Читать книгу Isósceles - Juno B - Страница 11
ОглавлениеApapache 3
Cupido me lanzó una flecha, pero pasó por los cachitos rotos. ¿Qué haría yo en otras vidas, para sufrir que no estés en estas?
9. Anxiety
«Claro que lo veo, pero no lo veo claro» Charlie
No sabría cómo definirla,
pero sí cómo dibujarla:
unas veces blanca,
otras con garabatos, nudos indescifrables.
Entras sin permiso y lo arrebatas todo.
A veces pienso que no te conozco,
estás en mí de muchas formas,
te disfrazas de cordero y pretendes darme miedo,
haciendo que no sepa
qué pasará después.
Ni siquiera vives en el presente,
naces en el pasado y te nutres de los miedos al futuro.
Por eso, cuando intentaste arruinar el mío,
tuve que echarte.
En la lección 140 de cómo salir del bucle,
aprendí a parar.
Si paro en cierta parte del círculo,
y lo veo desde fuera,
mi lápiz del valor pinta una línea transversal
y lo atraviesa todo.
Lo he llamado puente.
Sigo sin manejar cuando entras,
pero yo salgo cuando quiero.
10. Laberintos
Ayer conocí a Eva.
Estaba recortando las ramas sobrantes,
creando un espacio casi simétrico,
perfecto.
Dice que un día estuvo perdida en el laberinto.
Hoy ya no lo estaba,
pero, aun así, seguía dentro.
Jamás encontró la salida,
y dentro se contó un argumento
casi infernal.
Es increíble ver como algunas personas
viven dentro de un problema,
y al no poder huir,
se quedan a ponerle orden.
En vez de solucionarlo, lo doman,
pasando por alto que el león no es libre,
ni aun pasando por el aro.
Ella conocía todos sus callejones sin salida,
e incluso donde había dejado las llaves.
No sé si no pudo, o no quiso,
dijo que era hora de dormir.
Quizá lo mejor que puedes encontrar en una persona,
a veces, es una salida.
Por si acaso, cuando me fui dibujé una puerta,
y dejé una nota escrita:
“Prometo que si ves lo que hay ahí fuera,
jamás querrás volver allí”.
11. Cadenas
Estoy encerrada entre cuatro paredes,
no hay suficiente oxígeno
y casi no puedo escribir.
Hoy he abierto una ventana y he visto una montaña
tan grande, tan alta,
tan fuerte,
no pidiendo nada,
no necesitando nada,
que he querido ser ella.
Me ha parecido oír decir a un pájaro
que le gusta cómo bailo,
que entre las cuatro paredes que me oprimen
me apaño bastante bien.
Dice que desde fuera se oye cómo canto,
cómo hablo,
cómo me miro en el espejo
y me río,
y que no está nada mal.
Quizás un día debería de salir de este cuarto,
en el que no encuentro una puerta,
porque no me atrevo a dibujarla.
Verás, la primera pared es insegura,
dice que si la dibujo, se hará frágil.
La segunda no es bonita,
y dice que si la dibujo, quedará peor.
La tercera es dependiente,
y dice que si lo hago, se aferrará a esta.
La cuarta es miedo, irracional y oscuro,
y dice que si la pinto ahí, nunca me atreveré a salir,
por todo lo que pueda haber ahí fuera.
Tengo lápices de colores, ganas
y una manta por si hace frío.
Podría intentar salir del hoyo.
Hace tiempo que corté mi pelo,
sabiendo que no vendrías a buscarme,
cuando lo dejase caer.
Se volvió oscuro, y lo vi claro.
Si no soy yo, no me salva nadie.
Así que venga, lo haré esta noche.
Me he asomado
y he visto un montón de manos haciendo redes,
por si no caigo de pie,
y eso me reconforta.
Solo quedan unas horas, y luego tendré que saltar,
aquí casi no llega ya la luz.
Sé que mientras lo haga,
las cuatro paredes gritarán fuerte que no me atreva,
que no las deje solas, que tienen miedo,
mucho miedo,
y que me harán daño.
Pero prefiero descubrirlo
a quedarme con el que me hago aquí dentro.
Y aunque no conozca la profundidad,
tengo que probarlo,
ver toda la luz que irradio.
Si me doy cuenta de que no soy valiente,
entonces inventaré que lo soy,
me creeré mi propia mentira
y les enseñaré que yo bailo aún mejor.
Hago un trueque miedo-ganas.
Si tú no me salvaste, tendré que hacerlo yo.
12. Mala amiga
Apenas me coge el teléfono,
dejo mensajes en su contestador,
pero ella nunca contesta.
Ya no me dedica tiempo,
dice que no es tan importante,
porque siempre hay otras cosas que atender.
Las palabras de ánimo cuando el día es gris,
cada vez son más escasas,
y cuando por fin se para,
y me mira fijamente a los ojos,
llego a pensar que esta
podría ser la última vez.
A veces nos ofenden actos de otras personas,
y muchas veces las apartamos de nuestras vidas
en un acto de valor que nos indica
que no es lo que creemos merecer.
A veces, y solo a veces,
estamos tan centrados
mirando ahí fuera,
que ni siquiera nos hemos dado cuenta
de que la amiga de la que os hablo
éramos nosotros.