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Capítulo Dos

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Tyson

Nora Whynot es la peor hechicera del mundo que aún sigue trabajando por ser la única hechicera en Summerland que provee servicios profesionales. Su magia tiene más cortocircuitos que una tarjeta de memoria quemada y debí haberme ido cuando la vi recorriendo las mesas en la venta de garaje.

En serio debí irme, pero fuerzas superiores a la vieja bruja me mantuvieron ahí y me distrajeron de mi objetivo. Ahora tengo que decirle al resto de mi clan que Nora Whynot nos venció una vez más.

“¿Dónde está la caja?” me preguntó Chance, mi hermano. Técnicamente él es el mayor y según Chance es algo importante, pero para mí no son más que tonterías. En nuestra forma humana, los cinco últimos miembros de mi clan tomaron la forma de hombre en sus treintas; la edad perfecta donde podemos ser confiados en el ámbito profesional, sin embargo, la gente se empieza a preguntar porque no tenemos pareja.

Ha pasado tanto desde que ninguno de nosotros ha cambiado a su forma de dragón que apenas si puedo recordar cómo nos veíamos y Nora Whynot es la causa por la que hemos estado atascados como humanos los últimos cincuenta años.

Ahora ella tiene la reliquia que podía haber terminado el hechizo o maldición, como la hemos llamado en las últimas décadas.

“Maldita sea, espero que con solo tocar a ese hijo de puta sea suficiente para hacerte cambiar de forma” Mi primo, Jax, sacudió su cabeza. “Estoy esperando poder ver una pequeña tormenta de fuego sobre Summerland esta noche.”

“¿Se parece en algo a las fotos en los álbumes?” Tanner es nuestro historiador, el que se aferra a las tradiciones y quien posee más magia que el resto de nosotros, pero no la suficiente como para hacerlo cambiar de forma. “¿Mi visión era correcta? Si lo era, no puedo creer que hubiera sido Jerry, entre todos, quien tuviera un objeto tan sagrado en su sótano. Solo un humano puede tener lo que necesitábamos debajo de nuestras narices. ¿Qué más está escondiendo ese tipo?”

Ni siquiera Rafe, quien ve el lado negativo de todo, pudo decir nada. Él ya se había levantado a abrir el armario de cristal donde guardábamos nuestros libros de hechizos más antiguos. Ellos nunca consideraron que volvería sin la reliquia.

“Hay una caja y se ve exactamente como en las fotos de nuestros álbumes.” Ácido quemó mi lengua de solo pensar en lo que diría a continuación. “Pero ahora se encuentra en la posesión de Nora Whynot.”

“Demonios.” Rafe azotó la puerta del armario tan fuerte que se tambaleó con todo y sus invaluables contenidos. “¿Cómo es posible que esa maldita bruja arruinara las cosas esta vez?”

“Ella estaba con su nieta”

“Si, lo sabemos, ella es hermosa.” Jax se quejó. El clan mantenía una mirada cautelosa en Nora, por si acaso se le ocurría lanzar más hechizos fallidos. Así que, cuando ella consiguió una compañera de casa, que se parecía tanto a ella cuando realizó el hechizo hace tantos años, nosotros lo notamos. “Ella tiene el tipo de curvas más peligrosas, aquellas que te hacen pensar que no tienes que bajar la velocidad, pero si no prestas atención te estrellarán contra un muro de ladrillos. Exactamente como lo hizo hoy contigo, ¿y si ella está trabajando con Nora para mantenernos alejados de esa caja?”

“Ella tiene poderes.” Ni siquiera sé su nombre, pero anhelo la forma en que hizo que la electricidad danzara por mi piel. “La cuestión es que no creo que ella tenga conciencia de eso aún.”

“Bien, entonces ella puede contrarrestar la maldición y finalmente podremos cambiar” sonrió Tanner. “Si no conseguiste la caja dime ¿pudiste conseguir su modelo al menos?”

“Aún no.” Pero planeo hacerlo.

“Así que fuiste distraído por la pequeña bruja. Repíteme de nuevo ¿cómo es que Nora tiene la caja y tú no?” me preguntó Rafe.

No me queda más que decirles. “Porque creo que Nora me lanzó otro hechizo.” Y no me decepcionaron cuando empezaron a quejarse.

