Читать книгу Punta de lanza - Jorge A. Freire - Страница 12

Оглавление

Ciudadano universal

De todos los lugares de los que pude haber sido

no me quedo con ninguno,

en todo caso con Irlanda,

porque soy borracho,

y algo bohemio,

y me gustan los acantilados,

con sus rocas ahí abajo,

mirando hacia arriba,

invitándote a una pinta con mucha espuma,

y mis tierras altas no te llegan ni a la mitad

de tus tacones de aguja,

que se clavan en mi alma de perdedor compulsivo,

de matarife acostumbrado a perdonar vidas,

a celebrar soledades,

de cobrador sin frac que condona deudas

por besos mal dados,

que tiene alma de oveja,

pero se viste de lobo,

porque el hábito sólo es hábito si te habitúas a ello.

De todos los lugares de los que pude haber sido

no me quedo con África,

aunque me gustan sus paisajes y sus árboles invertidos,

y sus negros sin sus mantas,

pero no soporto el calor si no es humano,

y a veces con reservas,

que las fiebres son muy suyas.

Ni tampoco con Europa,

que iguala monedas,

pero hace excepciones,

confunde credos,

impone aranceles,

abona trincheras,

que olvida los pasados

que le hacen repetirse,

que pone diques al mar,

como si valiera de algo.

Ni mucho menos América,

que depende de Vespucios,

de Florencias descastadas,

de conquistadores sin brújula,

de armas en manos necias,

de estatuas amontonadas.

Ni tampoco la del sur,

con sus Magallanes estrechos,

sus mares de sucia plata,

sus Patagonias compartidas,

sus favelas,

su fútbol,

sus pasiones excesivas.

De todos los lugares de los que pude haber sido

huyo de septentriones,

de atardeceres infinitos,

de noches eternas,

de solsticios,

de armisticios,

de gritos de guerra,

de fratricidios,

de lugares comunes,

de comunes acuerdos,

sin balanza equilibrada.

De todos los lugares de los que pude haber sido

no elijo Australias,

Indonesias,

Polinesias,

por fragmentos excesivos,

por izquierdas y siniestras,

por banderas confundidas,

por destierros coloniales,

de marsupiales sin bolsa,

de koalas rápidos,

de perezosos activos,

de demonios sin Tasmanias,

de dragones sin Komodos.

De todos los lugares de los que pude haber sido

descarto Asias por calendarios desfasados,

por honorables excesos,

por excesivos honores,

por sus largas murallas,

por sus vistas cansadas,

sus arrozales,

por sus tundras,

sus Baikales,

sus profundidades,

sus perros amontonados listos para el consumo,

sus liebres que esconden gatos,

sus perseguidos pangolines.

De todos los lugares de los que pude haber sido

no deseo Orientes Medios,

ni lejanos,

ni próximos,

con sus trenes a La Meca,

pero la gente va a pie,

con sus rodillas desgastadas,

sus alfombras orientadas,

con su Dios que tanto les gusta,

que algunos mueren por él,

sin saber a dónde van tantos pedacitos,

entre los que van los tuyos,

hermanados por el llanto que deparan los lutos,

vengan de donde vengan,

asediados el resto

por la ira de unos pocos.

De todos los lugares de los que pude haber sido

me quedo con este,

por costumbre

y por hartazgo,

por no reivindicar lo que me vino impuesto,

sin consulta, ni destino,

que eso es lo que soy,

ciudadano universal,

con mis ansias,

mis defectos,

mis desatinos.

Punta de lanza

Подняться наверх