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ОглавлениеCapítulo II
LA FAMILIA
Charles Robert Darwin formó parte de una familia de científicos Ingleses del siglo XIX. Analizaremos aquí a tres personajes de apellido Darwin; abuelo, padre e hijo, que coinciden en distintas generaciones en su dedicación al estudio de las ciencias médicas. Entre los Darwin había científicos, inventores y hombres de negocios exitosos. Charles se nutrió de ese universo. Gracias a la inspiración de sus abuelos y a la fuerza que le impregnó su padre, Charles Darwin continuó con la tradición familiar. La disciplina y el empuje de su padre resultaron decisivos para los distintos estudios que emprendió. Charles, además de medicina, realizó estudios de teología, ciencias naturales, biología y mineralogía, declarándose finalmente al mundo de la ciencia como un naturalista.
Erasmus Darwin
En el otoño de 1750, Erasmus Darwin abuelo de Charles Darwin ingresa al St. John’s College de la Universidad de Cambridge. Tres años más tarde, inicia sus estudios en la medical School de la universidad de Edimburgo. En junio de 1755 regresa a Cambridge para terminar su bachillerato. En noviembre de 1756 se muda a Lichfield y al año siguiente se casa con Mary Howard. Apenas se traslada a Lichfield, se convierte en un gran amigo de Matthew Boulton, industrial de Birmingham, y de John Whitehurst, un fabricante de relojes, termómetros, barómetros y monedas. Ya hacia 1760, Erasmus Darwin había armado un buen círculo de amigos: y se había convertido en un científico muy sociable.
Su grupo más cercano incluyo a influyentes, empresarios británicos en temas industriales, de minería, geología y teología: participó de los primeros impulsos de la Revolución Industrial.
A partir de sus estudios de medicina y poesía, inventó una serie de ejercicios para la investigación botánica. Se mantuvo activo simultáneamente en la investigación de la botánica y la medicina. Era muy silencioso en sus tareas como médico y se valió de un método a la hora de investigar. Era un pensador activo en las llamadas ciencias del ingenio.
Además de sus estudios de medicina en la Universidad de Edimburgo, leyó a los filósofos y poetas antiguos y desarrolló la prosa como una herramienta adicional para comunicarse: escribía libros sobre sus experimentos en botánica. Llegó a ser considerado un poeta de la época en Inglaterra. Erasmus Darwin escribió varias obras. Entre ellas El Templo de la Naturaleza. Ahí intentó explicar los inicios de la sociedad humana, así como el origen del lenguaje. También experimentó el uso del aire y del gas para calmar las infecciones y el cáncer, una aplicación en el mundo de la medicina que él expuso ante otros científicos conocidos. Cualquier creación que pudiese surgir de un científico, producto de derivaciones, interconexiones e incluso desde el más puro emprendimiento, era expuesta ante los pares. Por ejemplo, la máquina a vapor estimuló de inmediato una poderosa llama tecnológica, transformándose en el avance científico más importante y en el eje de la Revolución Industrial.
Erasmus enfocó sus hallazgos en la investigación sobre la formación de las nubes. Sus descubrimientos y experimentos los realizó en el jardín de su casa de tres hectáreas, que funcionaba como su laboratorio personal y que mantenía con gran cuidado. Fue un gran observador de las plantas, insectos y del comportamiento botánico en general. Escribió el libro The Philosophy of Agricultural Gardening, donde realizó una contundente especulación sobre la degeneración de la vida de las plantas, a partir de estrictos análisis hechos en su conocido jardín de Lichfield. A estas observaciones Erasmus las llamaba “degeneraciones o transmutaciones de las plantas en el tiempo”.
Estos documentos y ensayos se transformarían, en forma temprana, en los fundamentos de su pensamiento y de sus especulaciones científicas. Tal sería la trascendencia del nivel de análisis de Erasmus, que más adelante su nieto Charles Darwin afirmaría que las ideas de su abuelo habían sido muy importantes para que él llegara a escribir su obra revolucionaria sobre la evolución de las especies.
