Читать книгу El rodado regio hispánico - Juan Carlos Galende - Страница 9

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Modelos

2.1. M-I (1230-1231)

Radica en los originales 1 (sospechoso),13 2, 3, 5, 8 y 9 del escribano Gonzalo Martínez y las copias 6 y 7 del siglo xviii que reproducen el número 5. Oscilan entre 52 y 75 mm Ø, son de orla única, que supone entre el 44 y el 56 % Ø (39 % en 9, que incorpora una fimbria), y mantienen la típica leyenda exterior castellana con las confirmaciones de mayordomo y alférez.

La cruz campal es muy característica: gruesa, patada abocardando los brazos solo al final, de potenzas rectas y extremos de travesaño y cabecero abombados y rematados en un filamento. Igual, por tanto, que la 37 de Fernando III como rey privativo de Castilla, también hechura de Gonzalo Martínez, con adornos en el vértice; y de nuevo admite variantes:

— 1 y 2 inscriben otra cruz vaciada.

— 5 y 8, despachadas en un mismo día, y las copias 6 y 7 apoyan en la gráfila dispuestos en aspa cuatro arracimados con pecíolo.

— Las copias 6 y 7 del original 5 omiten ciertos detalles, como el filamento al extremo de los brazos o el punteo de los aritos arracimados.

— 9, de brazos adelgazados, pone un arquito lobular entre brazo y brazo junto a la gráfila.


El asta de soporte puede partir de un bodoque como el que remata los demás brazos (37 del reinado privativo de Castilla, y 2, 3 y 8 de aquí), o derivar en triángulo invertido (5 y 8). En 9, el bullón roza la gráfila imposibilitando el asta, que en las copias 6 y 7 se resume en un rabillo.

Pero lo más novedoso es el asta prolongada que llega a atravesar la orla14 y, no siempre, el primer intergráfilo (2, 3, 5 y 8, la fimbria en 9); tampoco las copias del siglo xviii trasladan la escisión.

Pero, además, en la orla desaparecen los divisores, tan comunes hasta este momento y que ni siquiera faltaban en el rodado que hizo Gonzalo Martínez cuando Fernando III solo era rey de Castilla. Van a ser suplidos por interpunciones: en 1, solo un punto al principio y sendos tras Toleti, Legionis y Gallecie; 2 y 3 lo mantienen respectivamente después de Toleti, y de Castelle y Legionis, y añaden dos puntos y coma triangulados al final, y el resto separa todas las palabras con tres aritos apilados y punteados (las copias no los puntean).


Enmarcan la orla gráfilas dobles (fimbria en 9 por distanciarse nada menos que 10,5 mm, casi como la corona, de 14 mm), mientras que fuera es solo una. Todas están bien perfiladas, salvo leves desajustes al manejar el compás o la plantilla en 8.

La leyenda principal empieza abajo y progresa en sentido contrario a las agujas del reloj, pues la base de renglón cae fuera, como era tradicional en Castilla.15 De acuerdo con la nueva situación política, combina la fórmula que venía empleando Fernando III (signum Ferrandi regis Castelle) con la recién heredada de Alfonso IX (signvm Adefonsi regis Legionis), pero añadiendo otro topónimo a cada una: Toledo y Galicia; en signum se prefiere la grafía U, típica de Castilla desde 1195, en lugar de la leonesa V.16 El texto resultante, casi invariable hasta la conquista de Córdoba recién iniciado el verano de 1236, fue signum Ferrandi regis Castelle et Toleti, Legionis et Gallecie.

Salvo 2, todas llevan nexos: NU o UM en signum (1 y 3 respectivamente), aN en Ferrandi (3, 5, 6, 7, 8 y 9, que lo combina además con la D) y ON en Legionis (5, 6, 7 y 8). Y menudean las abreviaturas, indicadas con una especie de lazo (3), un garabato yuguiforme (5 y 8; en las copias es un circunflejo sobre Legionis, y nada en Gallecie) o bien un breve rasgo (1), superpuestos a la letra precedente. 3 rectifica a signum la errata signuu.


Fiel a la costumbre castellana, contornea todo la clásica leyenda exterior, cuya base de renglón externa la hace contrahoraria. Abrocha casi siempre los huecos alargando el travesaño de la t de los confirmat (en 1 solo la del segundo; 3 consigue cerrar limpiamente). Se mantienen el mayordomo a la izquierda (maiordomus curie rregis) y el alférez a la derecha, tratando al monarca de domini (alferiz domini rregis).

Como ya se ha indicado, las copias 6 y 7 del original 5 no son rigurosas. Además de las variantes señaladas, se intercambia la anchura de los intergráfilos: el original dilata más el exterior, y las copias al revés.

2.2. M-II (1231-1232)

Consta de siete originales de Juan de Haza: 4 (sospechoso), 12 (aunque la corroborativa no lo precise, corresponde a su mano), 16,17 18, 33, 35 y 39; son muy afines a 35 del reinado exclusivo en Castilla de Fernando III, asimismo de Juan de Haza, si bien ahora desaparecen los divisores de la orla, como ya ocurría en M-I.

Oscilan de 49 a 69 mm Ø, excepto 16, que baja a 39. La única orla ocupa entre el 49 y el 64 % Ø, separada del campo por una sola gráfila (doble en 4) y de la leyenda exterior por dos. Las interiores de 4 quedan excéntricas, y hay desajustes de compás o plantilla en 39.

Las cruces son patadas y de potenzas rectas que se prolongan hasta rozar la gráfila interior, abarcando, pues, la mayor parte del campo, a cuyo tamaño se amoldan (13 a 24 mm Ø). La ornamentación escasea: otra cruz blanca inscrita en 12 y 16, y festón de cuatro arcos polilobulados junto a la gráfila en 4 y 12. Estas dos apoyan sobre un triángulo invertido, y 35 sobre breve asta que invade la orla.


Nada interrumpe el curso anillado: ni divisores ni el corte inferior que veíamos en M-I, y tampoco llevan interpunciones (solo 18 y 35 la final). Las leyendas remedan el modelo anterior. El habitual nexo aN de Ferrandi (aND en 12) lo vemos solo en 1231, pues al año siguiente desaparece. El signo abreviativo sigue semejando un yugo sobrepuesto, pero suple los et la nota tironiana, salvo en la rueda más antigua. Las letras finales de 12 se angostan para que quepa entero Gall(e)cie, y en 39 Haza olvidó el segundo et y hubo de montarlo. Signum mantiene la tradicional U castellana.


Pese a los dilatados travesaños de la t de ambos confirmat, las leyendas exteriores dejan un pequeño vano cenital (amplio en 4 y 39, menor y desplazado a nordeste en 12, 16, 18 y 35), excepto en 33, que abrocha. En 1232, el texto adopta la modificación de Pedro Martínez de Aguilar que veremos en M-VIII, tratando de domini al rey también en la ratificación del mayordomo.

La adjudicación de 12 a Juan de Haza, sin que lo explicite la corroborativa, sufre además el inconveniente de ser la única que llama Gonçaluus al mayordomo, en lugar del infalible aunque arcaizante Gundisaluus.

La bibliografía considera original el diploma 4,18 pero sutiles divergencias, algunas ya apuntadas, podrían desmentirlo:

— Doble gráfila entre campo y orla.

— Cruz más tosca, impropia de Juan de Haza.

— Errata en el antropónimo regio (Ferandi).

— Carencia de notas tironianas en la leyenda principal, y los et con e minúscula, algo insólito en todo el reinado.

— Falta en el nombre Lupus el indefectible semicolon de Haza.

Hay que tener también en cuenta que, aunque probablemente sea auténtico el privilegio de Alfonso IX que está confirmando (núm. 34), su llamativo signo fue interpolado.19

2.3. M-III (1231)

La rota 10, elaborada «durante los primeros años del reinado de Alfonso X»,20 traslada la de un perdido original del 12 de marzo de 1231, del que veremos otra copia más fiel en M-IV. Tiene 65 mm Ø y dos orlas del 29 y el 26 % Ø, con todas las gráfilas dobles. Resultan anticipadamente anacrónicas las tintas roja y azul (solo volveremos a verlas en este reinado repintadas al original 75) y la desconcertante cruz aspada bicolor sustentadora del signo.


La cruz campal es azul y patada, con cuatro bisectrices rojas.


La orla retoma los cuatro separadores, desechados tras reunificarse León y Castilla, ahora rojos y algo girados, con la leyenda principal armonizada: empieza abajo y es contrahoraria por caer la línea de renglón hacia fuera. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurría antes de 1230, al contener ya más de cuatro palabras, hay que encajar varias en cada cuadrante e interpungirlas: sigum (sic) * Ferrandi - regis * Castelle - et Toleti, Legionis - et Gallecie *. La profusión de minúsculas y letras sobrepuestas, de diversos módulos, no son sino alteraciones del copista, que, por cierto, erró sigum.

