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El 13 de octubre de 1936, el grueso de la escuadra republicana vuelve al Mediterráneo.

Las acciones navales en el bando sublevado el resto del año 1936 se limitan a las protagonizadas por el España, el Velasco, los bous y algunos mercantes armados por el bando sublevado, dedicándose al bloqueo, a minar los puertos republicanos y al bombardeo de costa. La República sólo había dejado en el Cantábrico al destructor José Luis Díez (conocido en Bilbao por «Pepe el del puerto», por lo poco que salía a navegar) y los submarinos C-2 y C-5.

El Gobierno vasco, nacionalistas aliados al bando republicano, crea la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi, al mando de Joaquín Eguía, con algunos bous armados (cuatro bacaladeros con cañones de 101,6 mm), nueve bous en misión de dragaminas y hasta 24 pesqueros pequeños más como dragaminas costeros o de puerto. Estas unidades del Gobierno nacionalista vasco, a diferencia de las unidades aliadas republicanas, demuestran un alto grado de preparación y espíritu combativo, interceptando mercantes alemanes con cargamento para los franquistas y llegando a enfrentarse al Velasco el 15 de noviembre de 1936.

Se cierra el año con la desaparición del submarino C5.

En el año 1937, la misión de la flota rebelde es apoyar las operaciones de tierra encaminadas a terminar con el frente Norte, bloqueando y minando los puertos del Cantábrico para evitar el aprovisionamiento de las fuerzas republicanas y apoyar con fuego naval el avance de las tropas de tierra. Intervinieron con base principal en Ferrol, apoyándose en Pasajes, Bilbao y Santander, a medida que iban siendo conquistadas.

Participaron el España, el Velasco, los minadores de clase Júpiter Vulcano y Júpiter, tres mercantes armados y unas flotillas de bous. Esporádicamente se incorporaron los cruceros Canarias y Almirante Cervera.

La República reforzó sus fuerzas con el destructor Císcar y los submarinos C-6 y C-4. Pero se enfrenta con el problema de falta de mando único. Los nacionalistas vascos no aceptan que sus buques sean mandados por la República. Esto, unido a la baja moral de las dotaciones republicanas, hace que los nacionales tengan prácticamente el dominio del mar.

Las operaciones de bloqueo impuesto se vieron dificultadas por la Marina británica, que tenía en estas aguas al crucero de batalla HMS Hood, los acorazados HMS Royal Oak y HMS Resolution, y varios cruceros y destructores que protegían a los mercantes británicos hasta aguas territoriales españolas, con lo que llegaban con facilidad (sólo quedaban tres millas) a los puertos republicanos víveres y suministros militares. Esto permitió la resistencia republicana al avance nacional, pese al relativo dominio del mar.

El 5 de marzo de 1937, el Canarias llega al Cantábrico y apresa al mercante Galdames, a la altura del cabo Machichaco. Para ello tuvo que enfrentarse a los bous nacionalistas vascos que, pese su inferioridad manifiesta, le hicieron frente con gran valor y arrojo, siendo hundido uno de ellos (el Navarra) y averiados los otros dos.

El 30 de abril, frente a Santander, el acorazado España se hunde tras tocar con una mina propia. La tripulación es rescatada por el Velasco.

Al finalizar la campaña del norte, la República había perdido al destructor Ciscar, hundido por la aviación en el puerto de Gijón, y al submarino C-6. Los submarinos C-4 y C-2 se refugiaron en Francia, desde donde volvieron a manos republicanas a mediados de 1938, y el José Luis Díez se refugió en Inglaterra, después en Francia y en agosto de 1938 intentó pasar al Mediterráneo camuflado como el destructor inglés HMS Grenville (D19), siendo interceptado por el Canarias. Se refugió en Gibraltar, y en diciembre de 1938, al intentar unirse a la flota republicana, fue inutilizado por el minador Vulcano.

Guerra naval en el Mediterráneo

En el Mediterráneo, la guerra naval se centró en el bloqueo de los puertos enemigos, la protección de convoyes, el bombardeo de costa y el apoyo a operaciones terrestres.

El 20 de julio de 1936, el Libertad y varios destructores bombardean Ceuta, y el día 22 con el Cervantes, Algeciras y La Línea.

El 5 de agosto, los nacionales hacen pasar un convoy con éxito a través del Estrecho. El día 7 de agosto de 1936, en represalia por el convoy de dos días antens, el Libertad y el Jaime I bombardean Algeciras, donde hundieron al cañonero Dato e inutilizaron al guardacostas Uad Kert y Cádiz.

En agosto de 1936, la Generalidad de Cataluña y el Comité Central de Milicias Antifascistas intentan recuperar Mallorca enviando a un conglomerado de fuerzas de milicias, al mando del capitán de aviación Alberto Bayo, con el apoyo de unidades de submarinos y de la Escuadra republicana basada en Tánger. El intento de toma de Mallorca, mal organizado y peor dirigido, fue un rotundo fracaso, teniendo que retirarse después del fallido intento de desembarco en la isla por la costa este.

El 12 de diciembre de 1936, el Canarias hundió el vapor soviético Konsomol frente a Orán, hundimiento que tuvo repercusión internacional e hizo a los soviéticos más reticentes a utilizar sus mercantes en apoyo de los republicanos.

La flota franquista apoya el avance sobre Málaga, con bombardeos en la costa.

El 7 de septiembre de 1937, el crucero Baleares se encuentra con los cruceros republicanos Libertad, Méndez Núñez y varios destructores escoltando un convoy frente al cabo Cherchel. Entabla combate y, pese a sufrir averías, obliga a los buques de guerra republicanos a retirarse y a los mercantes del convoy a refugiarse en el puerto de Cherchell.

El 23 de abril de 1938, el Libertad, Jaime I, Méndez Núñez y algunos destructores republicanos bombardearon Málaga. El 25 de abril de 1937, el Canarias y el Baleares acosan a la escuadra republicana cuando entra en Cartagena tras bombardear Málaga. Tras un corto intercambio de disparos, los cruceros nacionales se alejan para evitar a las baterías de costa (380 mm).

El 6 de marzo de 1938 es torpedeado y hundido el crucero Baleares, tras un encuentro nocturno de las dos escuadras en la Batalla de Cabo Palos. Las escuadras se separan y los destructores ingleses HMS Boreas y HMS Kempenfelt acuden a ayudar al salvamento de los náufragos. Rescatan a 435 hombres y desaparecen 786. Durante el salvamento, aviones republicanos bombardean a los destructores ingleses, causándoles bajas (un muerto y cuatro heridos en el Boreas).

En enero de 1938, el Canarias bombardea Barcelona, y en febrero los cruceros nacionales bombardean diversos puertos de la costa republicana y escoltan varios convoyes.

El 7 de marzo de 1939, se produce el hundimiento por parte de las defensas costeras de Cartagena, del buque mercante, utilizado como transporte de tropas Castillo de Olite, convirtiéndose en el hundimiento de un solo buque con más víctimas mortales de la historia de España: 1476 fallecidos.

Participación extranjera en la guerra naval

Hasta febrero del 38, la marina franquista tuvo un fuerte apoyo de la Armada Italiana, que participa con cruceros auxiliares y submarinos en el bloqueo de los envíos de armamento ruso. El escándalo producido al hundir por error un submarino italiano a un destructor británico, hace que los italianos dejen de participar directamente, cediendo cuatro «submarinos legionarios» y vendiendo cuatro destructores y dos submarinos a Franco.

Los alemanes enviaron dos submarinos al Mediterráneo en la conocida como Operación Úrsula, hundiendo el U-34 al submarino republicano C3 frente a Málaga.

También aportaron cruceros, pero estos no intervinieron, salvo en el bombardeo de Almería por el Admiral Scheer el 31 de mayo de 1937, efectuado en represalia por el ataque aéreo que había sufrido el 28 de mayo de 1937 el acorazado de bolsillo Deutschland en Ibiza. Este ataque fue efectuado probablemente por tripulaciones rusas, sin conocimiento por parte del mando republicano. Pero el escándalo internacional que provocó hizo que la República dijese que era un error y que se trataba de aviones republicanos que creían atacar al Canarias. El bombardeo de Almería, que se había producido abiertamente (exhibiendo el pabellón alemán), llegó a ser considerado como motivo para que la República declarara la guerra a Alemania (posición defendida por el coronel Rojo e Indalecio Prieto, en búsqueda de la generalización del conflicto a toda Europa), pero finalmente se impuso la postura contraria de Negrín y Azaña.

La aportación de la URSS fue mínima. Aportaron unos pocos mandos y especialistas a los submarinos y a algún buque de superficie.

Francia y Gran Bretaña participaron con varias unidades para evitar el apresamiento de buques propios por la flota nacional, siendo la participación francesa prácticamente testimonial.

La guerra aérea

Durante la guerra civil española se utiliza masivamente la aviación de combate, de forma que algunas de sus acciones llegan a ser hitos en la historia de la aviación militar.

Se efectúa el primer puente aéreo de la historia.

En el caso del bloqueo del Estrecho, la superioridad aérea local de los sublevados compensó su inferioridad naval.

En la utilización de la aviación de caza, hay un cambio importante, primando sobre las capacidades maniobreras de aviones y pilotos, el techo y la velocidad. Esto significa el fin de los biplanos como aviones de caza.

Por parte de ambos bandos se bombardean poblaciones indefensas, partiendo de bases aéreas o improvisados campos de vuelo (como el aeródromo de Cáceres o el aeródromo de Los Llanos). Los primeros fueron los aviones de la República, al bombardear la mezquita de Tetuán el mismo 18 de julio. Pero estos ataques fueron muy poco efectivos. El más famoso fue el de Guernica, y los que produjeron más daños y bajas fueron probablemente los de Madrid y Barcelona. Otras ciudades bombardeadas fueron Alicante, Bilbao, Cáceres, Cartagena, Córdoba, Gijón, Granollers, Málaga, Santander, Sevilla, Valencia y Valladolid.

Ambos bandos efectuaron ataques aéreos a unidades navales, en puerto y en la mar.

Casi todas las operaciones terrestres fueron previamente preparadas por bombardeos aéreos y ametrallamientos de las unidades enemigas.

Se demostró la importancia de la aviación de caza para el dominio del aire. Una aviación de caza eficaz evitaba los bombardeos enemigos. Se empezó a utilizar la caza nocturna.

Aunque anecdótico, se emplearon aviones de bombardeo en picado para lanzar víveres y mensajes de ánimo a posiciones sitiadas, como el Alcázar de Toledo o el Santuario de Santa María de la Cabeza.

Y otra anécdota fueron los bombardeos ideológicos, mediante octavillas y soflamas a las ciudades que estaban en la retaguardia, como el bombardeo del pan sobre Alicante.

Los medios aéreos en el Estrecho de Gibraltar

El 19 de julio, una vez que las tropas de Queipo de Llano dominan el aeropuerto de Tablada, Kindelán organiza con tres aviones Fokker V.VII el primer puente aéreo de la historia[cita requerida], llevando a pequeños grupos de legionarios (10 a 15 por vuelo) de Tetuán a Tablada. Este puente aéreo se prolonga, ya con más medios, al haberse recibido aviones de transporte italianos y alemanes, hasta finales de septiembre. Efectuó un total de 677 vuelos y transportó 12.000 hombres con su material.

