemplar, un joven oficial criollo, llamado Agustín de Iturbide, futuro libertador y empe-rador de México, ascendió a capitán. (Niceto de Zamacois, Historia de México, desde sus tiempos más remotos hasta nuestros días, pp. 6, 516).

96. Idea de Lutero, quien definía al hombre como un doble crepúsculo: crepusculum vespertinum entre el día y la noche, crepusculum matutinum, entre la noche y el día.

97. Entre los totonacas, la Luna es una deidad masculina, amante de todas las mujeres.

98. En Tlalpujahua se une a la insurgencia López Rayón.

99. Eros nace de una noche de borrachera y de un amor de paso. Su madre es una prostituta y su padre es un borracho totalmente nectarizado (pues el vino aún no existía). Este hombre, Poros, entró en el jardín de Zeus y se durmió allí fuera de sí. Entonces Miseria (Penia), lo mira tan hermoso que se le ocurre que la embarace, se acuesta a su lado, comienza a manosearlo, y así es como fue concebido Eros. Está muy lejos de ser lo bello y lo tierno que habitualmente se cree. Es duro, seco, va descalzo y carece de casa. Duerme en el suelo sin mantas, al aire libre, a la entrada de las granjas y en los caminos. Porque posee la naturaleza de su madre y la miseria nunca lo abandona. Pero por el lado de su padre es emprendedor, hermoso, bueno, valiente, atrevido y ardiente, gran cazador, siempre reflexionando y encontrando los medios para llevar a cabo sus hazañas. Filosofa sin cesar y es un terrible mago, brujo y sofista. La historia la cuenta, entre otros, Sócrates, y Fisilo lo comentó: “¿Por qué el amor es en parte rico y en parte pobre? Porque habitualmente no deseamos ni lo que poseemos plenamente ni lo que nos falta del todo”.

100. Hidalgo es derrotado en San Jerónimo Aculco, y vuelve a Valladolid.

101. Morelos entra en Tecpan, y se le unen Ignacio Ayala, Juan José, Antonio y Pablo Galeana.

102. José Antonio Torres derrota a Villaseñor en Zocoalco.

103. La ignorancia ritual y la vida cristiana en reclusión casi monástica hacían que las mujeres, aun aquellas de una elevada inteligencia, conservaran hasta la ancianidad un candor de niñas. “La abnegación de la mujer mexicana no tenía límites. Su calma, que era la del justo, la acompañaba, como su inocencia, hasta el último trance. Su vida en aquella época hubiera sido imposible, su fortaleza inexplicable, si allá en el fondo del hogar, cerrado a to-das las satisfacciones terrenas, detrás de la imagen de dolor a cuyos pies vivía arrodillada, sus ensueños beatíficos no le mostraran, en un espacio inundado de claridad pura, la esperanza de la vida inmortal”. (Andrés Mateos, Estudio sintético sobre la Guerra de Independencia, p. 503).

104. “Todas las historias están habitadas por los fantasmas de las historias que hubieran podido ser”. (Salman Rushdie, Vergüenza, p. 177).

105. “La Barragana” representa la variabilidad como “El Carnicero” representa la asociabilidad, “El Bendito” la equivocidad y “El Charro Díaz” la analogía.

106. Las afecciones varían según las cadenas de asociación entre los cuerpos: el sol endurece la arcilla y funde la cera, el caballo no es lo mismo para los guerreros insurgentes que para los campesinos.

107. En la Historia de los mexicanos por sus pinturas, se dice que la Osa Mayor es Tezcatlipoca, quien aparece en el cielo en forma de tigre por una patada que le dio Quetzalcóatl.

108. Los comerciantes ingleses y holandeses y aun los comerciantes españoles violaban fácilmente el “bloqueo continental” aplicado en América al comercio del pensamiento. Bien sabían todos en qué idioma dictaba sus oráculos la filosofía, y abandonaban el latín que nada tenía ya que enseñarles, para entregarse con ardor al estudio de la lengua francesa. Poco esfuerzo debían emplear en este aprendizaje los conocedores del habla castellana y personas acostumbradas desde niños a luchar con la expresión elíptica y las sutiles elegancias de los antiguos. Hidalgo, el doctor Cos y el padre Mier sabían el francés; Zavala, a la edad de catorce años, lo hablaba. Quintana Roo nos cuenta cómo, recluido en un calabozo, se ejercitaba traduciendo la Gramática de Puerto Real. No es improbable que algunos libros como las Cartas provinciales y El pacto social hayan tenido en la Nueva España más lectores que El reloj de los príncipes y Las epístolas de san Jerónimo a Rústico y Desiderio.