Para tener una idea de las consecuencias de los experimentos que Erasmus desarrolló, es significativa la referencia al mecanismo de formación de las nubes que hace en una carta del año 1784 a Josiah Wedgwood3 (3). Erasmus también escribió The loves of the plants, un libro de bolsillo de fácil lectura, una especie de Alicia en el país de las maravillas de la época. contiene diálogos ficticios, cartas de amor llenas de versos e ilustraciones, así como diálogos eróticos entre las plantas. Este atractivo libro, que a la vez sirve para educar en botánica, plantea por ejemplo, que, si las plantas se procrean como los animales, cuando se combinan mal también producen trastornos genéticos y, en forma natural, degeneran sus genes originales.
The Economy of Vegetation es otra obra de Erasmus Darwin. En ella se refiere a temas políticos, biológicos, éticos, educativos e incluso financieros. El celebraba los globos aerostáticos inventados en Francia y los relacionaba con ideas revolucionarias de libertad. Tocó indirectamente la injusticia de la esclavitud humana, lo que más tarde impulsaría el movimiento de William Wilberforce para la abolición oficial de la esclavitud por parte del Parlamento británico. En esa atmósfera comenzó a desarrollarse una nueva forma de conducta científica en la familia Darwin.
Erasmus creó junto a sus amigos la Sociedad Botánica de Lichfield, desde donde defendían estas ideas y otros descubrimientos botánicos. Erasmus solía decir: “un tonto es aquel que nunca intentó un experimento durante su vida”. Mantenía correspondencia con el escritor y filósofo suizo Jean-Jacques Rousseau y fue muy amigo del científico escocés James Watt, inventor de la máquina a vapor. Corría el Siglo de las Luces, que se encendía con brillantes ideas generadas por los cerebros del momento; nacían múltiples pensamientos y tecnologías para la industria manufacturera de Inglaterra.
Revolución Industrial
Se desarrollaba la Revolución Industrial en toda Europa. Un enorme conjunto de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales se conoció durante aquel periodo. Entre ellas, el paso de una economía rural, basada fundamentalmente en la agricultura y el comercio, a una economía de carácter urbano, industrializada y mecanizada.
La Revolución Industrial marcó un punto de inflexión en la historia del mundo, modificando e influenciando todos los aspectos de la vida cotidiana. La producción tanto agrícola como de la naciente industria se multiplicaba, a la vez que disminuía el tiempo de producción en casi todas las industrias manufactureras. Es durante este periodo de transformaciones y de inventos cuando los Darwin y los Wedgwood tomaron fuerza en Inglaterra, en aspectos científicos, como4 la medicina, además de la arqueología y la manufactura de productos. Charles Darwin le sumaría a todo ese legado un nombre perpetuo producto de sus teorías sobre la evolución del hombre.
Sociedad Lunar
Los aportes de Erasmus se basaban en el conocimiento científico y en la educación. Escribió varios poemas didácticos sobre botánica. Inventó una “máquina para copiar”, especie de fotocopiadora del siglo XVIII. Fue uno de los fundadores de la Sociedad Lunar, un club de discusión de prominentes filósofos e intelectuales ingleses y escoceses, dedicados por completo a temas de la naturaleza y de las ciencias. Se reunieron regularmente entre los años 1765 y 1813 en Birmingham y Erasmus Darwin fue uno de los pilares y fundadores de esta sociedad de científicos. El nombre de la sociedad Lunar provenía de su práctica de organizar reuniones durante las noches de luna llena. Como no existía iluminación en las calles, la luz extraordinaria de la luna hacía que el camino de vuelta a casa fuese más fácil y seguro. También se transformó en un código entre los científicos: al ver la luna llena, sabían que debían comenzar a prepararse para las reuniones de los inventores de la Sociedad Lunar. Además de ser grandes amigos, muchos de ellos tenían la misma edad y compartían los mismos orígenes universitarios: Edimburgo, Cambridge y Oxford. Se autodenominaban “lunáticos” y se juntaban en la casa de Erasmus Darwin, en la de Matthew Boulton o en la mansión en Birmingham de Samuel Galton Jr., que era un cuáquero y fabricante de armas. Entre aquellos hombres prominentes, fue importante el doctor William Small, quien llegó a Birmingham en 1765 desde la colonia de Virginia en Estados unidos, donde había sido profesor de Thomas Jefferson. En Inglaterra Small actuó como el organizador de las reuniones del grupo.