El 29 de julio llegan a Marruecos los primeros aviones alemanes e italianos. El envío inicial es de 12 Savoia 81 italianos, de los que llegan 9, ya que tres se pierden en el viaje desde Italia, 20 Junkers 52 (transporte y bombardeo) y 6 Heinkel 51 (cazas) por parte alemana. Hitler manifiesta que presta esta ayuda a Franco, no a los sublevados.

El 5 de agosto, cinco bombarderos Savoia 81 consiguen alejar del Estrecho a la escuadra republicana, permitiendo el paso de un convoy con unos 1.000 hombres y sus pertrechos.

Participan en la campaña aérea para impedir el bloqueo del Estrecho por la Flota Republicana 8 Savoia 81 y 9 Junkers.

Las operaciones aéreas en el Estrecho se pueden considerar terminadas en octubre de 1936, cuando la flota de Franco consigue el dominio del Estrecho.

La campaña de Extremadura

Con los aviones que la República compró a Francia, André Malraux forma la Escuadrilla España y pasa a actuar en Extremadura. Al principio obtiene éxitos relativos, retrasando a las tropas nacionalistas en su avance para unir las dos zonas sublevadas. A mediados de agosto de 1936, al recibirse en el bando sublevado los cazas italianos Fiat, estos empiezan a apoyar el avance en Extremadura, proporcionando a las tropas sublevadas el dominio del aire e impidiendo la actuación de la aviación republicana.

La guerra aérea en la batalla de Madrid

El 23 y 25 de agosto de 1936, los nacionalistas bombardean los aeropuertos de Getafe y Cuatro Vientos, y a partir del 27, empiezan a bombardear Madrid. Este es el primer bombardeo de este tipo, en el que se fuerza a la población civil a vivir pendiente de las alarmas aéreas, no encender luces de noche, etc., situación que después sufrirían muchas ciudades europeas en la Segunda Guerra Mundial.[cita requerida]

Aviones republicanos bombardean el Alcázar de Toledo, y un avión Junker alemán lanza sobre el Alcázar alimentos y dos cartas de ánimo, una de Mola y otra de Franco.

En octubre de 1936 llegan a Cartagena los primeros aviones rusos y dan un vuelco a la situación. Los Chatos y los Moscas proporcionan a la República la superioridad aérea y hacen que Franco se replantee sus planes del asalto definitivo a la capital.

Del 23 al 30 de octubre, aumenta el ritmo de los bombardeos por Junkers Ju 52. El 4 de noviembre empiezan a actuar los Chatos y dispersan a los Fiat que escoltaban a los Ju 52 que iban a bombardear Madrid. En los primeros días derriban seis aviones.

El 13 de noviembre se enfrentan 14 Fiat CR.42 contra 13 Chatos sobre el cielo de Madrid. Combaten sobre el paseo de Rosales y, pese a su mayor velocidad, los aviones rusos no consiguen eliminar del cielo a los aviones rebeldes.

Los aviones de la Legión Cóndor, en su primera intervención, apoyan el avance de Varela y Asensio, consiguiendo así Asensio pasar el Manzanares y ocupar parte de la Ciudad Universitaria.

El 20 de noviembre de 1936 se da por terminada la primera ofensiva sobre Madrid, aunque continúan los bombardeos aéreos y artilleros sobre la capital.

En febrero de 1937, en la batalla del Jarama, los Chatos rusos impiden los ataques de los Ju52 alemanes. La República tiene el dominio del aire. Pero el 18 de febrero, tras un combate aéreo dirigido por Joaquín García-Morato al frente de la Patrulla Azul, los nacionales recuperan el dominio del aire. En un combate entre Fiat y Chatos, pese a su menor velocidad, los Fiat derriban a ocho Chatos. A partir de este momento, los rusos, por precaución, deciden no enviar más Chatos a la batalla del Jarama.

El 8 de marzo, en la batalla de Guadalajara, los aeropuertos de fortuna de los nacionales están embarrados debido a las fuertes lluvias y no permiten que despegue la aviación. Los republicanos tienen el dominio del aire y hostigan a las fuerzas italianas, empleando los aviones incluso para la guerra psicológica, bombardeando a las tropas con pasquines que les invitan a desertar. El día 12, la aviación apoya el avance de las tropas republicanas.

La campaña del Norte

En agosto de 1936, Junkers alemanes bombardean Irún y San Sebastián.

El 27 de diciembre de 1936 18 aviones rebeldes bombardean el Barrio Obrero de Santander y otros puntos de la ciudad, produciendo unos 70 muertos y 50 heridos entre población civil inocente. La réplica no se hizo esperar y ese mismo día eran asesinados 156 presos del barco-prisión «Alfonso Pérez», surto en la dársena de Maliaño. Ya con anterioridad la ciudad había sido bombardeada.

El 4 de enero de 1937, Ju52 de la Legión Cóndor bombardean Bilbao. Dos son derribados, y uno de los pilotos, linchado. Se produce una revuelta popular que asalta las cárceles, asesinando a más de 200 prisioneros políticos. La revuelta, apoyada por un batallón de milicias de UGT, es reprimida por la fuerza de las armas de los gudaris, que consiguen así salvar la vida de parte de los prisioneros políticos.

El 22 de marzo de 1937, los nacionales concentran su aviación en el frente norte. Se reúnen en Vitoria 80 aviones alemanes y 70 italianos.

El 31 de marzo, los alemanes bombardean Durango, causando 127 muertos (según Hugh Thomas 258, o 500 según otras fuentes). Este es, en el frente norte, el primer bombardeo aéreo a una ciudad indefensa.

Hasta el 4 de abril, de 40 a 50 aviones bombardean diariamente Ochandiano.

El 20 de abril empieza el avance de los nacionales en Vizcaya, precedido por bombardeo aéreo y artillero.

El 26 de abril, la Legión Cóndor bombardea Guernica. El resultado es de unos 1.000 muertos (150 a 1.600 según fuentes), el 70% de las casas destruidas y el 20% dañadas. Se estima que se lanzaron unos 50.000 kg de bombas desde 43 aviones. Los cazas Messerschmitt-109, en vuelo rasante, ametrallaron a los que huían del pueblo.

El 30 de abril la aviación republicana ataca al acorazado España y al destructor Velasco tratando de dificultar el rescate por parte del destructor rebelde de la marinería del acorazado, que se iba a pique frente a las costas de Santander.

En mayo la Legión Cóndor bombardea los bosques con bombas incendiarias, para obligar a retirarse a los republicanos.

A partir del 22 de mayo, la República envía a los aeropuertos vascos, atravesando el territorio en poder de Franco, unos 50 Moscas, Chatos y Katiuskas, de los que se pierden 5.

El 11 y 12 de junio se producen bombardeos masivos sobre el Cinturón de Hierro de Bilbao, previos al ataque artillero y al avance de las tropas.

El 14 de junio la caza efectúa ataques rasantes sobre la carretera de Bilbao a Santander, atacando al personal nacionalista y republicano que huye de Bilbao.

El 6 de agosto la aviación republicana pierde 12 cazas en una batalla aérea sobre Torrelavega (Cantabria).

La Legión Cóndor deja el frente norte para apoyar a las tropas en Brunete.

Continúa el avance de los nacionales por Santander hacia Asturias, con el apoyo de unos 250 aviones, pese a la ausencia de la Legión Cóndor.

Ya en Asturias, reincorporados los alemanes, estos estrenan tácticas de bombardeo masivo sobre las tropas asturianas (Asturias se había proclamado independiente el 28 de agosto). No hay indicios de aviación asturiana.

El 21 de octubre, aviones franquistas hunden al destructor Ciscar en el puerto de Gijón.

Batalla de Brunete

El 18 de julio de 1937, la Legión Cóndor derriba 21 aparatos republicanos, volviendo a dar a los nacionales el dominio del aire.

Ente el 19 y el 22 de julio, la República pierde unos 100 aviones, y los nacionales 23.

La guerra aérea en Andalucía

En agosto de 1936, Savoia italianos hostigan a las tropas republicanas que pretenden recuperar Córdoba.

El 29 de octubre de 1936, una escuadrilla de Katiuska rusos bombardea Sevilla.

El 8 de febrero de 1937, aviones nacionales atacan a las tropas que se retiran de Málaga. En su última actuación, la escuadrilla de Malraux protege esa retirada.

El 1 de abril de 1937, fue bombardeada la ciudad de Jaén por parte de la Legión Cóndor, acción considerada el Guernica andaluz.

A primeros de abril de 1937 cae en manos republicanas el Santuario de la Virgen de la Cabeza, en la provincia de Jaén. Durante su asedio fue aprovisionado por aire, habiendo recibido unas 70 toneladas de alimentos desde Córdoba y unas 80 desde Sevilla. Los nacionales empleaban para el aprovisionamiento técnicas de bombardeo en picado y, para el material delicado (como medicinas), la «técnica del pavo», que consistía en lanzar en la vertical del santuario un pavo vivo al que se le ataba el material delicado.

El 7 de noviembre de 1938 es bombardeada la ciudad de Cabra acción considerada el Guernica republicano.

La guerra aérea en el Mediterráneo

El 5 de noviembre de 1936 es bombardeada por primera vez Alicante y volvería a serlo el día 28 durante 8 horas.

El 25 de noviembre de 1936, aviones alemanes de la Legión Cóndor efectúan un bombardeo nocturno sobre Cartagena.

En enero de 1938 y como represalia a varios ataques republicanos, nueve Savoia 79 de la Aviación Legionaria italiana basados en Palma de Mallorca bombardean Barcelona, en un ataque masivo de unos pocos minutos de duración, que produce 150 muertos y 500 heridos, todos civiles.

Desde el 16 hasta el 18 de marzo de 1938, durante la ofensiva sobre Cataluña y Levante, Heinkel «Zapatones» bombardean a baja altura y baja velocidad el casco urbano de Barcelona en diecisiete misiones separadas unas tres horas, dejando caer las bombas deliberadamente espaciadas. La población civil empieza a huir de Barcelona. Según Hugh Thomas, hubo unos 1.300 muertos y 2.000 heridos. Desde el primer día, García Lacalle, jefe de la caza, solicita el envío de I-16, y cuando consiguió que le enviasen tan sólo cuatro «Chatos», los bombardeos cesaron.

En mayo de 1938 se reanudan los bombardeos sobre Barcelona y su provincia, Valencia y Alicante. Especialmente duros fueron los bombardeos de Alicante y Granollers. En Alicante, el 25 de mayo, a las 11:05, 9 aviones dejaron caer 90 bombas sobre el Mercado Central, matando a 313 personas en lo que fue calificado como «Ataque deliberado a una zona civil». En Granollers fue el 31 de mayo cuando, a las 9:05 y sin alarma previa, 5 Savoia-S 79 italianos lanzan en un minuto 30 bombas explosivas y al menos 10 incendiarias en el centro de la ciudad. Hubo un mínimo de 224 muertos, unos 200 en el acto, casi todos mujeres y niños.

