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ОглавлениеCapítulo III
La formación
Charles Darwin nació el 12 de febrero de 1809 en The Mount, la casa familiar en Shrewsbury, el mismo día en que nació Abraham Lincoln, en un año en que Napoleón todavía rugía en Europa. Robert Darwin, su padre, siendo un discreto y libre pensador, bautizó a sus hijos en la iglesia anglicana.
Recién en 1818 a los 9 años Charles ingresó al Shrewsbury School, con el reverendo Samuel Butler como director de un colegio líder de Inglaterra. Aunque estaba ubicado apenas a un kilometro de distancia de su casa en The Mount, y a pesar de lo aburrido que Charles consideraba al doctor Butler y su colegio, fue puesto como alumno interno.
La familia Darwin regularmente visitaba a sus parientes, los Wedgwood, en Maer Hall, aproximadamente a 38 kilómetros al noreste de Shrewsbury. Significaba un día de viaje en coche de caballo. La propiedad de cuatrocientas hectáreas tenía bosques, lago y facilidades para los deportes. Cuando Charles Darwin comenzó sus primeros estudios, ya se le observaba una afición por la historia natural y el coleccionismo. Quería conocer los nombres de todas las plantas y guardaba conchas, monedas y minerales. A pesar de estar internado en el Shrewsbury School, entre clase y clase solía escaparse a su casa The Mount y le permitía regresar de noche, antes de que cerraran con llave las puertas de la escuela.
El Shrewsbury School del doctor Butler era estricto y clásico. Según la Autobiografía que Darwin publicó en 1876, allí indica no se enseñaba nada, sólo un poco de historia antigua y geografía. Se perdía mucho tiempo en aprender de memoria las lecciones del día anterior. Hasta eso le resultaba fácil a Charles, ya que el tenía una memoria privilegiada y era capaz de aprenderse cuarenta o cincuenta líneas de Virgilio o de Homero durante la misa de la mañana. Con ese mismo interés escuchaba las explicaciones de su primo Francis Galton quien tenía un amplio espectro de conocimientos como antropólogo, geógrafo, explorador, meteorólogo y psicólogo. Sin duda, Charles compartía mucho la diversidad simultanea de las ciencias y del orden de su primo. Galton le enseño a Charles con nitidez el Principio de Vernier en un barómetro.
Entre las cosas que más le entretenían estaban la lectura de las obras de Shakespeare, la poesía de Thompson, Byron y Scott. Darwin recuerda que pasó muchas horas leyendo a estos grandes pensadores en una ventana excavada en los gruesos muros de la escuela. También leyó los viajes de Marco Polo conocido como El Libro de las Maravillas publicado en Venecia en 1298 . La descripción de los lugares exóticos del medio oriente, la India y China le parecían dignos de una gran aventura. Se cree que las historias de Marco Polo inspiraron en su época a Cristóbal Colón, y se sabe que estimuló a Darwin a conocer lugares remotos, un sueño que cumpliría a bordo del HMS Beagle.
Durante su vida escolar, al pequeño Charles le gustaba cazar pájaros, una práctica que intensificó durante todo su periodo universitario. También tenía afición por la química: desde chico hizo experimentos en el laboratorio de su hermano y leyó varios libros de química, como el Chemical Catechism de Henry Parkes. Sin embargo, en la escuela no rendía mucho, por lo cual su padre decidió sacarlo del internado y enviarlo en 1825 a la universidad de Edimburgo a vivir con su hermano, que estaba finalizando sus estudios de medicina.
Dos años en Escocia
Charles Darwin
Durante sus estudios Universitarios en Edimburgo y Cambridge
1825-1830
A los 16 años, Charles debía iniciar los mismos estudios de medicina que había realizado su abuelo, padre y hermano en la universidad de Edimburgo en Escocia. Algo asombroso en ese siglo para una carrera tan sofisticada haberla iniciado a tan temprana edad, sin haber terminado sus estudios primarios.
Ese mismo verano, antes de ingresar a la universidad, como aprendiz de médico ayudó a su padre a asistir a las personas necesitadas de Shropshire a tres kilómetros al sur de Shrewsbury. Su padre quería que siguiera los pasos de la familia en la misma universidad en la que se habían educado todos. Sin embargo, Charles consideraba muy aburridos esos estudios, con excepción de las clases de química del doctor Hope. Las lecciones del doctor Duncan en Mater a Medica, a las ocho de la mañana, le parecían terribles. Aprendió taxidermia con John Edmonstone, que consistía en el arte de disecar animales para conservarlos con apariencia de vivos y facilitar su exposición.
