Читать книгу El arte de la adaptación - Линда Сегер - Страница 7
ОглавлениеPresentación
¿TE HAS FIJADO ALGUNA VEZ en la cantidad de películas que son adaptaciones? La adaptación se ha convertido en la nueva sangre vital para el negocio del cine y la televisión. Piensa, por ejemplo, en cuántas de nuestras grandes películas han partido de libros, obras de teatro e historias reales: El nacimiento de una nación, El mago de Oz, Lo que el viento se llevó, Casablanca, Raíces profundas, Solo ante el peligro y La ventana indiscreta, por citar solo algunas. Incluso el clásico Ciudadano Kane se basó en algunos aspectos de la verdadera historia de William Randolph Hearst[1].
La mayoría de las películas premiadas en certámenes y festivales de cine son adaptaciones. Considera, si no, la evidencia de estos datos:
El 85 % de los filmes galardonados con el «Oscar a la mejor película» son adaptaciones.
El 45 % de las películas realizadas para televisión son adaptaciones; pero las que reciben el Premio Emmy son adaptaciones en un 70 %.
El 83 % del total de las miniseries son adaptaciones; pero ese porcentaje sube hasta el 95 % entre las premiadas con Emmys.
Si analizamos la producción de un año cualquiera veremos que los filmes sobre los que más se habla suelen ser adaptaciones. En diciembre de 1989 el público y la crítica hablaban mucho de películas como Melodía de seducción, La guerra de los Rose, Vida y amores de una diablesa, La sirenita, Enrique V, Mi pie izquierdo, El oso, Tiempos de gloria, Black rain y Magnolias de acero. Las adaptaciones de 1990 incluían otros filmes muy comentados: Despertares, Postales desde el filo, La hoguera de las vanidades, Memphis Belle, Bailando con lobos, La casa Rusia, Henry and June, El misterio de von Bulow, Uno de los nuestros, Hamlet, El honor de la venganza, Cyrano de Bergerac, Los timadores y Misery.
Por otro lado, las adaptaciones no son un dominio exclusivo de escritores consagrados o productores de reconocido prestigio. Muchos comienzan a trabajar como guionistas, adquiriendo los derechos de un libro o de una historia real y planteando después a un Estudio la posibilidad de que les encarguen el guion. Barry Morrow (Rain Man) adquirió los derechos sobre la historia real de Bill, un retrasado mental, y escribió un guion sobre ella con el que obtuvo un premio Emmy. El primer guion de Anna Hamilton Phelan, Máscara, estaba basado en la vida de Rusty y Rocky Dennis (Rocky era un chico con el Síndrome de craniodiphicil, una alteración genética que produce serias deformidades faciales). Brian Ross escribió un guion on spec[2] sobre una historia real titulada A Friendly Suit, de la que se han comprado opciones varias veces, aunque todavía no se ha realizado. Sin embargo, después de leer el guion, la NBC decidió contratarle para escribir dos docudramas: Cast the First Stone y On Thin Ice: the Tai Babilonia Story. Leoni Sandercook comenzó con una película para televisión, A Season of Fear, que está basada, también, en una historia real. Kurt Luedtke escribió Memorias de África, su segunda película, en parte porque había adquirido una opción sobre los derechos de un libro poco conocido —pero importante— sobre Denys Finch-Hatton; ese libro proporcionó la clave para construir la historia de Memorias de África. Earl Hamner comenzó su carrera como guionista adaptando una novela suya a serial televisivo; esa adaptación llegaría a ser la extensa y conocida serie The Waltons.
Muchos novelistas piensan que el cine puede dar una segunda oportunidad a sus historias y así proporcionarles más lectores. La venta de derechos de autor por millones de dólares empieza a ser ya corriente entre novelistas famosos. Pero también los que comienzan tienen la esperanza de ver sus historias en la pantalla, y a menudo escriben con un tipo de estructura y unos personajes apropiados para el cine. Pete Dexter, autor del bestseller París Trout, vendió los derechos de su novela con la condición de ser el guionista de la película.
Hoy más que nunca, los productores buscan adaptaciones para sus películas. Muchos de ellos lo hacen porque se trata de un material más viable comercialmente, al contar ya con una audiencia. Otros aluden a la escasez de buenos guiones originales, y señalan que la mayoría de las historias carecen de originalidad. Pero el precio de esta operación puede ser muy alto. Hacer una adaptación significa pagar dos veces por un producto: primero, al comprar los derechos; y después, al escribir el guion. El juicio sobre la historia también se realiza dos veces: primero hay que evaluar las posibilidades del material de origen, y después la capacidad del guion para trasladar el argumento a la pantalla.
Muchas películas de éxito han sido adaptaciones, pero también lo han sido los grandes fracasos. Una adaptación, Heaven’s gate, llevó a los estudios United Artists a la quiebra. Raise the Titanio fue la causa de que Marble Arch Produtions, una productora de éxito hasta entonces, se hundiera para siempre. A Choras Line es otro ejemplo. Se había invertido en ella más de un millón de dólares antes de comenzar el rodaje; y, a pesar de que había conseguido un gran éxito en Broadway, el público no acudió a ver la película como se esperaba. Evidentemente, mucho se juega un filme en que la adaptación se haga correctamente.