El 6 de octubre de 1938 se produjo en Alicante el «bombardeo del pan», mediante el cual se arrojaron panecillos blancos envueltos en la famosa soflama «Ni un hogar sin lumbre, ni un español sin pan. Franco».

Bombardeos sobre poblaciones

El 18 de julio de 1936, los republicanos bombardean el barrio moro y la Mezquita de Tetuán, provocando una manifestación de marroquíes contra los españoles, que se disuelve al presentarse el Gran Visir y explicarles que los culpables no habían sido los sublevados, sino sus enemigos. Franco concedió al Gran Visir la Cruz Laureada de San Fernando por esta intervención.

El 23 de agosto de 1936 despega del aeródromo del Prat de Llobregat un Fokker, y después de dar varias pasadas, lanza cuatro bombas en las proximidades de la Basílica del Pilar de Zaragoza. Dos impactan en el templo, pero ninguna hace explosión. Los zaragozanos se lo atribuyen a un milagro de la Virgen del Pilar, si bien parece que fueron saboteadas por personal de tierra afecto a los rebeldes, o lanzadas por debajo de la altura mínima de armado de las espoletas.

El 8 de febrero de 1937 se produce la Masacre de la carretera Málaga-Almería, donde una columna de civiles que huían de Málaga tras haber sido ocupada por las tropas franquistas e italianas fue masacrada por aire y por mar. La aviación alemana y franquista mató entre 3 mil y 5 mil civiles de las decenas de miles que huían.

El 26 de abril de 1937 se produce por parte de la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana el intenso bombardeo de la ciudad vasca de Guernica. Aunque prioritariamente se iba a llevar a cabo para cortar el suministro y la retirada de las tropas del Frente Popular, finalmente se llevó a cabo íntegramente sobre objetivos civiles —de hecho, el puente de salida de la ciudad quedó intacto— resultando entre 120 y 300 muertos (aunque estudios más recientes y exhaustivos cifran en 126 las víctimas), y causando la destrucción prácticamente total de la ciudad.

A finales de enero de 1938, aviones republicanos bombardean Sevilla y Valladolid.

El 7 de noviembre de 1938, tres aviones de la aviación republicana llevaron a cabo el Bombardeo de Cabra, localidad de la provincia de Córdoba, en la zona nacional, muy distante de las líneas del frente, en la que produjeron una mortandad de 108 personas y unos 200 heridos heridos.

Participación extranjera

Las principales potencias democráticas de Europa, Francia (salvo un período inicial en el que vendió aviones y proporcionó pilotos a la República) y Gran Bretaña se mantuvieron oficialmente neutrales, pero dicha neutralidad era engañosa, ya que impusieron un embargo de armas y un bloqueo naval (poco efectivo, puesto que los dos bandos recibieron armamento y municiones por vía marítima) a España, además de intentar desalentar a la participación anti-fascista de sus ciudadanos en apoyo de la causa republicana. Pero pese a estos intentos, muchos franceses e ingleses (Malraux, Orwell, etc.) participaron individualmente como voluntarios en la lucha. Dos temores alimentaban esta política: el triunfo de la revolución en España y una confrontación total en el ámbito europeo.

La neutralidad de las democracias occidentales tuvo su justificación oficial a través de su participación en el denominado Comité de No Intervención, del cual formaban parte, además de Francia e Inglaterra, Italia, Alemania, la URSS y otros países menores. Si la misión del comité era impedir el suministro de armas a cualquiera de los dos bandos enfrentados, es fácil suponer, viendo su composición, que su gestión necesariamente habría de ser un completo fracaso, como así ocurrió.

A pesar de todo, el hecho cierto es que mientras los nacionales recibieron armamento, equipo y efectivos de las potencias fascistas, la República solo recibió ayuda importante desde la lejana URSS y, en menor medida, de México. Las principales democracias occidentales (Gran Bretaña, Francia o los Estados Unidos), no le prestaron ayuda, temerosas de su carácter revolucionario y de un enfrentamiento abierto con Alemania e Italia.

Las potencias democráticas, concentradas en su política de apaciguamiento de los regímenes fascistas, no miraban con buenos ojos la oposición frontal de las izquierdas revolucionarias, en las que veían una cierta amenaza de que se extendiera el mal ejemplo soviético. Por ello, la República era vista por esos países como un régimen inclinado a un comunismo al que no tenían gran simpatía.

Alemania

Ayudó a Franco enviando a España la Legión Cóndor, y miles de técnicos y asesores militares.

Aprovechó la guerra para probar sus nuevos modelos de armas y tácticas. Se probaron los cazas Messerschmitt Bf 109 Junkers Ju 87 A/B y los bombarderos Junkers Ju 52 y Heinkel He 111.

Estrenó en España sus tácticas de bombardeo sobre ciudades. Aunque no fue el único, el más famoso fue el bombardeo de Guernica representado por Picasso en su cuadro Guernica, expuesto en el pabellón español de la Exposición Universal de París de 1937.

La Legión hizo su último desfile oficial en España el 22 de mayo de 1939, cuatro días después 5.136 oficiales y soldados alemanes salieron por barco para Alemania, llevándose con ellos unas 700 toneladas de equipo y la mayor parte de los aviones que quedaban. Desde su llegada a España en julio de 1936 habían reivindicado la destrucción de 386 aviones enemigos (313 de ellos en combate aéreo), con la pérdida de 232 de los suyos (de los cuales sólo 72 fueron destruidos por la acción enemiga). Además, los aviones de la Legión Cóndor habían lanzado unas 21.000 toneladas de bombas, contribuyendo en no escasa medida a la victoria final de los nacionales. 226 miembros de la Legión perdieron la vida en España.

Italia

Envió a España al Corpo Truppe Volontarie y la Aviación Legionaria.

Ayudó al bloqueo del armamento enviado desde la URSS a España con acciones puntuales de su propia Armada.

Aportó cuatro «submarinos legionarios» a la flota de Franco y le vendió cuatro destructores y dos submarinos. La ayuda italiana fue, en palabras de R. Serrano Suñer, la ayuda más «grande, delicada y desinteresada», pues es de mencionar que Italia tenía en España tres divisiones completas y que, mientras Alemania cobraba inmediatamente la ayuda material, Italia ofrecía la ayuda prácticamente gratuita. Además, Italia colaboró con cerca de 300 aviones a la causa rebelde.

URSS

Probaron tácticas y comportamiento en combate de los I-15 («Moscas») e I-16 («Chatos»), así como tácticas de carros y bombardeos a objetivos navales. Aportaron asesores militares, e incluso oficiales de marina para mandar algunos submarinos republicanos. El 29 de octubre de 1936, 15 tanques rusos T-26 tripulados por soviéticos y mandados por Paul Arman (a Greiser), atacan a la caballería franquista ensayando las tácticas de Blitzkrieg alemana tan admiradas en la URSS. En 1937 había 125 carros de combate rusos al mando del general ruso Pavel Rotmistrov (Rudolf).

La mayoría de los Chatos y todos los Moscas estaban pilotados por pilotos soviéticos.

En 1937, dos aviones pilotados por soviéticos bombardean al acorazado alemán Deustchland en aguas de Ibiza, matando a 22 marineros e hiriendo a 75, de los que más tarde morirían 9.

La Unión Soviética vendió a la República una cantidad indeterminada de armas, vehículos y material. Algunos autores hablan de 680 aviones, 331 carros de combate, 1.699 piezas de artillería, 60 coches blindados, 450.000 fusiles Mosin Nagant, 20.486 ametralladoras y fusiles ametralladores DPM y 30.000 toneladas de munición. La República presuntamente pagó estos y otro envíos con las reservas de oro del Banco de España. Hay que tener en cuenta que, entonces, España poseía la cuarta reserva de oro más grande del mundo, con un valor aproximado de 783 millones de dólares, de los que se pagaron a la URSS unos 500 millones de dólares. Algunos han condenado a la URSS de abusar de la precaria situación republicana para venderles armas a precios excesivos, llegando algunos (Gerald Howson) a hablar de una verdadera estafa. Los soviéticos también enviaron muchos asesores militares, los cuales participaron activamente, incluso en los combates. Tanto el bando sublevado como los propios republicanos criticaron la salida de reservas de oro, realizada en secreto, sosteniendo que había sido un expolio, y se acuñó la expresión «Oro de Moscú», alegando que era una especie de cuenta del Gobierno republicano, depositada en Moscú y no un pago por el material bélico adquirido.

COMINTERN

El Comintern organizó y dirigió a través del NKVD una tropa de voluntarios para que fueran a luchar en favor de la República, las popularmente conocidas como Brigadas Internacionales. Los voluntarios americanos formaron el Batallón Lincoln y los canadienses el Batallón Mackenzie-Papineau (los Mac-Paps). También hubo un pequeño grupo de pilotos estadounidenses que formaron el Escuadrón Yankee, liderado por Bert Acosta. Hubo brigadistas famosos, escritores y poetas como Ralph Fox, Ernest Hemingway, Charles Donnelly, John Cornford y Christopher Caudwell que describirían sus experiencias en el frente. Lucharon alrededor de 40.000 brigadistas y otros 20.000 sirvieron en unidades médicas o auxiliares. El 23 de septiembre de 1938 se ordenó su retirada total, con el fin de modificar la posición de no-intervención mantenida por el Reino Unido y Francia.

Otros países

Ayudaron a los sublevados la brigada irlandesa del general Eoin O'Duffy y Portugal, con tropas de voluntarios, denominadas Os Viriatos y permitiendo el paso de suministros alemanes por sus puertos.

México apoyó la causa republicana de forma militar, diplomática y moral: proveyendo a las fuerzas leales de 20.000 rifles, municiones (se habla de un aproximado de 28 millones de cartuchos), 8 baterías, algunos aviones y comida así como creando asilos para cerca de 25.000 españoles republicanos, dando protección, techo, alimentación y comida a miles de intelectuales, familias y niños que llegaron al puerto de Veracruz.

Francia facilitó a la República al principio de la guerra aviones y pilotos, por los que cobró unos 150 millones de dólares.

EE. UU. vendió aviones a la República y gasolina a Franco.

La mayoría de las embajadas y legaciones extranjeras de Madrid y algunos consulados de capitales de provincia ejercieron una importante labor humanitaria dando asilo político a miles de españoles de ambos bandos que se encontraban en peligro de muerte.

Argentina cooperó en la evacuación de asilados hacia Francia con dos buques de la Armada Argentina, el ARA 25 de mayo y el ARA Tucumán.

La represión en retaguardia

Durante los primeros días, unas 50.000 personas que quedaron atrapadas en el bando contrario fueron ejecutadas mediante los llamados paseos. Estos eran realizados por grupos armados que iban a buscar a la gente a sus casas o las cárceles donde se hallaban presos y bajo el eufemismo de vamos a dar un paseo los llevaban a cualquier carretera o a las tapias del cementerio y los ejecutaban.