La ratificación de mayordomo y alférez flanquea, como de costumbre, el signo, en sentido contrahorario por pisar hacia fuera. Hay una incongruente especie de T entre ambos oficiales por probable descuido iterativo. No solo interpunge para separar los confirmantes, cosa habitual, sino también después de Roderici, Didaci, Faro y el segundo rregis, y sorprenden la z de Gonzaluus (no hallaremos otra) y desechar la R mayúscula en el regis del mayordomo, detalle que solo volveremos a ver en el original 86 y, repetido además en el alférez, en cada copia 14 y 60.


2.4. M-IV (1231)

La copia 11, trasladada en 1366, parte del mismo original que la 10 (M-III), pero su mayor fidelidad permite ahora suponer que fuese Pascasio de Soria quien elaboró el perdido diploma primigenio, como los que vendrán a continuación, pero llevar separadores la orla interior impide asignarla a M-V. Tiene 79 mm Ø y consta de dos coronas, cada una del 27 % Ø, enmarcadas por gráfilas dobles muy finas; el par interior está algo deslizado.

La cruz es idéntica a las otras suyas de M-V, salvo en que las potenzas de travesaño y cabecero se incurvan y ramifican.


La orla, según acabamos de ver, se divide en cruz mediante un doble trazo grueso abocinado y bilobulado hacia fuera; esos adornos parecen cosa del copista, a juego con los de la cruz campal, pues los escisores de un original de Pascasio de 1229, con Fernando III como rey privativo de Castilla, son mucho más simples (núm. 36). Es incluso probable que ni los hubiera en el original, pese a estar en ambas copias (10 y 11), pues durante el reinado conjunto en León y Castilla solo se dejan ver en la inacabada 34 y, con muy diferente factura, en 28 (inacabada), 78 (copia) y 80 (original).

La leyenda, de nuevo cuartelada irregularmente, llega a fragmentar Legionis: signvm * Ferrandi * - regis * Castelle * - et * Toleti, * Legi - onis * et * Gallecie *. Pero muestra rasgos propios de Pascasio: ausencia de nexos, apócope en sign(vm), signo general abreviativo en forma de yugo, y nota tironiana para suplir et.


La segunda orla es continua, y la confirmación de mayordomo y alférez sigue la pauta de Pascasio en el subsiguiente M-V. Se echa de menos la cedilla en Goncaluus.

2.5. M-V (1231)

A Pascasio de Soria han de deberse los originales 13 y 15 y el que sirvió de base al facsímil coetáneo 14,21 muy semejante, aunque la corroborativa no señale escribano. Como hemos visto en M-IV, había trabajado con Fernando III desde antes de 1230 (núm. 36).

Estas ruedas alcanzan de 92 a 93 mm Ø y agregan ya una segunda orla para las confirmaciones de mayordomo y alférez: la primera ocupa entre el 33 y el 35 % Ø, y la nueva, siempre algo más estrecha, del 26 al 30. Todas las gráfilas son simples, particularmente finas las de 13, y con leve desajuste la interior de 14. Difieren, por tanto, de la antedicha rota de Pascasio de 1229, con orla única enmarcada por gráfilas dobles y leyenda secundaria libre.

Las cruces son muy peculiares: ocupan casi todo el campo, patadas, de potenzas alabeadas, con otra inscrita vaciada, dos abultamientos a cada lado de los brazos y bodoques extremos con un rabillo que puede alcanzar la gráfila, y están apoyadas sobre simplísima asta. La de 1229 era más sencilla: sin cabillos ni lóbulos braquiales, y descansa en un cuadradito sobre un triángulo invertido que no llega hasta la gráfila.


Solo la prolongada asta de 15 parte la orla y se tuerce un poco hacia la izquierda (recordemos que no hay ya divisores, como sí ocurría en 36 del reinado privativo y en las copias 10 y 11 que determinan aquí M-III y M-IV). La leyenda sigue la disposición habitual. En 1229, Pascasio había escrito signvm con V, cosa bastante rara, aunque no en él (ver M-XII), pero ahora lo apocopa sign(vm)22 en las dos que le adjudican las corroborativas (13 y 15); en cambio, 14 emplea U, pero quizá sea achacable al copista.23 Los originales carecen de nexos (solo hay uno en la copia 14) y las tres ruedas sustituyen los et por notas tironianas, y señala el resto de abreviaturas el consabido yugo sobrepuesto. Interpunge tres puntitos apilados.

Aunque las confirmaciones de mayordomo y alférez ocupan ahora la segunda orla (siempre continua, incluso en 15, que sí divide la primera según acabamos de ver), ello no altera el tipo escriturario o el uso preferente de minúsculas. Pascasio mantiene también el amolde tradicional, con dos pequeños huecos a nordeste y sudoeste, cubiertos alargando el travesaño de la t de los confirmat y, si es preciso, añadiendo un garabato, y no duplica tratar de domini al rey en la ratificación del mayordomo (no olvidemos que en M-II ello tenía lugar en rotas posteriores a estas de M-V). La copia 14 escribe los dos regis con r minúscula, opción insólita atribuible al amanuense, que solo vuelve a verse en el relativo al mayordomo de 10 y 86 y en los dos de 60.

2.6. M-VI (1231-1234)

El mismo Gonzalo Martínez de M-I diseña este otro grupo, consistente en los originales 17, 19, 20, 4924 y 51 y dos copias del siglo xviii del último (52 y 53). Las corroborativas de 17, 19, 20 y 51, aparte de nombrarlo, especifican que era escribano,25 detalle poco habitual que solo volveremos a ver hacia el final del reinado (Sancho, Juan Pérez de Berlanga y Juan Domínguez de Segovia; anteriormente, solo Sancho Domínguez en 73 de 1239): Gonçaluus Martini, scriptor domini rregis, scripsit (17 y 19); Gonçaluus Martini, scriptor domini rregis, iussu iam dicti electi electi et cancellarii,26 scripsit (20) o Gonçaluus Martini, scriptor domini rregis, mandato iam dicti cancellarii, scripsit (51).

Los rodados 17 y 20 llegan a solaparse arriba y abajo con el texto del diploma.


Miden de 81 a 104 mm Ø y tienen dos coronas: la interna ocupa entre el 26 y el 32 % Ø y la externa del 21 al 36 %; es más ancha la primera en los ejemplares de 1231 y la segunda en los de 1234. Igual que en M-I, Gonzalo Martínez sigue prolongando el asta de la cruz campal hasta atravesar ambas orlas (de la más antigua solo cruza la interior, y en 19, la única con dos gráfilas intermedias, siega también el intergráfilo); 52 y 53 no reproducen de su original 51 la gráfila exterior ni la leyenda de mayordomo y alférez, pero alargan el asta más allá del rodado. El original 20 deja la raya escasa y el 49 sobrada.

Todas las gráfilas son simples, excepto esas intermedias de 19, dobles. Las de 17 están muy perfiladas. En la parte superior de la orla 51 hay trazas de dos arcos, quizá ensayos o titubeos de compás o plantilla.


Las cruces campales se asemejan mucho a M-V, pero con los brazos más finos y sin inscribir otra. Gonzalo Martínez asume los bullones braquiales de Pascasio y, en 49 y 51, les añade un cabillo que ignoran las copias 52 y 53.27 En 49 ensaya un arito en cada vértice.

Más desentona 20, que, a partir de un solo bodoque aplastado en cada brazo, agiganta el patado. Y solo aquí recupera Gonzalo el festón lobulado junto a la gráfila que habían empleado él mismo en 9 y su colega Juan de Haza en 4 (sospechoso) y 12. Agotado el campo, pone como asta, ya en plena orla, un triángulo invertido de cuyo vértice arranca la raya que parte ambas orlas. Las de las copias 52 y 53 están un poco desplazadas hacia abajo (no así la del original 51 que reproducen), pero sin llegar al extremo de M-XX.


La leyenda principal, que falta en la inacabada 49, sigue la disposición habitual. 51 añade al final del texto una F entre puntos altos28 que podría resolverse como fecit, tomando el polisémico verbo en el sentido de otorgó, pues todo muestra la mano de Gonzalo. Se trata de una singularidad ajena por completo a cualquier otra rueda de Fernando III o sus antecesores.

