Читать книгу Abusos sexuales en la Iglesia Católica: análisis del problema y de la respuesta jurídica e institucional - Josep M. Tamarit Sumalla - Страница 7

La investigación del modo en que la Iglesia Católica ha reaccionado ante la aparición de casos de abusos refleja una diversidad de actitudes. Ello no debe sorprender, dado que, pese a la imagen que a veces se proyecta de ella como institución monolítica, está integrada por personas con sensibilidades diversas y está radicada en prácticamente todo el mundo, en contacto con distintos contextos culturales.

La actitud que ha predominado en muchos países ha sido de carácter defensivo, basada en la negación o la minimización del problema. Cuando ante la evidencia ha sido imposible negar la existencia de casos de abuso, la respuesta oficial eclesiástica ha tendido a presentarlos como hechos aislados o a centrar las explicaciones en causas individuales, atribuyendo los abusos a rasgos psicopatológicos de los abusadores y obviando la posible influencia de causas de tipo ambiental o estructural. Una muestra de esta actitud negacionista ha sido la renuencia a aceptar el debate sobre las causas del problema. Una pauta de respuesta consecuente con esta posición defensiva ha sido favorecer que los clérigos acusados sean sometidos a tratamiento, tolerando, generalmente de mala gana, que tengan que hacer frente a responsabilidades penales como autores de delitos graves.

Un paso adelante respecto a esta actitud ha sido la aceptación de la necesidad de colaborar con las autoridades civiles para que los transgresores respondan por sus actos criminales. También ha representado un avance la disposición, mostrada por algunas conferencias episcopales, a conocer las causas de los abusos, más allá de los factores individuales, en el marco de las teorías de la oportunidad delictiva, y de adoptar estrategias de prevención basadas en un enfoque situacional, modificando el entorno en el que se detecta riesgo de abuso para reducirlo. Estos enfoques permiten mantener la convicción de que los abusos sexuales son esencialmente la consecuencia de la existencia de ovejas negras o de manzanas podridas dentro de la Iglesia, la cual, como cualquier otra institución, no está libre del riesgo de infiltración de personas con un comportamiento contrario a la ética del grupo (Doyle 2020; White & Terry 2008).

En varios países y en la propia posición del Vaticano se ha podido constatar una evolución desde una actitud defensiva hacia una paulatina disposición a aceptar la existencia de un problema y a la necesidad de conocer sus causas. Sin embargo, los posicionamientos de los responsables eclesiales tienden, en general, a evitar la indagación de las causas que puedan estar relacionadas con aspectos institucionales o estructurales. Está muy extendido el mensaje de que los abusos sexuales no son propiamente un problema de la Iglesia Católica, sino de la sociedad, porque se producen, incluso en mayor medida, en el ámbito familiar y en el seno de otras instituciones, como las de carácter educativo o deportivo.

En España los casos que han llegado a los tribunales penales han sido pocos. Las sentencias dictadas afectan a 40 sacerdotes o religiosos y a 120 víctimas (se desarrolla posteriormente en el capítulo de Tamarit, Aizpitarte y Arantegui). La mayor parte de los casos que han salido a la luz están prescritos e incluso en muchos de ellos los presuntos abusadores han fallecido o tienen una edad muy avanzada. A nivel interno, los Obispados se han ido dotando de protocolos que contienen normas de prevención y pautas de respuesta a los casos de abusos que surjan4. La Conferencia Episcopal ha aprobado también un protocolo, a partir de las directrices procedentes de la Santa Sede, a tenor del cual si existen indicios racionales de que se ha cometido un delito la autoridad eclesial debe invitar a la persona afectada a que denuncie el hecho a la policía, la fiscalía o los tribunales. En la página web de la Conferencia se informa de que en 2020 todas las diócesis disponen de oficinas de denuncias de abusos sexuales a menores y a personas vulnerables5. También se ofrece información sobre procedimientos y sobre los pasos a seguir en caso de denuncia, aunque no respecto a investigaciones sobre hechos del pasado.

Los estudios que se presentan a continuación se han centrado en diversos aspectos del problema. Se incluye en primer lugar un análisis cuantitativo de las características del fenómeno y sus consecuencias en la fe y la salud mental de sus víctimas y a continuación tres estudios cualitativos, uno basado en testimonios de víctimas de abuso sexual en la Iglesia, otro en entrevistas a una muestra de clérigos no abusadores para conocer su percepción problema y un último consistente en entrevistas a una muestra de mujeres, algunas de las cuales sufrieron abusos cuando eran menores y otras en su vida adulta. Estos estudios se complementan con un análisis de tipo cuantitativo referido a los abusos en Chile. La segunda parte del libro está integrada por tres trabajos sobre diversos aspectos relativos a la respuesta al problema, una comparación de los modelos de respuesta a nivel internacional, un estudio jurídico-penal y otro criminológico de carácter cuantitativo de las sentencias dictadas por los tribunales penales españoles en casos de abusos sexuales en instituciones religiosas, comparados con dos muestras de otros casos de abuso sexual institucional. Sigue a estos trabajos una reflexión sobre la doctrina de la Iglesia ante los discursos de legitimación de los abusos. Los capítulos se han ordenado según la lógica temática que se ha expuesto, no en atención a la estructura del proyecto coordinado de investigación. Los capítulos 1 y 5 corresponden al subproyecto ejecutado en la Universidad de Barcelona, dirigido por la Dra. Noemí Pereda, los capítulos 3, 4, 6 y 9 al subproyecto de la Universidad del País Vasco, dirigido por la Dra. Gema Varona, y los capítulos 2, 7 y 8 corresponden al subproyecto de la Universitat Oberta de Cataluña, que yo mismo he coordinado.