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Camiña Fernández, Francisco
Cancela Carral, José Mª
Los principios del entrenamiento aplicados a la natación
1. INTRODUCCIÓN
La teoría y metodología del entrenamiento tiene sus propios principios basados en las ciencias biológicas, psicológicas y pedagógicas. Éstos son guías y reglas que sistemáticamente dirigen el proceso global de entrenamiento y son los siguientes:
1 Principio de participación activa y consciente del entrenamiento.
2 Principio de desarrollo multilateral.
3 Principio de especialización.
4 Principio de individualización.
5 Principio de variedad.
6 Principio de modelación del proceso de entrenamiento.
7 Principio de progresión.
8 Principio de la especificidad.
9 Principio de calentamiento y vuelta a la calma.
10 Principio del entrenamiento a largo plazo.
11 Principio de acción inversa.
12 Principio de continuidad.
13 Principio de la sobrecarga.
14 Principio de adaptación.
2. PRINCIPIOS
2.1. Principio de participación activa y consciente del entrenamiento
Este principio contempla una preparación y conducción del entrenamiento y una actividad tal entre el entrenador y sus alumnos que permitan a cada deportista saber por qué y para qué actúa. Del principio del consciente se desprende la siguiente regla: el nadador debe conocer el resultado de su actividad, así como la valoración que se le da a los ejercicios realizados. Cuando un nadador, después de realizar un ejercicio de técnica de un estilo, analice sus movimientos, juzgue sus errores y sepa cómo superarlos, está en condiciones de repetir el ejercicio con más éxito. Este conocimiento de resultados se efectuará tanto en fase de aprendizaje como a lo largo de cualquier ejercicio de entrenamiento. Ritter y Reh (1971) sugieren que pueden derivarse de este principio las siguientes reglas:
• El entrenador debe elaborar los objetivos del entrenamiento junto con los deportistas.
• El deportista deberá participar activamente en la planificación de los programas de entrenamiento.
• El deportista debería pasar continuamente tests y controles con el fin de obtener una información más objetiva de su progreso.
• El deportista debe introducir entrenamientos sin la supervisión del entrenador.
2.2. Principio de desarrollo multilateral
Es necesario exponerse a un desarrollo multilateral con el fin de adquirir los fundamentos para una especialización posterior, en el momento adecuado y nunca de forma prematura. Una base multilateral amplia de desarrollo físico es uno de los requerimientos básicos necesarios para alcanzar un nivel altamente especializado de la preparación física. El principio de desarrollo multilateral comprende la interdependencia entre todos los sistemas y órganos humanos y entre los procesos fisiológicos y psicológicos. Los grupos musculares, la flexibilidad de la articulación, la estabilidad y la activación de todas las partes que están afectados por los futuros requerimientos del deporte seleccionado deben ser el punto principal de atención.
2.3. Principio de especialización
Se refiere a la aplicación de ejercicios específicos en el entrenamiento de un deporte determinado. Esta aplicación lleva consigo unas alteraciones morfológicas y funcionales del organismo, altamente relacionadas con aspectos fisiológicos, técnicos, tácticos y psicológicos.
Sin embargo, la relación entre entrenamiento multilateral y entrenamiento especializado tiene que ser cuidadosamente planificada. Actualmente, existe la tendencia a bajar la edad de maduración atlética, con las consiguientes consecuencias que esto trae consigo: por un lado, rápidos éxitos deportivos, pero, por otro, la reducción de la capacidad de trabajo, el agotamiento del sistema nervioso central y otras alteraciones funcionales.
2.4. Principio de individualización
Cada persona responde de forma diferente al mismo entrenamiento por alguna de las siguientes razones:
1 Herencia.
2 Maduración.
3 Nutrición.
4 Descanso y sueño.
5 Nivel de condición.
6 Motivación.
7 Influencias ambientales.
Según Ozolin (1983), «el principio de individualización exige que los objetivos y tareas de la preparación del deportista se seleccionen teniendo en cuenta el sexo y la edad de los practicantes, el nivel de sus objetivos y tareas de las posibilidades funcionales, su preparación deportiva y estado de salud, teniendo en cuenta las peculiaridades de su carácter, las calidades psíquicas, etc.».
La base fundamental para realizar este principio es la confección de planes individuales de entrenamiento.
2.5. Principio de variedad
El entrenamiento contemporáneo exige muchas horas de dedicación. Un alto volumen de entrenamiento conlleva que ciertos elementos técnicos o ejercicios sean repetidos muchas veces. Esto conduce a la monotonía y al aburrimiento, lo cual es más determinante en aquellos deportes, como la natación, en los que predomina el factor de resistencia y el repertorio de elementos técnicos es mínimo.
2.6. Principio de modelación del proceso de entrenamiento
La necesidad de adecuar los entrenamientos a los requisitos, características y particularidades de la competición hace posible optimizar el sistema de entrenamiento. Esto se hace mediante la modelación, es decir, la imitación, la simulación de la realidad. El modelo debe ser sencillo y realista, incorporando sólo aquellos elementos de entrenamiento que sean idénticos a la naturaleza de la competición.
2.7. Principio de progresión
Llamado también principio de aumento progresivo de la carga de entrenamiento o principio de la gradualidad. Marca la elevación gradual de las cargas en el entrenamiento, el aumento del volumen y la intensidad de los ejercicios realizados, la complejidad de los movimientos y el incremento de nivel de tensión psíquica.
El ritmo de mejora va unido al ritmo y forma de aumentar la carga en el entrenamiento. Debe tenerse en cuenta que cuando las cargas se mantienen iguales, éstas pierden paulatinamente su efecto de entrenabilidad.