Las características gráficas no discrepan de las ya expuestas para Gonzalo Martínez en M-I: signum con U, nexos aN en Ferrandi (17, 20 y 51)29 y ON en Legionis (20), abreviación yuguiforme montada (17, 19 y 20) y escritura completa de et sin asomo de nota tironiana. En 51, la I de Toleti va encerrada en la segunda T, cuya base hubo que modificar y prescindir de la habitual duplicación del trazo vertical; las copias 52 y 53 lo imitan, pero dejan una T normal y reducen la I. Solo interpunge los finales apilando aritos: dos punteados en 17, tres en 19 y punto en 20; nada en 51 y sus copias.


La vacante de mayordomo entre octubre de 1231 y febrero de 1232 determinó que Gonzalo Martínez distribuyera en 20 la ratificación del alférez por todo el anillo prolongando las eses de Lupus y rregis y la t de confirmat y dejando amplios huecos entre palabra y palabra. Igual que en M-I, sigue sin tratar de domini al rey en los casos de confirmación del mayordomo.

2.7. M-VII (1231)

Pablo Sánchez es el autor de 21 y, probablemente, del mutilado 22, que no conserva la cláusula corroborativa, así como de 23, reproducción poco fiel.30 Su aspecto es muy parecido a M-V, salvo por su menor tamaño, amenguar el patado de la cruz campal y limitar las abreviaturas de la leyenda principal a la nota tironiana.

Miden entre 68 y 69 mm Ø, y las dos orlas tienen pareja anchura en los originales (32-29 y 30-31 % Ø), mientras que la exterior se dilata en la copia (20-28 %). Las gráfilas son sencillas, muy finas las de 22 y 23.

No hay otra diferencia apreciable entre las cruces de Pascasio de Soria y Pablo Sánchez salvo que las del segundo apenas abocinan los brazos, mientras que las del primero son claramente patadas; de ahí la atribución a Pablo del deteriorado 22. El facsímil 23 la hace latina y prescinde de adornos extremos y del asta.31


Todas las orlas son continuas. Las únicas novedades de la leyenda están en la copia 23, que, en vez de hacerlo abajo, desplaza el arranque a sudoeste; la encabeza sigillum32 (con U, igual que el signum de los originales) y prescinde del et habitual entre Legionis y Gallecie. No hay nexos ni más abreviaturas que la nota tironiana: 21 solo en el primer et, solución presumible en 22, que ha perdido ese fragmento, y en el único de 23. Idénticas interpunciones a M-V, que, en 23, se omiten entre et y Toleti. También en 23 vemos sendos circunflejos sobre las íes de sigillum, al otro lado de la gráfila, dentro ya del campo.

La leyenda secundaria sigue sin mayordomo y extiende a todo el aro la fórmula del alférez, como en 20 de Gonzalo Martínez (M-VI).33 Los originales consiguen cerrar el anillo alargando las letras finales de Lupus, alferiz, rregis y confirmat, y 21 añade un garabato. La copia 23 opta por dejar amplios huecos entre palabras, sobre todo en la mitad izquierda.

2.8. M-VIII (1232)

Los originales 25, 26, 28, 29, 32, 40, 43 y 59 son obra de Pedro Martínez de Aguilar, y muy probablemente, aunque sus corroborativas lo ignoren, 24, 27, 31 y 37; eran suyos, además, los que sirvieron de base a las copias coetáneas 4834 y 6035 (sacada de 59).

El tamaño va de 43 a 88 mm Ø, y su única orla ocupa entre el 40 y el 55 % Ø (en 31, 32 y 37 se dispara hasta el 73, 68 y 63 %; en la copia 60 baja al 24 %), circuye todo la leyenda de mayordomo y alférez; 24 incorpora una fimbria en el borde del signo. Todas las gráfilas son simples; 27, 31, 37 y 48 tienen sutiles desajustes, y en 25 son muy irregulares y excéntricas, como hechas a ojo;36 las de la copia 60 también parecen de mano alzada, pero con mucha mayor precisión.


Las cruces son de dos tipos:

— Patadas que agotan el campo (24, 25, 31, 37, 40, 43, 59 y 60); 27 y la copia 48 acortan algo los brazos y los dotan de largas potenzas rectas que tocan la gráfila.

— También patadas, pero permitiendo unos remates con potenzas undosas de centro angulado (26, 28, 29 y 32); carecen de asta. Suelen inscribir otra cruz hueca, de brazos rectos (26) o en forma de báculo (28 y 29); 32 es maciza, quizá por su reducido tamaño.

Un modelo y otro pueden llevar anillo central (24, 25, 26, 28 y 29).


La orla es continua, salvo en 28, dividida mediante rayas finas onduladas en nueve sectores irregulares, cada uno de los cuales contiene una palabra. El texto, amoldado a costumbre, prescinde de nexos o notas tironianas. Sí son corrientes las interpunciones, encabalgando entre cinco y once puntos tras cada palabra en 24, 25, 26, 27, 29, 32, 48, 59 y 60, y limitadas a un punto final en 31, 37, 40 y 43; huelgan en 28. Hay letras encajadas en 25, 27, 31, 37, 43, 48 y 59. Signum se escribe siempre con U.

El 29 de junio de 1236, Fernando III había tomado posesión de Córdoba,37 que entra a la intitulación en el siguiente documento registrado por Julio González, la copia de un privilegio del 20 de julio: ego Ferrandus, Dei gratia rex Castelle et Toleti, Legionis et Gallecie et Cordube;38 dentro del signo rodado no lo detecta hasta el 9 de septiembre, en el primer original posterior a la conquista.39 Aquí figura por primera vez en dos diplomas de la siguiente Nochebuena: 58 de M-XVIII y este 59 (y en su copia 60). Los tres cuentan con un tercer et antes de Córdoba, como la intitulación, y abrevian el topónimo: signum Ferrandi regis Castelle et Toleti, Legionis et Gallecie et Cord(ube), y 59 contrae Gall(eci)e.

La confirmación exterior se anilla abrochada. 28 sobrealarga el travesaño de la N del segundo confirmat.


Distinto es el caso de la copia 60, cuya ratificación de mayordomo y alférez ocupa los flancos para no solapar arriba y abajo los renglones del privilegio, que llegan a ras de la gráfila, a diferencia de lo hecho en 17, 20 y 45, donde rueda y texto se imbrican.


En sus tres primeras rotas, diseñadas en enero y principios de febrero de 1232 con la mayordomía aún libre, implementa maiordomatus curie domini rregis uacat, que le permite no dejar huecos como había ocurrido en M-VI y M-VII, constriñendo de nuevo al alférez a oriente. Actuará igual en 59 cuando vaque el alferazgo: mientras que el escribano de 58 (probablemente Pascasio de Soria) había tenido que añadir rayas para estirar: alfe - recia - va - - cat, Pedro Martínez opta por alargar el texto: alferezia curie domini rregis vacat;40 prescindiendo del insólito curie, la fórmula extensa se repetirá en 61 (también suya), 62 y 63.

Ese tratamiento domini para el rey junto a la mayordomía vacua es otra novedad suya41 que se mantendrá cuando ocupe el cargo García Fernández de Villamayor desde mediados de mes,42 como vimos en lo de 1232 de M-II, haciéndose frecuente hasta 1243. En cuanto al antropónimo, escribe Garsia en 27, 28, 29 y 48, Garsias en 31, 37, 40 y 43, y el viciado Garsie en 59 y 60; el deterioro de 32 impide verlo. La copia 60 emplea r minúscula en ambos regis, variante solo vista en el del mayordomo de 10 y 86 y en los dos de 14. Es muy característica de Pedro Martínez la z de alferiz, semejante a una cedilla y ajena a los demás escribanos de Fernando III43 (en 37, además, cambia ele por erre: arferiz).


2.9. M-IX (1232)

El privilegio 30 es una copia realizada el 10 de octubre de 1317 por el notario compostelano Alfonso Eanes44 de un original perdido de Pedro Martínez de Aguilar. La rueda tiene 91 mm Ø. La cruz campal, que abarca todo el campo, es muy tosca y los brazos acaban en tridente.


La orla, única, continua y entre gráfilas simples, supone el 25 % Ø. Su leyenda sufre anomalías:

— Llevar cruz incoativa solo pasaba en originales de Fernando II de León.45

— Invierte la colocación habitual: sentido horario por apoyar el renglón hacia dentro, e inicio arriba. Así irá viéndose a partir de 1242 y se impondrá bajo Alfonso X; por tanto, era lo normal en época de Alfonso XI, cuando se hizo esta copia.

— Poner Fernandi en vez de Ferrandi es insólito, solo repetido en tres ruedas dibujadas por Sancho de Segovia en 1251 y 1252 (copia 98 y originales 99 y 100).

— Trastocar el orden de reinos (Castilla, León, Toledo y Galicia), con una sola nota tironiana entre los dos últimos.

— Peculiar braquigrafía de León y Galicia.46

— Interpunciones limitadas a flanquear la sigla de Legionis.


