Читать книгу Hechizo De Amor - Kristen Strassel - Страница 9
Capítulo Cuatro
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“Tengo otra pregunta para ti.” Sophie caminaba por la acera como sexo andante. Me recordó a una chica de poster de uno de los viejos calendarios que solíamos colgar en la parte trasera de la joyería. Ella era muy parecida a su abuela a esa edad.
Era peligrosa.
Nora podría haber lanzado un hechizo para volverse joven de nuevo, es algo que no me extrañaría si lo hubiera hecho. Pero el calor y todo ese poder sin explotar que irradiaba la mujer parada frente a mí, yo estaba más que dispuesto a arriesgarme.
“Si tu pregunta es si la mujer más hermosa de Summerland está cenando conmigo esta noche, entonces la respuesta es sí.”
Ella empujó mi brazo y nos detuvimos ante la combinación de nuestro poder que irradió solo en ese toque. La chispa de electricidad que estalló en mi piel y los labios rosados de Sophie formaron una O.
Por un segundo me pregunté si ella también lo había sentido.
“Eso no era.” Ella retiró la mano lentamente, mirándola como si dudara de lo que acababa de pasar. “Sin embargo, creo que ya encontré la respuesta a mi pregunta.”
“Ahora me dio curiosidad.” Yo espero que llegue el día en que no tenga que guardar secretos de esta mujer, que ella pudiera aceptarme por completo. Quiero que tenga la oportunidad de conocer a mi dragón, que los dos podamos volar juntos sobre las montañas y proteger este pequeño pueblo de la forma en que estábamos destinados a hacerlo.
“Si te parece que es una locura, no me juzgues. Es solo que mi abuela me dio la impresión.” Ella se mordió el labio y me miró fijamente. “¿Eres un... dragón?”
Maldita sea Nora por compartir nuestro secreto, sin embargo, no pude permanecer enojado por mucho tiempo. Pensándolo bien, probablemente es mejor que Sophie supiera la verdad de alguien en quien confiaba. El problema era que no confiaba en que Nora le hubiera contado toda la historia, en la que ella no salía bien parada. Decidí mantener a raya mi animosidad. “¿Qué otra impresión te dio?”
Los ojos de Sophie se agrandaron. “Ella dijo que un hechizo salió mal y que tú... pudiste haberla echado una maldición.”
En realidad, ella había sido bastante honesta. “Si digo que sí, ¿todavía quieres cenar conmigo esta noche?”
“No sé si me he vuelto loca, pero sí.”
Summerland sólo tenía un puñado de restaurantes apropiados para una cita y yo ha he hecho una reservación. Había pasado mucho tiempo desde que tuve una cita adecuada con una mujer y era demasiado frustrante no sentir ninguna conexión. Sin embargo, esa descarga de electricidad entre nosotros momentos antes prometía que esta noche sería diferente.
No era algo que ocurriera cada noche cuando uno de los dragones Drake era visto en público con cualquier miembro de la familia Whynot. Nuestra enemistad era bien conocida y los pueblos pequeños como este se alimentaban de chismes. La anfitriona del restaurante nos dio una sonrisa incómoda cuando nos sentó en una mesa de la esquina.
Sophie agarró su menú pero no lo abrió. “¿Cómo es?”
“¿Ser un dragón?”
Ella asintió.
“Ha pasado mucho tiempo desde que estuve en mi forma de dragón.” Yo pasé la mayor parte de los años cincuenta cabreado y atrapado en mi forma humana, pero Sophie derribó todas mis defensas, incluido mi rencor. Y por eso, ella era incluso más peligrosa que Nora.
“Si te hace sentir mejor, mi abuela odia el que las cosas hayan salido mal. Probablemente no sea de mucho consuelo, pero ella no es la única que está decepcionada.”
¿Decepcionada? Eso era lindo. “¿Te dijo qué tipo de hechizo era?”
Ella asintió. “Un hechizo de amor.”
Y aun así ella vino a la cita. Interesante. De alguna manera esto igualaba el campo de juego, pero haría que fuera mucho más difícil conseguir la caja. A mi clan le importaba una mierda la conexión amorosa, ellos solo querían cambiar.
“El día que lanzó ese hechizo, Nora dijo que si salía correctamente, nuestras parejas se sentirían atraídas por nosotros. Y que en el momento en que uno de nosotros tocara a nuestra pareja destinada sabríamos que ella era la indicada.”
“Oh.”
“Nosotros nos emparejamos para siempre, Sophie. Por lo que, cuando se supone que eres un ser inmortal, eso es mucho tiempo. Hemos estado protegiendo estas montañas desde mucho antes de que existiera Summerland, antes de que existiera Tennessee e incluso antes de que existiera América oficialmente. Y si tenemos suerte, estaremos aquí mucho después de eso también.”
Esos hermosos ojos azules eran redondos y sin pestañear. “Yo no soy inmortal. Estoy aprendiendo sobre la magia dentro de mí. La chispa de electricidad podría haber sido eso.”
“A mí no me importaría si es para siempre” aclaré yo. “Cuando te dije que no podía dejar de pensar en ti, no fue solo para coquetear. Era la verdad, cada vez que cierro los ojos, tú estás ahí.”
“Dime que es lo que ves.” Energía vibraba en la superficie de su piel, pero no tenía miedo. “Porque yo he soñado contigo y en ellos, ambos estamos volando.”
Mierda. Yo había tenido ese sueño muchas veces, pero siempre creí que era una broma cruel del destino el que esa mujer compartiera el rostro de Nora.
La camarera vino y nos trajo agua. Nunca estuve tan sediento en mi vida.
“¿Sabes lo que quieres pedir para comer?” Yo le pregunté.