Charles quiso abandonar la carrera de medicina, y la gota que rebalsó el vaso fue cuando asistió a la cirugía de un niño, en una época donde no existía el cloroformo. Partió muy asustado donde su padre a rogarle que lo sacara de esa universidad. Robert se resistió. Si bien comprendía lo difícil que resultaba una observación tan cruda y sangrienta de una operación en aquella época, insistía en que esa era la única manera en que su hijo podría formarse dentro de la realidad del mundo en ese momento. Charles asistió dos veces más a una sala de operaciones en el Hospital de Edimburgo. Huyó de ambas. “Esto era mucho antes de los benditos días del cloroformo”, escribió en su Autobiografía.
En ese segundo año en Edimburgo, Charles ingresó en la Sociedad Pliniana, un grupo de estudiantes de historia natural. Colaboró en las investigaciones de Robert Edmund Grant sobre anatomía en el Fiordo de Forth, formado por la última glaciación en Escocia. En los veranos realizaba excursiones por el norte de Gales.
Los otoños los dedicaba a cazar con el Señor Owen en Woodhouse y con su tío Josiah Wedgwood en Maer Hall a unos treinta kilómetros de su casa. Llevaba la cuenta exacta de las aves que cazaba en la temporada, demostrando su sentido de orden y dedicación a los temas de interés que se alejaban de la ciencia y de la disciplina deseada por su padre. Allí en Woodhouse y Maer Hall se sentía libre y el campo lo invitaba a pasear, cazar y montar a caballo. Por las noches se vivía un ambiente familiar y se tocaba música en el salón, en forma frecuente, asistían invitados que compartían una gran vida social, oportunidad en donde Charles conoció a mucha gente de la aristocracia muy ilustrada en las artes y la ciencia. Se sentía muy unido a su tío Jos como le decía y lo admiraba por su honradez y sus ideas claras. Mas tarde se enamoraría de su hija y prima Ema Wedgwood con quien se casaría.
El ritmo de distracción con los deportes al aire libre y la potencial conversión de Charles en un señorito de la sociedad inglesa, tendencia que se notaba en aquella dirección, molestó a su padre, pues Charles podría terminar en algo así. El giro que vino fue radical: su padre no aceptó las distracciones de Charles, sobretodo por el descarrilamiento de sus estudios de medicina y lo saco de Edimburgo para trasladarlo a Cambridge a estudiar para convertirse en un clérigo.
Cambridge
En 1828 su padre envió a Charles a Christ’s College en la Universidad de Cambridge para estudiar letras y ordenarse como pastor anglicano. A los 18 años comenzaba un bachillerato que concluiría con la carrera de clérigo. Un pastor de la iglesia en aquella época tenía una vida tranquila en la comunidad y una respetable situación económica, además, podía casarse y a su vez tener autoridad en temas de teología.
Para poder asistir al Christ’s College, Charles tuvo que tomar un curso particular en Shrewsbury durante un trimestre, entre octubre de 1827 y enero de 1828, a fin de retomar la lectura en griego antiguo. Con cierta facilidad logró traducir del griego al inglés varias obras de Homero y el testamento ortodoxo. Leyó con mucho detalle An Exposition of the Creed escrita por el párroco John Pearson en el siglo XVII, y otros libros sobre lo divino. Para pasar el examen final y graduarse como Bachelor in Arts en Christ’s College, era necesario conocer a fondo Evidences of Christianity y Principios de la Filosofía Moral de William Paley, un teólogo británico conocido por su Teología Natural y por sus argumentos para demostrar la existencia de Dios.
Al cabo de su segundo año en Christ´s College, Charles reanudó el estudio de las ciencias naturales. Con una gran pasión por la botánica, aprendió sobre la clasificación de las plantas y contribuyó como biólogo en las colecciones más importantes del profesor Adam Sedgwick en el museo de la universidad de Cambridge. Durante ese período leyó obras que ejercerían una influencia fundamental en la evolución de su pensamiento: Teología Natural, de William Paley, uno de los tratados clásicos en defensa de la adaptación biológica como evidencia del diseño divino de las leyes naturales; también el recién publicado discurso de Filosofía Natural, de John Herschel; y el Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente, de Alexander von Humboldt. En su último año en Cambridge, Darwin leyó además Personal Narrative del mismo Humboldt.
Esa era una metodología que necesitaba para el estudio de las ciencias naturales. La ciencia, según Darwin, consiste en agrupar datos para extraer de ellos leyes generales o conclusiones. Sin duda que lo escrito por Humboldt, introdujo una gran influencia en Darwin durante la navegación por el cono sur de América.
Hoy en día, en la entrada de la universidad de Christ’s College, en una esquina del ante jardín principal conocido como el “Darwin Shrine”, hay un busto de Charles Darwin. En los patios de esa universidad se respira la atmosfera del silencio y de los estudios profundos en materias de ciencias naturales y de culto.
