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Capítulo 3 Los estilos de pensamiento y los enfoques epistemológicos

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Si bien es cierto que una persona ha desarrollado la inteligencia investigativa cuando maneja efectivamente los procesos de pensamiento y los procedimientos investigativos con la intención de abordar la realidad, también lo es que el manejo de tales procesos debe darse en función de los estilos de pensamiento y los enfoques epistemológicos. Por ello se plantea que la inteligencia investigativa también alude al conocimiento consciente de los estilos de pensamiento y los enfoques epistemológicos y enfoques de investigación (cuantitativo, cualitativo y mixto), ya que en el aprendizaje de los procedimientos investigativos es importante precisar que existen procedimientos típicos para cada enfoque epistemológico, y se desprenden de formas particulares de pensar y abordar la realidad, siguiendo secuencias y rutinas específicas de investigación. En cuanto a este planteamiento, es importante recalcar que no se trata de proponer un esquema lineal que asuma a los sujetos enmarcados en estilos A, que luego utilizan un enfoque B, que concreta en una secuencia operativa C, sino que el planteamiento es que en los sujetos prevalece un tipo de pensar que se materializa en una determinada preferencia de concebir la realidad, y esta preferencia tiene su correlato en un conjunto de procedimientos que la concretan en la práctica investigativa.

En función de lo anterior, es posible concebir y aplicar estrategias para el aprendizaje de estas relaciones que plantean correspondencias entre los estilos de pensamiento, los enfoques epistemológicos y las secuencias operativas de investigación asociadas a cada uno de estos. Ahora bien, el concepto de inteligencia investigativa que se propone aquí implica no solo el conocimiento consciente de los estilos de pensamiento y sus correspondientes enfoques epistemológicos a partir de los cuales se abordan los problemas, sino que también implica reconocer el hecho de que para cada uno de ellos se aplican operaciones cognitivas específicas, de acuerdo con las rutas de producción de conocimiento. Cabe decir que existen procesos de pensamiento utilizados no en uno sino en todos los enfoques epistemológicos.

Siendo así el planteamiento, es importante entonces introducir la explicación de los estilos y enfoques epistemológicos, para luego pasar a ubicar los procesos y operaciones cognitivas en general e investigativas en particular, y en consecuencia proponer las estrategias requeridas para activar tales operaciones en espacios concretos de la educación básica, como son las bibliotecas escolares.

Rivero (2000), luego de una exhaustiva revisión teórico-conceptual sobre escuelas, corrientes y movimientos en distintas áreas científicas relacionadas con la conducta humana y el pensamiento, llegó a la conclusión de que los individuos, no solo formados académicamente como científicos e investigadores, sino que también los individuos comunes, presentan maneras diferentes de pensar. Esto es así por el ambiente sociocultural donde se desenvuelve el individuo y las experiencias de vida y de aprendizaje que han acumulado a lo largo de su vida y que conforman sus estructuras racionales, es decir, sus modos de pensar. Tales modos tienen un correlato en la manera a partir de la cual se abordan los problemas e investigaciones, es decir, los denominados enfoques epistemológicos, que plantean cada uno una particular visión de la realidad, una concepción de conocimiento y un conjunto de operaciones típicas mediante las cuales se “aprehende” el mundo objetivo y subjetivo. Sobre la base de esta idea se fundamenta la necesidad de proponer un conjunto de estrategias para activar el aprendizaje de los procesos de pensamiento y las operaciones investigativas, las cuales guardan una estrecha relación con los estilos de pensamiento y los enfoques epistemológicos.

Entonces, si se acepta que “conocer” es una capacidad manifiesta en las acciones que realiza el hombre en su incesante intercambio con el mundo, es posible abordar al sujeto como un ser epistémico desde una perspectiva estrictamente individual, haciendo hincapié en las características que van definiendo su desarrollo cognitivo hasta alcanzar la madurez.

En conclusión, existen tres grandes tendencias referidas al pensamiento individual, secuencialmente relacionadas; cada una de ellas demanda y ofrece diversas maneras para abordar la realidad que encarnan formas peculiares de conocer. Estas últimas reproducen variadas posibilidades para explicar, descubrir y comprender el mundo, a partir de las cuales es posible activar procedimientos cognitivos que permiten desarrollar de forma progresiva la inteligencia del individuo. Tales tendencias o estilos de pensar fueron tipificados por Padrón (1992 y 2000) como estilos sensorial o inductivo-concreto, racional o deductivo-abstracto e intuitivo o introspectivo-vivencial.