La leyenda exterior, muy menuda, mantiene el tradicional sentido contrahorario por su apoyo externo, pero el mayordomo quedará a la derecha y el alférez a la izquierda (solo repetido en 58, 75, 76 y 80), dejando un amplio hueco a sudoeste, semicerrado alargando generosamente el travesaño de la t final. En el apellido del mayordomo se prefiere de nuevo Fernandi a Ferrandi, igual que en el antropónimo regio. Es asimismo extraño Luppus con dos pes,47 y alfferez con e en la sílaba final, caso exclusivo en todo el reinado, y tal vez castellanismo que contaminó la copia, elaborada cuando ya se rodaba en romance.48

2.10. M-X (1232)

Tanto Luis Sánchez Belda como Julio González consideran original el privilegio 34,49 despachado según su cláusula corroborativa por Pedro Martínez, el escribano de M-VIII. La inacabada rota (el campo está vacío) mide 55 mm Ø y su orla única, entre gráfilas simples con algún desajuste, ocupa el 53 % Ø; es decir, dentro de los parámetros de este oficial.

Sin embargo, resulta sospechoso que lleve separadores, ajenos a los originales de Fernando III tras la reunificación de León y Castilla como vimos en M-IV, que, por estar caídos los horizontales, la dividen en cuatro arcos irregulares. Y tampoco coinciden entre sí, pues el derecho es un simple trazo grueso, mientras que el resto se abocinan. Ello determina el caprichoso reparto de la leyenda: signum Fe - rrandi, regis Ca - stelle et Tol - eti, Leginis (sic) et Gallecie.


Las grafías sí muestran particularidades de Pedro Martínez de Aguilar: O con un entrante en la parte derecha de la panza (es lo corriente de él, aunque no invariable), R de cabeza pequeña y astiles muy largos, literalidad de la copulativa et obviando la nota tironiana, y se ve una letra encajada. En cuanto a las interpunciones, a estas alturas no es raro el abandono del encabalgado de puntos entre todas las palabras (véanse 31, 37, 40, 42 —atribuida— y 43). Surge la errata Leginis.

Nada que objetar a la leyenda exterior: anillo cerrado, tratamiento domini rregis también en el mayordomo y característica zeta final de alferiz.

2.11. M-XI (1232)

Las corroborativas de los originales 36 y 38 no especifican autor, pero pueden atribuirse a Gonzalo Martínez por la semejanza con M-VI, del que difieren principalmente en no encerrar la confirmación de mayordomo y alférez en una segunda orla. Ambas miden 52 mm Ø y esa sola corona, entre gráfilas dobles (en M-VI solo pareaba una en 19), ocupa el 37 y 38 % Ø.

Las cruces campales se parecen en particular a las de 17 y 19, salvo la nimiedad de que el rabillo inferior de 36 no llega a apoyar en la gráfila.


La orla deja de ir escindida abajo, el acople de su leyenda es normal y, fiel a sí mismo, Gonzalo Martínez sigue poniendo signum con U y obviando notas tironianas. No hay nexos (corrientes en M-I, decaen en M-VI, M-XIV y el dudoso M-XVI) ni abreviaturas. Interpunge todas las palabras como en 5, 6, 7, 8 y 9 de M-I (en el resto se limita a la punción final; solo faltan por completo en el original 51 y en sus copias 52 y 53), pero cambia el motivo: ahora hay de cuatro a seis puntos encabalgados.

La leyenda exterior termina de cerrarse prolongando el travesaño de la t final de ambos confirmat, sobre todo del primero. Asume el tratamiento domini rregis dado por Pedro Martínez de Aguilar en M-VIII para la ratificación del mayordomo, y que Gonzalo solo reiterará en M-XIV (sospechoso).

2.12. M-XII (1232-1236)

Además de M-V y la rueda que trasladan M-III y M-IV, Pascasio de Soria50 dibujó las originales 41, 46, 47 y 57 (sospechosa)51 y la que sirvió de modelo a la copia coetánea 44;52 la atribución de 45 es dudosa.53

La principal diferencia con aquellas es que ahora la confirmación de mayordomo y alférez no va orlada; en 45 y 46 una tenue circunferencia, de probable pautado, bordea la leyenda exterior. Oscilan de 46 a 66 mm Ø; la única corona, de gráfilas simples y mínimamente descentrada la exterior de 47, supone entre el 31 y el 43 % Ø.

Las cruces campales mantienen la otra vaciada y el par característico de abultamientos a los lados de cada brazo, que veíamos en M-IV y M-V, pero evolucionan:

— 41, 44 y 45 tocan la gráfila, imposibilitando potenzas, asta y remates de bodoque y rabillo en los brazos.

— 46 abocina mucho el patado y lo decora a contraste con adornos filosados.

— 47 y 57, también muy grandes, pero sin ocupar todo el campo, van sobre asta, minimizan el patado y acoplan potenzas incurvadas. 47 solo deja un bullón braquial.



Las coronas son continuas (salvo en 57, segada por la prolongación del asta) y el acomodo de su leyenda no disuena. Signvm lleva siempre V —característica de Pascasio de Soria—, solo 45 prefiere U. Igual que en el resto de sus originales, tampoco ahora hay nexo alguno, y 41 y 46 suplen los et por notas tironianas y señalan el resto de las abreviaturas montando el garabato yuguiforme; en cambio, 44, 45, 47 y 57 obvian braquigrafías. Siguen interpungiendo todas las palabras con tres puntos superpuestos 41, 44 (aritos), 45 y 46 (falta al final); en 47, son cinco o seis y los duplica al final, y en 57, tres o cuatro (no está el último). 44 va menguando el módulo de Gallecie para que quepa.

La leyenda exterior abrocha en 57 y subsana los pequeños huecos a nordeste y sudoeste del resto, como M-IV y M-V, prolongando la t final de ambos confirmat y, si no basta, añade un simple trazo. 44 y 57 tratan de domini al rey también en la ratificación del mayordomo, a diferencia de todas las demás ruedas seguras de Pascasio (sí lo volveremos a ver en los atribuidos 56 de M-XVII —sospechoso—, 58 de M-XVIII y 71 de M-XX).

Luis Sánchez Belda, Julio González y María Beatriz Vaquero Díaz estiman original el privilegio 45,54 cuya corroborativa no personaliza artífice. La cruz es casi idéntica a 41, sugiriendo la mano de Pascasio de Soria, pero ya sabemos que él nunca escribía signum con U, y hay ligeras variantes gráficas en la leyenda exterior: la s final de Garsias es alta, y no de doble curva, y solo aquí el caído de la z de alferiz termina incurvándose hacia la derecha. Resulta, asimismo, desacorde que la rueda interfiera arriba y abajo con la nómina de confirmantes del diploma (aunque ya ocurre en los originales 17 y 20 de Gonzalo Martínez). Si no estamos ante un original algo anómalo de Pascasio, cabe suponer otro escribano o incluso la copia de un original suyo como el que sirvió de base a 10 y 14, que alteran precisamente V por U en signum.


2.13. M-XIII (1232)

La anónima rota 42 presenta importantes similitudes con las de M-VIII, de Pedro Martínez de Aguilar, pero también divergencias que no permiten atribuírsela a la ligera. Sus medidas sí encajan: 58 mm Ø y orla única entre gráfilas simples, que supone un 45 % Ø.

La cruz semeja a la variante más sencilla de M-VIII (patada que cubre todo el campo), pero añade entre los brazos sectores con entrantes dentados opuestos en vértice y arco, lo cual podría asumirse como ensayo (igual que en 66 de M-XXIII), pero llama mucho la atención que la cruz esté tan descentrada, descuido impropio suyo.55


La leyenda principal sí que responde a lo esperable de Pedro: disposición habitual, peculiares O y R (véase M-X), literalidad de et y letras encajadas. Otros rasgos no estaban en sus primeras rotas, pero se van atestiguando después: simple punción final (31, 34, 37, 40 y 43) o aes de panza a medio astil (31, 32, 40, 43, 59, 61 y 66).

En cambio, la confirmación exterior disuena: el anillo no cierra (arriba alarga bastante la t de confirmat, pero aún queda hueco), falta el domini en lo del mayordomo, Garsias termina en s de doble curva56 y no aparece la típica zeta de Pedro.

2.14. M-XIV (1234)

La rota 50, obra probable de Gonzalo Martínez, combina la cruz campal de M-I con la segunda orla confirmativa que le vimos en M-VI. La corona principal ocupa el 26 % Ø y la secundaria el 34 %, con gráfilas sencillas bordeando campo y signo, y dobles entre ambas orlas; en la parte superior del campo, se entrevé otro arco junto a la gráfila, pero más parece fallo o tanteo que hecho a propósito. Como era típico de este escribano, una fina raya prolonga el astil de la cruz cortando todo hasta sobresalir, desviada hacia la izquierda para esquivar el nombre del alférez.