Los estudios finales
Charles según lo que vimos antes fue enviado por su padre al Christ´s College, fundada en 1446 College que forma parte de la Universidad de Cambridge en Inglaterra fundada en 1209 una de las universidades mas antiguas y respetadas del mundo. Su padre lo mando a estudiar con el más alto estándar posible, tenía una habitación amplia en el segundo piso del edificio principal del campus. Aunque no había terminado de estudiar para convertirse en un naturalista, estaba en camino y era el alumno más destacado de Cambridge. Tenía los modales de un caballero intelectual y científico.
En el campus de Christ´s College había una excelente biblioteca de libros y manuscritos antiguos. Tenía amplios jardines, invernaderos y parques. Había salones de clases de gran altura, también comedores con chimeneas. El ambiente de sus paredes enchapadas de madera de encino, en distintos niveles de jerarquía y tamaño. El aroma invitaba al estudio. La decoración era muy austera y ancestral con los cuadros al óleo de científicos, poetas, historiadores y otros personajes del pasado, todos enmarcados en dorado. Los cuadros estaban elegantemente iluminados, decoraban la historia en sus paredes. Además, de los cuartos y de los servicios en general, existía una atmósfera medieval. En los parques de la universidad se podía ver estudiantes caminando por los senderos del gran jardín, conversando con mucha concentración. Allí indudablemente se fomentaba el espíritu de la verdadera intelectualidad que brotaba con mucha fuerza y no era interrumpida por el mundo exterior. Se perdía la noción del tiempo y los días avanzaban sin tregua por los grandes espacios y el requerimiento de la ciencia era infinita.
Christ's College - Universidad de Cambridge 1831
La universidad de Christ´s College estaba a un paso de Trinity College fundada en el año 1546 cien años después de la Universidad Christ’s, en cuyas ancestrales bibliotecas Charles Darwin también realizó muchas investigaciones.
Las ciencias naturales
Su primo William Fox, que seguía su último año de teología en la misma universidad, era un naturalista aficionado. Fue él quien acogió a Charles y lo introdujo en la moda de coleccionar escarabajos. Charles se tomó el tema muy en serio, se dedicó al análisis de esos escarabajos, y consiguió publicar algunos de sus ensayos en el manual Illustrations of British entomology, de James Francis Stephens.
En la universidad de Cambridge había un profesor que marcaría los destinos de Charles y se convertiría en uno de sus mejores amigos: El reverendo John Stevens Henslow. Tanto tiempo pasaron juntos, que los académicos de la época se referían a Darwin como “el hombre que pasea con Henslow”. El profesor Henslow había estudiado mineralogía y tras la muerte de Edward Daniel Clarke, fue nombrado profesor de mineralogía de la universidad de Cambridge, en el mismo campus de Christ´s College donde estudió Darwin. Fue un profesor muy admirado por sus alumnos. Destacaba en él la pasión de su pensamiento científico, algo en que le seguiría Charles Darwin toda su vida.
John Stevens Henslow
Además del enorme conocimiento en ciencias naturales, Henslow transmitía mística y perseverancia. Hacía participar a sus alumnos de sus análisis. Desde un ángulo más liberal, lograba enseñarles que en la vida se puede obtener conocimiento de las distintas ciencias y que desde esos conocimientos se pueden aprender diversos métodos y aplicaciones. Les mostró cómo se podía cargar una gran energía en nuestro organismo al aplicar estas teorías con orden y demostrar que estaban conectadas entre sí.
Por lo tanto, si lo deseaban, podían mover el universo. Luego en sus clases de botánica Henslow solía llevar a sus alumnos a pie o en carruaje, incluso en una barcaza para navegar el río que circula por la ciudad universitaria de Cambridge, y disertaba sobre las plantas y los animales más curiosos a sus alumnos, quienes con mucha atención le escuchaban con admiración. En síntesis, los dejaba con una gran tarea y con un entusiasmo único por leer, analizar e investigar. Porque detrás de todo ese conocimiento estaban las herramientas necesarias para lograr cualquier cosa en la vida. Darwin aprendió que nada era imposible.
Una de las grandes obras de Henslow fue haber fundado en 1831 el reconocido Jardín Botánico de cuarenta acres de la universidad de Cambridge. Entre sus obras principales están Principles of Descriptive and Physiological Botany (1835) y Flora of Suffolk (1866).