Los miembros de la Sociedad Lunar eran muy influyentes. Entre los que participaban de manera regular también estaba el químico y geólogo escocés James Keir, conocido por haber inventado y patentado una aleación de cobre, zinc y fierro que llamó latón. Se utilizaba en calderas a vapor y para reemplazar la cubierta de cobre que se colocaba en los cascos de las embarcaciones para evitar que se pegaran crustáceos y algas. Como el latón era más barato que el cobre, fue considerado uno de los avances importantes de la Revolución Industrial.
También participó de la Sociedad Lunar un compañero de universidad de Erasmus, el científico Joseph Priestley, considerado el descubridor del oxígeno. Fue uno de los primeros en aislarlo de forma gaseosa y el primero en reconocer su papel fundamental para mantener la salud durante enfermedades graves del ser humano.
La Sociedad Lunar
La Sociedad Lunar se convirtió en una verdadera pasión para Erasmus Darwin. Sus integrantes industriales, filósofos, científicos de la naturaleza se reunían para examinar cualquier invento que surgiese. La puesta en práctica de esos inventos y los efectos naturales que estos tendrían en el progreso y el bienestar de la gente eran temas que ellos discutían y analizaban meticulosamente. Los informes que realizaban los miembros de la Sociedad Lunar eran incorporados como parte de su colección de fuentes privadas, las que mas tarde apoyarían a los inventores en su puesta en marcha, al menos con opiniones y análisis sobre dichos inventos y sus propiedades.5
La influencia Wedgwood
Robert Darwin y Charles Darwin ambos se casaron con hijas de la familia Wedgwood, por lo cual es relevante conocer la importancia de estas dos generaciones Darwin Wedgwood y su amistad iniciada en la Sociedad Lunar por parte de Erasmus Darwin.
Josiah Wedgwood
Josiah Wedgwood fue considerado dentro de la industria en general como el inventor de un método de espionaje industrial nunca antes visto. Fue capaz de copiar y mejorar la cerámica que los ingleses importaban de China. Alcanzó un elevado conocimiento de la orfebrería y se dedicó de lleno al estudio de los componentes mineralógicos que formaban la cerámica delgada y resistente tipo hueso, que se importaba de China junto con el opio, la seda y el té.
Estos análisis científicos fueron notables y comercialmente se dirigían a remplazar una dependencia sobre las crecientes importaciones inglesas.
La idea era sustituir la orfebrería importada, y para ello era necesario obtener las formulas de la materia prima empleada por los artesanos chinos y de sus procesos de cocción. Wedgwood quería saber todo sobre cómo se obtenía una cerámica delgada, resistente, fina, decorada a mano y cocida en hornos. Bajo su persistente fanatismo industrial y tras muchos años de investigación logró sus objetivos.
Estas cerámicas también se utilizaban en grandes frascos con tapas para guardar las especies y los medicamentos a granel que se utilizaban en las farmacias, donde el boticario, con conocimientos de química, preparaba pociones según el malestar de cada paciente: eran remedios que se preparaban a la medida, bajo receta médica.
Entre el trabajo de la medicina curativa y preventiva realizada en Shrewsbury, existía el comercio de productos provenientes del Asia, donde Josiah Wedgwood decidió establecer su base, con lo cual contribuyó con un avance formidable y superando las técnicas de cerámica que existían hasta entonces en occidente. En 1759 Josiah Wedgwood instaló una fábrica propia en Ivy House Works, en la cual comenzó a fabricar una especie de cerámica de aspecto nuevo, delgado y resistente con un esmalte brillante y lujoso. Esto atrajo la atención de la reina Carlota de Mecklemburgo-Strelitz señora del rey Jorge III de Inglaterra, quien le encargó unos servicios de té y café de color tostado, que más tarde fue bautizado como “la cerámica de la reina”. Al aumentar la demanda de moda de la losa fabricada en Inglaterra, Wedgwood trasladó su empresa a un edificio de mayores dimensiones. The Brick House Works en Burslem dentro del condado de Staffordshire Inglaterra. Allí mejoró sus métodos de producción y de comercialización. También avanzo más con su cerámica buscando subir el valor agregado, esta vez utilizando óxidos para imitar piedras preciosas.
