Читать книгу Ellos - Lorena Deluca - Страница 9
ОглавлениеHasta que no se sucedieron los primeros escritos, la posibilidad de escribir una historia no existió. A medida que los mensajes fueron llegando a su casilla de correo, comenzó a sentir que algo en Ella cobraba vida, una vida que se iba gestando a partir de un solo acontecimiento. Lo describió como un detalle, que surgió a partir del envío de un poema: “Somos vida”.
En ese momento, parecía a simple vista un acto inocente, basado en considerar a su destinatario como alguien capaz de apreciar una lectura con cierto interés, no precisamente porque fuera un erudito en letras ni Ella una escritora consagrada, nada de eso y todo lo contrario.
El día en que recibe el poema, lo invita a intercambiar escritos por el simple hecho de compartir un mismo gusto. Así comienza el recorrido a partir de la palabra, en ese ida y vuelta, con cierta atmósfera de intriga y un poco de misterio, despertando curiosidad a través de un silencio cómplice, alejado de aquellos ruidos que dispersan y ocupan allá afuera. Un silencio que deciden juntos habitar como refugio, moldeando lo que parecía no tener sustancia, como solo un alfarero del tiempo puede hacerlo. Un espacio creado desde la imaginación, con ese poder de ver las cosas de manera distinta, con otro aspecto y un sabor diferente, donde los pensamientos, las emociones, las fantasías y la magia tejen a su antojo la trama de una historia que va aconteciendo; un espacio donde soñar un mundo para Ellos, sin ser un mero sueño despierto, sino entrando en él, como si fuera verdaderamente real —allí y en ese momento— con todos los sentidos, para compartirse libremente.
Un lugar de encuentro donde el deseo empuja, y en su frecuencia crece y hace que se sientan cada vez más atraídos al ritmo de sus latidos.
Un camino de ilusión que los lleva a recorrer sin tiempo ni condiciones cada uno de sus rincones, a encender no solo sus cuerpos, sino también el alma, quedando desnudos frente al ser de Ellos.
Ingenio. Humor. Belleza.
Sexo. Pasión. Intensidad.
Donde la prudencia y el cuidado comienzan con el tiempo a desvanecerse, y son sus bocas la medida del encuentro, quedando finalmente cautivos frente al deseo, y ante un único e inexorable debate: caer o no en el amor.