Posiblemente el más divulgado, por la personalidad del ejecutado, de tales ajusticiamientos, entre los llevados a cabo por el bando nacionalista, sea el del poeta y dramaturgo Federico García Lorca en el barranco de Víznar en Granada. También adquirió gran relevancia la masacre de Badajoz, perpetrada por las tropas sublevadas tras la toma de la ciudad.

Por parte del bando republicano la mayor serie de asesinatos masivos fueron las Matanzas de Paracuellos entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936, sacas de los presos de las cárceles de Madrid (entre los que se encontraba el dramaturgo Pedro Muñoz Seca junto otras personas, intelectuales, religiosos, políticos y militares) y asesinados, la mayoría, en la localidad de Paracuellos.

En el contexto de la guerra fueron muchos los que se aprovecharon para realizar tan macabros actos, a veces por venganza sin relación con la propia contienda, y cuando una zona caía en manos de uno u otro bando, no tardaban en llegar los paseos. Especialmente cruel para la población fue el caso de las localidades que fueron intermitentemente ocupadas por ambos bandos, con las consiguientes y repetidas ejecuciones y venganzas.

En la zona bajo control de la República, los enfrentamientos entre milicias y facciones opuestas también sirvieron de coartada a episodios de represión sangrientos, como en el caso de los levantamientos populares de Barcelona en mayo de 1937 explicados, basados en su experiencia de primera mano por George Orwell en su Homenaje a Cataluña.

El militar Ramón Salas Larrazábal estudió las cifras de víctimas que pudieron morir en estas retaguardias. Consideró, según sus estudios que todas las víctimas fueron inscritas en los Registros Civiles, haciendo un cálculo aproximado de las muertes de la Guerra. En el Anexo:Mortalidad en la Guerra Civil Española, por inscripción en juzgados, se puede ver un resumen de sus conclusiones. Sin embargo en estudios posteriores, y por ejemplo, en Navarra que el consideraba lugar testigo, se ha podido comprobar que las víctimas de la represión eran muy superiores a las cifras que él había calculado.

Consecuencias

El número de muertos en la Guerra Civil española sólo puede ser estimado de manera aproximada. El bando sublevado estableció una cifra de 500.000, incluyendo además de los muertos en combate, a las víctimas de bombardeos, ejecuciones y asesinatos. Estimaciones recientes arrojan esa misma cifra de 500.000 muertos o algo menos, sin incluir a quienes murieron de malnutrición, hambre y enfermedades engendradas por la guerra. La cifra de 1.000.000, a veces citada, procede de una novela de Gironella, que la justifica entre los 500.000 reconocidos y otros tantos cuya vida resultó irremediablemente destrozada. El exilio forzoso de muchos represaliados antes, durante y después de la guerra es difícil de cuantificar. Según su situación geográfica y sus preferencias políticas se optó entre salir por mar, cruzando el océano para pasar a países sudamericanos en su mayoría o el mar los más pudientes para ir a Inglaterra o Francia. O por tierra cruzando los Pirineos al lado galo, país que muchos eligieron por su cercanía con España y su creencia de buena acogida, demostrándose su error con hechos como los campos de concentración de Bram.

Las repercusiones políticas y emocionales de la guerra trascendieron de lo que es un conflicto nacional, ya que, por muchos otros países, la Guerra Civil española fue vista como parte de un conflicto internacional que se libraba entre la religión y el ateísmo, la revolución y el fascismo. Para la URSS, Alemania e Italia, España fue terreno de prueba de nuevos métodos de guerra aérea y de carros de combate. Para Gran Bretaña y Francia, el conflicto representó una nueva amenaza al equilibrio internacional que trataban dificultosamente de preservar, el cual se derrumbó en 1939 (pocos meses después del fin de la guerra española) con la Segunda Guerra Mundial. El pacto de Alemania con la Unión Soviética supuso el fin del interés de ésta en mantener su presión revolucionaria en el sur de Europa.

En cuanto a la política exterior, la GCE supuso el aislamiento de España y la retirada de embajadores de casi todo el mundo. Sólo unos pocos países mantuvieron relaciones diplomáticas con España desde el final de la II Guerra Mundial hasta el inicio de la Guerra Fría. A partir de los años 50, las relaciones internacionales españolas, con el apoyo de EE.UU, pasan a ser casi normales, salvo con los países del Bloque Soviético.

Dirección General de Regiones Devastadas

Durante la Guerra Civil Española de 1936 a 1939, muchos pueblos y ciudades resultaron total o parcialmente destruidos. Una vez finalizada la guerra, se constituyó la Dirección General de Regiones Devastadas que asumió la función de reconstruirlos.

Entre muchas poblaciones devastadas, se encontraron las siguientes:

Asturias: La Foz, Oviedo, Pendones, Tarna, Villamanín.

Vizcaya: Guernica, Durango y en menor medida Barakaldo.

Cantabria: Las Rozas de Valdearroyo.

Castellón: Benafer, Xilxes.

Extremadura: Mérida.

Guadalajara: Gajanejos, Hita, Masegoso de Tajuña.

Guipúzcoa: Éibar.

Huesca: Banariés, Banastás, Huerrios, Igriés, Lascascas.

Madrid: Brunete, La Hiruela, Prádena del Rincón, Villanueva de la Cañada, Villanueva del Pardillo.

Teruel: Híjar.

Zaragoza: Belchite.

Banderas de la guerra

Bando republicano

Bandera oficial de la República

Al suprimirse todos los regimientos del Ejército, se dejó temporalmente de utilizar, siendo sustituida por las de las diferentes milicias, que adoptaron banderas rojas o rojinegras, en muchos casos con emblemas partidistas, como la hoz y el martillo, un puño cerrado, o el escudo de algún sindicato.

A primeros de octubre de 1936 se crea el Ejército Popular Republicano, disponiéndose que se vuelva a usar la tricolor.

Banderas de unidades

Bando sublevado

Banderas oficiales

Banderas de unidades

La guerra civil en el arte

El tema de la Guerra Civil es el de mayor producción literaria de toda la historiografía española, así como el más polémico y generador de debate social y político (véase memoria histórica). Aunque hay un acuerdo casi unánime en las fechas, los denominados revisionistas próximos al franquismo, proponen la revolución de 1934 como inicio de la guerra. La propia declaración del estado de guerra fue divergente en ambos bandos: el gobierno republicano no declaró el estado de guerra hasta casi su final (para mantener el control civil de todas las instituciones), mientras que el gobierno de Franco no levantó la declaración hasta varios años después de terminada (para garantizar su control militar).

Cine

Véase Categoría:Películas sobre la Guerra Civil Española

Realizadas durante la propia guerra, aunque también hubo películas de ficción (las republicanas Aurora de esperanza —Antonio Sau, Barcelona, 1937—, Barrios bajos —Pedro Puche, Barcelona, 1937— y Nuestro culpable —Fernando Mignoni, 1938— y cinco películas nacionales de Benito Perojo y Florián Rey rodadas en los estudios alemanes de la UFA, de género folclórico —ambiente reconstruido en La niña de tus ojos, Fernando Trueba, 1998—), fueron fundamentalmente de género documental:

Bando republicano:

España 1936 (Luis Buñuel)

Sierra de Teruel (La esperanza o L'Espoir, de André Malraux, que también escribió una novela con ese mismo título).

Tierra de España (Joris Ivens) producción estadounidense.

Bando sublevado:

Noticiario Español, 32 documentales (precedentes del NODO)

¡Vivan los hombres libres! (Edgar Neville, 1939)

Romancero marroquí (1938-39), sobre la intervención de tropas marroquíes

Fueron mucho menos numerosas, debido a la menor cantidad de productoras (ocho frente a más de cincuenta republicanas); aunque existen documentales portugueses (O caminho de Madrid), italianos (Arriba Spagna. Scene della guerra civile in Spagna) y alemanes (In Kampf Gegen den Weltfeind o Legión Cóndor).

Durante el franquismo (hasta 1975):

Frente de Madrid (Edgar Neville, 1939), adaptación de la novela homónima del mismo autor

Sin novedad en el Alcázar (Augusto Genina, 1940) italoespañola

Raza (José Luis Sáenz de Heredia, 1941) con guion del propio Franco

Rojo y negro (Carlos Arévalo, 1942) censurada por su crudeza, a pesar de su orientación falangista

El santuario no se rinde (Arturo Ruiz Castillo, 1949)

Desde 1975: Ficción:

Las largas vacaciones del 36 (Jaime Camino, 1975); del mismo autor:

1. Dragon Rapide, que utiliza como título el nombre del avión en el que Franco salió de Canarias

2. El largo invierno

3. Los niños de Rusia

Una vita venduta (Aldo Florio, 1976)

Las bicicletas son para el verano (Jaime Chávarri, 1984) adaptación de la obra de Fernando Fernán Gómez

La vaquilla (Luis García Berlanga, 1985)

Réquiem por un campesino español (Francesc Betriu, 1985) adaptación de la novela de Sender

¡Ay, Carmela! (Carlos Saura, 1990)

Tierra y libertad (Ken Loach, 1995)

Libertarias (Vicente Aranda, 1996)

La hora de los valientes (Antonio Mercero, 1998)

La lengua de las mariposas (José Luis Cuerda, 1999)

El espinazo del diablo (Guillermo del Toro, 2001)

Soldados de Salamina (David Trueba, 2003)

El laberinto del fauno (Guillermo del Toro, 2006)

Las 13 rosas (Emilio Martínez Lázaro, 2007)

La mujer del anarquista (Marie Noelle, Peter Sehr, 2009)

Documental:

Morir en Madrid (Frederic Rossif, 1963)

La vieja memoria (Jaime Camino, 1976)

Retablo de la guerra civil española (Basilio Martín Patino, 1980); el mismo autor previamente había tratado la posguerra en Canciones para después de una guerra (1971) y la figura de Franco en Caudillo (1974).

La Guerra Civil Española (Granada Televisión, 1983)

El honor de las injurias (Carlos García Alix, 2007)

El perro negro (historias de la Guerra Civil Española) (Péter Forgács, 2005)

Novela

La guerra civil española en la novela

Por quién doblan las campanas (Ernest Hemingway), se hizo adaptación cinematográfica.