Hace cincuenta años, cuando el clan del Trueno de las Montañas Rocosas perdió a sus últimos dragones nosotros nos convertimos en el último clan en toda Norteamérica con solo cinco miembros. Nosotros nacimos con el único propósito de proteger a las montañas, pero sin parejas pronto empezamos a perder nuestra fuerza y le pedimos ayuda a Nora.

Esperábamos que ella pudiera atraer a más dragonas con las que pudiéramos emparejarnos, talvez vendrían de otros clanes o talvez algunas que fueron abandonadas y olvidadas en las estribaciones de la enorme cordillera de los Apalaches ya que nosotros protegimos la zona sur por un tiempo. Alguien que fuera demasiado débil para sentir por nuestros propios medios podría estar allá afuera, buscándonos como nosotros a ellos.

No somos seres inmortales, no exactamente, pero podemos vivir miles de años y no queríamos ser la última generación de nuestra especie ya que las montañas nos necesitan con toda nuestra gloria y poderío mágico. Nora prometió que podría lanzar un hechizo que atraería a nuestras compañeras destinadas hacia nosotros, a cambio solo pedía un gran trozo de cuarzo de nuestro tesoro.

La decisión de hacer el trato no fue unánime y Rafe aún insiste, después de todos estos años, que le dimos demasiado poder. Él estaba convencido de que era por eso que el hechizo había terminado tan mal y hemos estado atrapados en nuestra forma humana desde entonces.

“¿Qué es lo que se dice cuando no hubo ningún daño?” Chance negó con la cabeza, pero no tuvo que decirlo, yo sabía que lo había jodido. “Demonios, alguien necesita pintar la puerta de su tienda de tarot con esas palabras. Cuando los últimos cinco dragones en Norteamérica mueran, nadie lo notara porque hemos sido humanos por mucho tiempo. Ellos probablemente crean que ya estamos muertos.”

Ese es un pensamiento mortificante porque es probablemente la verdad, y es que después de pasar tanto tiempo como humano apenas si puedo llamarme un dragón. La verdad es que a pesar de que Summerland sea un pueblo seguro, estaríamos jodidos si algo serio llegara a suceder. Nuestros antiguos poderes son una memoria lejana y ninguna amenaza.

“Perdimos por hoy, pero obtendremos esa caja y nos prepararemos para pelear.” Hoy les fallé, pero conseguiré esa caja a como sea porque sin ella no sé lo que pueda suceder.

“¿Pelear por qué?” gruñó Rafe. “No existen más dragones en Norteamérica que nosotros y ya nos queda poco del oro que queramos vender. ¿Qué pasará cuando tengamos que vender nuestra tierra?”

“Nadie está buscando comprar una cordillera.” Me burlé.

Hizo un gran gesto con la mano señalando hacia afuera. “Hay casas apareciendo por todos lados en las montañas. No falta mucho para que un arquitecto o un visionario nos haga una oferta que no podamos rechazar. Si no podemos cambiar no tendremos ninguna protección.”

Rodando sus ojos Jax dijo. “Vaya manera de escribir nuestros obituarios, Rafe, por favor no me digas como termina. Prefiero tirarme en el medio de la autopista y dejar que un camión me pase por encima antes que pensar que jamás poder cambiar de forma de nuevo.”

“La caja debe tener el código para romper el hechizo, eso es lo que dice el texto antiguo.” Aparte de conocer cada maldita cosa sobre ser un dragón, Tanner era el que siempre nos recordaba porque hacíamos lo que hacíamos. Si Chance era la mente maestra entonces Tanner era el ejecutor de los planes.

Yo siempre estuve orgulloso de ser su soldado, soy bueno peleando después de todo, pero cuando quedamos atrapados por el hechizo fallido tuvimos que acatarnos a las reglas humanas. Pero no más.

“Tenemos todo por lo que luchar, nuestros futuros, nuestras parejas.”

Rafe se burló. “Tu cabeza aún está en las nubes si sigues esperando por esa compañera destinada.”

“Quítale esa caja a Nora” Chance gruño. “Haz lo que tengas que hacer, seduce a la nieta si es necesario. No necesitas de ningún hechizo de amor ya que es tu única esperanza de salvar tu trasero.”


