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3.2. Los recursos naturales “inagotables”
ОглавлениеLos recursos naturales inagotables son aquellos que el ser humano utiliza en baja proporción respecto a la cantidad existente en la naturaleza. Los recursos inagotables se recuperan o regeneran por sí mismos, por lo que no existe riesgo de extinción o agotamiento. Entre ellos son destacables:
El agua
La vida en la Tierra ha dependido siempre del agua. Las investigaciones han revelado que la vida se originó en el agua, y que los grupos zoológicos que han evolucionado hacia una existencia terrestre, siguen manteniendo dentro de ellos su propio medio acuático, encerrado, y protegido contra la evaporación excesiva.
El agua constituye más del 80% del cuerpo de la mayoría de los organismos, e interviene en la mayor parte de los procesos metabólicos que se realizan en los seres vivos. Desempeña de forma especial un importante papel en la fotosíntesis de las plantas y, además, sirve de hábitat a una gran parte de los organismos.
Dada la importancia del agua para la vida de todos los seres vivos, y debido al aumento de las necesidades de ella por el continuo desarrollo de la humanidad, la sociedad está en la obligación de proteger este recurso y evitar toda influencia nociva sobre las fuentes del preciado líquido.
No es usual encontrar el agua pura en forma natural, aunque en el laboratorio puede llegar a obtenerse o separarse en sus elementos constituyentes (hidrógeno y oxígeno).
En nuestro planeta las aguas ocupan una alta proporción en relación con las tierras emergidas, y se presentan en diferentes formas:
1 Mares y océanos, que contienen una alta concentración de sales y que llegan a cubrir un 71% de la superficie terrestre.
2 Aguas superficiales, que comprenden ríos, lagunas y lagos.
3 Aguas del subsuelo, también llamadas aguas subterráneas, por fluir por debajo de la superficie terrestre.
El aire
La atmósfera es una capa gaseosa que rodea al globo terrestre. Es una capa transparente e impalpable, y no resulta fácil señalar exactamente su espesor, ya que no posee una superficie superior definida que la limite sino que se va haciendo menos densa a medida que aumenta la altura, hasta ser imperceptible.
La atmósfera está formada por varias capas concéntricas:
1 Las capas bajas, que no mantienen una altura constante, y a las que se denomina troposfera y estratosfera.
2 Las capas altas, a las que se les da el nombre de ionosfera y exosfera.
Los gases atmosféricos forman la mezcla que se conocen como aire. En las partes más inferiores de la troposfera, el aire está compuesto principalmente por nitrógeno y oxígeno, aunque también existen pequeñas cantidades de argón, dióxido de carbono, neón, helio, ozono y otros gases. También hay cantidades variables de polvo procedentes de la Tierra, y vapor de agua.
El oxígeno forma aproximadamente el 21% de la atmósfera, y es el gas más importante desde el punto de vista biológico. Es utilizado por los seres vivos en la respiración, mediante la que se obtiene la energía necesaria para todas las funciones vitales, también interviene en la absorción de las radiaciones ultravioleta del Sol que, de llegar a la Tierra en toda su magnitud, destruirían la vida animal y vegetal.
La atmósfera es también la fuente principal de suministro de oxígeno al agua, y entre ambas se establece un intercambio gaseoso continuo. Este proceso de intercambio de oxígeno en la biosfera recibe el nombre de ciclo del oxígeno y en él intervienen las plantas, como fuentes suministradoras de oxígeno a la atmósfera, y los seres vivos, incluyendo las propias plantas, como utilizadores de este gas.
Ciclo del oxígeno
No hay dudas de que la atmósfera constituye un recurso natural indispensable para la vida, y se clasifica como un recurso inagotable. Sin embargo, su capacidad de renovación es limitada, ya que depende de la actividad fotosintética de las plantas, por la que se devuelve el oxígeno a la atmósfera. Por esta razón, es lógico pensar que de resultar dañadas las plantas (por la contaminación del aire o por otras acciones de la actividad humana) es posible que se presente una reducción del contenido de oxígeno en la atmósfera, con consecuencias catastróficas para todos los seres vivos que lo utilizan.
El humo procedente de las industrias o de la combustión junto con el polvo son los principales agentes contaminantes de la atmósfera, los cuales enrarecen el aire y afectan a la salud del hombre y de los seres vivos en general. Existen evidencias que confirman que la contaminación del aire está asociada con enfermedades de tipo respiratorio, incluyendo bronquitis crónica, asma bronquial, etc.