Frente de Madrid (Edgar Neville)

La forja de un rebelde (Arturo Barea)

Réquiem por un campesino español (Ramón J. Sender)

Contraataque (Ramón J. Sender)

La fiel infantería (Rafael García Serrano)

Plaza del castillo (Rafael García Serrano)

Cumbres de Extremadura (José Herrera Petere)

Niebla de cuernos (José Herrera Petere)

Cuerpo a tierra (Ricardo Fernández de la Reguera)

La retaguardia (Concha Espina)

Alas invencibles (Concha Espina)

Madrid, de corte a checa (Agustín de Foxá)

Los cipreses creen en Dios (José María Gironella)

Un millón de muertos (José María Gironella)

Ha estallado la paz (José María Gironella)

El corazón helado (Almudena Grandes)

El laberinto mágico (Max Aub), serie de cinco novelas:

1. Campo cerrado,

2. Campo de sangre,

3. Campo abierto,

4. Campo del moro,

5. Campo francés y

6. Campo de los almendros.

Las últimas banderas (Ángel María de Lera)

Los que perdimos (Ángel María de Lera)

El mono azul (Aquilino Duque)

Tanguy (Michel del Castillo)

Duelo en el Paraíso (Juan Goytisolo)

La novela número 13 (Wenceslao Fernández Flórez)

Sanco Panco (Salvador de Madariaga)

Volverás a Región (Juan Benet)

Herrumbrosas lanzas (Juan Benet)

Las hermanas coloradas (Francisco García Pavón)

El otro árbol de Guernica (Luis de Castresana)

Los años únicos (Carmen Díaz Garrido)

San Camilo, 1936 (Camilo José Cela)

Soldados de Salamina (Javier Cercas)

Tiempo de memoria (Carlos Fonseca)

Un caso de narración contrafactual es la novela En el día de hoy de Jesús Torbado.

Relatos autobiográficos de gran valor literario e histórico son:

Homenaje a Cataluña (George Orwell)

L'Espoir o La esperanza, (André Malraux, que también dirigió la película homónima)

Los grandes cementerios bajo la luna (Georges Bernanos)

Cuento y relato

Es incontable el número de cuentos y relatos basados en la Guerra Civil española. Se trata, como dice el escritor Ignacio Martínez de Pisón, de «relatos concebidos desde el compromiso explícito con uno u otro bando, y no está de más recordar que los autores de algunos de esos relatos colaboraron muy activamente en labores de propaganda: Arturo Barea y María Teresa León para la España republicana; Edgar Neville para la nacional. Sin duda, en el fragor de la contienda fueron muchos los escritores que se adaptaron a la situación de emergencia y alteraron su sistema de prioridades: contribuir a la victoria bélica, aunque fuera con algo tan modesto como una narración o un poema, estaría siempre por encima de cualquier otra consideración». Una de las principales antologías de relatos que abordan diferentes perspectivas sobre la Guerra Civil española es Partes de guerra (RBA, 2009), de Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960).

Sobre esta antología, dice el autor: «Cuando reuní los 35 cuentos de 31 autores de diferentes generaciones, diferentes lugares, que hablan del campo y en la ciudad, desde el frente y en la retaguardia, la idea era que la antología abarcase la guerra en su totalidad; y que este libro de relatos llegara a sustituir a esa novela colectiva sobre la Guerra Civil que no se ha escrito; y no sabemos si alguna vez se escribirá». Los autores son: Ignacio Aldecoa, Bernardo Atxaga, Max Aub, Francisco Ayala, Arturo Barea, Pere Calders, Juan Campos Reina, Manuel Chaves Nogales, Miguel Delibes, Jesús Fernández Santos, Juan García Hortelano, Francisco García Pavón, Rafael García Serrano, Xosé Luis Méndez Ferrín, Ana María Matute, Edgar Neville, Lino Novás Calvo, Ramiro Pinilla, Fernando Quiñones, Manuel Rivas, Mercè Rodoreda, Tomás Segovia, Ramón J. Sender, Manuel Talens, Andrés Trapiello, Juan Eduardo Zúñiga.

Teatro

Bando sublevado:

Cruz y espada, romance patriótico en cinco retablos (José Gómez Sánchez-Reina, Granada, 1938)

A Madrid: 682, escenas de guerra y amor (presentado como guion para una película, Juan Ignacio Luca de Tena)

De ellos es el mundo (José María Pemán, Sevilla y Zaragoza, 1938)

Algunas obras teatrales eran radiadas, como Miaja defiende la Villa y rinde culto a Zorrilla (Joaquín Pérez Madrigal, por Radio Nacional desde Salamanca).

Bando republicano:

Velada en Benicarló (Manuel Azaña, no representado hasta 1980)

Noche de guerra en el Museo del Prado (Rafael Alberti, 1956)

Radio Sevilla (del mismo autor, pieza satírica breve representada durante la propia guerra)

Posteriores a 1975:

Las bicicletas son para el verano (teatro) (Fernando Fernán Gómez)

Poesía

Bando sublevado

Poema de la Bestia y el Ángel (José María Pemán, el juglar de la Cruzada)

Bando republicano

Canciones de guerra (Antonio Machado)

Viento del pueblo. Poesía en la guerra (Miguel Hernández)

España, aparta de mí este cáliz (César Vallejo)

España en el corazón: himno a las glorias del pueblo en la guerra (Pablo Neruda)

Revistas satíricas

Bando sublevado

La ametralladora (por los que posteriormente trabajarán en La Codorniz)

Bando republicano

Be negre, Papitu (ambas catalanas); dibujantes: Tísner, Kalders (en Diari de Barcelona), Puyol (en Frente Rojo).

La Traca (valenciana); dibujantes: Bluff (fusilado después de la guerra), Carnicero, Méndez Álvarez, Palmer

En las trincheras llegaron a circular más de 500 cabeceras

Historieta

Bando sublevado

Flechas

Pelayos (dibujante: Valentín Castany)

Flechas y Pelayos (producto de la fusión de ambas, paralela a la fusión de las distintos partidos en FET y de las JONS)

Chicos (Jesús Blasco, Emilio Freixas, Alcaide, Tomás)

Bando republicano

Pionero Rojo

En la democracia

Eloy o Río Manzanares de Antonio Hernández Palacios

36-39 Malos tiempos de Carlos Giménez

Las serpientes ciegas (2008) de Felipe Hernández Cava y Seguí

El arte de volar (2009) de Antonio Altarriba/Kim.

Pintura y escultura

La Exposición Internacional de París de 1937 alojó un Pabellón de España gestionado por el gobierno de la República en que, entre otros testimonios de la guerra, se presentó el Guernica de Pablo Picasso, la Fuente de Mercurio de Alexander Calder, La Montserrat de Julio González, El campesino catalán en rebeldía de Joan Miró o El pueblo español tiene una estrella de Alberto Sánchez Pérez.

Artes gráficas, cartelismo y revistas Arte de la Guerra Civil Española

Bando sublevado:

Vértice (revista)

Jerarquía (revista)

Ilustradores: Teodoro y Álvaro Delgado, José Caballero, J.J. Acha, J. Olasagasti y Carlos Sainz de Tejada.

Bando republicano

Hora de España

Mono Azul

Fotomontador: Josep Renau.

Cartelista: Carles Fontseré.

Gran difusión tuvo el sello de ayuda internacional Aidez l'Espagne, de Joan Miró.

Fotografía

Robert Capa, autor, entre muchas otras, de la polémica instantánea Muerte del miliciano (identificado como Federico Borrell, pero que podría ser otro de los muertos en Cerro Muriano el 5 de septiembre de 1936), convertida en icono del siglo XX.

Agustí Centelles

Pelayo Más, recopilador de la serie de 169 fotos Martirio del arte y la destrucción de la Iglesia en la España roja (80 de ellas de Toledo).

Guglielmo Sandri, teniente del ejército italiano, tomó 4000 fotografías, recuperadas en 1992.

Videojuegos

En la industria de los videojuegos sólo se pueden encontrar tres ejemplos:

1936, España en llamas, un mod del juego de la Segunda Guerra Mundial, Medal of Honor

El juego completo Sombras de guerra

las dos partes del juego Hearts of Iron, aunque se profundiza más en el conflicto español en la segunda parte.

En el famoso simulador de vuelo IL-2 Sturmovik se ofrece pilotar aviones de la guerra civil y se puede jugar en batallas como la del Ebro en misiones no oficiales.

Restauración

En 2007 el gobierno democrático español aprobó la Ley de Memoria Histórica, que intenta restaurar la memoria y dignidad de los represaliados. Esta incluye renombrar vías públicas con nombres franquistas, eliminación de símbolos falangistas de monumentos, mapas de fosas comunes y exhumación de cadáveres, etc.

Igualmente, otras administraciones económicas han actuado en la misma línea, llegando a pronunciarse a favor la ONU

Personajes relevantes de la Guerra Civil Española

Cronología de la Guerra Civil Española

Bando nacional

Bando republicano

Ejército de España

Ejército Popular Republicano

Federico García Lorca

Fascismo

Francisco Franco

Franquismo

Operación Úrsula

Ofensiva de Cataluña

Segunda Guerra Mundial

Segunda República Española

Simbología del franquismo

Anexo:Aviones de la Guerra Civil Española

Anexo:Buques utilizados en la Guerra Civil española

Anexo:Armamento portátil utilizado durante la Guerra Civil española

Anexo:Vehículos acorazados y blindados de la Guerra Civil española

Anexo:Imputados por el Juez Garzón en la causa contra el Franquismo

Bibliografía

GARCÍA-NIETO, Mª Carmen. Guerra civil española, 1936–1939. Salvat Editores, Barcelona, 1982. ISBN 84-345-7996-0

MARTÍNEZ BANDE, J. La batalla de Teruel. Ed. San Martín (Madrid). ISBN 84-7140-088-X

MALDONADO MOYA, José Mª. El Frente de Aragón. La Guerra Civil en Aragón (1936-1938). Mira Editores. ISBN 978-84-8465-237-3

THOMAS, Hugh. Historia de la Guerra Civil Española. Círculo de Lectores, Barcelona, 1976. ISBN 84-226-0874-X.

THOMAS, Hugh. La Guerra Civil Española. Ed. Grijalbo (Barcelona), 1976. ISBN 84-253-2767-9

TUÑÓN DE LARA, Manuel. La batalla de Teruel. Instituto de Estudios Turolenses. (Zaragoza), 1986. ISBN 84-505-5073-4

Enlaces externos

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Wikisource contiene obras originales sobre la Documentos de la Guerra Civil española.Wikisource

alberga frases célebres sobre la Guerra Civil Española.

Texto de la Constitución de la República Española

La Guerra Civil, 70 años después — Elmundo.es

Historia de España — La Guerra Civil Española (1931–1936) en Historiasiglo20.org

Memoria republicana: «Objetividad y neutralidad en el estudio de la Guerra Civil Española»

La intervención alemana en la guerra civil española, por Walther L. Bernecker

En el sitio web The European Library Harvest se encuentra material referido al tema

La República en la paz como en la guerra por Paul Preston. Letras Libres, mayo de 2003

Ebre 38: revista internacional de la Guerra Civil 1936–1939, texto completo.

Predecesor:

Segunda República Periodos de la Historia de España

Guerra Civil Española

Sucesor:

Dictadura de Francisco Franco

Cruz Laureada de San Fernando

La Real y Militar Orden de San Fernando, conocida popularmente como Laureada de San Fernando, es la más preciada condecoración militar española.

Tiene por objeto "honrar el reconocido valor heroico y el muy distinguido, como virtudes que, con abnegación, inducen a acometer acciones excepcionales o extraordinarias, individuales o colectivas, siempre en servicio y beneficio de España".

Pueden recibirla los miembros de las Fuerzas Armadas, de la Guardia Civil (cuando realicen actividades de carácter militar) y aquellos civiles que presten servicio dentro de fuerzas militares organizadas. Su nombre se refiere al rey Fernando III de Castilla y León. Su prestigio y categoría vienen avalados por las rigurosas exigencias necesarias para iniciar el expediente de concesión y el trámite estricto que conlleva.