La carga debe ser mayor y más intensa a medida que aumente la capacidad de rendimiento. Sin embargo, se ha comprobado que en los jóvenes se logra una adaptación más estable y, por consiguiente, un mayor aumento del rendimiento cuando se aumenta progresivamente la carga y se utilizan las reservas para entrenar más (Harre, 1973).
Las medidas más importantes a aplicar son:
• Aumento de la frecuencia de entrenamiento.
• Aumento del volumen de carga por unidad de entrenamiento con igual intensidad de estímulo.
• Aumento de la intensidad de estímulo en la unidad de entrenamiento.
2.8. Principio de especificidad
Los efectos son específicos del tipo de estímulo de entrenamiento que se utilice en las tareas, del sistema de energía, del grupo muscular y del tipo de movimiento de cada articulación. El rendimiento mejora más cuando el entrenamiento es específico de la actividad. Correr no es la mejor preparación para nadar, y viceversa.
2.9. Principio de calentamiento y vuelta a la calma
El calentamiento debe preceder toda actividad intensa con el fin de:
• Aumentar la temperatura corporal.
• Aumentar el ritmo de respiración y del corazón.
• Prevenir lesiones.
La vuelta a la calma es tan importante como el calentamiento. Una ligera actividad después del trabajo intenso favorecerá la acción de bombeo de los músculos sobre las venas, ayudando a que la circulación transporte los productos de desecho en sangre.
2.10. Principio del entrenamiento a largo plazo
No se debe acelerar el proceso de entrenamiento. Mucho entrenamiento demasiado pronto puede llevar al fracaso por causas físicas y/o psicológicas. El buen camino se basa en un programa de entrenamiento a largo plazo, sin presiones ni especialización prematura.
2.11. Principio de acción inversa
Los efectos del entrenamiento son reversibles. La mayoría de las adaptaciones que se logran en muchas horas de trabajo pueden perderse. Se necesita tres veces más tiempo para ganar resistencia que para perderla.
Conviene recordar la importancia que tienen los períodos de inactividad para el deportista. Cuando estas adaptaciones se pierden, se tendrá que emplear un tiempo considerable para recuperar lo perdido en vez de para mejorar.
2.12. Principio de continuidad
Este principio está basado en la necesidad de acciones repetidas para mejorar el rendimiento bajo la influencia del entrenamiento. Sólo la repetición garantiza la fijación de los hábitos y conocimientos, la estabilidad de la técnica y los resultados deportivos, y la adquisición de experiencias. Sin repetición de las sesiones de entrenamiento, de ejercicios físicos y de otro tipo, no puede haber desarrollo ni perfeccionamiento en dicho deporte.
2.13. Principio de sobrecarga
La base de este principio es que las adaptaciones tienen lugar sólo cuando las demandas del entrenamiento son mayores que las demandas normales que se producen en un mecanismo fisiológico en particular, en otras palabras, cuando el mecanismo concreto está sobrecargado. Por ejemplo, cuando el entrenamiento crea una demanda de mayores cantidades de metabolismo aeróbico, las mitocondrias musculares aumentarán de tamaño o número hasta cubrir la demanda.
Este principio, aunque simple en definición, es bastante complejo en la aplicación, porque aunque las demandas de entrenamiento deben ser suficientes para estimular la adaptación, no pueden ser excesivas ya que el efecto del entrenamiento se perderá a causa de una lesión o sobreentrenamiento. Si la cantidad de sobrecarga excede la tolerancia de un sistema fisiológico en particular, ese sistema simplemente acabará averiado.
2.14. Principio de adaptación
El propósito de los programas de entrenamiento es producir adaptaciones metabólicas, fisiológicas y psicológicas que les permitan a los nadadores rendir más. El término adaptación está relacionado con cambios que ocurren en respuesta al entrenamiento. El proceso de entrenamiento se produce en parte por un incremento de las mitocondrias musculares. Cuando el entrenamiento incrementa la demanda de energía aeróbica, el número y tamaño de las mitocondrias musculares aumenta; por lo tanto, esas «factorías químicas», en las que tiene lugar el metabolismo aeróbico, se vuelven más grandes y numerosas. Esto le permite al atleta disponer de más energía por el metabolismo aeróbico, por el que puede nadar más tiempo sin cansarse.
El proceso de adaptación tiene lugar cuando los tejidos son estimulados al máximo, o casi. Esta estimulación causa algún catabolismo, o destrucción de tejidos, durante el trabajo. Sin embargo, esos tejidos serán reconstruidos para que sean más grandes, más fuertes y más funcionales durante el período de recuperación, si hay suficientes nutrientes disponibles. El proceso de reparación se llama anabolismo. Siempre habrá un equilibrio entre los procesos anabólicos y catabólicos durante el entrenamiento. Si el entrenamiento no es lo suficientemente intenso como para causar algún catabolismo, no habrá estimulación para la reconstrucción. Por otra parte, si el porcentaje de catabolismo excede al de anabolismo, los sistemas fisiológicos del atleta se deterioran con el tiempo, y con ello sus resultados.
Hay tres pasos, por lo menos, en el proceso de adaptación:
1 Crear la necesidad de un mayor aporte de energía para el entrenamiento.
2 Aportar los nutrientes necesarios para reconstruir y reparar los tejidos.
3 Darles a los atletas el tiempo necesario de descanso para construir y reparar los tejidos.
Finalmente, una vez que el proceso de adaptación ha sido completado, será necesario incrementar la duración y/o intensidad del entrenamiento para crear mejores adaptaciones.