La cruz, semejante, recordemos, a las de M-I, tiene un patado muy leve, remata los brazos con largas potenzas rectas y bodoques, inscribe otra hueca y apoya en breve asta. Faltan los rabillos que remataban los bodoques en M-I.


La leyenda principal mantiene el amolde de Gonzalo, pero no así la escritura: en lugar de los habituales nexos en signum, Ferrandi y Legionis, aquí une s y t de Castelle (en M-XI no lo había); por vez primera, sustituye los et por notas tironianas, y no hay más abreviaturas (en M-XI tampoco, pero sí en el resto, casi siempre bajo el signo yuguiforme). Solo punge el final, igual que en M-VI y el dudoso M-XVI.

El texto de la segunda orla, fiel a su costumbre, termina de anillarse estirando algo los travesaños de las tes de ambos confirmat. Continúa llamando domini al rey en la ratificación del mayordomo como hiciera ya en M-XI.

2.15. M-XV (1235)

La rueda 54, muy dañada su mitad derecha y de autor ignoto, tiene 94 mm Ø y consta de dos orlas que suponen respectivamente el 32 y 38 % Ø, enmarcadas por gráfilas simples.

Preside el campo una cruz, quizá no intencionadamente latina, con desigual patado en los brazos (más marcado abajo), filamentos extremos que no nacen de los habituales lóbulos, sino de las largas potenzas rectas; todo ello sobre un asta cuya prolongación atraviesa ambas orlas, desviada a la izquierda en la segunda corona para sortear el antropónimo del alférez.


Distribuye al uso ambas leyendas. La principal nexa s y t de Castelle, lleva nota tironiana, abrevia bajo el trazo ayugado y punge el final. La secundaria estira el travesaño de la t de los confirmat para abrochar y trata de domini al rey en lo del mayordomo.

2.16. M-XVI (1235)

Julio González duda de la originalidad del privilegio 55,57 cuya corroborativa lo adjudica a Gonzalo Martínez indicando su oficio, igual que en M-VI: Gonçaluus Martini, scriptor domini rregis, scripsit. Mide 95 mm Ø y lleva dos orlas (22 y 38 % Ø). Parea las gráfilas que bordean el campo y deja el resto sencillas.

La cruz nada tiene que ver con lo peculiar de Gonzalo (M-I, M-VI, M-XI y M-XIV): potenzas curvas y de extremos enroscados, otra cruz a doble contraste contornea la principal llegando hasta el mismo borde del campo, y rellena todo el fondo sinuosamente.


Las orlas son continuas, sin su habitual raya divisoria abajo. Acomoda normalmente la leyenda principal, solo punge el final (a diferencia de M-I, pero igual que en M-VI, M-XI y M-XIV), literaliza los et y anexa ON en Legion(is), que ha perdido el signo abreviativo. Nunca Gonzalo abullonaba como aquí la parte anterior de los astiles de las letras, recurso exclusivo hasta ahora de Pascasio de Soria (originales 13, 15, 41, 45 y 46, y copias 11, 14 y 44) y Juan de Haza (originales 12, 16, 18, 33 y 35), pero nunca tan profuso.


Sí es típico de Gonzalo Martínez alargar los travesaños de la t de los confirmat, para anillar la leyenda secundaria, y prescindir del domini regio junto al mayordomo (aunque sí lo hace en M-XI y M-XIV, falta en los singularmente suyos M-I y M-VI).

2.17. M-XVII (1235)

De nuevo, tiene Julio González por original incierto el anónimo diploma 56,58 de 80 mm Ø y dos orlas que ocupan el 26 y el 34 % Ø, enmarcadas por gráfilas simples.

La cruz es semejante a la de M-XVI, pero de brazos más anchos, y va entrelazada con la inscrita, que, en vez de potenzas enrolladas, llega también hasta la gráfila; todo el campo vuelve a ir mechado, pero ahora de contorneos espiriformes.


En la leyenda principal, dispuesta al uso, desconcierta la V de signvm, grafía hasta aquí exclusiva de Pascasio de Soria (M-XII), pero que a partir de ahora repetirán M-XVIII y M-XX (ambos atribuidos al propio Pascasio)59 y, aunque minúscula, M-XXX (anónimo), M-XXXIII (Juan Pérez de Berlanga) y M-XXXIV (Juan Domínguez de Segovia). A pesar de las disímiles cruces campales, el atribuir a Pascasio M-XVII, M-XVIII y M-XX atiende no solo a esa uve, sino a la ausencia total de nexos (salvo uno en 14, pero es copia), a lo comprimido de las letras (particularmente estrechas y contiguas, lo que agudizarán M-XVIII y M-XX con la añadidura de Córdoba), al hecho de abullonar los astiles de algunas letras (sin llegar a tanto como M-XVI), a la semejanza gráfica (particularmente A, D, G, M y N, o los trazos finales de I, M y NI, que se alargan curvados fuera de la orla) y a lo de interpungir todas las palabras encabalgando puntos, generalmente tres o cuatro.

La vertical que prolonga el eje de la cruz vuelve a cortar las orlas abajo, lo cual repetirán M-XVIII, M-XX y, aunque no era corriente en Pascasio, el original 15 (M-V) y el dudoso 57 (M-XII).

El texto de la segunda corona, colocado a costumbre, deja un hueco a nordeste que cubre parcialmente el socorrido travesaño de la t de confirmat, pero extrañamente lo submarcan cinco puntos seriados, elemento ajeno a cualquier otra rueda. Trata al rey de domini con el mayordomo, lo cual no ocurre en los originales indubitados de Pascasio, pero sí en la copia 44, el sospechoso 57 (M-XII) y en los originales 58 (M-XVIII) y 71 (M-XX).

2.18. M-XVIII (1236-1243)

Los originales 58 y 81 constan de una orla, y dos orlas y fimbria respectivamente, y atraviesa todas abajo la consabida vertical, que 81 desvía algo hacia la derecha; en 58, la cruz descansa sobre un triángulo hueco que se adentra en la corona. 81 mide 109 mm Ø. La orla de 58 supone el 25 % Ø, y las de 81 el 22 % la interior y el 30 % la exterior. Las gráfilas son simples, y en 58, muy finas y con enmiendas de compás.

Las corroborativas no señalan autor, pero los rodados comparten con M-XVII y M-XX, atribuidos a Pascasio de Soria, y con sus originales seguros de M-XII la grafía V en signvm (abreviado, recordemos, en M-V), peculiaridad que 81 extiende a Cordvbe (58 pone solo Cord), y estos otros detalles de la leyenda principal: falta de nexos, letras muy juntas, bullones en los astiles, parecido grafismo y forma y sitio de las interpunciones.

Las cruces campales parecen una simplificación de las clásicas de Pascasio (recuerdan especialmente a 47 y 57): grandes, muy poco patadas, de potenzas alabeadas y con la inscrita vaciada; pierden los bullones de los brazos y los que, rematados en rabillo, podían ir a los extremos.


La leyenda principal sigue amoldada a costumbre. Aparte de las concomitancias con lo demás de Pascasio, 58 abrevia Cord(vbe) mediante un angulito sobre la letra precedente60 e injerta un tercer et, igual que vimos en 59 y 60 (M-VIII), a los tres despachados el día de Nochebuena de 1236; 81, que volverá a hacerlo casi siete años después, prescinde empero del que solía ir entre León y Galicia: signvm Ferrandi regis Castelle et Toleti, Legionis, Gallecie et Cordvbe.

En el caso de la confirmatoria de mayordomo y alférez, se mantiene la base externa que motiva sentido contrahorario, pero hay diversas opciones:

— En 58, como vimos en sus sincrónicos 59 y 60 de M-VIII, tiene que paliar con trazos los huecos que provoca la falta de alférez (alfe - recia - va - - cat), sin explayarse como Pedro Martínez de Aguilar (alferezia curie domini rregis vacat). Ambos cargos invierten la colocación habitual, como solo se echa de ver en la copia 30 y los originales 75, 76 y 80: el mayordomo queda a la derecha y el desocupado alferazgo a la izquierda.

— 81, aunque la enmarca en una segunda corona, adopta el tradicional flanqueo opuesto (Rodericus Gonçalui, maiordomus curie rregis, confirmat. Didacus Lupi de Faro, alferiz domini rregis,confirmat). El travesaño alargado de la t de los confirmat vuelve a dedicarse a cerrar el anillo.

