Читать книгу El abecedario de la golondrina - Jesús Torres Beato - Страница 11

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«En la torre amarilla, dobla una campana».

Federico García Lorca

CAMPANAS

Se ha marchado: el reflejo de una cometa en un charco.

Camino cabizbajo por la acera,

sin destino pero con perfume,

entre semáforos como burdeles.

El altavoz repite: llega el afilador.

Y mi aliento: atrapado en lanzas sucias

con punta de madera carcomida.

Sueño con la plaza envuelta en llamas.

El whisky sabe de qué hablo.

Un fantasma entra y sale de mi pared.

¿Fumará de mi pipa?

Me desfila una lágrima en el rostro.

A hombros la dejé en su nueva casa:

cipreses, pasillos blancos, la escalera…

Mi gorra negra suda; ella aún me anhela.

Huele a podrido; es su corazón.

Se ha marchado: temblor de mariposa.

La tensa valla entre sentir y vengar.

Pisó el bastón la zanja de la duda.

A su paso refulge en el camino

la tarde, tan cobarde, tan seca y tan callada,

alimentando un látigo de soledad.

¿Por qué atas su huella al espino?

¿Seré merecedor de un ataque divino?

El crujir de la noche en la madera.

Su voz pétalo rosa ya no era.

Ahora, aquí, ocho arrugas en mi traje impoluto

que ayer era de noche y es de luto.

Las campanas azotan mi azotea.

Campanas que silencian el silencio,

campanas que planean el adiós

sus coletas de niña pelirroja.

Ah, el afilador se fue sin clientes.

Alguien agita un pañuelo de despedida.

Una familia de grillos canta al unísono.

Un lobo aúlla perdido en la nostalgia.

El abecedario de la golondrina

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