Читать книгу Gestión empresarial en las instituciones de educación superior para la calidad y la pertinencia - Juan Carlos Núñez Bustillos - Страница 52
La planeación en las instituciones de educación superior
ОглавлениеComo se señaló en el epígrafe anterior, la planeación es una herramienta inscrita en el marco de las teorías organizacionales que supone la anticipación del futuro mediante estrategias orientadas a maximizar los recursos en pro de la misión y visión de la organización.
En el ámbito de la educación superior, en los últimos años y en diferentes contextos, han sido frecuentes los ejercicios de planeación incitados por diferentes instituciones y organismos a nivel global, entre ellos, el Banco Mundial (BM), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización de Cooperación Desarrollo Económico (OCDE) y, a nivel latinoamericano, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), promotores de políticas públicas orientadas a la calidad y mayores niveles de eficiencia.
Específicamente, en el contexto mexicano, existen diferentes instituciones que han propiciado el desarrollo de los ejercicios de planeación. El Gobierno Federal, mediante el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 en materia de educación, señala cinco objetivos que deberán de perseguir las Ies con relación a: 1) la educación de calidad; 2) la equidad; 3) el acceso a la cultura; 4) la promoción del deporte para fomentar una cultura de salud; 5) hacer del desarrollo científico, tecnológico y la innovación, pilares para el progreso económico y social sustentable (DOF, 2013). Dichos objetivos suponen los elementos a desarrollar en los marcos de planeación de las Ies.
Asimismo, es evidente que para las Ies existe una mayor necesidad de obtener calificaciones adecuadas en las evaluaciones que llevan a cabo organismos externos, organizaciones nacionales como los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES), las acreditaciones de programas que se efectúan al amparo del Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (COPAES) y los Exámenes Generales de Egreso de la Licenciatura (EGEL). Las evaluaciones de organismos externos constituyen también un aspecto a considerar en la planeación de las Ies.
Finalmente, cabe señalar la necesidad de las Ies de obtener recursos extraordinarios mediante la participación y aplicación a diferentes convocatorias y programas derivados desde la Secretaria de Educación Pública (SEP), mediante acciones coordinadas a través de diferentes instancias como la Subsecretaría de Educación Superior (SES) con el Programa de Fortalecimiento de la Calidad en Instituciones Educativas (PROFOCIE) (DGESU, 2014). En este sentido, la planeación y evaluación contribuyen a una mayor probabilidad de acceder a los fondos extraordinarios.
Los lineamientos señalados por las diversas instituciones y organismos externos a las Ies, destacan la necesidad de cambio continuo, a la vez que establecen en buena medida las pautas a considerar en la misión, visión y gobernabilidad de las Ies.
De ahí que sea lógica la expectativa de que las Ies elaboren ejercicios de planeación en respuesta a las demandas del entorno, mediante procesos participativos que incluyan a sus actores clave, como son autoridades, investigadores, docentes, entre otros, que estipulen metas tanto a corto, mediano y largo plazo, vinculadas a la transparencia y rendición de cuentas.
A partir de la propia naturaleza de las instituciones educativas, y del nuevo contexto político, económico y social en el que se desenvuelven, su administración debe considerar el trabajo colaborativo como eje central de la propia administración. Esto con el objetivo de promover procesos adecuados de planeación, gestión y control a partir del intercambio de ideas y acciones de los miembros implicados.
El proceso de planeación participativa en el ejercicio de planeación sugiere: 1) El enriquecimiento del contenido de los productos de la planeación, a través de la participación de los actores involucrados; 2) La implementación de un plan a través de las personas que colaboraron en su formulación; 3) Una mejora en la comunicación al interior de la institución; 4) El fortalecimiento de la vida colegiada; 5) La implantación de una cultura de la calidad; y 6) La actitud de mejora continua. A este respecto, Sevilla y Galaz (2008: 6) destacan el reto de crear un mecanismo de gobernanza que permita a las Ies el diseño de mecanismos efectivos para determinar prioridades para el futuro y que éstos sean creíbles, legítimos y aceptados por su comunidad.
No obstante, los resultados de los ejercicios de planeación demuestran diferencias significativas de lo esperado. De ahí que los citados autores destacan algunas consideraciones que pueden propiciar un gap en los ejercicios de planeación como son: 1) El desgastante proceso y enorme esfuerzo institucional invertido; 2) La preponderancia a la atención de los indicadores de desempeño sobre los procesos que los generan; 3) El nivel y la calidad de la participación de las comunidades académicas en el proceso de planeación; 4) El incremento en las brechas de calidad entre instituciones; 5) La falta de consideración a las diferentes culturas y tradiciones de cada disciplina, así como; 6) La diversidad de las misiones en las Ies (Sevilla y Galaz 2008:4).
Por su parte, Llinas-Audet et al. (2011 p. 51) encuentran que en los ejercicios de planeación de las Ies existe un liderazgo en la formulación de la estrategia que recae generalmente en un concentrado y hermético equipo directivo, poniendo de relieve la limitada participación de su comunidad en la estrategia institucional, encontrando lógico que a la hora de implementar las estrategias planeadas se observen serias dificultades en las Ies. Entre dichas dificultades cabe mencionar una visión incompleta de la estrategia en las áreas claves de las Ies, que da como resultado una nula eficacia de la planeación estratégica. Adicionalmente, entre los resultados de Llinas-Audet et al. (2011 p. 51) se identifican problemas relacionados a la comunicación deficiente, a los sistemas de información centralizados y a las unidades de apoyo que realizan sus funciones incompletas al ejecutar simultáneamente sus actividades diarias, contribuyendo así a un limitado compromiso.
En tanto que Jiménez (2009), con base en las ideas de Robbins (1999), plantea que la participación de los miembros de la organización en la planeación e implementación de los planes impacta positivamente en la gestión educativa. Además, mejora la percepción de los líderes y gestores, lo que genera confianza en las decisiones que se toman, influyendo en el éxito de las acciones que se emprenden. La participación activa en la planeación promueve la percepción de logro individual y colectivo, lo que favorece el clima laboral y promueve a su vez mayor trabajo colaborativo en beneficio del cumplimiento de los objetivos institucionales.
De ahí la importancia de realizar ejercicios de planeación participativos que hagan factible su implementación y arriesgarse a ampliar el número de participantes en el proceso de una forma controlada.