Ivy House Works
Primera Fabrica de Josiah Wedgwood
The Brick House
Segunda Fabrica de Josiah Wedgwood
En 1768 Wedgwood se asoció con el mercader de Liverpool Thomas Bentley, para dar salida a sus nuevas cerámicas coloreadas estilo neoclásico. En 1769 fundó la fábrica de Etruria Staffordshire, la primera en instalar una máquina de vapor para la elaboración de piezas cerámicas con ayuda de moldes y en un formato industrial. En 1774 presentó sus trabajos bajo relieve (Camafeo) denominados Wedgwood Jasperware, a los Artistas George Stubbs y John Flaxman quienes diseñaron modelos para esas piezas. Luego llevo más lejos sus cerámicas, al añadirles polvo de piedra China y pasta de caolín, para darle un color azul blanquecino y hacerlas más delgadas que la losa asiática, sin perder su resistencia.
La familia Wedgwood había logrado forjar un imperio en la industria de la cerámica de losas, y por lo tanto sus platos estaban en las mejores casas de la aristocracia de Europa, los que se jactaban de tener “un servicio Wedgwood”. Estos potes pintados por los mejores artesanos y artistas del momento le dieron mucho prestigio y conexiones a la familia. Los potes y platos desarrollados a partir de una serie de experimentos lograron crear una tecnología propia que permitía un tostado del color tan estable, que al apilarlos no se rayaban. Estas investigaciones llegaron incluso al análisis geológico de la greda y de los pigmentos utilizados durante su fabricación.
Josiah Wedgewood fue el abuelo materno de Charles Darwin y abuelo paterno de su señora Emma al casarse Robert Darwin con la hija de Josiah llamada Susanna y Charles con su prima Emma hija de la hermana de Susanna Wedgwood. De este modo, al fallecer el padre de Susannah le dejó una fortuna importante a su hija y un próspero negocio a la familia Darwin-Wedgwood que trascendió por varias generaciones, todo aquello les permitió tener una vida muy cómoda. Cabe destacar que Robert al igual que Charles contribuyeron sustancialmente en consolidar este legado al ser Robert un destacado Medico y Charles un destacado escritor y científico. Ambos generaban suficientes recursos para contribuir al crecimiento de ambas familias.
Robert Darwin: el padre
Robert Darwin, hijo de Erasmus y padre de Charles nació en el año 1776 en la ciudad de Lichfield, Inglaterra. Fue uno de los médicos más destacados y exitosos de su época. A él y a su padre Erasmus tanto el rey Jorge III como su hijo, el rey Jorge IV, quisieron llevarlos en distintos periodos para trabajar en la corte, sin embargo, Erasmus y Robert declinaron este ofrecimiento. El primero optó por mantener su libertad en el campo de la medicina, y no quiso abandonar su jardín, ni menos su grupo de inventores de la Sociedad Lunar. El segundo prefirió quedarse en Shrewsbury donde se había desarrollado como un prestigioso médico.
El rey Jorge III padecía de una leve demencia junto a otros trastornos delicados de la salud. Requería de un médico de cabecera. Jorge III se había ganado el apodo de “rey loco”, y el poder político del reino había tenido que ser delegado. Además de haber perdido la colonia norteamericana, el Rey Jorge III encomendó sus deberes al primer ministro William Pitt. Hábilmente, Pitt llevó a Inglaterra al triunfo sobre Napoleón Bonaparte en las batallas de Trafalgar y Waterloo, tras lo cual el emperador francés perdió ambas batallas y terminó preso en la isla británica de Santa Elena.
Para el Reino unido comenzaba la era del dominio de los mares, mientras la Revolución Industrial tomaba fuerza desde Birmingham y sus productos eran ofrecidos comercialmente a todo el mundo: armamentos, maquinaria textil, naves y otros.
Inglaterra tomaba además la tecnología en sus manos, junto al poderío naval obtenido tras la captura de las flotas franco-españolas y de su arsenal de guerra. Lógicamente, el dominio de franceses y españoles sobre sus colonias en América Latina se debilitó. Para los ingleses, las rutas comerciales se tornaron muy interesantes, por la pretensión de unir Londres con Lima, en momentos en que las colonias del sur de América conocían una poderosa fuerza de liberación.