J. J Audubon
Audubon Society - Audubon.org
Henslow fue corresponsal de John James Audubon, quien escribió Birds Of American Ornithological Biographies, que incluía mucha información sobre cada especie de ave de América. El profesor Henslow admiraba a Audubon como investigador y pintor, ya que él mismo dibujaba los animales. Audubon había nacido en la colonia francesa de Saint-Domingue, actual Haití. Fue hijo ilegítimo de un capitán de navío galo, creció en Francia junto a su madrastra y se nacionalizó estadounidense en 1803. Supervisó una granja familiar cerca de Filadelfia, en Estados Unidos, y allí comenzó a estudiar sobre la naturaleza. Realizó los primeros estudios de anillamientos de pájaros del continente americano. Su ingenio lo llevó a atar hilos en las patas de las aves Sayornis Phoebes o Mosquero fibí y así logró determinar que estos pájaros volvían a los mismos lugares de anidamiento año tras año. Estas técnicas ayudaron más tarde a Charles Darwin con sus estudios sobre el cóndor en Patagonia.
Continuando con la fascinante vida de J.J. Audubon y su conexión con Darwin. El gran ornitólogo norteamericano se había embarcado en 1826 junto con su portafolio de grabados y acuarelas hacia Londres. Los británicos nunca habían tenido suficientes imágenes de los bosques de Estados Unidos y la exposición de Audubon tuvo un éxito instantáneo.
Fue apodado como The American Woodsman y consiguió suficientes fondos para publicar The Birds of América, que consistía en láminas de tamaño natural grabadas y pintadas a mano. Fue nombrado miembro de la Royal Society. En esa sociedad, el primer norteamericano en ser miembro había sido Benjamin Franklin en 1756.
Mientras Audubon se encontraba en Edimburgo buscando financiamiento para su libro The Birds of América, dio una demostración de su método de alambres para mantener a las aves disecadas en la Wernerian Natural History Association del profesor Robert Jameson. Uno de los alumnos que participaron de esa lección era Charles Darwin8. Si bien Audubon le abrió el camino a Darwin en la anatomía de las aves, Henslow también jugó un rol importante en su apego por la historia natural, y lo acercó al capitán del HMS Beagle, Robert FitzRoy.
Otras influencias
Otro científico importante en la formación de Darwin fue el mencionado Adam Sedgwick, de la universidad de Cambridge, uno de los fundadores de la geología moderna. El profesor Sedgwick fue un verdadero mentor de Darwin en materias geológicas, aunque nunca aceptó las revolucionarias ideas de Darwin, sin embargo, lo apoyaba y mantuvieron una amistad que duró hasta la muerte de Sedgwick.
Adam Sedgwick y James Cummings le enseñaron a Darwin sus primeros pasos en geología y química respectivamente: no los olvidaría durante su viaje. Por el contrario, mantendría una muy nutrida correspondencia con ellos durante los cinco años que estuvo a bordo del HMS Beagle, dichos testimonios se encuentran en el libro que recopila las cartas desde y hacia el HMS Beagle durante su viaje alrededor del mundo. El documento que recopila las cartas originales fue desarrollado por la biógrafa Janet Browne titulado The Beagle Letters.
Sus primeras experiencias en geología las tuvo durante un tour científico a la isla de Wight, frente a la ciudad de Southampton. La isla está separada de gran Bretaña por el estrecho de Solent y los pantanos de la región han servido para conservar fósiles, por lo que se ha convertido en una de las localizaciones europeas más interesantes para encontrar restos de dinosaurios y es un gran laboratorio in situ para los arqueólogos del mundo.
Charles Darwin también estudió mineralogía con Edward Daniel Clarke, famoso naturalista, arqueólogo, minerólogo y explorador inglés. En 1819 Henslow realizó observaciones muy valiosas sobre la geología de la isla de Man y en 1820 y 1821 investigó la geología de las partes de Anglesey. Los resultados de ese estudio se imprimieron en el primer volumen de transacciones de la Cambridge Philosophical Society (1822) en donde Darwin devoraría esos conocimientos leyendo los libros científicos de su tutor.
Otro especialista importante en la formación de Darwin fue el profesor William Hallowes Miller, minerólogo galés, que le enseñó sobre cristalografía y mineralogía. En 1852, Miller editó una nueva versión de Elementary introduction to mineralogy, de H.J. Brooke. A partir de esta información durante el viaje por América del Sur Darwin cotidianamente tuvo la oportunidad de hacer expediciones tierra adentro y de rescatar piedras y restos de fósiles.
El profesor naturalista Leonard Jenyns también influyó en Charles Darwin. Autor de varias publicaciones, Jenyns es recordado por sus detalladas observaciones en fenología, ciencia que estudia la relación entre los factores climáticos y los ciclos de los seres vivos.
La cantidad de científicos dedicados a la investigación de teorías que emergían en la atmosfera de la Revolución Industrial era asombrosa. Era imposible no contagiarse, particularmente si uno estaba en la Universidad de Cambridge y cercano a la ciudad de Birmingham, donde todo parecía estar sucediendo. En el mundo de la ciencia nada era imposible, corría por las venas de los científicos una gran energía de liderazgo global en todas las materias del conocimiento.