Siguiendo al docente e investigador venezolano, el estilo de tipo sensorial es propio de las personas que prefieren acercarse al conocimiento, a partir de procesos en los cuales predominan el uso de los sentidos y las estrategias de búsqueda de información empírica, que permite orientar la observación de situaciones fácticas, cosas y objetos particulares, como vías válidas de producción y evaluación de los conocimientos. La preeminencia hacia el uso de los sentidos constituye el sustrato del abordaje de evidencias, a través de las imágenes, la frecuencia de ocurrencia de los hechos, cuya base es el conteo, la medición y la descripción.

En cuanto al estilo racional, se plantea que es típico de las personas, cuya preferencia para procesar información y construir conocimiento se basa en la lógica deductiva, es decir, la aplicación de los procesos de razonamiento y argumentación; como resultado de esta forma de pensar se destacan: la producción de ideas, las generalizaciones teórico-conceptuales, las abstracciones, las estructuras y los sistemas explicativos. Los sujetos que utilizan este modelo de acercamiento a la realidad demuestran dominio para establecer vínculos, aplicar sistemas de conceptualización, generar asociaciones, analogías verbales y figurativas, todo lo cual reproduce una orientación hacia estructuras de procesos para la teorización.

Las principales metáforas relacionadas con el enfoque de tipo racionalista son la idea de red de conceptos y las nociones de tejido y de urdimbre temática, las cuales que permiten explicar la realidad y los fenómenos que se estudian. Según Árraga (2002), las personas que se inclinan a utilizar el lenguaje verbal y las analogías se vinculan de manera directa con lo racional, aunque es preciso aclarar que el predominio de un estilo no excluye la presencia de los demás.

Respecto a la explicación de los enfoques epistemológicos, Padrón (2000) los define como convicciones, preferencias y alternativas que orientan las decisiones acerca de cuáles son las formas que permiten sistematizar la construcción del conocimiento. Dichas preferencias se articulan en torno a un conjunto de creencias, conocimientos, actitudes sobre lo que se conoce como conocimiento científico, en tanto que constructo que se produce sobre la base de la integración de datos, información y elementos derivados de la experiencia.

Siguiendo al experto venezolano en epistemología, son dos los criterios para la establecer y clasificar los tipos de enfoques epistemológicos, a la luz del denominado por el propio Padrón (2000) como modelo de variabilidad de la investigación educativa. El primero de los criterios tiene que ver con el producto del conocimiento científico, y el segundo, con la vía de acceso y de producción de este. Tomando en cuenta estos dos criterios, pueden identificarse tres enfoques epistemológicos: el empirista-inductivo, el racionalista-deductivo y el introspectivo-vivencial.

De acuerdo con los planteamientos del autor, el enfoque empirista-inductivo también es conocido como probabilista, positivista, neopositivista, atomista lógico, etc. Considerando el primer criterio, en este enfoque los patrones de repeticiones de eventos se conciben como base para producir conocimiento científico; tales patrones explican las interdependencias entre clases distintas de eventos fácticos. El conocimiento acerca del mundo se reduce a la reiteración y a la frecuencia con las cuales los eventos ocurren. En tal sentido, y teniendo en cuenta el segundo criterio, la vía para generar y validar el conocimiento es la experiencia sensorial; por tanto, los instrumentos para la identificación de la frecuencia de ocurrencia permiten el registro y sistematización de las características y condiciones bajo las cuales estos eventos ocurren.

La lógica que prevalece en este enfoque es la inductiva, que reconoce la presencia de los hechos desde la realidad, y se entiende como el espacio de concreción por excelencia donde se manifiestan el conjunto de interacciones y las dinámicas que permiten detectar cómo se comportan determinados patrones. Los procedimientos metodológicos que concretan este enfoque son el diseño de experimentos, la formulación de hipótesis empíricas, la medición y la construcción de posibles generalizaciones a partir de resultados del análisis estadístico (descriptivo o inferencial).

El siguiente enfoque epistemológico se conoce con la denominación de racionalista-deductivo, categorizado también como teórico-conceptual. Considerando el primer criterio, este enfoque concibe como el producto del conocimiento científico la construcción de sistemas explicativos y conceptuales, sustentados en una lógica de tipo argumentativa y deductiva, según la cual se presentan aseveraciones generales o conclusivas, de las que se derivan otras aseveraciones que fundamentan la general. Estas elaboraciones conceptuales se caracterizan por una alta potencialidad para la generalización, apoyada en hipótesis teóricas, cuya aceptación o rechazo dependen de la validez interna y externa de las construcciones conceptuales y de su consistencia, coherencia y pertinencia. La invención, la generación y la creación conforman la acción intencional que guía el proceso de construcción del conocimiento en este enfoque. Por ello, más que descubrir, con este enfoque se busca producir sistemas, modelos y esquemas a partir de los cuales se pueda explicar el comportamiento de los fenómenos que se estudian.