La importancia de Shrewsbury
Shrewsbury en el siglo XIX
Lichfield, la ciudad donde vivió Erasmus y nació Robert Darwin, está ubicada a 35 kilómetros de Birmingham, muy cerca de los cordones industriales y de la llamada Sociedad Lunar. En aquel entonces gran parte de la ciudad estaba pavimentada con adoquines de piedra; la catedral del año 800 estaba rodeada de vegetación y parques. En esa atmósfera se criaron los abuelos y los padres de Charles Darwin, hasta que Robert decidió trasladar a su familia a Shrewsbury, una localidad ubicada a 70 kilómetros al sur de Lichfield, un poco más rural que urbana y rodeada de campos. Allí, junto a su esposa Susannah Wedgwood, Robert adquirió un terreno en la zona alta, con vistas al río Severne y a la ciudad de Shrewsbury. Construyó una casa de ladrillos de tres pisos, estilo georgiano. La llamó The Mount. Le agregó un gran jardín con plantas, arbustos exóticos y cultivos frutales. En esa casa nació Charles Darwin en el año 1809. Robert Darwin disfrutaba de la actividad como médico en su pueblo, donde se sentía requerido y tenía contacto, según él, con la gente real. Había comenzado a invertir sus ahorros en propiedades para la renta en Shrewsbury y se alzaba como un miembro importante de la influyente familia de intelectuales Darwin - Wedgwood. Le gustaba esa ciudad en la que había hecho su práctica de medicina a los 20 años, después de haber terminado sus estudios en Escocia.
Cabe recordar que Erasmus y Robert, estudiaron en la universidad de Edimburgo en la capital de Escocia. Desde que Robert se convirtió en un médico, trabajó como doctor local y ya nunca dejo esa profesión, más bien creo de ella un estilo muy propio y destacado. Prontamente alcanzó notoriedad, pues tenía una habilidad superior que le haría famoso: diagnosticar en forma temprana una enfermedad. Podía indicarle a un paciente cuánto duraría su malestar y si tenía cura o no. Esa especialidad era la primera y la más esencial razón del porque la gente le consultaba. Después se entraba en el proceso, a veces más largo, de la curación de los enfermos.
En el siglo XIX había poca disponibilidad de drogas en el mundo de la medicina, con excepción del opio y la morfina, que servían para calmar los dolores y para distraer los nervios antes de una intervención quirúrgica. Al doctor Robert Darwin no le gustaba la práctica común del desangramiento o la de purgar la sangre, practica que en esos tiempos era muy utilizada para bajar la presión o la fiebre de los pacientes. Irónicamente, Robert Darwin no toleraba ver sangre, tema que heredó posteriormente su hijo Charles. Ambos evitaban lo que llamaban “la bárbara intervención del desangramiento”. Robert Darwin recurrió a métodos orientados al sentimiento humano y más próximos a la mente, es decir cercanos a la psicología y a la psiquiatría. Escuchaba a sus pacientes cuando le contaban sus malestares, analizaba la forma en que movían sus manos, las expresiones de sus caras y el tono de sus voces: todo eso era necesario para iniciar el proceso de diagnóstico, junto a detalladas fichas clínicas.
Como si el cuerpo humano fuera un campo de batalla, en profundo silencio les examinaba el cuerpo con todos sus instrumentos. Se valía del fonendoscopio para escuchar los latidos del corazón y los sonidos de los pulmones, y del otoscopio para examinar el interior de los oídos, nariz y boca. También usaba el famoso esfigmomanómetro, que es el instrumento más común en la medicina actual para medir la fuerza y la frecuencia del pulso, y el manómetro para medir la presión. Ataba un brazalete alrededor del brazo superior del paciente y lo inflaba para estrechar las arterias, cuando estaba lleno de aire, el doctor Darwin colocaba el estetoscopio en el pliegue del brazo del paciente, sobre la arteria braquial. A medida que el aire en el brazalete se liberaba, el primer sonido que escuchaba era el que provenía del estetoscopio, la presión sistólica. Mientras el aire seguía saliendo del brazalete, se alcanzaba otro punto más, cuando el doctor ya no escuchaba sonidos, esto marcaba la presión arterial.
Por lo tanto, lograba darle alivio al paciente primero por su reputada capacidad de diagnóstico, y luego por el hecho de que casi siempre encontraba la forma más natural para lograr la cura. Era capaz de determinar si la enfermedad era crónica, pasajera o terminal. Se movía entre su consulta, el hospital y su casa. Caminaba con su maletín tipo acordeón (clásico de un médico de la época) por las calles; por su altura y corpulencia era imposible no verlo. Debió haber sido una figura muy imponente en la ciudad. Conocido por todos, era saludado con gran admiración y respetado en las tiendas, en las plazas y en general donde circulaba por las calles y pasajes, lo hacía bajo una rutina muy segura, rápida y sistemática.