La 58 trata de domini al rey en la parte del mayordomo, igual que 56 de M-XVII y 71 de M-XX y dos probables derivados de originales de Pascasio (copia 44 y sospechoso 57 de M-XII).

2.19. M-XIX (1237)

Solo la corroborativa del original 61 añade el gentilicio de procedencia al nombrar a Pedro Martínez: Petrus Martini de Aquilar, iussu predicti cancellarii,61 scripsit. A diferencia de lo suyo de M-VIII, la inacabada 34 (M-X) y la atribuida 42 (M-XIII), esta presenta dos orlas, pero ya hemos visto distintos escribanos que unas veces lo hacen y otras no,62 y más adelante saldrá 66 (M-XXIII), también de doble corona y cuya cláusula solo reza Petrus Martini. Agustín Millares Carlo, María Teresa Villar Romero, Julio González y Antonio José López Gutiérrez coinciden en que se trata de la misma persona.63

Mide 75 mm Ø, y las orlas ocupan el 31 y el 37 % Ø respectivamente, siempre entre gráfilas sencillas. Escinde solo la interior abajo esa insistente vertical a eje de la cruz, pero nunca lo había hecho Pedro Martínez, y sobreponerle tres bodoques no tiene parangón en todo el reinado.


La cruz sigue el tipo más sencillo de M-VIII: patada abarcando todo el campo.


Acopla la leyenda principal sin desviaciones y reitera el grafismo de Pedro Martínez: signum y Cordube con U; sin nexos ni notas tironianas; profusión de letras encajadas;64 a de panza a media altura,65 O con entrante a la derecha y R de cabeza muy pequeña tan característicamente suyas, e interpunciones tras cada palabra encabalgando de diez a catorce puntos. Sí es novedoso en él superponer el trazo yuguiforme a las abreviaturas, el cual, por lo ajustado de las letras, salta al campo, al otro lado de la gráfila. Como solía hacerse desde la conquista de Córdoba, pone tres et (entre Castilla y Toledo, León y Galicia, y Galicia y Córdoba).

Casi todas las leyendas exteriores de Pedro Martínez iban muy ceñidas al borde (24, 25, 26, 27, 28, 29, 30 —copia—, 31, 32, 48 —copia—, 59 y 60 —copia—), raramente se distanciaban un poco (34 —inacabada—, 37, 40, 42 —de atribución dudosa— y 43). Sin embargo, al ensayar esta segunda orla, la dilata mucho, pero sigue arrimando la base del renglón a la gráfila externa, aunque prolonga mucho más los astiles que los caídos, hasta casi rozar la otra gráfila (lo volveremos a ver en 66). El texto se anilla por completo.


Confirmación de mayordomo y alférez de 61 (M-XIX) y 66 (M-XXIII).

Recordemos que este escribano había ampliado la fórmula del oficio vacante, y así subsanaba huecos (véanse M-VIII y M-XVIII). Tampoco renuncia al domini regio con el mayordomo, según él mismo había introducido (M-VIII).

2.20. M-XX (1237-1238)

Los originales 6266 y 71 y la copia 63, todos anónimos, podrían atribuirse, como M-XVII y M-XVIII, a Pascasio de Soria: signvm con V en la leyenda principal, ausencia de nexos y, en los originales, letras muy apretadas, abullonados astiles, grafías similares y encabalgamiento de tres o cuatro puntos entre todas las palabras.

Oscilan entre 48 y 54 mm Ø, y tienen una sola corona que abarca el 38 y el 33 % Ø en 62 y 63, pero un escaso 19 % en 71. Las gráfilas son sencillas, y en 71 borrajea otra descentrada y un tanteo de arco en la zona superior. Atraviesa abajo todas las orlas la recurrente vertical a eje de la cruz, igual que en M-XVII, M-XVIII y los indubitados suyos original 15 y dudoso 57, porque lo nombran.


Es sorprendente que la cruz se descentre hacia abajo, algo solo visto hasta ahora en 103 de Alfonso VIII y 12 de Enrique I, probables copias.67 Formalmente, es muy sencilla, y extraña al proceder de Pascasio: patada, de largas potenzas rectas y apoyada en un triángulo (hueco en 62) de cuyo vértice sale el asta.


Acoplan las leyendas a lo esperado, pero en la principal de 63 son distintos el tipo gráfico y la fórmula, lo que, unido a tan descuidada cruz, induce a considerar el privilegio copia, aunque Martínez Díez, González Díez, Martínez Llorente y Herrero Liceaga lo tengan por original:68 faltan el antropónimo regio (sustituido por un domini impropio de esta leyenda)69 y la referencia a Córdoba, omnipresente desde su conquista (solo se volverá a echar de menos en 72, 94 y la copia 95),70 y es totalmente insólita la s alta

en Legionis.

La exterior de 62 y 63, aun con el recurso de Pedro Martínez para la vacante del alférez (alferezia domini rregis vacat), ha de prolongar algo el travesaño en la t de confirmat y, bastante más, en vacat, pues el texto ha mermado al prescindir del domini regio en la ratificación del mayordomo (recordemos que con Pascasio es optativo). Sí está en 71, donde, habiendo ya un alférez, es más factible cerrar el anillado.

2.21. M-XXI (1237-1243)

Aunque solo la corroborativa del privilegio 82 nombra a Domingo García de Segovia, también traslucen su mano los originales 64, 67, 68 (reproducido en el siglo xviii por 69 y 70) y 83. Oscilan entre 84 y 103 mm Ø (la copia 70 llega a 110 mm), y tienen dos orlas, suponiendo la interior del 27 al 31 % Ø, y la exterior, más variable, del 17 al 37 % (hasta el 39 % los dos facsímiles); en 64, 82 y 83 es más ancha la primera, en 68 y sus copias la segunda, y en 67 iguales.

Parea las gráfilas que separan del campo la primera orla, mientras que entre una y otra corona solo lo hacen 64, 82 y 83, y al borde del signo 82. Muestran deslices 67 y 82, que en 64 afectan a todas, llegando las de más adentro casi a duplicarse. Siempre, menos 83, atraviesa abajo esa asidua vertical la primera orla, pero no así la segunda ni los intergráfilos, por lo que no arranca de la cruz campal. En las copias, la raya va segmentada (69) o solo se puntea (70).


Las cruces son patadas y abarcan todo el campo con dos opciones:

— 64 y 68 (y sus copias 69 y 70) festonean a base de bullones polilobulados (dos a cada brazo en 64, uno en 68) y rellenan el fondo de puntos triagrupados. Las reproducciones del siglo xviii dejaron sin entintar la cruz principal y puntean todo sin orden ni concierto, desechando el triangulado.

— 67, 82 y 83 vacían del campo macizado una especie de cabeceras de báculo contorneando los brazos.


La leyenda principal no muestra sorpresas, arrancando abajo, de base externa y a contrahora. No emplea nexos, y solo 82 y 83 apocopan Cordub(e) elidiendo la e (en la primera falta el abreviativo). Signum y Cordube van con U, y no hay más que dos et, prescindiendo del que venía siendo habitual entre León y Galicia: signum Ferrandi regis Castelle et Toleti, Legionis, Gallecie et Cordube (64 fue la primera de todo el reinado en aplicarlo el 3 de septiembre de 1237).71 La escritura es muy homogénea, pero en 82 y 83 añade filamentos en el lado izquierdo de los astiles (muy diferentes a los semibulloncillos de M-XVI) y rabillea más los caídos.


Signum, Ferrandi y Legionis en los originales de M-XXI.

Peculiaridad de los originales de Domingo García de Segovia, salvo 64, es montar la segunda ele de Castelle y Gallecie sobre la primera. Las copias 69 y 70 lo hacen en Gallecie, pero en Castelle encajan la ele previa entre las letras adyacentes; ambas redundan en la errata Ferrindi, y 70 recalcitra con Castclle.


Castelle y Gallecie en los originales y copias de M-XXI.

Interpungen todas las palabras montando de cuatro a siete puntos. En las copias, a veces el inferior se vuelve coma.

Las leyendas secundarias siguen también la pauta normal, pero con llamativos signos generales de abreviación en forma de lazo, bastante levantados, que alternan con el semicolon (sobrepuesto, pero no tan elevado para la desinencia us, o más grande y alineado al renglón cuando equivale a con); no los lleva 82, donde hay simples trazos.

Nunca falta el domini regio junto al mayordomo. En el alferazgo hay dos circunstancias extrañas:

— 64, 67 y 82 dicen Didacus Lupi del Faro, en lugar del habitual de Faro, variante solo repetida en 66.