La orden que Chance me dio no es la única razón por la que no he parado de pensar en la nieta de Nora Whynot desde la venta de garaje. Cada vez que cierro mis ojos, ella está ahí más hermosa que antes con sus rizos color caramelo, ojos azules y esos labios tan llenos de color rosa. Mi hermano tampoco bromeaba cuando dijo que tiene curvas peligrosas que causan pequeñas corrientes eléctricas corriendo por mi piel. Yo he visto a esta mujer en mis sueños durante años y mi mente me estaba jugando una mala pasada.

No es posible que recién se haya activado un hechizo lanzado hace cincuenta años atrás. La vieja bruja definitivamente bloqueó mi magia.

Es eso o esta mujer, la nieta de Nora Whynot, es mi pareja destinada.

Su electricidad se había quedado conmigo desde ese día de la venta de garaje, como una mayor conciencia sobre ella.

Como lujuria.

Yo he estado con muchas mujeres, he disfrutado de sus cuerpos y de su compañía, más nunca he pensado en ellas de nuevo cuando hemos separado nuestros caminos. Sin embargo, mi magia no era lo suficientemente poderosa como para hacer que me olvide de esta mujer.

Y es que un hombre humano jamás estaría a su altura. Él se habría puesto en ridículo con tal de estar en su presencia y no hay ninguna garantía de que yo no haría lo mismo.

Ese sentimiento solo creció cuando puse un pie en el pueblo y cuando vi la tienda de lectura de cartas del tarot de Nora en el centro, consideré por un momento la idea de humillarme lo suficiente como para ir a tocar a su puerta.

Durante años, después del hechizo fallido, nuestro clan maldijo a esta mujer. No puedo ir a pedirle ayudar o preguntarle acerca de su nieta.

No lo haría, ni aunque ella pudiera ayudarme a obtener la reliquia. Ella es la única que ha hecho fuego circular por mis venas de una manera que no había sido posible desde que me encontraba en mi forma de dragón, pero ni siquiera por eso lo debería hacer.

Si estuviera usando la mitad de mi cerebro me mantendría lo más lejos que pudiera de la nieta de Nora Whynot.

Sin embargo, esa misma mitad estaba dispuesta a apostarlo todo por la posibilidad de que mi clan pudiera romper esta maldición y yo tendría que hacer cosas que nunca antes había hecho. Como arriesgarme y actuar solo por fe de la que es pura y ciega.

La vibración de esa electricidad se intensificó. Me paré frente a la tienda de tarot, pero no venía de ahí, sino que de la Cafetería de Summerland que tenía una corriente tan fuerte que, por un momento, pensé que la ventana estaba a punto de romperse.

Y allí estaba ella, en todo su esplendor con ese bronceado increíble, se encontraba sentada en la ventana con su mano enrollada alrededor de una taza, sonriendo debido a lo que veía en su computadora portátil. Al ver su rostro de felicidad me pregunté a qué se dedicaría porque fuera lo que fuese, era obvio que le daba una gran alegría.

Yo quería saber todo sobre ella.

Summerland solo tenía una cafetería y siempre estaba llena, por lo que había un cartel en el mostrador que le pedía a los clientes que compartieran mesas si es que decidían quedarse a trabajar. Esa era la excusa perfecta.

Mientras me acercaba a su mesa, se me ocurrió que tal vez todo lo que el hechizo necesitaba era tiempo.

Ella jadeó cuando me vio parado frente a ella.

“No sé si te acuerdas de mí.” No sabía si había podido pensar en algo más desde la última vez que la vi, porque puedo asegurar con toda certeza que yo no lo había hecho.

“Por supuesto que sí.” Un rubor subió a sus mejillas y a mi dragón le gustó mucho eso. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que mi dragón había tenido una opinión sobre algo. Era obvio que esta mujer tenía más que magia, ella tenía un fuego ardiendo en su interior.

Jamás me había sentido así, esto no era solo por el hechizo. Ella era mi alma gemela, nunca había estado más seguro de nada en mis mil años de vida en este planeta.

“¿Hay alguien sentado aquí?” Yo le pregunté.

“No, toma asiento. Por favor.” Ella se apresuró a despejar el espacio en la mesa para mí, y casi derriba su taza. “Esperaba poder verte de nuevo.”

, dijo mi dragón. El hechizo también la había afectado. “Me hubiera gustado haber tenido la oportunidad de hablar contigo en la venta de garaje.”