Esa vocación por participar muy socialmente lo hacía más parecido a un político que a un médico local. Estaba en contacto con clérigos, la aristocracia y los ciudadanos. Las visitas a sus enfermos eran periódicas, les dedicaba el tiempo necesario según la gravedad de su enfermedad, especialmente cuando lo hacía a domicilio durante un post operatorio. Además, se hacía un tiempo libre para visitar a su mejor amigo, el reverendo John Walker, profesor de Historia Natural de la universidad de Edimburgo, quien también durante su carrera universitaria se había convertido en químico, botánico y geólogo
El mundo de los medicamentos
En el consultorio que instalo Robert Darwin en el primer piso de su casa atendía a sus pacientes y, desde allí, según el diagnóstico, enviaba a los enfermos al hospital, que quedaba a una cuadra, donde el también trabajaba. El medicamento más utilizado para todo tipo de malestares era el láudano, una tintura alcohólica basada en el opio. Su base se componía de vino blanco, azafrán, clavo de olor y canela. Las más famosas mezclas de alcohol y opio eran las que comercializaba Thomas Sydenham, quien usaba vino de Málaga. También era muy conocida la receta del monje capuchino Rousseau quien creó un láudano fermentado, vertiendo coñac sobre el opio, y de esa manera logró conquistar al rey Luis XIV, convirtiéndose en su médico personal. El rey le financió al monje Rousseau un laboratorio especial en el Louvre y recibió el grado de doctor en la Facultad de medicina de París. El láudano de Rousseau ya se vendía como un fármaco envasado en los establecimientos denominados farmacias, donde un farmacéutico elaboraba medicamentos a partir de principios activos presentes en la naturaleza de acuerdo con la receta de un doctor.
El opio se exportaba a China producido en las colonias inglesas en la India, bajo el estricto monopolio del imperio británico6. Hacia 1839, el opio surtido por el Reino Unido y Francia habían alcanzado a los campesinos y obreros chinos, que gastaban dos tercios de sus ingresos en mantener su adicción. El opio se mezclaba con el tabaco y se fumaba en toda china, y esta doble necesidad sistémica corrompía a la población porque les hacía olvidar el trabajo. Hacían todo a cambio de refugiarse en una casa de opio. Esta situación alarmó al gobierno chino, pues se había generado una epidemia de adictos al interior del país. El emperador chino suspendió el tráfico de opio: prohibió su uso y comercialización, y expulsó a los comerciantes británicos, quienes al llegar a Londres se quejaron ante la corona.
Chinos en casas de opio
Autoridades Chinas destruyendo el Opio
Ataque de la Flota Británica a China
Gran Bretaña atacó a China con su poderosa flota de ultramar, y la obligó en adelante a comprar el opio que se cultivaba en su colonia de India y a pagar por ella con moneda dura7. El mundo comenzó a cambiar definitivamente sus costumbres comerciales y las formas de gobierno fueron perdiendo el tradicional enfoque central del reino sobre América del Sur. Este proceso se acentuó entre los años 1810 y 1830; además en Inglaterra la esclavitud había terminado. Es después de este periodo cuando Charles Darwin emprende su viaje al sur de América.
Charles Darwin - En su casa Down House, junto al geólogo Charles Lyell y el botánico, Joseph Hooker.
Pintura de Victor Eustaphieff.
Foto: Science Photo Library
La Investigación
La pasión de la familia Darwin por la investigación y el afán por obtener un alto grado de conocimiento emergió con mucha fuerza en aquel siglo XVIII y continuó a principios del XIX. El ambiente, sus amistades y todo su entorno giró alrededor del mundo de la ciencia, con un cierto énfasis en la medicina. El lema de la época era atreverse a conocer. Erasmus lo vivió de manera muy intensa. Robert, más cauto, trató de mantener una disciplina estable y focalizada en la medicina. Charles tendría en el siglo XIX los méritos de su abuelo Erasmus con la pasión por la investigación y la escritura. De Robert, recibiría el empuje sistemático para estudiar y llevar adelante una carrera científica persistente y disciplinada.
Charles Darwin (a los 7 años) 1816