109. En nombre de Hidalgo expide Morelos un bando en el Aguatillo suprimiendo la esclavitud, las castas y la caja de la comunidad.

110. Cabría distinguir estaciones, brazos, recodos, vericuetos, confusiones, meandros, precipitaciones y reducciones de la velocidad, etcétera.

111. Su afición a los títulos vino a ser proverbial. Se proclamó “capitán general de América”, y se hizo saludar como “Alteza Serenísima”, al tiempo que llenaba su Estado Mayor de generales y mariscales, elegidos sin tomar en cuenta su capacidad o experiencia militar. (Simpson, op. cit., p. 214).

112. En el Códice Bodley aparece un tigre estelar que tal vez pueda referirse a la Osa Mayor, constelación septentrional que aparece todo el año, a excepción del otoño.

113. “El secreto comunica una posición excepcional a la personalidad; ejerce una atracción social determinada, independiente en principio del contenido del secreto, aunque, como es natural, creciente según que el secreto sea más importante y amplio […] Del misterio y secreto que rodea todo lo profundo e importante, surge el típico error de creer que todo lo secreto es al propio tiempo algo profundo e importante. El instinto natural de idealización y el temor natural del hombre actúan conjuntos frente a lo desconocido, para aumentar su importancia por la fantasía y consagrarle una atención que no hubiéramos prestado a la realidad clara”. (Georg Simmel, “El secreto y la sociedad secreta”, Sociología. Estudios sobre las formas de socialización, vol. 1, pp. 380-381).

114. Refiere el jefe realista Manuel Ruiz y Casado, en un parte que rindió al comandante militar de Tlaxcala, Agustín González del Campillo, que María Andrea Martínez era mujer del cabecilla Domingo Domínguez, quien fue sorprendido y hecho prisionero con cuatro de los suyos en un punto denominado Malpaís, cerca de Apizaco, por el capitán de patriotas de Huamantla, José Antonio Dávila, el 15 de octubre de 1814. María Andrea Martínez fue también capturada en dicha sorpresa y estuvo a punto de que la pasaran por las armas junto con Domínguez y sus cuatro compañeros, que fueron fusilados en Santa Ana Chiautempan, pero habiendo alegado María Andrea la circunstancia de encontrarse grávida, se procedió a hacerle un examen correspondiente, y como el facultativo lo confirmó, se le perdonó la vida, pero no se dice si en cambio se le impuso otro castigo. Andaba armada en la guerrilla de Pascual Machorro, y encontrándose presa en la Casa de las Arrecogidas de Puebla, se fugó de allí y fue a presentarse a Iturbide cuando éste proclamó el Plan de Iguala. Se dice que Iturbide aprovechó sus servicios ocupándola en conducir correspondencia para las personas con quien tenía combinaciones en México.

115. Italo Calvino aseguró que le gustaría deshacerse de las historias que llevaba a cuestas, pero era consciente de la dificultad de despojarse de ellas: “en realidad, estaba establecido que pasase por aquí sin dejar rastro; y en cambio cada minuto que paso aquí dejo rastro; dejo rastro si no hablo con nadie pues me califico como uno que no quiere abrir la boca; dejo rastro si hablo pues toda palabra dicha es una palabra que queda y puede volver a aparecer a continuación, con comillas o sin comillas. Quizá por esto el autor acumula suposición tras suposición en largos párrafos sin diálogos, un espesor de plomo denso y opaco en el cual yo pueda pasar inadvertido”. (Si una noche de invierno un viajero, p. 116).

116. Reunión en palacio del arzobispo y la audiencia para discutir la destitución de Iturrigaray. Acusándolo de excederse en sus poderes, lo derrocan y nombran virrey a Garibay. (Genaro García, Documentos históricos mexicanos, obra conmemorativa del primer centenario de la Independencia de México, pp. 2, 363).

117. Los conservadores esperaban que Garibay sería su títere. Carlos María de Bustamante dijo que Garibay era tan estúpido que los oidores lo manipularían. La distinguida carrera militar de Garibay y su pensamiento independiente contradicen esta acusación, aunque es verdad que no logró hacer frente a los peligros que amenazaban a la Nueva España. (Anna, op. cit., p. 72).