Si bien en el enfoque epistemológico de tipo empirista e inductivo se acude a principios de medición y experimentación, articulando la visión de la realidad desde lenguajes estadísticos y matemáticos, en el racionalista los instrumentos de producción de conocimiento están sustentados en el razonamiento que puede evidenciarse a partir de los argumentos lógicos y convincentes. Al estar apoyado en procedimientos de la razón para el desarrollo de esquemas abstractos que evidencien la estructura de la realidad mediante el comportamiento de los hechos materiales y humanos, este enfoque se vale del conocido método deductivo, según el cual se producen conclusiones susceptibles de fundamentación en aseveraciones específicas que la apoyan. En cuanto a los procedimientos que se prefieren utilizar en este enfoque, se tienen las modelaciones teóricas, la configuración de sistemas conceptuales-explicativos y la generación de cartografías elaboradas a partir de relaciones de implicación, de colateralidad y de jerarquía.

Por último, el enfoque introspectivo-vivencial constituye, según la propuesta de Padrón (2000), la tercera de las formas y el conjunto de convicciones mediante las cuales se pueden abordar los fenómenos, no con el propósito de descubrirlos o razonarlos, sino con el objeto de comprenderlos, para develar el universo simbólico que los configuran. En palabras del autor, este enfoque también se conoce como psicologista, hermenéutico, interpretativo, cualitativo, entre otros. Considerando el primer criterio para clasificar el enfoque, el conocimiento es producto de la interacción intersubjetiva y del mundo de significaciones e interpretaciones de los mensajes presente en la estructura del mundo sociocultural. El conocimiento en este enfoque es más producto de la dialógica que se puede establecer entre diversos actores —mediados por condiciones y características socioculturales e históricas— que del diseño experimental o de las argumentaciones, derivadas del razonamiento, como es el caso de los enfoques empiristas y racionalistas respectivamente.

Si con el enfoque empirista se busca descubrir la frecuencia de ocurrencia de los hechos y con el racionalista se pretende la modelación de la realidad, con el introspectivo vivencial la meta es comprender los elementos en torno a los cuales se articulan los fenómenos. En este enfoque, es crucial el papel que cumple el lenguaje y las estrategias de interpretación y develamiento de la realidad. La ciencia se concibe como un poderoso instrumento para la emancipación del ser humano y para la transformación de la sociedad.

Ahora bien, se hace hincapié en la noción de sujeto como actor social, cuya comprensión del mundo es posible evidenciarla a partir del lenguaje y los mensajes verbales que reproducen la conciencia individual y colectiva, desde donde es posible también derivar las estructuras que subyacen en la realidad. Al conocimiento se llega a partir de la experiencia intersubjetiva y la capacidad interpretativa que los actores pueden desencadenar como producto de la toma de conciencia de su presencia en los contextos donde ocurren los hechos. El calificativo de vivencialista se da porque la relación sujeto-objeto no se realiza como en los enfoques empírico y racionalista, sino que esta relación entre quien estudia y quien forma parte de los escenarios en estudio se da de una manera simbiótica y recíproca, en la que ambos, sujetos investigadores y sujetos estudiados, se convierten en actores que resignifcan y reconstruyen su mundo fenoménico a partir de la experiencia vivida y compartida.

Tomando en cuenta los estilos de pensamiento estudiados y los enfoques epistemológicos, es evidente que una relación se complementa, en virtud de que cada estilo se corresponde con cada enfoque epistemológico. En síntesis, los estilos de pensamiento encarnan diversas estrategias cognitivas que permiten la materialización de cada enfoque.

De acuerdo con los estilos de pensamiento estudiados y los enfoques epistemológicos definidos, puede observarse entonces la relación que existe entre unos y otros, de modo que cada estilo de pensamiento corresponde a un enfoque epistemológico particular. En este sentido, Padrón (2000) señala que los enfoques epistemológicos y los estilos de pensamiento se corresponden uno a uno. De hecho, en muchos grupos de investigación o comunidades académicas prevalecen algunos de estos estilos y enfoques, y sobre esta base se han configurado las creencias y modelos de descubrimiento, explicación y comprensión de los problemas que se estudian. Es posible entonces llegar a la conclusión de que los estilos de pensamiento pueden derivarse de la misma clasificación de enfoques epistemológicos, tal como puede examinarse en una comparación entre las tablas 5 y 6.

