Читать книгу Cuentos Habbaassi V - Juan Moisés De La Serna, Dr. Juan Moisés De La Serna, Paul Valent - Страница 6
EL PRIMER HOMBRE/MUJER HAB
ОглавлениеEn las Escuelas de los Hab-Baa-Ssi, enseñan que se tiene que transmitir el conocimiento de acuerdo con la mentalidad de los que escuchan, y así a unos se les tiene que contar en forma de cuento, y a otros de forma más seria, alguna historia, y a otros con aplicación directa de lo que se quiere decir, sobre la persona que escucha para que este de respuesta ante las nuevas situaciones que se le plantean.
Uno de los cuentos que se contaba en algunos lugares, en que ellos ya habían hablado en varias ocasiones, y cuando querían ampliar la información que se tenía sobre algún aspecto, era el contar la vida de algunos de los hijos de EA, MADRE DE LA VIDA, también llamados los Hab, y así una de estas historias o cuentos era la siguiente.
Un niño esclavo de los The-Atlas, pueblo guerrero y esclavista, se había alejado de su aldea, aspecto que tenían prohibido, y estando a una distancia, vino una de las naves de los guerreros The-Atlas los cuales bajaron y esperaron al Jefe del pueblo al cual pertenecía el niño que miraba todo ello oculto.
Vio venir al Jefe y vio cómo cuando se acercaba lo hacía con sumisión, y cómo los otros le quitaron un casco de metal que tenía en la cabeza y le ponían otro igual, ante todo esto, el niño se olvidó de esconderse e hizo ruido, lo cual fue motivo de una reacción de los guerreros que estaban con su Jefe, y uno de ellos le disparo un rayo de energía, que tan solo le dio de refilón pues el niño se movió para salir corriendo.
El golpe brutal del rayo, le hizo caer del lugar donde se escondía a un hoyo, en donde quedó sin sentido, y con la parte de arriba enseñando el lugar donde había recibido el disparo, todo ennegrecido.
Llegaron los soldados y el Jefe y lo vieron desde arriba y vieron el disparo y el jefe dijo conocerlo, y lo dejaron por muerto, y así cuando el jefe volvió a su pueblo, dijo haber encontrado al niño muerto y que nunca volvería más, y los guerreros se marcharon.
El niño se despertó bien entrada la noche, con el frío y el agua que caía pues había empezado a llover, y en la reacción se vio dolorido por todo el cuerpo, y también con frío y con hambre, y cuando quiso salir del agujero que se estaba llenando de agua sintió un gran dolor en el lugar donde le había dado el disparo.
Se miró, y vio que tenía todo negro, pero no tenía agujero alguno, le había salvado una concha de tortuga que siempre llevaba con él, mitad como distinción mitad como juguete, y que ahora tan solo quedaba algunos restos negros a su lado.
El joven se alejó del lugar y se metió en una cueva cercana a resguardo de la lluvia y del viento y se quedó dormido, y en sueños alguien se le apareció y le dijo,
–Seré tu Maestro y tienes que confiar en mí, y aprenderlo que te diga, para que luego puedas enseñar a otros.
El joven se despertó y no vio a nadie, y volvió a dormirse y se repitió el sueño yél respondió que sí y se le dijo,
–Mi nombre es Hab.
Aquel joven cuando despertó escuchaba la voz de Hab y como es natural tuvo las dificultades naturales de la apertura de la mente que había tenido, ya que lo que había ocurrido fue que el impacto de la energía del arma del soldado había despertado a su Maestro Interior y este era el que se le había manifestado en sueños.
Aquel joven fue el primero que los Hab-Baa-Ssi tienen constancia de que tuvo la mente abierta y consiguió escuchar a su Maestro Interior.
Con el tiempo el mismo adquirió el nombre de Hab que es también el del Maestro interior de las personas de esa raza, ya que tuvo un trabajo mientras tuvo cuerpo físico y continuó el mismo siendo cuerpo energético o Ser de Luz como también se llaman.
Así en el pueblo al que él pertenece, de vez en cuando surge alguien, un hombre/mujer que tiene un despertar y a través de esa apertura de su mente consigue grandes prodigios y puede ayudar a los demás y todos ellos se siguen llamando Hab.
Cuando esto se contó, uno de los asistentes que era un hombre de cierta edad pidió la palabra y dijo,
–Veréis en mi juventud he conocido a un Hab, son seres como nosotros, pero de ellos sale una energía que hace que todos los demás se sientan felices y estén sanos de enfermedades, mi encuentro con él fue de la forma siguiente.