— El original 68 (7 de julio de 1238) y sus copias 69 y 70 dan anacrónicamente como alférez a su padre Lupus Didaci de Faro, que venía figurando desde agosto de 1217 hasta el 17 de octubre de 1236, poco antes de fallecer y sustituirlo don Diego a partir del 2 de septiembre de 1237.72 Ni rueda ni privilegio levantan sospechas,73 lo que hace pensar en un lapsus, aunque hemos visto los previos 64 y 67 de la misma mano, con el hijo ya de alférez.

2.22. M-XXII (1237)

La cruz del anónimo privilegio 65 recuerda, por su sencillez, a las de M-XX o a los tipos más simples de M-II y M-VIII, pero importantes diferencias impiden atribuir el signo a ninguno de sus artífices:

— M-II (Juan de Haza) solo lleva una orla y es continua; en la leyenda principal, ayuguea el signo general abreviativo, casi siempre recurre a notas tironianas, y escribe signum con U y completo; en la exterior, conserva un pequeño vano cenital, pese a prolongar los travesaños de la t de los confirmat, y trata de domini al rey en la ratificación del mayordomo.

— M-VIII (Pedro Martínez de Aguilar) es también de corona única y corrida, y pone signum entero y con U, frecuentes letras encajadas, y domini en la parte del mayordomo.

— M-XX (atribuido a Pascasio de Soria), asimismo de una sola orla, adelgaza más los brazos de la cruz, bastante menor y desplazada hacia abajo; las grafías de la leyenda principal abullonan sus astiles y encabalga puntos entre palabra y palabra.


Por el contrario, 65 presenta dos coronas74 entre gráfilas simples, que suponen el 29 y el 39 % Ø, alcanzando 72 mm Ø. Aunque la circunferencia exterior sea tan sutil que pudiera hacer dudar de una segunda orla, el hecho de que llegue justo hasta ella la vertical que prolonga el asta parece decisivo; sin embargo, deja en el aire que, al igual que en 45 y 46 (M-XII), se trate de una mera plantilla. La cruz es patada, de potenzas rectas y abarca casi todo el campo.


Acopla al uso la leyenda principal, pero suspende casi todas las palabras: sign(um), Ferr(andi), Cast(elle), Tol(eti), Legi(onis), Gall(ecie) y Cord(ube).75 No hay más significante que un punto al final.

El texto de la segunda orla, también con el acomodo típico, deja un mínimo hueco abajo, entre ambos confirmantes, segado por la vertical dicha. Elide el domini regio en el mayordomo.

2.23. M-XXIII (1238)

La rota 66, obra de Pedro Martínez de Aguilar, tiene dos orlas (es lo que hace en M-XIX, pero todo lo anterior suyo es de corona única) con muy desigual anchura: 25 y 47 % Ø, continuas y de gráfilas sencillas y desajustadas.

Cruz patada y de poco grosor que cubre todo el campo, recordando a otras del propio Pedro en M-VIII, M-XIII (atribuido) y M-XIX. Igual que la de M-XIII (42), perfila los cuatro sectores, pero ahora sin lobulaciones y con relleno sinuoso.


La leyenda principal, de acople corriente, reitera el grafismo de Pedro: signum y Cordube con U, ausencia de nexos y notas tironianas (con los tres et posteriores a la conquista de Córdoba —59 y 60 de M-VIII, y 61 de M-XIX—), profusión de letras encajadas, alguna a de panza a medio astil, R capirreducida e interpunciones tras cada palabra montando de siete a diez puntos.

La secundaria, como en M-XIX, se ajusta al borde del signo y estiliza mucho los astiles para abarcar la ancha corona exterior, que coge casi medio diámetro. Se anilla por completo, pone domini en la parte del mayordomo (recordemos que el propio Pedro Martínez lo introdujo en M-VIII) y, lo mismo que Domingo García de Segovia en 64, 67 y 82, apellida al alférez Lupi del Faro, y no de Faro. A diferencia de modelos anteriores (M-VIII y M-X), al final de alferiz, su peculiar zeta tiene aquí forma de tres, que era la más frecuente en el texto de sus privilegios y se deja ver en alguna otra rueda (alferezia en 59 y 61).

2.24. M-XXIV (1239)

El diploma 72 fue despachado en San Esteban de Gormaz por un sucinto Martín, nombrado en la corroborativa y señalado como escribano (detalle hasta ahora solo visto en Gonzalo Martínez) y natural de Soria: Martinus, scriptor Soriensis, iussu cancellarii scripsit. Julio González lo identifica con el Martín de Soria de otro privilegio, dado trece años antes en Segovia el 16 de junio de 1223 cuando Fernando III solo era rey de Castilla: Martinus de Soria iussu cancellarii scripsit.76

La rueda mide 97 mm Ø y tiene dos orlas continuas que suponen el 25 y el 31 % Ø, entre gráfilas sencillas. La cruz, patada, cubre todo el campo e inscribe otra vaciada; pone en el cruce un arito, como ya hiciera en M-VIII Pedro Martínez de Aguilar, pero en este caso hay además un punto centrado.


En la leyenda principal, asentada a costumbre, choca la ausencia de Córdoba, que, desde su conquista, solo faltaba en la copia 63. Prescinde de abreviaturas y nexos e interpunge montados de cinco puntos, seis al final, tras cada palabra, menos los et. Todas las letras repuntean delante su primer trazo vertical a semejanza de 73, 98, 99 y 100 (M-XXV), 74 (M-XXVI), 75, 78 y 80 (M-XXVII), 82 y 83 (M-XXI) y 101 y 104 (M-XXXIV).


La secundaria tampoco altera el acople, se abrocha y reproduce el domini regio en la parte del mayordomo.

2.25. M-XXV (1239-1252)

Se trata de cuatro rotas muy afines,77 pero cuyas corroborativas no se avienen:

— La del original 73 (18 de octubre de 1239) indica el oficio:78 Sancius Dominici scriptor, iussu cancellarii, scripsit.

— La de la copia 98 (16 de enero de 1251): Sancius scripsit de mandato magistri Raymundi, Segobiensis episcopi et domini rregis notarii.

— Las de los originales 99 y 100 (26 de abril de 1251 y 20 de marzo de 1252): Sancius Segobiensis scripsit de mandato magistri (viciado magister en 100) Raymundi, Segobiensis episcopi et domini rregis notarii.

Bien hacen María Teresa Villar Romero y Julio González cuando distinguen al Sancho autor de M-XXXI y de los perdidos originales que reproducen 95 y 98 de Sancho de Segovia.79 Quizá el segundo copiara un privilegio del primero, igual que probablemente hizo Juan Pérez de Soria en 78 (M-XXVI) a partir de un original del anónimo amanuense que saldrá en M-XXIX; la relativa sincronía avala esta hipótesis, pues a don Julio le parece «de la época».80

En cuanto a ese Sancho Domínguez, Villar Romero lo ignora, y Julio González cree que se trata de otro tercer Sancho,81 probablemente por los más de once años que van desde el único privilegio cuya corroborativa lo cita así (73) hasta los que sabemos fijos de Sancho de Segovia, pero los rodados se parecen tanto entre sí que sugieren la misma mano. Refuerza esta hipótesis el hecho de que, a la sazón, había en Segovia una familia de escribanos apellidada así: Juan Domínguez de Segovia (1252), tal vez pariente o incluso hijo de Domingo García de Segovia (1237-1243); y no olvidemos que el privilegio que lo llama Sancho Domínguez se destina a la catedral de Segovia.

Oscilan de 90 a 119 mm Ø, y constan de una fimbria de entre 6 y 9 mm (más estrecha en la copia: 3) y de dos orlas que suponen cada una algo más de la quinta parte del signo. Todas las gráfilas son sencillas.

De cruces griegas, patadas y rematadas con tres aritos, que inscriben otra a contraste. 73 se apoya en una barrita puntiaguda que penetra en la fimbria, y el resto, en un triángulo invertido hueco cuyo vértice toca el borde del campo. La copia ajusta en cada vértice un par de pequeños arcos encerrando un arito.