Tabla 5. Enfoques epistemológicos


Fuente: Padrón (2000).

Tabla 6. Estilos de pensamiento

Estilo Factor cognitivo predominante Rasgos básicos Descripción analógica Figuras ejemplares
Inductivo concreto Los sentidos, la percepción sensorial • Tienden a la ejecución técnica • Son observadores acuciosos • Son prácticos • Se orientan al mundo circundante • Construyen mediante generalizaciones a partir de los casos concretos El Homo faber, el ingeniero, el inventor, el “hombre con la lupa”, el dato concreto Santo Tomás (“ver para creer”), Diógenes El Cínico, Bacon, Locke, Gutenberg
Deductivo abstracto La razón, los mecanismos de razonamiento • Tienden al concepto • Son pensadores finos • Son teóricos • Se orientan al mundo de las ideas • Construyen mediante derivación a partir de conocimientos generales El Homo sapiens, el lógico, el pensador, el “hombre con la red”, la idea abstracta Descartes (cogito, ergo sum), Aristóteles, Leibnitz, Darwin, Einstein
Introspectivo vivencial La conciencia, las vivencias del “yo” interno • Tienden al sentimiento, al fenómeno interno • Son intuitivos • Son empáticos • Se orientan al mundo de la sensibilidad • Construyen mediante introspección a partir de vivencias internas El poeta, el soñador, el adivinador, el apóstol, el “hombre con el corazón”, la experiencia íntima San Agustín (Confesiones), Platón, Don Quijote, Husserl, Dilthey, Heidegger

Fuente: Padrón (2000).

La relación entre estilos de pensamiento y enfoques epistemológicos es posible enseñarla de manera concreta desde las materias de investigación, con lo cual se estaría superando la tradicional concepción que ha prevalecido en la docencia de estas materias, caracterizadas por la reducción e instrumentalismo en el uso de técnicas de investigación, vistas como recetas, cuya aplicación reproduce una lógica acrítica y sin conocimiento de causa. Introducir en el estudio de la investigación no solo las técnicas y métodos, sino también los estilos de pensamiento implicados y los enfoques epistemológicos conduce a impulsar el desarrollo de la inteligencia investigativa. Por eso es importante considerar la clasificación y definición de procesos de pensamiento e investigación realizada por Machado (1998), Amestoy de Sánchez (1998) y Hernández-Rojas (2000), y otros procesos investigativos no considerados por los autores revisados y propuestos por los autores de este estudio respectivamente (tabla 7). El supuesto que se pretende demostrar es que para el aprendizaje desde la universidad de cada estilo de pensamiento y enfoque epistemológico se requiere desarrollar estrategias para enseñar procesos de pensamiento y de investigación específicos, lo cual se señala en próximos apartes.

Tabla 7. Relación entre estilos de pensamiento, enfoques epistemológicos, procesos cognitivos y operaciones investigativas

Estilo de pensamiento Enfoque epistemológico Procesos cognitivos generales Procesos investigativos específicos
Inductivo-concreto Empirista-inductivo Observar, ordenar, diferenciar, semejantizar, comparar, relacionar, analizar, sintetizar Identificar, relacionar, metrizar, delimitar
Deductivo- abstracto Racional-deductivo Clasificar, comparar, definir conceptos, relacionar, analizar, sintetizar Taxonomizar, simbolizar, relacionar, delimitar
Introspectivo- vivencial Introspectivo- vivencial Observar, personificar, temporalizar, expresar, relacionar, analizar, sintetizar Relacionar, delimitar, interpretar, convivir

Fuente: Pirela Morillo, Ocando y Bracho (2003).

En palabras de Pirela, Ocando y Bracho (2003), la inteligencia investigativa como elemento medular de la formación y desarrollo de competencias para investigar se debe sustentar en el conocimiento de la relación que existe entre los estilos de pensamiento, los enfoques epistemológicos, los procesos cognitivos asociados y las operaciones investigativas, lo cual se recoge en la tabla 7.

Existen procesos cognitivos que se repiten en unos y otros enfoques epistemológicos, tal es el caso de la comparación, la relación, el análisis y la síntesis, ya que estos procesos forman parte de toda dinámica investigativa, sobre todo de los aspectos formales del acto indagativo y la comunicación de sus resultados. Igualmente, se repiten operaciones investigativas, es el caso de la delimitación y la relación, puesto que se asumen como operaciones investigativas típicas de cualquier acto de investigar, sea cual fuere el enfoque epistemológico en el cual se enmarca.

Investigación formativa en los estudios de información documental

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