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PRÓLOGO

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El presente libro está basado en apuntes y escritos realizados entre fines del año 2006 hasta octubre del año 2007. Narra experiencias vividas entre el departamento de Cusco y Arequipa, las cuales me hicieron vislumbrar una porción de esa maravillosa maraña de enigmas que rodean nuestro cosmos. Por una serie de motivos, es recién este año 2009, que lo acontecido aquellos días puede ser revelado. El tiempo y la distancia con la que he corregido aquellos primeros borradores, hacen que las ideas vertidas en estas páginas cobren una nueva significación y no se limiten a describir sucesos. He aprendido mucho en el camino de este proceso, y hoy que el libro está ya fuera de mí, solo espero que quien lea estas páginas pueda emprender su propia búsqueda de la verdad. Si en algún momento esta búsqueda nos llevase a encontrarnos, habré tenido la recompensa más grande que puede tener quien se atreve a escribir.

Fue en el año 1992 que mi vida sufrió un cambio intenso, caracterizado por experiencias que podríamos bautizar como sobrenaturales, las cuales se fueron dando dosificadas por la actitud y voluntad que proyecté hacia estas realidades. Aquel año inicié una etapa de preparación para poder participar en grupos de contacto que tienen relación con experiencias de este tipo. La preparación fue compleja ya que abarca todos los contextos de la existencia del ser en este mundo. Fuimos reconociendo y disciplinando nuestro aspecto mental, nos volvimos vigilantes del estado emocional y mejoramos también nuestra existencia física.

Soy consciente de que este libro puede ser “extraño” para las personas ajenas al lenguaje y a la realidad que describiré más adelante, es por eso que considero importante diferenciar algunos conceptos, que se mencionarán a lo largo del libro. Empezaremos por diferenciar los conceptos de canalización y mediumnidad, esta última es la total superposición de existencias metafísicas en planos densos astrales, cediendo por completo el médium su vehículo físico y estado mental. Dentro de esta categoría están todas las referentes a rituales de espiritismo, güija, mesadas, vudú, etc., prácticas que no realizo, ni en las que estoy “aperturado”1. La canalización, en cambio, es la “técnica” por la cual el canalizador recibe la energía universal en forma “limpia”; sin procesos mentales o sugestivos, para re-dirigirla a efectos de sanación, mensajes transmitidos por entidades superiores, o protección. La forma en que se recibe está condicionada a la preparación, los dones y las facultades que tenga el canalizador. En el caso de la sanación se da por percepción extrasensorial, irradiación de manos, o irradiación a la distancia (radiónica) y otras más.

Por otro lado, los “mensajes” pueden llegar a nosotros gracias a distintas técnicas que pueden ser de tipo psicográfico (escritura automática), psicológico, dermóptica, señales, voces, sueños, o visualizaciones y otras. Dentro de este grupo considero el proceso astral como una vía segura para filtrar condicionamientos mentales, emocionales o físicos. Todos estos procesos se dan llegando a un estado de “supraconciencia”, inducida o voluntaria; liberándonos de formas de pensamiento, prejuicios, ataduras emocionales, que nos acompañan en este proceso tridimensional. Es decir cuando se canaliza nunca se pierde el estado de conciencia; al contrario se está más consciente que nunca.

Otro aspecto sobre el cual debo ahondar es el de “la hermandad blanca”, que está compuesta por seres que han llegado a un grado superior de conciencia en este camino de evolución espiritual. Muchos de ellos estuvieron en la superficie terrestre compartiendo con la humanidad su sabiduría. Con esta convivencia contribuyen a que individuos como nosotros podamos tomar el impulso para emprender el camino “angosto” del crecimiento interior.

Recuerdo que fue en el año 1998, cuando llegó Tomás Farias, un amigo bastante cercano a mi consultorio en la ciudad del Cusco. Iniciamos una animada charla, no recuerdo exactamente los temas que tratamos, pero en medio del dialogo él mencionó a la “hermandad blanca”. Sentí una gran fascinación al descubrir mayores detalles sobre la existencia de civilizaciones dentro de nuestro planeta, explicada por la teoría del “planeta hueco”. Me invadió una gran curiosidad por continuar investigando sobre este tema, una voz interior me decía que debía haber algo más de lo que está escrito. Con el pasar de los años y tras varias experiencias, muchas cosas se fueron clarificando, el universo nos da las piezas y nosotros vamos armando el rompecabezas del destino.

En aquella conversación tuve por primera vez información sobre la naturaleza y el porqué de la existencia de seres intraterrenos en nuestro planeta. El diálogo fue enriquecedor. Tomás, me explicó que aquellos seres se encontraban cerca a nosotros e incluso insertos dentro de nuestras ciudades, siendo ellos los que elijen buscarte y no lo contrario. El saber todo esto, causaba en mí, mucho interés, y además una sana envidia por aquellos que tuvieran la oportunidad de ser elegidos o admitidos para poder establecer contacto con esta “mágica” realidad. En ese entonces no podía ver que diversas circunstancias me precipitarían a una serie de acontecimientos fundamentales en la búsqueda de este tipo de existencia.

A lo largo de estos años he podido entender el sentido y relación de este mundo intraterreno con la existencia y desarrollo de las humanidades anteriores a la nuestra, que llegaron a niveles de maestría en el camino espiritual, demostrando además sabiduría en sus diferentes construcciones y tecnologías, que les dio un desarrollo a todo nivel, dejando enigmas y preguntas sin resolver a pesar de nuestros adelantos científicos. La existencia de la humanidad intraterrena no pertenece a nuestra naturaleza tridimensional. Por mi experiencia, ellos se manifiestan en niveles superiores a la tercera dimensión y esta realidad es mantenida por su estrecho y directo contacto con su real ser superior.

Existen en la actualidad, en varios puntos del planeta, entradas físicas a estas ciudades; y la llave de ingreso es el trabajo interior que realiza aquel ser de la superficie. Este trabajo es lo que lleva al contacto con su real ser, y es de esta forma que uno puede tener acceso y percepción sobre estas suprarrealidades. El Dr. Erich Von Däniken, en su libro El oro de los dioses, da una explicación detallada de la existencia de los accesos y el sistema de túneles intricados que existen en el mundo intraterreno de los Andes. Esta realidad, específicamente “la hermandad”, no se encuentra lejana a nosotros. Se puede decir que por nuestra naturaleza y la de ellos, tenemos una línea de parentesco establecida por la estrecha relación y convivencia en diferentes oportunidades de la historia de nuestra humanidad.

Estos últimos años se han caracterizado por estar llenos de episodios o acontecimientos que me han llevado hacia un encuentro inevitable con la realidad intraterrena, este es el principal motivador de la publicación de este libro. Comunicar, intentar que quien lea estas páginas reviva junto a nosotros la experiencia de ingresar a un mundo diferente. Una experiencia de tipo ¿metafísico?, ¿místico?, ¿esotérico? Bueno, dejemos que Uds. lo definan. No es mi interés hacer una descripción de estos aspectos por no ser la esencia de este libro. Solo puedo concluir este tema con algo que me parece contundente por su realidad: “todo aquello que es divino es simple y es por eso tan difícil de cumplirlo”.

Las Quebradas del Encanto

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