El Soberano de la Orden de San Fernando es el Rey de España, que preside el capítulo bienal que se celebra en el Real Monasterio de El Escorial. Su representante en la Orden es el Gran Maestre, que la gobierna auxiliado por la Maestranza.

Historia

Fue instituida por las Cortes de Cádiz mediante el Decreto núm. LXXXVIII de 31 de agosto de 1811 con el propósito de que “sólo el distinguido mérito sea convenientemente premiado y que nunca pueda el favor ocupar el lugar de la justicia”. En dicho Decreto se preveía que en la insignia de la cruz constara la corona de laurel a partir de la segunda acción heroica.

Los primeros hechos de armas que fueron distinguidos con este preciado galardón fueron protagonizados por el brigadier Martín García-Loygorri e Ichaso, cuya decisiva intervención al mando de las piezas de artillería en la batalla de Alcañiz (1809), en la Guerra de la Independencia, condujo a las tropas españolas a una sonada victoria sobre las francesas.

El 9 de noviembre de 2007 falleció el Teniente General D. Adolfo Esteban Ascensión, último laureado vivo del Ejército español. Para evitar la desaparición de la Orden, su actual Reglamento, aprobado por Real Decreto 899/2001, de 27 de julio, BOE de 14 de agosto, había dispuesto que se incorporaran a la misma los militares agraciados con la Medalla Militar individual.

Categorías

Las categorías que integran esta Orden son:

Gran Cruz Laureada: reservada para los oficiales generales de los Ejércitos. Consiste en una cruz formada por cuatro espadas en oro unidas por los pomos de sus empuñaduras, acolada a una corona de laurel; banda de seda, de gules, fileteada de naranja, de cuyos extremos pende una venera con la leyenda «Al valor heroico», en su anverso, y la cifra "1811", al reverso.

Cruz Laureada: para el resto del personal, militar o civil. Como la anterior, pero las espadas de gules y sin banda.

Laureada Colectiva, que podrá ser concedida a unidades u organismos de las FAS o de la Guardia Civil y cuyas insignias son las siguientes:

1. Para personal: una corona de laurel bordada sobre la bocamanga del uniforme.

2. Para centros y organismos: corbata, guion enseña o placa.

Medalla Militar Individual y Medalla Militar Colectiva. La Medalla consiste en un círculo en cuyo interior figura un sol naciente tras el mar y una matrona en pie, representando a España, ofrendando una corona de laurel y sosteniendo un escudo con una cabeza de león.

Requisitos para su concesión

La Real y Militar Orden de San Fernando, en su Reglamento, precisa con detalle los méritos exigidos para su concesión. Entre ellos, para la Laureada, además del valor heroico, los siguientes:

Que la acción, hecho o servicio realizado suponga una superación excepcional del deber, al implicar significativos sacrificios y riesgos, incluso la pérdida de la propia vida.

Que la acción, hecho o servicio no esté originado, como único impulso, por el propósito de salvar la vida, o por la ambición impropia y desmesurada que pueda conducir al interesado, o a las fuerzas de su mando, a un riesgo inútil o excesivo.

Que se hayan tomado las medidas necesarias para obtener el mayor rendimiento de la acción con el mínimo número de bajas, incluso en el caso de que cumpliendo órdenes o por circunstancias tácticas se llegue deliberadamente al sacrificio propio o al de sus fuerzas, si se tuviera mando, y con los menores daños materiales.

Que el hecho tenga lugar en momentos críticos y difíciles, circunstancias que vendrán determinadas por las incidencias de la batalla o combate, o por que la acción se lleve a efecto encontrándose el interesado y sus tropas o efectivos en manifiesta inferioridad frente a los del enemigo. Esta inferioridad se debe valorar en función de las fuerzas o armamento, posición en el terreno y defensas, abastecimientos, estado físico, heridas sufridas, moral relajada en las tropas propias o recientes reveses que ocasionaron cuantiosas pérdidas.

Que el acto heroico produzca extraordinarios cambios favorables y señaladas ventajas tácticas para las fuerzas propias.

En la estimación que se haga del hecho será mérito destacable el autor del mismo que se haya prestado voluntariamente a ejecutarlo, previstas las extraordinarias dificultades y grandes riesgos que supongan su realización.

También será acreedor a esta recompensa, sin reunir las condiciones anteriores, quien haya realizado un hecho heroico tan destacado que su ejemplaridad constituya un poderoso incentivo y repercuta en elevar y afianzar la moral en los Ejércitos.

La Medalla Militar premia no el valor heroico sino el muy distinguido, concurriendo similares circunstancias a las anteriormente reseñadas para la Cruz Laureada.

Algunos caballeros laureados

En 1815 de Tercera Clase: el Mariscal de Campo D.Ignacio Balanzat de Orvay y Briones. Acciones durante la Guerra de la Independencia Española.

R. C. de 28 de noviembre de 1816: de 1ª Clase, al Brigadier D.Luis María Balanzat de Orvay y Briones por el valor demostrado en la acción de Ibi (Alicante) durante la Guerra de la Independencia Española.

Coronel graduado y comandante de ingenieros, muerto en servicio, D. Rafael Balanzat y Baranda: 1ª) de Primera Clase, concedida por Real Cédula de 27 de abril de 1840 por el valor demostrado en la acción de toma del fuerte del Segura; 2ª) de Primera Clase, concedida por Real Cédula de 10 de julio de 1846 por el valor demostrado en la acción de recuperación de Lugo, tomada por insurrectos y 3ª) de Primera Clase, concedida por Real Cédula de 29 de octubre de 1849 por el valor demostrado en las operaciones efectuadas en el distrito de la Capitanía General de Galicia.

11 de febrero de 1877, Capitán de Artilleria Jose Brull Seoane Regimiento de Artilleria Peninsular (Manila)

Merito:Hallándose de guardia en el Cuartel del Rey de Manila el Capitán del Regimiento de Artilleria Peninsular José Brull Seoane, se amotinaron las seis compañias allí alojadas, tratando de forzar la salida con las armas en la mano, para unirse a las que se acuartelaban en Santa Lucia. El capitán Brull, formó su corta fuerza y fue el primero en abrir fuego contra ellos, dirigiendose contra el motor ostensible , que tendió muerto a sus pies de un tiro de revolver y a otro dejó malherido en el pecho de un balazo; lanzandose después al patio del cuartel, donde estaban los sublevados acometiendolos fusil en mano consiguiendo imponerse con tan temeraria acción.En su corta fuerza se produjeron siete bajas y fue recompensado con el empleo de Comandante del Ejercito y la Cruz Laureada de San Fernando.

30 de diciembre de 1909, Soldado Victor Aguayo Royuela, nacido en Valdecañas de Cerrato. Muerto en Exmuart, Melilla

19 de noviembre de 1913, Teniente Julio Rios Angueso; reconocimiento del Monte Cónico

19 de noviembre de 1913, Capitan Manuel Barreiro Alvarez, reconocimiento del Monte Cónico

28 de julio de 1913, Soldado Francisco Martinez Puche, defensa del Aerodromo de Zeluán

23 de julio de 1924, Teniente Juan Antonio Ansaldo, bombardeo en Tizzi Moren

21 de agosto de 1924, Cabo José M. Gomez del Barco socorro a la posición de Solano

26 de septiembre de 1924, Capitán Ramón Ochando Serrano ametrallamiento en Beni Arós

9 de octubre de 1924, Capitán Ricardo Burguete Reparaz bombardeo de Mexerach

9 de septiembre de 1925, Teniente Antonio Nombela Tomasich, socorro a la posición de Kudia Tahar

1 de octubre de 1925, Teniente Senén Ordiales Gonzalez, bombardeo del Monte Amekrán

11 de mayo de 1926, Teniente Felix Martinez Ramirez, bombardeo en Beni Mesuar

4 de julio de 1927, Capitán Felipe Matanza Vázquez, ametrallamiento en Monte Jezana

8 de marzo de 1939: Comandante de Inválidos, con destino en la Legión, Rafael Montero Bosch, Marqués de Casa Mena, por su destacada actuación en el frente de Tremp (Lérida) al mando de una bandera de la Legión.

15 de marzo de 1939: Capitán de Caballería don Adolfo Esteban Ascensión por su heroica actuación en la defensa de la posición de Las Minas (Vizcaya) el 27 de mayo de 1937.

16 de marzo de 1939: Capitán honorario de milicias fallecido don Carlos Miralles Álvarez por su heroica actuación en el Puerto de Somosierra durante los días 17 a 22 de julio de 1936.

17 de julio de 1939: Ciudad de Valladolid como "recuerdo a sus gestas heroicas" concedida por Francisco Franco y publicado en el Boletín Oficial del Estado de 18 de julio de 1939.

Francisco Franco 1939: La medalla le fue otorgada por el General José Enrique Varela, dos veces laureado y Gran Maestre de la Real y Militar Orden de San Fernando, con motivo de la victoria de la Guerra Civil Española.

15 de enero de 1947: Capitán de Fragata, don Angel Riva Suardiaz por su heroica actuación en la defensa del Cuartel de Simancas (Gijón).

7 de junio de 1946: Teniente de Navío de la Reserva Naval Movilizada don Juan Díaz González

Capitán de Aviación, fallecido, don José María de Ugarte Ruiz de Colunga.

General de División don Gonzalo Queipo de Llano y Sierra

Capitán de Navio don Fernando Abarzuza y Oliva

Contralmirante, don Salvador Moreno Fernández

Soldado de Infantería de Marina don Manuel Lois García

Capitán (fallecido), don Luis Alba Navas

Capitán (fallecido) don Carlos Miralles Alvarez

Soldado (fallecido) don Benito Lorenzo

Alférez (fallecido) don Miguel Blasco Vilatela.

Cabo don Renato Zanardo

Teniente (fallecido) don Francisco de Miguel

Alférez (fallecido) don Carlos García Martínez

Alférez (fallecido) don Simón Hernández Sagrado

Guardia Civil don César Casado Martín

Teniente de Navío D. Alfredo Losau Santos

Teniente de Navío don Federico Sánchez-Barcáiztegui y Aznar.

Capitán de Infantería D. Carlos Martínez Vara del Rey

Cabo don Antonio Alemán Ramírez

Teniente de Infantería, fallecido, D. José Mato Mediano

Teniente de Infantería D. José Andrés Velasco

Cabo 1º de la B.O.E.L Francisco Martinez Diaz

Capitán de la Guardia civil D. Santiago Cortés González

General de Brigada don Antonio Aranda Mata

General Jefe del Ejército del Norte don Emilio Mola Vidal.

General don José Moscardó Ituarte

Capitán de Infantería don Joaquín García Morato Castaño

Gran Visir del protectorado Español de Marruecos, Sidi Hamed Ganmia

General de división don Eduardo López de Ochoa y Portuondo

General de división D. Domingo Batet Mestres.