»Era un joven que llevó al pueblo donde estaba el Hab a un hombre enfermo, para que pudiera hacer algo por él, pues estaba empeorando, y el Hab no se encontraba en el pueblo, pues había dicho por la mañana muy temprano:
–Cuando el sol este alto traerán a un hombre enfermo. Voy a buscar su remedio en el monte ―Y se había marchado,
»Ese fue el primer encuentro con él, ya sabía que veníamos antes de llegar nosotros y sin que nadie lo anunciase.
»Llegó al poco tiempo y pidió ver al enfermo y para ello, me habló, y me miró profundamente, suelen tener una mirada profunda que entra dentro de ti, y sientes que está leyendo en tu interior, y me dijo,
–Luego quiero hablar contigo, pues quiero que hagas algo por mí
»Asentí con respeto, luego miró al enfermo y pidió que lo lavasen y que le quitasen toda la ropa y la quemasen y le dieran nueva y limpia, y cuando todo estuvo hecho le dijo, que cogieran unas hiervas y se las pusieran entre las piernas y otras pocas en los sobacos, y le taparon bien, por la noche el enfermo estaba sano, y se quiso levantar pero él no le dejó, y le dijo,
–Mañana volverás andando pero cuando este el sol para que veas el camino.
»Las hiervas colocadas en los lugares donde la energía fluye con intensidad había facilitado la limpieza interior del mismo y la normalización de todo su organismo, y nada más, pero de mi conversación con el os contaré lo siguiente.
»Una vez atendido al enfermo me mandó llamar, pues me había marchado para evacuar mis porquerías y él me dijo,
–He mirado dentro de ti, y he visto que vas a ser un hombre que tendrá que tomar una decisión importante en tu vida que hará que otros puedan beneficiarse de ella o por el contrario perjudicarse.
»Aquello me alarmó, y tan solo me dijo,
–Tendrás en el momento, la claridad de pensamiento, antes de que tengas que tomar la elección.
»Un tiempo después le estuve buscando y no conseguí encontrarle, unos me decían que estaba en un lugar y otros que otro, y así he estado durante mucho tiempo, aunque espero poder encontrarle, para que me ayude pues en mi decisión me equivoqué y causé mucho dolor, y aun espero que con su ayuda poder remediar algo pues no quiero marchar al lugar de la energía con una carga tan grande.
Él hombre había despertado la curiosidad de las gentes pero él se levantó sin contestar ninguna pregunta, y aquella noche marchó y no se le volvió a ver, y al día siguiente, llegó alguien que ellos conocían, y le dijeron,
–Aquí estuvo alguien que te busca y que quiere hablar contigo, pues busca tu ayuda.
El hombre que era ya muy anciano les dijo,
–Aun no es tiempo de nuestro encuentro, él será el que me suceda cuando me marche pero tiene que aprender de las equivocaciones, para que cuando tenga el puesto tan solo tenga aciertos.
Sin embargo viendo el pesar que había dejado el hombre mandó a uno del pueblo a que le buscase en un lugar y le dijo,
–Esta allí descansando, ve y avísale que quiero hablarle.
Se produjo el encuentro al día siguiente, y cuando llegó el hombre se echó a los pies del anciano, el cual le dejó, asombrando a todos, porque él nunca quería eso, y el hombre con la cabeza en el suelo, pidió perdón, y el otro le contestó,
–Levanta ―Y explicó a los demás―, veréis este hombre tuvo que decidir entre venir conmigo estos años, siendo mi ayudante y mi herencia, o ser soldado, escogió lo último y ha estado matando a otros hombres en varios lugares, y cobrando impuestos, y tomando lo que quería y no respetando la vida, y cuando le llegó su momento, cayó enfermo y le hablé por la noche y le dije,
–No harás mal a nadie más, búscame y eso es lo que ha hecho hasta ahora.
El hombre asentía delante de todos, y el anciano le dijo,
–Si le he dejado pedir perdón no ha sido a mí, sino a todos los que has hecho mal, directamente con sus actos, e indirectamente con su ausencia a mi lado. Ahora estas limpio, y le tomaré como hijo y será mi heredero, pues mi tiempo ya esta terminándose.
Así le dieron una cabaña para los dos, y moraron en el lugar por dos largos años, y llegado el tiempo se marchó el anciano, y cuando su cuerpo físico le dieron al fuego, el discípulo empezó a hablar como el anciano, y se lo hicieron notar y él mismo dijo,
–Soy un Hab, y el que vive en mí, es el mismo que vivía en mi maestro, y será el mismo que vivirá en aquel que será mi heredero, pues un Hab no muere y está en el mundo haciendo el bien a través de las personas físicas.