Adaptar de una fuente a otra es llevar a cabo un complicado proceso. El arte de la adaptación se refiere a cómo hacerlo bien. En estas páginas se analiza ese proceso para guiar a los escritores, productores y directores que luchan por convertir obras literarias en películas. También puede ayudar a novelistas y dramaturgos a convertir sus propias obras en guiones. Después de asesorar a muchos novelistas y autores teatrales, he llegado a la conclusión de que la mayoría de ellos tienen este deseo.
Esta obra se basa en las ideas de trabajo de mis dos libros anteriores: Cómo convertir un buen guion en un guion excelente y Creating Unforgettable Characters. No necesitas haberlos leído para sacar provecho a este volumen; pero si no has escrito nunca un guion, te convendría leer algún libro básico sobre el tema, además de este, como guía para este proceso. Al final de estas páginas encontrarás una sucinta bibliografía.
La mayoría de los conceptos de este libro surgen de mi trabajo como consultora[3] en un gran número de adaptaciones para el cine. Muchas de ellas se encuentran actualmente en desarrollo, y otras han sido ya producidas, como Romero, sobre el arzobispo de El Salvador asesinado en 1980; La historia interminable II, basada en la novela de Michael Ende; y Flores en el ático, sobre un libro de V. C. Andrews. Entre las adaptaciones para televisión ya producidas están Pancho Bornes, sobre una mujer piloto en los primeros días de la aviación; The Fourth Wise man, basada en la novela del mismo título de Henry van Dyke; y la miniserie australiana The Rainbow Warrior, sobre un barco neozelandés perteneciente a la organización pacifista Greenpeace que la policía francesa hizo volar en julio de 1985.
A lo largo del libro me apoyaré en ejemplos de películas bien conocidas por los lectores. Todas ellas están disponibles en videoclubs, de forma que puedes volver a verlas, si lo deseas, a medida que lees estas páginas.
Si quieres releer el material en que están basadas, podrás encontrarlo fácilmente en librerías y bibliotecas. Me he centrado, sobre todo, en historias que yo encuentro particularmente agradables, confiando en que tú también disfrutarás con su lectura.
La mayoría de los ejemplos de adaptación de novelas los he sacado de Lo que el viento se llevó, Una habitación con vistas, Alguien voló sobre el nido del Cuco y Defensa[4]. Para los ejemplos de relatos breves, he utilizado varios que encontré en el libro No, but I saw the movie, editado por David Wheeler. Cito ejemplos de adaptaciones teatrales tan conocidas como Amadeus, La loba, Paseando a Miss Daisy y The Visit. Esta última fue el objeto de estudio de mi tesis doctoral y también el tema de una película de los años cincuenta. Entre los ejemplos de historias reales llevadas al cine, me centro en personas muy conocidas y en películas fácilmente asequibles en videoclubs.
Tanto si eres un escritor esporádico como si eres alguien que empiezas, espero que este libro te ayude a clarificar los conceptos claves que pueden determinar la diferencia entre una adaptación que funciona y otra que no; conceptos que pueden hacer una adaptación tan buena, o incluso mejor, que el propio original.
CÓMO USAR ESTE LIBRO
Este es un libro de recursos. No necesitas comenzar por el principio y seguir ordenadamente hasta el final. Si ahora mismo estás ya trabajando en una adaptación, puede que quieras comenzar por la introducción, que te dará una visión general del trabajo del adaptador, y pasar directamente a la segunda parte, que contiene métodos prácticos para trasladar a una película la historia, los personajes, el tema y el estilo.
La primera parte te ayudará a analizar mejor tu material de origen, de forma que puedas comprender por qué surgen los problemas al adaptar. Si estás intentando adquirir los derechos de algún material, te conviene estudiar la tercera parte del libro para saber cómo protegerte legalmente.
Este es un libro práctico. Espero que sea útil en cada etapa de tu adaptación.
[1] William Randolph Hearst (1863-1951). Fue un conocido magnate de la prensa norteamericana y propulsor del periodismo amarillo, que llegó a poseer un imperio con más de 50 publicaciones. Hizo también incursiones en la política, pero tras su fracaso en fas elecciones a Gobernador del Estado, se retiró al palacio de San Simeón, donde vivió los últimos años de decadencia rodeado de cuadros y esculturas. Su enorme paralelismo con el protagonista de Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941) ha sido estudiado numerosas veces por los críticos de cine.
[2] Expresión de la industria norteamericana (abreviatura de on speculation) que designa aquel guion escrito sin contrato ni adelanto de dinero; tan solo con la esperanza —especulación— de que luego podrá venderse.
[3] En el original, film consultant. Este trabajo, apenas conocido en España, tiene numerosas facetas: desde juzgar la viabilidad comercial de un determinado proyecto, a supervisar el guion, sugerir cambios en los personajes o en la estructura, etc.
[4] La película es conocida también como Deliverance (John Boorman, 1972), su título original.