Teniente general don José Sanjurjo Sacanell, Marqués del Rif, General en Jefe del Ejército de España en Marruecos

Teniente General don Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, Marqués de Estella, General en Jefe del Ejército de España en África

Comandante de Infantería fallecido, don José Velázquez y Gil de Arana

Cabo del Regimiento de Infantería de Ceriñola, número 42, fallecido, D. Mariano García Martín.

Condecorados con la Cruz Laureada de San Fernando

Anexo:Condecorados con la Cruz Laureada de San Fernando

Referencias

Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila et alii, La Real y Militar Orden de San Fernando, Fundación Carlos III y Palafox&Pezuela, Madrid, 2003.

Placa Laureada de Madrid

Condecoraciones de España

Enlaces externos

Orden de San Fernando. Commons

Real y Militar Orden de San Fernando en coleccionesmilitares.com

Nacionalismo

El nacionalismo es una ideología y un movimiento social y político que surgió junto con el concepto de nación propio de la Edad Contemporánea en las circunstancias históricas de la Era de las Revoluciones (Revolución industrial, Revolución burguesa, Revolución liberal) desde finales del siglo XVIII. También puede designar al sentimiento nacionalista y a la época del nacionalismo.

Como ideología, el nacionalismo pone a una determinada nación como el único referente identitario, dentro de una comunidad política; y parte de dos principios básicos con respecto a la relación entre la nación y el Estado:

El principio de la soberanía nacional: que mantendría que la nación es la única base legítima para el Estado.

El principio de nacionalidad: que mantendría que cada nación debe formar su propio Estado, y que las fronteras del Estado deberían coincidir con las de la nación.

El término nacionalismo se aplica tanto a las doctrinas políticas como a los movimientos nacionalistas: las acciones colectivas de movimientos sociales y políticos tendentes a lograr las reclamaciones nacionalistas. En ocasiones también se llama nacionalismo al sentimiento de pertenencia a la nación propia, algo en principio identificable con el patriotismo, pero distinto si va más allá del mero sentimiento e incorpora contenido doctrinal o acción política en un sentido concreto.

La historiografía también usa el término nacionalismo para referirse la época del nacionalismo: el periodo histórico de formación de las naciones y el surgimiento de la ideología y movimientos nacionalistas, lo que ocurrió en torno al siglo XIX, coincidiendo con las revoluciones liberales o revoluciones burguesas. En el siglo XX se produce una renovación del nacionalismo, en el periodo de entreguerras vinculado al fascismo, y tras la Segunda Guerra Mundial vinculado al proceso de descolonización y al tercermundismo, cuando surgen numerosos grupos denominados Movimiento de Liberación Nacional.

Se habla también del nacionalismo musical, expresión artística de la segunda mitad del siglo XIX que coincide con el nacionalismo político en la valoración de la etnicidad (folclore), y que deriva del anterior romanticismo, movimiento intelectual y artístico también muy vinculado con el nacionalismo romántico, aunque sea de más amplia extensión temporal y conceptual que éste.

Interpretaciones

El nacionalismo podría entenderse como un concepto de identidad experimentado colectivamente por miembros de un gobierno, una nación, una sociedad o un territorio en particular. Los nacionalistas se esfuerzan en crear o sustentar una nación basada en varias nociones de legitimación política. Muchas ideologías nacionalistas derivan su desarrollo de la teoría romántica de la "identidad cultural", mientras que otros se basan en el argumento liberal de que la legitimidad política deriva del consenso de la población de una región.

Ha sido duramente criticado por personajes históricos tan diferentes como Charles de Gaulle, Albert Einstein, Albert Camus o François Mitterrand.

Los primeros precedentes del nacionalismo comienzan a aparecer en el siglo XVIII, pues hasta ese momento, la idea de nación, tal y como se concibe en la actualidad, no se había formulado. Hasta ese momento, las identidades colectivas basadas en la religión o en ser súbditos de un mismo rey, prevalecían sobre las étnicas. En la Revolución francesa se utilizará el término nación como sinónimo de ciudadano, es decir, la nación ya no está personificada en la figura del monarca, pues la nobleza es un cuerpo ajeno a la nación: la nación es el tercer Estado.

Ciertos teóricos, como Benedict Anderson, han afirmado que las condiciones necesarias para el nacionalismo incluyen el desarrollo de la prensa y el capitalismo. Anderson también afirma que los conceptos de nación y nacionalismo son fenómenos construidos dentro de la sociedad, llamándolos comunidades imaginarias. Ernest Gellner añade al concepto: "el nacionalismo no es el despertar de las naciones hacia su conciencia propia: inventa naciones donde no las hay".

Evolución del nacionalismo

El Estado Nación surgió en Europa con el tratado de Westfalia (1648). El nacionalismo continuó siendo un fenómeno elitista durante una parte de siglos tras el tratado, pero fue durante el siglo XIX cuando se propagó ampliamente por toda Europa y ganó popularidad. Desde entonces, el nacionalismo ha dominado las políticas europeas y mundiales. Muchas de las políticas europeas del siglo XIX pueden ser vistas como luchas entre antiguos regímenes.

A finales del siglo XIX las ideas nacionalistas habían comenzado a expandirse por toda Asia. En la India el nacionalismo incentivó el fin del dominio británico. En China el nacionalismo dio una justificación para el Estado chino, que se encontraba enemistado con la idea de un imperio universal. En Japón el nacionalismo fue combinado con el excepcionalismo japonés.

La I Guerra Mundial marcó la destrucción definitiva de varios Estados multinacionales (el Imperio otomano, el Imperio austrohúngaro y, en cierta medida, el ruso). El tratado de Versalles fue establecido como un intento por reconocer el principio de nacionalismo, ya que gran parte de Europa fue dividida en naciones-Estado en un intento por mantener la paz. Sin embargo, muchos Estados multinacionales e imperios sobrevivieron. El siglo XX fue también marcado por la lenta adopción del nacionalismo por todo el mundo con la destrucción de los imperios coloniales europeos, la Unión Soviética y varios otros Estados multinacionales menores.

Simultáneamente, particularmente en la segunda mitad del siglo, fuertes tendencias antinacionalistas han tenido lugar, siendo en general destacables las manejadas por élites. La actual Unión Europea está actualmente transfiriendo poder del nivel nacional a entidades locales y continentales. Acuerdos de comercio, tales como NAFTA y GATT, y la creciente internacionalización de mercados de comercio debilitan también la soberanía del Estado-nación.

Formas de nacionalismo

Nacionalismo centrípeto (o integrador)

Es el que pretende la unificación nacional de las poblaciones con características comunes que habitan en distintos Estados, donde pueden ser minorías nacionales y por tanto en esos Estados constituyen nacionalismos centrífugos (es el caso del nacionalismo kurdo), o bien ser Estados nacionalmente homogéneos pero separados (es el caso de las unificaciones de Italia y Alemania en el siglo XIX, aunque en ambos casos el solapamiento con el Imperio austrohúngaro complica la definición).

Nacionalismo centrífugo (o desintegrador)

Es el que pretende la secesión de una parte del territorio de un Estado habitado por una población con características cuyas diferencias con la considerada mayoritaria puedan definirla como minoría nacional. En ocasiones el mismo Estado del que pretenden separarse se define a sí mismo como Estado plurinacional, como fue el Imperio austrohúngaro.

Nacionalismo de tercera generación

Son nacionalismos centrífugos, de igual forma que los nacionalismos de segunda generación, que surgen a finales del s. XX y principios del XXI y que se encuentran subordinados a otro Estado. Son comunidades con reivindicaciones nacionalistas, o bien regiones, naciones históricas o naciones en sí (según las zonas, su historia o los diferentes puntos de vista) que siguen sin estar constituidas en un Estado y continúan reivindicándolo.

Nacionalismo económico

Se concentra sobre los mecanismos de dependencia económica o neocolonialismo. Sostiene la necesidad de que sectores y empresas básicas de la economía permanezcan en manos de capitales nacionales, muchas veces estatales, cuando el sector privado no está en condiciones.

Los orígenes del nacionalismo económico pueden encontrarse en la creación de empresas estatales para explotar productos estratégicos como la creación de YPF para el petróleo en Argentina en 1922 y luego en las políticas de nacionalizaciones implementadas por gran cantidad de países entre los que se destacan: la nacionalización del petróleo en México en 1938, la nacionalización del petróleo en Irán en 1951, la nacionalización del Canal de Suez en 1956 y la nacionalización del cobre en Chile en 1971.

El nacionalismo económico está también íntimamente relacionado con la Teoría de la Dependencia elaborada por la escuela desarrollista latinoamericana que sostiene que el sistema económico mundial ha establecido una división internacional del trabajo que atribuye a los países centrales la producción industrial, de alto valor agregado, y a los países periféricos la producción de materias primas, de bajo valor agregado. El desarrollismo sostiene que existe una tendencia general al deterioro de los términos de intercambio en perjuicio de la producción agrícola-primaria, y que los países periféricos necesitan impulsar agresivas políticas industriales para romper el círculo vicioso del subdesarrollo.

La política de privatizaciones sugerida por el Consenso de Washington a partir de la década del 90 tuvo como objetivo principal, y lo logró en gran parte, revertir las medidas nacionalistas tomadas por la mayor parte de los países periféricos durante la mayor parte del siglo XX.

A partir de los últimos años de la década del 90 parece haber un importante resurgimiento del nacionalismo económico en varias partes del mundo, ahora en un entorno global, relacionado con acuerdos de integración regional. Una de sus manifestaciones más importantes ha sido la nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia en 2006, bajo el gobierno de Evo Morales y los acuerdos de infraestructura y desarrollo subregional tomados en el marco del Mercosur y la Comunidad Sudamericana de Naciones.

Muchas de estas experiencias nacionalistas están estrechamente relacionadas con las reivindicaciones sindicales y otras organizaciones sociales, adoptando la forma de un nacionalismo popular expresado en movimientos políticos con amplio apoyo de la población. Formas de socialismo y de fascismo comparten también el proyecto del nacionalismo económico.

Nacionalismo étnico (o cultural)

Define la nación en términos de etnicidad, lo cual siempre incluye algunos elementos descendientes de las generaciones previas. También incluye ideas de una conexión cultural entre los miembros de la nación y sus antepasados, y frecuentemente un lenguaje común. La nacionalidad es hereditaria. El Estado deriva la legitimidad política de su estatus como hogar del grupo étnico, y de su función de protección del grupo nacional y la facilitación de una vida social y cultural para el grupo. Las ideas sobre etnicidad son muy antiguas, pero el nacionalismo étnico moderno está fuertemente influido por Johann Gottfried von Herder, quien promovió el concepto de Volk, y Johann Gottlieb Fichte.

El fascismo es generalmente clasificado como nacionalismo étnico, habiendo sido su caso más extremo el nacional socialismo de la Alemania Nazi.

Anthony D. Smith ha señalado que no existe un nexo claro entre el nacionalismo étnico y factores económicos.