“Nunca creí que a tipos como tú les gustaran ese tipo de cosas. No es que te esté juzgando, ni nada parecido.” Ella se rio entre dientes y luego se inclinó hacia adelante. “¿Puedo hacerte una pregunta extraña?”

La manzana no había caído muy lejos del árbol con esta chica. Ella se parecía tanto a Nora cuando tenía la misma edad, con los mismos ojos azules brillantes, mejillas redondas y nariz respingona.

“Pregúntame lo que quieras.”

Ella se mordió el labio. “No puedo creer que esto sea lo primero que voy a decirte, pero ¿tuviste una aventura con mi abuela?”

Mi risa resonó en el café causando que los comensales de las mesas vecinas se giraran a vernos. Hasta ahora, todos habían hecho un buen trabajo pretendiendo que el que Tyson Drake estuviera hablando con la nieta de Nora Whynot era algo perfectamente normal.

Sin embargo, yo todavía no sabía su nombre.

“¿Qué te dio esa idea?”

Su suspiro terminó en un ceño fruncido. “Mi abuela me dijo que me olvidara de ti, pero no me dijo por qué. Tengo una imaginación un poco vívida y supongo que exageré al pensar en una razón.”

“No. Nunca tuve una aventura con tu abuela.” Me costó mucho decirlo con una cara de completa seriedad. “¿Planeas respetar sus deseos? Porque puedo ir…”

“No” dijo ella rápidamente. Por un segundo, dudé de que hubiera un hechizo, pero Nora trabajaba de formas misteriosas. “Por favor quédate. Tengo otra confesión que hacer.”

Sus mejillas se sonrojaron aún más y miró su computadora portátil.

“¿Es algo que tendré que contar en un tribunal de justicia?” Yo pregunté.

Ella sonrió. “Espero que no. No es nada malo, solo que yo... no he podido dejar de pensar en ti.”

Un profundo alivio me inundo, pero tenía que actuar con calma. “¿En serio?”

“Sí.” Ella fue más audaz con su siguiente declaración. “Y creo que ahora eres más guapo que la primera vez que te vi.”

Esa corriente eléctrica que me recorrió por completo amenazaba con electrocutarme. “Yo también tengo una confesión.”

“¿No eres un asesino en serie, verdad?” Sus labios temblaron mientras trataba de mantener una cara seria. “La abuela me dijo que me mantuviera alejada de ti. Yo esperaba que fueras algún amante, no un luchador, pero probablemente puedo trabajar con lo que tenemos. A menos que hayas tenido un cameo en uno de esos programas de televisión que buscan asesinos en serie.”

“No soy un asesino en serie.” Esta mujer era demasiado, ya más tarde le diría que tengo asesinatos en mi haber. Pero no ahora ya que solo la asustaría y no podía permitirme hacer eso. “Mi confesión es que tampoco he podido dejar de pensar en ti.”

Ella exhaló, y ya no tenía sentido luchar contra la sonrisa que iluminaba todo su rostro. Después, tendría que escribirle a Nora una tarjeta de agradecimiento, una vez que le quitara esa caja, por supuesto. Ella me había dado la mejor arma con la que luchar.

Es un hechizo, gimió mi dragón, quien ahora se encontraba completamente despierto y de mal humor. Una vez que se rompa, ustedes dos no podrán estar en la misma habitación.

Mi dragón nunca se había equivocado, pero había una primera vez para todo.

“Tu nombre es Tyson, ¿verdad?” Ella sacudió su cabeza. “Siento como si acabáramos de profesar nuestro amor el uno por el otro y ni siquiera estoy segura de que ese sea tu nombre.”

“Sí, es Tyson.” Me reí, ella hizo que la siguiente parte fuera menos incómoda. “¿Cuál es el tuyo? No quiero tener que llamarte ‘nieta de Nora’ cada vez que te veo.”

“Oh, eres tan lindo. Mi nombre es Sophie.”

Ella extendió la mano, como si necesitáramos una presentación formal. Tomé su mano y me la llevé a la boca y la besé. Muy pronto, ella aprendería que yo era cualquier cosa menos lindo y que esta no era la hora de jugar.

Todo era un negocio.

Pero eso no significaba que no pudiera divertirme en el camino.

Hechizo De Amor

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