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El creído

10/12/2017 15:42 Domingo

Hoy he estado con Marc. No sabía nada de él des de la última vez que lo vi. Y aun no entiendo por qué esperaba una respuesta distinta por su parte...

Supuse que estaría en su casa, y antes de aparecerme allí, eche una mirada mental. Estaba allí, tal como esperaba, sentado en su dormitorio, delante de su ordenador. Le avisé por WhatsApp de que me aparecería por allí, pero, aunque no lo admita, se asustó al aparecer detrás de él.

—¿Que haces tú aquí?

—No nos has dicho nada ni a mí ni a Ferran desde el otro día, ¿qué pasa?

—¿Qué pasa? ¿Desapareces en nuestras narices y preguntas qué pasa? ¿Qué es lo que te pasa a ti? ¿De dónde has sacado eso?

—Lo único que sé, es que me lo dieron... Ojalá supiese más.

—¿Ya está? ¿Solo dirás eso? “Lo único que sé es que me lo dieron”. ¡¿Qué explicación es esa?!

—No sé por qué te enfadas... Sé tanto como tú.

—No mientas, seguro que sabes algo, y no quieres decirlo. Siempre te has sentido abrumado por mí, ¡siempre has querido ser mejor! ¡Y mira hasta donde has llegado por eso!

—¡¿Pero qué mierdas dices?! ¡Eres tú el que está siempre compitiendo por absolutamente todo! ¡Eres tú el que no ha aceptado nunca que yo, a pesar de ser más pequeño que tú, haya encontrado novia antes! ¡Eres tú el que no puede soportar que cualquiera sea mejor que tú en cualquier cosa! Y por una vez que me pasa algo realmente interesante que puede cambiar el mundo... ¡En vez de alegrarte por mí te enfadas por puros celos! ¡Vuelve al agujero del que has salido y no vuelvas a dirigirme la palabra!

Aun con el enfado dentro desaparecí de ese cuarto al cual no quería volver jamás.

No podía entender cómo después de tanto tiempo, seguía con la maldita competitividad por delante de todo. Con Marc, siempre era igual, siempre era el que tenía que ser el mejor, siempre era el que tenía que tener razón en todo. Ya llevábamos mucho tiempo que no parábamos de discutir por tonterías, pero siempre era el mismo patrón: Yo pienso una cosa, Marc piensa otra, y por fuerza Marc tiene que ser el que tiene razón. Por muchas razones a tu favor que le expliques, por mucha gente que esté a tu favor, si pensabas una cosa diferente a la suya tenías que estar equivocado. Ya me estaba cansando, y esto ya colmaba el vaso.

Si por lo menos Clara decidiese hablarme... Supongo que podría llevarlo mejor. No he vuelto a tener contacto con ella y tampoco he querido meterme más en su vida... No quiero que se aleje más de lo que ya se ha alejado.

14/12/2017 20:05 Jueves

La semana había pasado muy lentamente, cada día seguía el mismo patrón: Me despertaba a las 7:45, desayunaba, me vestía, sacaba al perro, cogía la mochila con el portátil y me aparecía dentro del departamento de informática del instituto de la Bisbal, dejaba las cosas, e iba apareciéndome de aula de informática a aula encendiendo la electricidad y ordenando todos los ordenadores. Al acabar, me iba caminando al departamento, ya que ya empezaba a haber gente dentro del instituto, y esperaba allí hasta que me necesitaran para algo. A las 12, al acabar mi turno, me iba a un rincón apartado y me transportaba a casa donde si había alguna tarea de la casa ayudaba a mi madre o bien, me estiraba en el sofá a descansar. Hacia la una y media comía, y me salía de casa con la mochila. Les había dicho a mis padres que me había peleado con Marc y que ya no me vendría a buscar más, y que ahora iría y volvería en bus de clase. Como ellos no sabían lo de mi poder, me iba a pasar el rato donde fuese, algunas veces quedaba con Peter, otras con Ferrán o Andrés, y otras simplemente me iba solo a cualquier parte del mundo. A las 14:30 que empezaban las clases, me aparezco en el baño de mi insti en Palamós, y entraba en clase.

Ahora estaba en la última media hora de Formación y Orientación Laboral (Fol para resumir) donde lo único que hacemos es hablar, copiar las prácticas, y hacer ver que escribimos lo que él nos dicta.

El profe es muy simpático, y más raro aún.

La mosca

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