Читать книгу Sexo en la biblia - Juan Antonio Monroy - Страница 11
ОглавлениеCapítulo V
Concubinato
El Antiguo Testamento, siguiendo las costumbres de los pueblos cercanos a Israel, admite el concubinato entre los hebreos como un hecho legal y distingue entre concubina y esposa.
Grandes hombres que vivieron aquella época, alabados en diferentes partes de la Biblia, tuvieron esposas y concubinas.
1. Abraham
“Y Abraham dio todo cuanto tenía a Isaac. Pero a los hijos de sus concubinas dio Abraham dones, y los envió lejos de Isaac su hijo, mientras él vivía, hacia el oriente, a la tierra oriental”
Génesis 25:5-6
2. Jacob
De Jacob, nieto de Abraham, el Génesis dice que además de sus dos mujeres, Lea y Raquel, tuvo otras dos concubinas, Bilha y Zilpa (Génesis 35:22-26).
3. Saúl, primer rey de Israel
“Y había tenido Saúl una concubina que se llamaba Rizpa, hija de Aja; y dijo Is-boset a Abner: ¿Por qué te has llegado a la concubina de mi padre?”
2º Samuel 3:7
4. David, segundo rey de Israel
“El rey entonces salió, con toda su familia en pos de él. Y dejó el rey diez mujeres concubinas, para que guardasen la casa”
2º de Samuel 15:16
5. Salomón, tercer rey de Israel
“Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas.
Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón”
1º de Reyes 11:1 y 3
6. Roboam, cuarto rey de Israel
“Pero Roboam amó a Maaca hija de Absalón sobre todas sus mujeres y concubinas; porque tomó dieciocho mujeres y sesenta concubinas, y engendró veintiocho hijos y sesenta hijas”
2º de Crónicas 11:21
El concubinato, reconocido en la ley mosaica en una etapa primitiva del pueblo hebreo es enfáticamente repudiado en el Nuevo Testamento por Jesucristo:
“Él respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”
Mateo 19:4-6