Читать книгу La novela del encanto de la interioridad - Hélène Pouliquen - Страница 12
ОглавлениеII. LA NECESIDAD DE UNA ESCUCHA PSICOANALÍTICA DEL TEXTO LITERARIO
La escucha psicoanalítica fue concebida por Freud como la manera particular de percibir los múltiples niveles y matices del mensaje (parcialmente inconsciente) de un paciente. Aquí sugiero, con otros críticos, que los textos literarios, como el mensaje de un paciente en la práctica psicoanalítica, pueden ser descifrados, no solo en su dimensión personal, propia al escritor, sino también en sus dimensiones axiológica, social e histórica. Por eso, este capítulo tiene como objeto mostrarle al lector lo que una escucha (que no es una lectura o que, de serlo, sería una lectura flotante) inspirada en la escucha psicoanalítica, atenta al tejido, al cruce de superficies textuales (que definen el texto literario, según el teórico ruso Bajtín), y que no se dirige por una simple línea (el hilo de Ariadna), aporta a la comprensión de un texto.
“El deseo es el deseo del otro”: la mediación en lo íntimo y en lo social
En su “Comentario del Seminario X, ‘La angustia’” de Lacan, Diana Rabinovich ([1993] 2009, 9-36) menciona, después de señalar la influencia de muchos críticos y analistas, la suma importancia que tuvo Hegel sobre Lacan, “el Hegel de La fenomenología del espíritu, tal como es leído por Kojève” (11). En realidad, su propio análisis de psicoanalista clínico no me parece realmente central aquí para reflexionar sobre mi tema, el cual es la necesidad de conectar el saber psicoanalítico con la escucha-lectura del texto literario. Sin embargo, me inspiraré en este aparte para señalar cómo el psicoanálisis lacaniano comporta una concepción del hombre, central en el siglo XX, que, aún en sus versiones menos directamente humanistas, permite entender la ontología y el origen de muy diversas novelas desde el siglo XVII y conectar sus aportes con una tendencia crítica, muy diferente, en los estudios literarios; tendencia que, durante décadas, no solo fue opuesta, sino “enemiga”1 del psicoanálisis: la sociología de la literatura (y, en este caso, la sociología de la novela).
La mención del texto de Rabinovich aquí será solo el pretexto para proponer una conexión necesaria entre los estudios de estética literaria y el psicoanálisis (lacaniano u otro). Empezaré con uno de los aportes de Lacan, no señalado todavía, a mi saber, a los estudios literarios: a través de una inspiración común en ambas disciplinas (Hegel), Lacan formuló su famosísima definición del deseo como ‘deseo del otro’, a la vez que no fue ajeno (no he analizado a través de qué caminos) al famoso estudio marxista de la reificación (la cosificación) hecho por Lukács en Historia y conciencia de clase ([1924] 1960). Lacan, veremos cómo, confirma, en el nivel del deseo individual, la idea central de mediación inevitable para entender la economía y el hombre, así como las producciones culturales de la modernidad capitalista. Fue Lucien Goldmann, pensador de inspiración marxista, quien en Para una sociología de la novela (1964) señaló, con gozo, la coincidencia de la idea esencial de mediación en los análisis de René Girard —filósofo conservador, metafísico y de derechas— y en el suyo propio, a pesar de lo opuesto de sus posiciones políticas. Pero antes de llegar a este punto, quisiera hacer algunas precisiones con relación al concepto de deseo en psicoanálisis.
Laplanche y Pontalis ([1968] 1981) subrayan que la teoría de Freud es una concepción del hombre y que en esta concepción la noción de deseo es fundamental y muy compleja (de esta resultan las dificultades de traducción: la palabra deseo evoca más bien un movimiento de concupiscencia o de codicia, que en alemán, la lengua materna de Freud, se expresa más por las palabras Begierde o Lust que por la palabra Wunsch). Para los autores, el análisis del deseo (inconsciente) es esencial como uno de los polos de un conflicto defensivo impulsado tanto por la conciencia moral (el superyó) como por el polo del deseo.