Adapta la leyenda principal sin distorsiones. La de 73, sin otra excepción conocida, menciona Badajoz y Baeza:82 signum Ferrandi regis Castelle, Toleti, Legionis, Gallecie, Badallocio,83 Baecie, Cordube, lo cual es difícil de justificar por remoto, pues Badajoz había sido tomada por Alfonso IX en 123084 y Baeza por Fernando III en 1226, cuando aún era solo rey de Castilla,85 y tampoco hay vinculación aparente con la destinataria catedral de Segovia; quizá Sancho acudió a la corroborativa86 en lugar de atenerse a lo que acostumbraban a hacer los signos rodados en torno a 1239, tal vez pecó de inexperto. Las demás rotas, del postrer bienio del reinado, comparten la lista habitual de conquistas fernandinas, dando prioridad a Sevilla y sin copulativas (99 mantiene la final): signum Ferrandi regis Castelle, Toleti, Legionis, Gallecie, Sibille, Cordube, Murcie, Iahenni.87 Llevan U en signum, Cordube y Murcie (abreviada en el original 100), y, salvo 73, Fernandi (como solo había hecho antes la copia 30 de M-IX), y no Ferrandi. Las similitudes gráficas de las cuatro ruedas refuerzan la idea de pertenecer a la misma mano, y repuntea por delante el primer astil de cada letra.88 Emplean abreviaturas análogas y tres posibles braquigráficos:

— El signo general es prácticamente siempre un trazo ondulado sobre la letra precedente; por falta de sitio en la orla, pasa a la fimbria (volverá a ocurrir en M-XXXIV).89 En 98 y 100, se coloca sobre las dos eles de Cast(e)ll(e), supliendo a la vez tanto la e anterior como la posterior; el de 99 es expletivo, pues el topónimo va completo. En la copia 98, lo pone al suspender Sibill(e), mientras que en los originales 99 y 100, aun con el literal íntegro, lo mantiene.

— Difiere Iah(e)n(n)i: suple la E una línea que corta el astil de la h (perdida en 99).

— Murcia alterna: 99 lo literaliza, 100 contrae M(ur)cie bajo el signo específico de ur, y la copia 98 apocopa Murc(ie) con el general.

En 73, la S de signum inscribe un arito en cada curva, y solo abajo en la de Sibille de 98. Interpungen todas las palabras cuatro aritos montados (alguna vez pueden ser tres o cinco).


Adecúan al uso la leyenda secundaria, no tratan de domini al rey bajo el mayordomo, y la escritura de las cuatro es afín.90 73 y 99 apellidan al mayordomo Gundissalui, 100 Gonçalui, y la copia 98 Gonçaluez, ya plenamente romanceado. Todas doblan la p del apellido Luppi del alférez, lo cual reiterarán el original 104 y las copias 102 y 103 de M-XXXIV.91


Entre agosto de 1252 y agosto de 1255, actuó en la cancillería de Alfonso X el hermano de Sancho Domínguez, y aun así tocayo Sancho Fernández, canónigo de la catedral de Sevilla,92 cuyos rodados son muy parecidos, si bien recuperan los tetraseparadores de la orla principal.


Ruedas de Sancho Fernández en dos privilegios de Alfonso X (5 y 8 de agosto de 1252).93

2.26. M-XXVI (1239)

En el repertorio de Julio González, solo el privilegio 74 se adjudica a Esteban Díaz.94 Su signo rodado tiene 90 mm Ø y consta de dos orlas del 26 y el 23 % Ø, entre gráfilas simples, hendidas ambas por la vertical que prolonga el asta.

La cruz es manifiestamente latina, atrompetada, con un bullón al extremo de cada brazo, inscribe otra a contraste, e inusitadamente durante el reinado conjunto de Fernando III el asta lleva adorno central.95


Ajusta la leyenda principal a usanza, punteando los astiles96 y anexando s y t de Castelle. Prescinde de abreviaturas y del et que tradicionalmente se colaba entre Legionis y Gallecie. Solo punge el final y lo remata un adorno geométrico.


La secundaria tampoco se desvía, cubre dos amplios huecos a nordeste y sudoeste alargando el travesaño de la t de los confirmat, en particular el del mayordomo, cuya parte cuenta con el domini regio.

2.27. M-XXVII (1241-1242)

La corroborativa atribuye el original 75 a Juan Pérez de Soria, y suyos han de ser también el 80 y la copia 7897 por lo similar de las cruces, si bien el aspecto de las tres ruedas es diferente:

— 75, con 116 mm Ø, tiene dos orlas del 22 y el 17 % Ø. Cortada abajo la interior por un segmento vertical de cabos triangulares, filamentado al borde izquierdo; no se aploma exactamente al eje de la cruz, ni cruza el ancho intergráfilo de 5,5 mm (casi el 10 % Ø), que prácticamente podría considerarse fimbria. También son dobles las gráfilas exteriores y distanciadas entre sí 3 mm.

— 78 y 80 son más pequeñas (65 y 54 mm Ø)98 y tienen una sola corona (28 y 26 % Ø) sectorizada por diez sagitas, filamentadas del lado horario; 78 incorpora además una fimbria de 6 mm (18 % Ø). Las gráfilas son simples. En 78, se entrevé un arco por fuera a noroeste. Recordemos lo inusuales que resultan esos divisores durante el reinado conjunto de Fernando III; solo se repite en 10, 11 (ambas copias), 28 y 34 (inacabada).


Además, 75 y aquella copia 10 de M-III son las únicas coloreadas. En 75, se repasaron de rojo o azul gráfilas, cruz y ribetes del campo, y dos dentados de triangulitos azules festonean los intergráfilos. Es evidente que todo ello se interpoló a mano alzada, como demuestra el grafilado vacilante y, debajo, el diseño original monocromo.99 Esa postiza ornamentación, que se extiende al crismón y a la U inicial del diploma, se aplicaría como pronto bajo Alfonso X, que es cuando los oficiales de la cancillería acuden a las tintas de color, y pudo deberse a lo singular de este privilegio, que concedía fuero a Córdoba, la antigua capital de al-Ándalus, conquistada hacía menos de cinco años.

Las cruces son patadas, surtidas de bodoques y entre alones en el corto travesaño, que deja de serlo en la copia 78. Además, 75 y 78 bordean el campo de arquitos escarzanos: seis en el original (luego rellenos de rojo con un botoncillo azul) y cuatro en la copia, cuyos brazos alcanzan la gráfila.


La leyenda principal sigue la disposición sabida. Solo 75 encabalga tracitos para interpungir todas las palabras (salvo el primer et), función que en 78 y 80 cumplen los escisores. Filamenta los astiles igual que Domingo García de Segovia (82 y 83 de M-XXI), Martín (M-XXIV), Sancho de Segovia (M-XXV),100 Esteban Díaz (M-XXVI) y Juan Domínguez de Segovia (M-XXXIV), no hay nexos y solo 80 abrevia sign(um) —como hacen algunas de Pascasio de Soria y la anónima 65—, cuyo literal va con U, lo mismo que Cordube, como era normal. Solo lleva dos et: entre Castelle y Toleti y entre Gallecie y Cordube.

La secundaria (orlada en 75 pero abierta en 78 y 80) mantiene el sentido antihorario por basarse fuera, pero contraflanquea a mayordomo y alférez: en 75 y 80 caen a derecha e izquierda respectivamente,101 y en 78 abajo y arriba.102

Para cerrar el anillo, prolonga el trazo superior de algunas eses finales en 75 (Rodericus, maiordomus, ambos rregis y Didacus) y 78 (maiordomus, el primer rregis y primogenitus); pero en 80, con bastante menor diámetro, el último confirmat hubo de desviarse porque pisaba ya el comienzo. En 78, un segmento horizontal a oeste delimita el período.


En 78 y 80, y en 77 y 79 de M-XXIX, el futuro Alfonso [X] suplanta al alférez Diego López de Haro:103 infans dompnus Alfonsus, primogenitus domini rregis, alferiz rregis, confirmat (80 prescinde de dompnus y no hay domini regio junto al mayordomo).

2.28. M-XXVIII (1241)

El privilegio 76 es de rodado abigarradamente cubierto como ningún otro, y el único de la colección de Julio González104 cuya corroborativa lo asigna a un notario: Petrus Martini, domini rregis notarius; Iohanne, Burgensi episcopo, existente cancellario, iussit scribi.

Mide 83 mm Ø y consta de dos orlas, del 22 % Ø la interior y 17 % la otra, enmarcadas por gráfilas simples. La cruz campal llega casi al borde, es patada, de breves potenzas curvas y un bullón a cada brazo cerca del vértice; el resto del campo va repleto de menudas e intrincadas filigranas.


La rutinaria leyenda principal pone signum y Cordube con U, no lleva abreviaturas, interpunge tres aritos montados y emplea dos et entre Castilla y Toledo y entre Galicia y Córdoba. Dos pequeños vanos que flanquean la punción final están atiborrados como el campo.


La secundaria mantiene la base externa y el consiguiente sentido contrahorario, pero trastoca el mayordomo a la derecha y el alférez a la izquierda, como solo hemos visto en 30, 57, 75 y 80. Eso sí, el amplio hueco que hay tras el alférez, semicerrado por el travesaño de la t de confirmat, certifica que el texto empezó desde abajo y por el mayordomo, junto al cual no se trata de domini al rey. Pero lo que singulariza esta corona es que embute todo el vacío sobre el renglón de un festón afiligranado que solo respeta los astiles.


El rodado regio hispánico

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