El reunirse en público fue un movimiento inteligente para una primera cita. Ambos teníamos magia no probada y sentimientos peligrosos. Sin embargo, las interrupciones, las intrusiones, y los rumores que se derivarían de esta cita, eran detalles molestos que tendríamos que soportar si íbamos a estar juntos. Sophie y yo éramos algo que no debía ser.
“Pediré ravioles de calabaza.” Sophie le entregó a la camarera su menú.
“Yo quiero el bistec y…”
“Lo de siempre. Yo conozco tu orden.” La camarera me guiñó un ojo y se fue.
Sophie se inclinó hacia adelante. “La abuela me está enseñando algunos hechizos.” Y yo que creía que nuestra conexión era peligrosa. Esta mujer estaba trabajando con un manual roto. “Uno de ellos es un hechizo de protección. Parece estar funcionando por ahora. Todas esas personas que nos miraban parecen haberse olvidado, convenientemente, de que estamos aquí.”
“Así puedo ver.” Mierda, la segunda Whynot tenía que ser una hechicera. Eso siempre era contraproducente. “También me gustaría ver qué tipo de conexión tenemos sin intervención mágica. La magia no siempre será una opción.”
“¿Quién dijo que no había magia en lo mundano?” Sophie creía en el amor, probablemente más de lo que creía en la magia. Definitivamente tenemos una oportunidad. “Antes de que nos interrumpieran, estabas a punto de decirme cómo me imaginaste cuando no estoy cerca.”
Ella no era solo una hechicera. Esta mujer es una tentación.
“Puedo verte rebosante de joyas.” Cerré los ojos y ahí estaba ella. "Brillante. Contenta. Sin querer nada más.”
“Una chica podría acostumbrarse a todas esas cosas.” Ella ya estaba brillando, pero no era magia, era algo innato en ella. “ La abuela me dijo que tú y tus asociados... son dueños de una joyería.”
“¿Qué tan fuerte es ese hechizo de protección?” Yo pregunté. Sophie tenía razón, ya nadie nos prestaba atención y eran muy pocas personas en Summerland que recordaban la última vez que los Drake estuvieron en su forma de dragón. Nuestra tradición se había convertido en cuentos de hadas, y el trueno se dividió, era más sobre cómo nos sentíamos al respecto. Chance pensaba que era mejor que nos mezcláramos con la gente del pueblo, pero Rafe era un firme creyente de que todos en Summerland deberían vivir con el temor de ser quemados. “Porque no todo el mundo necesita escuchar lo que voy a decirte.”
No deberías animarla a lanzar un hechizo, advirtió mi dragón. Pero ella necesitaba saber a qué se enfrentaba si quería jugar con la magia.
Sophie se encogió de hombros. “Es difícil de decir. Según mi abuela, depende de qué tan susceptible sea la gente a la magia.”
“No deberías lanzar hechizos sobre otras personas sin su consentimiento.” Era la regla cardinal de la magia.
“Eso es lo otro. Lo considero más una protección para nosotros que un hechizo sobre ellos.” Ella hizo un gesto como si estuviera tocando los bordes de una burbuja protectora. “Entonces, si ese es el caso, yo creo que el hechizo es bastante seguro.”
La última vez que te arriesgaste con un tal vez de una Whynot, pagaste el precio, me recordó mi dragón. Esta vez, había una diferencia, yo creía en la magia de Sophie, tan natural e inexperimentada como era.
“Un grupo de dragones se llama trueno.” Empezaría por lo básico. “Somos los únicos cinco que quedan en Norteamérica, es por eso que pedimos los servicios de tu abuela. Nuestras compañeras obvias hubieran sido dragones hembras, pero ninguna respondió a nuestra llamada. Nosotros esperábamos que el hechizo atrajera a las mujeres que tenían suficiente magia propia fluyendo a través de sus venas y puedan manejarnos cuando nos transformamos en toda nuestra gloria.”
“Sé que salió terriblemente mal, pero es muy romántico.”
“Las joyas y el oro nos ofrecen protección. Nuestro negocio en la ciudad es comprar joyas que la gente no desea. En nuestra forma de dragón, podemos fundirlo y crear armaduras. pero no hemos cambiado, estamos perdiendo poder y necesitamos ayuda para hacerlas.” Cada vez que Rafe usaba un soplete para derretir las reliquias olvidadas o no deseadas de alguien más, era como verter sal en la herida. “Vender joyas no es nuestro objetivo.”
“Los amigos de la abuela mencionaron que piensan que son demasiado caras.” Ella se rio entre dientes.
“Mi primo Jax, a quién conocerás pronto.” Yo no tenía idea de cómo el resto de mi clan recibiría a Sophie. Si ellos estarían tan encantados con ella como yo o si la rechazarían por ser una Whynot. Ya veríamos de qué tipo de magia ella era realmente capaz. “Él abrió una tienda en línea y hemos encontrado clientes que están más que felices de pagar nuestros precios, pero nos estamos quedando sin suministros que estemos dispuestos a vender.”
“¿Qué significa eso?” ella preguntó.
“Si por algún milagro logramos cambiar, estaremos desprotegidos.” Por primera vez en mucho tiempo, los signos de un cambio los sentí debajo de la superficie de mi piel. Mierda, de todos los jodidos momentos, tenía que ser en medio de un restaurante. Me quedé mirándome el brazo, esperando a que aparecieran escamas.
No sabía si estaba emocionado, aliviado o solo jodidamente frustrado. Pero era un comienzo.
“¿Tienes enemigos? Además de mi abuela, por supuesto.” Ella se rio, pero era débil. Esta conversación era mucho para ella, y ningún hechizo de protección en el mundo podría ocultar su miedo. Ella no tenía idea de en qué se estaba metiendo.
“Humanos” le dije. Y con cada día que pasaba, yo era más humano que dragón. Mi propio peor enemigo.