118. Cayetano Ramos, “el Capitán Pepe”, se había separado de las fuerzas de Rosales aproximándose a Salinas del Peñón Blanco, en San Luis Potosí, con una guerrilla de treinta hombres, a la cual mandó batir el cura realista José Francisco Álvarez, conocido como “el Padre Chicharronero”, logrando que el sargento Oteo lo derrotara en la Noria del Tecomate, después de dos horas de reñida lucha, en que murieron trece insurgentes y quedó prisionero “el Capitán Pepe” con tres de los suyos, que fueron conducidos a Salinas donde por orden del cura Álvarez se les pasó por las armas el 11 de enero de 1815. (Torres Valdivia, O. de G. de Realistas, pp. 5, 34).

119. “Cada una de estas palabras puede convertirse en un cambio de agujas ferroviario, e iremos de la una a la otra a tra-vés de una multitud de trayectos; de ahí la idea de un libro que no cuente simplemente una historia, sino un mar de histo-rias”. (Michel Butor, Introduction aux fragments de “Finnegans Wake”, p. 12).

120. El virrey y su familia son alojados en varios conventos y en la residencia del inquisidor Bernardo del Prado. Los conspiradores arrestan a los más destacados partidarios de la idea del gobierno provisional: Talamantes, Azcárate y Primo Verdad. En la mañana arrestaron al abate del Convento de Guadalupe, Francisco Baye Cisneros, al canónigo de la catedral, José Mariano Beristáin de Sousa, y al auditor de guerra, José Antonio Cristo y Conde. (Anna, op. cit., p. 73).

121. La Academia de Historia dictamina a favor de fray Servando Teresa de Mier, y en contra de la sentencia del arzobispo Haro. Se resuelve hacerle justicia, pero primero debe ir al convento de Salamanca. Se fuga de Madrid y parte a Burgos donde es aprehendido. Huye del convento de Burgos y va a Madrid y Valladolid, luego pasa a Francia disfrazado de clérigo francés. “Mi afán era saber dónde era la raya de Francia. Ésta es, me dijo el arriero, señalándome un arroyito muy pequeño y somero. Lo pasé, me apeé y tendí de bruces en el suelo. ¿Qué hace usted?, me dijo él. He pasado el Rubicón, le respondí”. (Fray Servando Teresa de Mier, Memorias, p. 27).

122. Alusión al banquero Cabal Peniche, no sólo por las frases que se repiten una y otra vez, “de peores he salido”, “yucateco de vocación”, y otras, sino porque las iniciales del persona-je corresponden exactamente a las de Carlos Efraín de Jesús Cabal Peniche, así como un buen número de símiles, su ejército se llama Unión, como el banquero contemporáneo llamó al transformado Banco de Cédulas Hipotecarias, su carisma y habilidad lingüística hace que lo conozcan como “el Rey de la Sableada”, a su grupo de confianza los llama “los Olmecas”, nombre del equipo de beisbol que patrocinaba el banquero, su caballo se llama Del Monte, su casa tiene un letrero que dice “Su casa como la cadena de tiendas tabasqueñas”, y con su fortuna patrocina los excesos del ejército de Calleja, como Cabal Peniche, se dice, patrocinaba las campañas de los candidatos del pri. Detenido en Australia, a Cabal Peniche se le acusó de haber defraudado a sus clientes, socios y ahorradores en general por un monto cerca de los 4 500 millones de dólares. (Excelsior, noviembre 11, 1998).

123. Le fue imposible a la Nueva España buscar un gobierno provisional criollo y después la independencia, como la mayoría de los reinos sudamericanos continentales lo hicieron en el periodo de 1808 a 1810. (Anna, op. cit., p. 75).

124. El régimen virreinal, desequilibrado y debilitado por el desorden de los últimos dos años, fue sacado de su confusión y apatía, ya que la nación se enfrentaba a una amenaza tan grave que unió a todas las facciones y superó todas las divisiones. Los propietarios de tierra, el clero, los monopolistas, los autonomistas y los burgueses se unieron para defenderse. El importante movimiento de autonomía ocupó un lugar secundario en la lucha por sobrevivir que siguió después. Trágicamente, la rebelión de Hidalgo y otras revueltas sirvieron para impedir el logro temprano de la autonomía en el periodo en que ésta era aún posible, esto es, antes de la reinstauración de Fernando VII en el trono. (Anna, op. cit., p. 83).

Con tinta sangre del corazón

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