Nacionalismo romántico

(también llamado nacionalismo orgánico y nacionalismo identitario) es la forma de nacionalismo étnico según la cual el Estado deriva su legitimidad política como consecuencia natural (orgánica) y expresión de la nación o la raza. Refleja los ideales del romanticismo y se opone al racionalismo. El nacionalismo romántico enfatiza una cultura étnica histórica que se conecta con el ideal romántico; el folclore se desarrolla como un concepto nacionalista romántico. Los hermanos Grimm se inspiraron en los escritos de Herder para crear una colección idealizada de historias étnicamente alemanas. El historiador Jules Michelet ejemplifica la concepción nacionalista romántica de la historiografía. En 1815 se hablaba de este nacionalismo, y fue el que se usó para las unificaciones tanto alemana como italiana.

Nacionalismo liberal o «voluntarista» y nacionalismo conservador u «orgánico»

Dentro del romanticismo se encuentran una tendencia liberal o "voluntarista", representada por Mazzini, que considera que la nación surge de la voluntad de los individuos y una conservadora u "orgánica", representada por Herder y Fichte ("Discursos a la nación alemana", 1808 ) que identifica a la nación con rasgos que se heredan (lengua, cultura, territorio, tradiciones) y que están por encima del deseo individual.

Nacionalismo religioso

Es la forma de nacionalismo según la que el Estado deriva su legitimidad política en consecuencia de una religión común. Sin embargo, buena parte de las formas de nacionalismo étnico son también en gran medida formas de nacionalismo religioso. Por ejemplo, el nacionalismo irlandés es generalmente asociado al catolicismo; el nacionalismo indio se asocia con el hinduismo, etc. El nacionalismo religioso es generalmente visto como una forma de nacionalismo étnico.

En algunos casos, sin embargo, la componente religiosa es más una etiqueta que la verdadera motivación del nacionalismo de un grupo. Por ejemplo, aunque la mayoría de los líderes nacionalistas irlandeses del último siglo fueron católicos, durante el siglo XIX, y especialmente en el XVIII, muchos líderes nacionalistas fueron protestantes. Los nacionalistas irlandeses no luchan por distinciones teológicas, sino por una ideología que identifica a la isla de Irlanda con una visión particular de la cultura irlandesa, que para muchos nacionalistas incluye al catolicismo aunque no como elemento predominante. Para muchas naciones que se vieron obligadas a luchar contra las consecuencias del imperialismo de otra nación, el nacionalismo fue asociado a la búsqueda de un ideal de libertad.

El islam se opone fuertemente a todo tipo de nacionalismo, tribalismo, racismo u otra clasificación de la gente no basada en las creencias propias. Sin embargo, ciertos grupos islámicos pueden ser considerados racistas y nacionalistas (así, para algunos, no pueden considerarse verdaderos islámicos). La creación de Pakistán es un ejemplo de nacionalismo religioso de base islámica en la medida en que tomaba como nación a los musulmanes de la India. sin embargo, muchos de sus creadores -como los del Estado de Israel- eran laicos y consideraban la pertenencia a una misma tradición religiosa como elemento generador de identidad al margen de la práctica religiosa en sí. Un ejemplo similar es el de los musulmanes de Bosnia, considerados como etnia en la antigua Yugoslavia y que en su mayor parte eran no creyentes o no practicantes.

Algunos autores, además, han señalado que el nacionalismo es más una religión política que una ideología política, un sustituto de la religión.

Nacionalismo banal

Conceptualizado por Michael Billig, es la forma difusa que toma el nacionalismo en las sociedades contemporáneas, convirtiéndose en un mecanismo omnipresente de orientar las percepciones y hacer aparecer como natural la identificación entre una lengua, una cultura y una comunidad política. Ya sea en rituales colectivos como el deporte, o en detalles menores como la utilización de banderas para identificar las lenguas en las que se escriben los ingredientes de una caja de cereales, el nacionalismo banal reproduce cotidianamente los esquemas mentales del nacionalismo.

Elementos en común de todas las formas de nacionalismo

Algunos teóricos políticos sostienen que cualquier discriminación de formas de nacionalismo es falsa. Todas las formas de nacionalismo cuentan con una población formando una nación, lo cual significa que todos los miembros de una población creen en algún tipo de cultura común.

Causas por la que el nacionalismo se hace atrayente

Una razón por la cual el nacionalismo ha mantenido su atractivo a través de los siglos puede ser el hecho de que pertenecer a una nación cultural, económica o políticamente fuerte da a la persona una agradable sensación de pertenencia, sin importar su propia contribución a su fuerza.

Otra posibilidad defiende que las personas son seres sociales, y el formar parte de un grupo sociopolítico como la nación, es ventajoso y contribuye a su desarrollo, se considera que es la expresión de un rasgo general del comportamiento social favorecido evolutivamente, relacionado con el tribalismo.

En ocasiones puede surgir un sentimiento nacionalista cuando los miembros de una comunidad se sienten amenazados o atacados por otra comunidad o Estado. Puede surgir como respuesta a otro nacionalismo.

Formas de actuación

Dependiendo del contexto donde tenga lugar el nacionalismo, este puede adoptar diversas formas de actuación que pueden ser pacíficas, violentas o puede llegar a conjugar ambas.

Pacíficas

Con la progresiva consolidación de Estados más democráticos y el avance de las organizaciones intergubernamentales como la ONU, las reivindicaciones nacionalistas se sustancian mayoritariamente mediante el ejercicio de la actividad política a través de distintos partidos políticos nacionalistas que reclaman con el apoyo electoral de los ciudadanos una mayor autonomía, la independencia o el ejercicio del derecho de autodeterminación de sus territorios.

Otra forma de reivindicación pacífica sería la desobediencia civil o la "No violencia activa" cuyo máximo exponente fue la labor de Mahatma Gandhi en la India.

Violentas

La ocupación del territorio y la imposición de una nacionalidad y culturas determinadas sobre otras personas mediante el uso de la fuerza es uno de los medios utilizados por el nacionalismo. Un ejemplo de ello son las dos guerras mundiales en las que el elemento nacional desempeño un papel sustancial, aunque la expansión militar y diseminación de una identidad nacional es un elemento recurrente en la historia de los nacionalismos.

Críticas al nacionalismo

El nacionalismo ha sido objeto de numerosas críticas por parte de estudiosos procedentes de distintas áreas de conocimiento. Francisco J. Contreras piensa que esta ideología es filosóficamente débil y rudimentaria; critica que las entidades políticas soberanas deban corresponderse con los grupos nacionales y cree que el nacionalismo es incapaz de ofrecer una definición rigurosa de la identidad nacional; según este autor las identidades nacionales no vienen dadas por la realidad histórico-social, sino que son construidas por la ideología nacionalista y los Estados. Alfredo Cruz Prados afirma que «la misma nación es una entidad creada ideológicamente por él, y no algo natural, objetivo y anterior al mismo nacionalismo, como esta ideología afirma». Pedro Gómez García en su artículo «La identidad étnica, la manía nacionalista y el multiculturalismo como rebrotes racistas y amenazas contra la humanidad» sostiene que el nacionalismo es una tendencia patológica que nos conduce hacia la balcanización del planeta y obstaculiza la emergencia de una sociedad mundial pluralista e integrada. Luis Rodríguez Abascal, refiriéndose al nacionalismo culturalista, ha dicho que «no defiende la diversidad cultural, sino que propone un modelo normativo de cultura que homogeneiza prácticas culturales preexistentes. Tiene dificultades para hacer otra cosa porque su punto de partida es siempre un concepto abstracto de cultura, que la concibe como una unidad uniforme u homogénea y la extiende idealmente a lo largo y ancho de un territorio sin atender a cuáles son las prácticas culturales cotidianas subyacentes o sin concederles relevancia moral y política».

Teóricos del nacionalismo

Adrian Hastings

Alfonso Daniel Rodríguez Castelao

Benedict Anderson

Blas Infante

Carlos Pizarro

Enric Prat de la Riba

Enrique Mosconi

Ernest Gellner

Escuela Desarrollista Latinoamericana

Esteban Széchenyi

Eugenio Lanti

Francisco Deák

Gabriel del Mazo

Gamal Abdel Nasser

Germán Arciniegas

Ho Chi Minh

Jean-Jacques Rousseau

Johann Gottlieb Fichte

Johann Gottfried von Herder

José Antonio Primo de Rivera

José Carlos Mariátegui

José Martí

José María Rosa

José Vasconcelos Calderón

Juan Domingo Perón

Juan José Arévalo

Juan José Hernández Arregui

Juan Manuel de Rosas

Kwame Nkrumah

Lázaro Cárdenas del Río

Luis Kossuth

Léon Degrelle

Léopold Sédar Senghor

Manuel Ugarte

Marcos Pérez Jiménez

Michel Aflaq

Michael Billig

Miklós Wesselényi

Moisés Lebensohn

Mustafa Kemal Atatürk

Nicolas Tubin

Oscar Unzaga de la Vega

Otto Bauer

Raúl Scalabrini Ortiz

Ramiro Ledesma Ramos

Ramón Otero Pedrayo

Ricardo Rojas

Rufino Blanco Fombona

Pedro Albizu Campos

Sabino Arana

Salome Cortez

Secundino Delgado

Sri Pandit Jawaharlal Nehru

Theodor Herzl

Vicente Risco

Nacionalismo histórico

Eventos históricos en los cuales el nacionalismo desempeñó un papel esencial:

Independencia de Estados Unidos (1776)

Revolución francesa (1789)

Guerra de la Independencia Española (1808)

Guerra de Independencia Hispanoamericana (1809-1824)

Unificación italiana bajo el dominio de Piamonte y Cerdeña

Revolución húngara de 1848

Defensa de Paysandú (1864-1865)

Guerra franco-prusiana y la unificación alemana bajo el dominio de Prusia

Guerra del Pacífico (1879-1884)

Rebelión Maji Maji (1905–1907)

Primera Guerra Mundial

Revolución mexicana (1910-1917)

Fundación del Reino de Hungría (1920-1945) por Miklós Horthy

La resistencia de Sandino contra la ocupación estadounidense de Nicaragua (1927-1933)

Segunda Guerra Mundial

Primer arbitraje de Viena (1938)

Segundo arbitraje de Viena (1940)

Independencia de la India (1942-1947)

Gobierno peronista en la Argentina (1946-1955)

Revolución de 1952 (Bolivia)

Lucha de liberación nacional boliviana 1952-1964

Los Diez Años de Primavera en Guatemala (1944-1954)

Gobierno pérezjimenista en Venezuela (1952-1958)

El gobierno nasserista en Egipto (1955-1970)

Revolución húngara de 1956

Revolución Cubana (1959)

Guerra de Indochina (1945-1954 y Guerra de Vietnam (1958-1973)

Primavera de Praga (1968)

Principales nacionalismos actuales

Centrífugos

Albania

Nacionalismo albanés

Nacionalismo ilirio

Nacionalismo pan-heleno

Alemania

Nacionalismo bávaro

Nacionalismo prusiano

Nacionalismo tibetano

Nacionalismo uigur

Nacionalismo feroés

Nacionalismo innuit

Argentina

Nacionalismo correntino

Francisco Franco

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