Читать книгу Muchachos que no besan en la boca - Luis Angel Aguilar - Страница 12
Оглавлениеhay bocas que besan
apretadas contra el alma
que dejan siempre en un papel
apresurado
el número telefónico de una vecina
el móvil de la cómplice
nunca reciben el timbrazo que esperan
–la repetición es aburrida en tan
grande mercado de la carne
yo lo miré una tarde
reflejado en el cristal de una licorería
boca con corazón al centro
y semiabiertos los dientes frontales
él me miró con discreción
de santero
y ligeramente se apretó la portañuela
[saberlo todo es continuar la marcha–
: con la primera escalerilla
alcanzamos de seis pisos
la azotea
se veía el mar de aquella altura
sentí que me besaba como aprisionando
mis labios a sus aspiraciones
[que me tragaba un poco–
a tres o cuatro pasos asomaba el abismo
nos fuimos hacia él e hicimos algo
muy parecido al amor mirando calle abajo
bajamos al cielo y después del edificio
nos despedimos con un beso final
[boca de amargos
visitantes que heredan el aliento de frambuesa
para dibujar lejanías a la memoria–
un beso final una escalera
muda que garabateaba
unos números
no lo llamé
nunca volví a verlo
siempre me han dado miedo
las alturas