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El Evangelio del doctor Lucas
ОглавлениеLucas era un médico que, de acuerdo con la medicina de su época, mandaba más gente a la tumba de los que lograba curar. Por eso, no debe extrañarnos que en su Evangelio y en Hechos de los apóstoles se explaye sobre el poder para sanar que hay EN EL NOMBRE DE JESÚS; que relate con detalles los milagros de sanidad realizados por Jesús y sus discípulos.
La escritora Elena de White corrobora: “Durante su ministerio, Jesús dedicó más tiempo a sanar a los enfermos que a predicar. Sus milagros atestiguaban la verdad de sus palabras” (DTG 316).
A modo de ejemplos, podemos encontrar en el capítulo 4 la curación de la suegra de Pedro, la liberación de un endemoniado y una multitud de sanados al ponerse el sol. En el capítulo 5, la pesca milagrosa, y la sanidad de un leproso y de un paralítico. En el capítulo 6, la sanación del hombre de la mano seca y de otra multitud. El capítulo 7 registra la conversión de un funeral en fiesta cuando resucita al hijo de una viuda; luego sana al siervo del centurión y a Simón el fariseo. El capítulo 8 nos cuenta acerca de la curación de un “demente” (alguien a quien hoy enviaríamos en vano a un psiquiatra, pues estaba endemoniado), la resurrección de la hija de Jairo y, además, del Creador calmando la tempestad. En el capítulo 9, Jesús multiplica los panes y los peces, con los cuales alimenta a los cinco mil, y también sana a otro endemoniado.
Dos porciones bíblicas resumen el tema: “Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. También salían demonios de muchos dando voces y diciendo: ‘¡Tú eres el Hijo de Dios!’ ” (S. Lucas 4:40, 41). “Descendió [Jesús] [...] en compañía de [...] una gran multitud de gente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón que había venido para oírlo y para ser sanados de sus enfermedades; también los que habían sido atormentados por espíritus impuros eran sanados. Toda la gente procuraba tocarlo, porque poder salía de él y sanaba a todos” (S. Lucas 6:17-19).